El erasmus

Ficción... deseable. Un maduro rejuvenece con una jovencita y sin querer se implica su familia...

En algún momento la situacion tenía que llegar, al verla entrar por la puerta acompañada de mi hijo entendía (pasada la sorpresa) que algo debía ocurrir.

Todo empezó un año antes...

La "crisis de los 40" la había solventado con la compra de un chalet en urbanización privada una vez el negocio se había consolidado, un viaje a Cuba de "negocios" y el consuelo de la lipo con aumento de pecho de mi esposa sin más experimentos sexuales.

Ella se había integrado en el pequeño mundo de la urbanización y su club, dejándome más tiempo sin tener que dar explicaciones.

Así que al llegar los 45 me encontré con muchas tardes de trabajo y descanso-merienda en la cafetería de una zona estudiantil donde hacía horas una camarera joven, de cara redondeada, figura apetecible sin llegar a ser espectacular y desenvuelta en el trabajo que alternaba con los estudios.

La conocí allí, 19 años pero con alguna que otra corrida en plazas de jóvenes sin mucha experiencia. Según me contó después se limitaba a un par de penetraciones sin ni siquiera quitarse del todo la ropa, alguna mamada a pollas sudorosas y demasiado rápidas y unos frotamientos en esquinas de discotecas.

Ni aparentaba más ni menos la edad que tenía, pero tenía el saber hacer de comportarse de la manera que le daba la elegancia de un top con chaqueta y pantalón resaltando entre el blazier el canalillo de sus redondas tetas; otras aparentaba menor edad con una minifalda a cuadros y una blusa que transparentaba el color de un sujetador apenas mantenido por el tercer botón de la blusa.

Pero casi siempre la prefería con un vaquero, una blusa y jersey que combinaba de manera magistral. Así, mientras creía la impresionaba por mi hacer, mi vestir y mi coche nos fuimos contando confidencias que nos llevaron a hablar de citas fuera de su jornada, a acercarla al piso que compartía, a besos largos y húmedos y finalmente a amantes. Era lo mejor que me podía pasar, una jovencita apasionada y sin mucha experiencia para un hombre atractivo y en muchos aspectos de la vida "completa", no voy a decir que fuese su Pigmalion, pero si que conseguí enseñarla a hacer el amor y ella a mi gimnasia.

Le enseñé tardes de sexo despacio sin prisas al sabor de un poco de licor en el apartamento del que pude disponer y en el que pasó a vivir al dejar el bar, con lo que su nivel de vida no mermó y mejoró sus notas.

Aprendió a retirar los dientes mientras me hacía unas mamadas hasta el final y hasta el fondo, deleitándose en envolver con sus labios el glande y limpiando hasta la última gota de semen de una polla empezando a quedar fláccida después del sexo.

Entendió las posibilidades de que todos los agujeros de su cuerpo fuesen receptores de placer iniciándose sin las reticencias que manifestaba mi esposa en el sexo anal, lubricándose con todas las lociones y materias comestibles, natas, frutas, plátanos demasiado blandos para comer si fuese en papilla...

El sexo oral en una piel tersa, rasurada con un pequeño triángulo y con un clítoris que se desplegaba entre los labios a medida que mi boca la penetraba como un corto falo y su petición reiterada de seguir, mesando mis cabellos y apretándome la cabeza cuando alcanzaba el climax.

Compartió el placer de comprar aparatos que aumentaban el placer y completaban su necesidad de sentirse doblemente penetrada sin dañar mi deseo de que sólo fuese mia.

Ella al cambio me cedió la energía de su juventud, su contorsionismo en las posturas y los sitios (todavía recuerdo el día que decidió estrenar TODAS las estancias del apartamento incluido el rellano y el garaje).

Su ilusión en los juegos y en el probar situaciones que algún caso casi nos cuestan un disgusto... el día que quiso hacerme una "mamada en cocktail" y como no había champán lo hizo con vodka y casi me la deja en carne viva.

Compartía con ella dos o tres tardes si no se iba a su casa los fines de semana llegó a no ser del todo sexo, sino que también hubo tardes de sentarse a oír música, leer o conversar si ella debía estudiar aunque muchas de ellas siempre terminaban con un sexo conjunto, onanista o individual de ella como "homenaje" decía.

También seguía con su vida, tenía pandilla mixta con los rollos mutuos y cambiantes si bien ella sólo me contó una y de ella me hizo partícipe

Maquinó con –contra su amiga ...... (no nombres) que sospechaba algo de su situación de amante de una persona mayor que ellos y después de dejarla en alguna ocasión el apartamento cuando ella estaba fuera, para estar con sus ligues, la invitó una tarde a estudiar al piso.

Cómodas, desahogadas y desinhibidas por el alcohol y un cigarrillo terminaron (como estaba previsto) discutiendo sobre quien podía entender mejor a las mujeres, si un hombre por complementario o una mujer por semejanza. Hablaron de gustos y colores, de modos y maneras y decidieron que la práctica era lo que les aclararía las ideas. Se desnudaron , se besaron , se comieron mutuamente y se penetraron con los aparatos y juguetes que ella tenía a su disposición. Cuando acabaron rendidas en la cama y descansaban una junto a otra, mi pareja dejó caer un "ahora nos falta el otro punto de vista!!!"...

...Con una maldad entendida de sobra por su amiga, me llamó y la escena que me encontré fue deleitante, habian recogido lso desmanes de su pasión, creo un ambiente de velas , cojines y copas. Se habian arreglado con alguno de los conjuntos de lencería que ella tenía en casa y que yo compraba sin conocer más cuerpo que el suyo para poder ponérselos.

Actuaron las dos de anfitrionas de un invitado que no sabía en que momento un acto masculino podía romper la magia de sus besos , roces y posturas. Me dejé hacer, estuve con ellas toda la noche sin preocuparme por nada y concluimos que no depende del género sino de las personas al entender al ser querido.

De esta forma ella ganó una cómplice y desbarató el posible peligro del que conoce demasiado.

Empezó a relacionarse más con uno de los jóvenes que la rondaban y como ambos sabíamos cual era la naturaleza de nuestra relación permitimos que fuese acrecentándose el acercamiento, que ni era lástima ni enamoramiento pleno. El era conocido de terceros , según me contaba, con futuro de hijo único, poco resuelto en el estar ( se limitaba a seguir los pasos a la deriva de los jóvenes) y en el amor. Habían compartido cama en varias ocasiones pero con unos resultados no del todo satisfactorios. Recuerdo cuanto nos reímos al contarme como pretendía ser romántico y atractivo manteniendo los calcetines y la camiseta después de un día puestos sobre el cuerpo de una adolescente en un patético misionero.

Su insatisfacción sexual la completaba conmigo resarciéndose con gusto de su partenaire y haciéndome sentir orgullos del esfuerzo (a veces loable) que tenía que hacer yo para competir con la fuerza de la juventud.

En casa comprendían mis ausencias y formábamos parte del establishment del barrio. Nuestro hijo crecía y sabíamos del uso que daba a las sábanas como limpieza de sus poluciones desde hacía tiempo. También entendimos sus tonteos con chicas y después de aleccionarle sobre los "peligros" y las "responsabilidades" dispusimos que no nos meteríamos en sus parejas ni nos las metiera (presentándonoslas) hasta que no hubiese más remedio, o cuando fuese en serio.

Si que nos comentaba sobre sus salidas sin más detalles aunque en un momento dado empezó a mencionar varias veces a la misma chica sin nombres ni nada,... que si estudiaba y trabajaba, que hoy no salía porque trabajaba o se había ido al pueblo, que ella solía quedar un par de tardes con sus amigas a solas,...

...y llegó la ocasión, unas jornadas gastronómicas del club y mi hijo dejó caer la posibilidad de poder invitarla a la comida y de paso que la conociésemos.

Vinos con D.O., aperitivo y retraso de los jóvenes. LA madre impaciente por conocer a la "zorra" que se iba a llevar a su hijo y yo deseando escaparme para ver a mi pareja que también tenía un compromiso.

Le vimos primero a él, desgarbado pero feliz y orgulloso y detrás de él abriéndose paso agarrada de la mano, ella con unos vaqueros, una blusa y un jersey combinado de manera magistral...

Disimulé, o disimulamos, nuestra sorpresa y debió ser la primera vez que nos dimos un beso sin ser lascivo. Unas respuestas sobre su vida y situación debidamente maquilladas (yo sabía la verdad) y mi mujer quedó contenta con su "nuera".

Achaqué un malestar a algo del ágape para no alertar sobre mi estado de ansiedad y contesté como puede a las preguntas sobre mi trabajo y mi "nuestra" vida familiar a una joven que sabía las respuestas y que por dentro estaba disfrutando de la situación.

En un momento de soledad (mi mujer a saludar, mi hijo "a mear" así lo dijo) ella tan sólo me dijo: "si callas, callo. Si largas, largo. Si estás, estamos,..."

...Estas semanas (dos ) no la he visto. Me planteo sentar a mi familia y quedar mal con mi hijo, con mi mujer ya no ,.. o dejarla a ella y arriesgarme al chantaje... Sufro, la anhelo y recuerdo tardes de sexo y conocimiento.

Me ha llamado, quiere seguir, que nos necesitamos y todavía podemos alcanzar mayores conocimientos mutuos, que refuerce mi confianza en ella con el silencio por su parte. Pero ahora tenemos otro reto para que realmente se confirme que los hijos se parecen a los padres.

Ella le va a enseñar todo lo que yo no pueda transmitirle. Yo le pagaré la carrera y los cursos técnicos para que siga con mi empresa y ella le enseñará a manejarse con las mujeres y la vida como yo lo hago..

Pero este año su madre y YO hemos decidido que se vaya de Erasmus al extranjero. Este año todavía va a ser mía. Tenemos muchas clases que aprender.