El Erasmus y la guarra de mi hermana.
No fue culpa mía lo juro, fue ella quien me obligó...
Hacía ya un mes que mi hermana se había marchado a Italia de Erasmus y tengo que reconocer que la situación en casa era mucho mejor de lo que me había imaginado. Mis padres salían cada noche a cenar, solos, con amigos, se iban de fiesta o a cualquier plan que les surgiese; olvidándose por completo de mí, aunque cabe destacar que yo soy el mayor de la casa y siempre han estado más pendiente de Candela. Por lo que yo era ahora el amo y señor de la casa, si no habían unos padres que te controlasen, no había nadie que te pusiera límites. Así que la casa era para mí, siempre y cuando lo recogiese todo antes de que volviesen y no quedasen pruebas del crimen.
De vez en cuando solía hacer Skype con mi hermana, nos contábamos lo que habíamos hecho a lo largo de la semana o bien durante el tiempo que no habíamos hablado. Mis padres también solían intervenir en la conversación, ya fuese para ver cómo le iba a mi hermana el curso o saber si estaba bien. Eran preguntas tontas porque luego se pasaban el resto de los días llamándola a todas horas. El peor de los tres era mi padre, siempre le decía a mi hermana que estaba deseando que fuese mayor de edad para poder echarla de casa, y ahora que se ha ido si la ve por Skype o habla con ella por teléfono se va de mi habitación con la excusa de que tiene trabajo atrasado en el despacho para irse a llorar. Nunca entenderé este hombre.
Si no me falla la memoria y pocas veces lo hace, era sábado y había decidido no salir con mis amigos a pesar de sus insistencias. Me había pasado la semana entera estudiando y los entrenamientos de natación me habían dejado el cuerpo destrozado, así que opté por pedir comida china a domicilio y ponerme una película en el portátil. Mis padres esa noche habían quedado con mis tíos para celebrar su aniversario así que tendría la casa y el gigantesco y cómodo sofá del salón para mí solo.
La cartelera no me convencía mucho la verdad, en más de una ocasión me preguntaba por qué pagaba una suscripción para una página en la que difícilmente encontraba películas buenas, pero bueno, la compartía con otros tres amigos por lo que la inversión no era una millonada que digamos. Al final terminé por ponerme una de Harry Potter, no eran de mis favoritas pero era lo mejor que había encontrado después de estar diez minutos dándole a la tecla de bajar, además, los rollitos y el arroz se estaban enfriando.
A mitad de película, la barra de inicio del ordenador quitó la pantalla completa y me avisaba de que tenía una notificación en Skype. Tras clickear vi que era mi hermana que me estaba hablando.
-¿Qué haces conectado? No has salido me escribió.
-Qué va, me he quedado en casa viendo una peli, los papás han salido con los tíos a cenar, le contesté.
-¿Te llamo y hablamos? sugirió Candela. Me aburro y aún queda una hora para que mis amigas vengan a por mí.
-Vale ;)
Candela me llamó y estuvimos hablando durante un rato hasta que se escuchó cómo tocaban a la puerta de su apartamento. El timbré sonó varias veces a la par que Candela se iba quitando los cascos y decía mirando a la cámara: Te llamo en un par de días ¿Vale? Te quiero y acto seguido desapareció de la escena.
Continué viendo la película cuando al rato me di cuenta que algo iba mal con mis cascos, se escuchaba un ruido raro de fondo. Me habían costado un pastizal y no podían haberse roto tan rápido. Paré la película, la reanudé, puse música, la quite, en conclusión, hice de todo y ese sonido seguía escuchándose hasta que pude reconocer que se trataba de una voz femenina. ¿Psicofonías en mi portátil? Ya lo que me faltaba. Agudizando un poco el oído me di cuenta que se trataba de mi hermana, la muy inteligente no había colgado la llamada y seguía con la cámara abierta. Intenté avisarla a través de Skype pero viendo que no servía para nada le hablé por whatsapp: "Imbécil, te has dejado la llamada abierta, te estoy viendo" pero el resultado fue el mismo así que decidí colgar la llamada cuando de repente apareció mi hermana de nuevo.
-Por fin te dignas a contestarme dije. Oye, que no pases de mí.
En ese momento Candela se sentó en el sofá que estaba enfrente a la mesa; parecía que hablaba con alguien, sería con alguna de sus amigas pensé. Al final habrían decidido quedarse en casa y no salir pero para mi sorpresa apareció un chico que sentó junto a ella en el sofá y tras un cruce de miradas comenzaron a comerse la boca.
-Candela,Candela repetí en voz alta con la intención de que se diese cuenta que la estaba viendo. Tiempo después me di cuenta que podía haber colgado la llamada en ese momento o incluso antes y todo hubiera quedado en una graciosa y secreta anécdota de hermanos pero algo por dentro de mí me impedía hacerlo y me obligaba a seguir mirando. Parece que Candela a parte de no colgar la llamada había dejado los cascos puestos; por lo que mi voz se repetía pero a través de los diminutos altavoces de sus auriculares por lo que si me escuchaba se trataría de un milagro.
El tío ese se lo estaba pasando genial con mi hermana, el muy cabrón le tocaba las tetas como si nunca hubiese palpado una en su vida. Pasaba una mano, luego la otra y así sucesivamente, de vez en cuando hasta se paraba con las dos manos en cada una de ellas y como si se tratase del mando de la play station, usaba los pezones de mi hermana como joystick. Los giraba para la derecha y para la izquierda mientras se dejaba guiar por las caras de placer de mi hermana. Me hubiese cagado en los muertos de ese cabrón si no fuese porque en un momento dado Candela cogió una de las manos del tío y la guió hasta el bajo su falda al mismo tiempo que se quitaba la camiseta sin apartarle la mirada.
Los dedos de aquel cabrón empezaron a entrar rápido y fácilmente por el coño de mi hermana, su cara y gemidos hablaban por ella sola. Candela abría y cerraba las piernas en función del placer que le producía la fricción de aquellos dedos junto con los labios de su coño. En un momento dado Dani le pidió que le mordiese los pezones, así que tras quitarle el sujetador, se los empezó a tocar y a comer sin ahora encontrarse las barreras que la ropa antes le había supuesto. Ahora era una de las manos de mi hermana la que empezaba a deslizarse hasta llegar a una entrepierna que no era la suya y comenzar a desabrochar los botones de aquella cremallera.
Para ponérselo más fácil el chico levantó un poco el cuerpo como el que hace el amago de levantarse del sofá y estiró sus pantalones dejando que solo fuesen sus calzoncillos los que ocultasen su sexo. Mi hermana se levantó del sofá y postrándose frente a él de rodillas le bajó los calzoncillos y empezó a felarle el miembro.
-Será pu...pasó por mi mente pero en ese momento me di cuenta de que mi mano llevaba varios minutos por debajo del pantalón del pijama masajeando mi polla. Saqué la mano de inmediato, qué estaba haciendo, debía apagar cuanto antes el ordenador e irme a dormir...pero no pude.
Candela siguió felándole el miembro mientras pasaba sus uñas por los muslos de ese tío para aumentarle el placer, en ocasiones se escuchaba el ruido que hacía la boca de Candela al succionar los huevos de ese cabrón. La de veces que lo había visto en las películas porno y la de pocas que me lo habían hecho a mí, mejor dicho, nunca me lo habían hecho. Dani se restregaba el pene por toda su cara, lo lamía, se lo volvía a restregar, escupía sobre él y para rematar se auto-flagelaba con él a la par que sonreía. El chico alargó uno de sus brazos y de una parte a la que la cámara no alcanzaba a ver, sacó un preservativo y tras abrir una de sus esquinas con la boca y escupir el trozo de plástico que tenía entre sus dientes se lo puso. Mi hermana se encargó de supervisar que estuviese bien colocado pasando con fuerza sus dos manos una y otra vez sobre su polla, incluso volviendo a recurrir a sus labios.
Una vez bien colocado el preservativo, Candela se puso de pie sobre el sofá y fue bajando poco a poco hasta estar de espaldas al cabrón ese y tener el pene colocado a las puertas de su coño, el cual fue entrando poco a poco hasta terminar de crearse la fusión entre el culo de Candela y los muslos de aquel individuo. No me lo podía creer, tenía enfrente de mí la imagen de mi hermana follando con un cualquiera y tengo que reconocer que no lo hacía nada pero que nada mal. Mi mano ya se encontraba agarrando mi polla por completo cuando vi como el chico empezó a aumentar la velocidad de penetración sobre mi hermana a la vez que la azotaba, parecía encantarle porque Candi se mordía el labio inferior de la boca al mismo tiempo que cerraba los ojos y se estimulaba el clítoris.
Candela decidió levantarse de nuevo manteniendo la misma postura pero ahora en cuclillas, cuando en ese momento dijo:
-Es que así la noto más cuando entra.
Me puso a cien, nunca pude llegar a imaginar que mi hermana pequeña fuese tan guarra. Se levantaba y se agachaba, haciendo todo el trabajo ella mientras ahora era él el que le estimulaba el clítoris a Candela.
-Ahí, justo ahí no pares por Dios, sigue suplicaba mi hermana. Mas fuerte joder dijo a continuación.
Él obedeció las órdenes que mi hermana le había impuesto, así que yo también decidí aumentar la velocidad de mi paja para entrar en situación; hasta que vi cómo Candela empezó a mover su culo de manera espasmódica a consecuencia del orgasmo a la par que intentaba que la polla saliese de su coño. Y una vez fuera el coño de mi hermana vociferó una especie de líquido blanquecino que llegó incluso a manchar la cámara del portátil provocando mi eyaculación también.
Candela y el chico se quedaron unos segundos en el sofá siendo conscientes de lo que acababa de suceder. Yo por mi parte terminé por colgar la llamada y borrando los mensajes de Whatsapp. A los pocos días Dani me preguntó que qué eran los mensajes que había borrado, y tras ponerle una excusa que terminó por creerse; me contó que el fin de semana pasado había conocido a un chico...El cual acabé conociendo tiempo después y respondía al nombre de Alberto.