El enfermero y yo

Por un accidente mientras hacia mi deporte favorito, me di cuenta de un nuevo gusto por los hombres.

Después de leer algunos de los textos aquí publicados, me anime compartir mi experiencia, que cada vez que la recuerdo la vuelvo a gozar.

Me llamo Alfonso, tengo 30 años, y desde hace mas de 15 años estoy en una liga de béisbol, que es mi afición, a los miembros del equipo los conozco desde la preparatoria. Como se imaginaran no es lo mismo los tres mosqueteros que veinte años después, somos el equipo con jugadores más grandes de toda la liguilla, así que nos llaman los abuelos. A nosotros no nos importa, por que realmente lo tomamos como él ejerció de la semana y la mejor forma de sacarnos el estrés de la oficina. La mayoría del equipo ya están casados, con hijos que ya les fomentan el amor a este deporte.

Mis compañeros, me tenían envidia, por que además de ser el único soltero, me mantenía en perfectas condiciones tanto para jugar como para ligar a chava que se me pusiera enfrente.

En esta temporada los chavales nos tenían mucha envidia, por que a pesar de que ni éramos los más veloces, ni los que estábamos en mejor forma, estábamos apunto de llegar a las semi finales. En la ultima entrada yo estaba al bate y tenia casa llena, por lo que el equipo contrario estaba apunto de perder su oportunidad de pasar a la semi final. Por lo que es picher estaba muy presionado por sus compañeros.

Después de dos bolas estábamos a punto de anotar 4 carreras, cuando el picher lanzo su ultima oportunidad, hacia mí, pero inesperadamente la bola fue a parar directamente en mi rodilla derecha, en ese instante caí como regla desmayado por el dolor.

Ya se imaginara, el alboroto que se armo, en ese momento, y yo tirado en el suelo nadie me hacia caso, hasta que el arbrito llamo a la banca para que me sacaran del campo. Yo desperté en la sala de emergencias del hospital, con todo el equipo en la sala de espera, junto con mis padres.

Él diagnostico fue que tenia desecha la rodilla, así que la única forma para que pudiera caminar sin la ayuda de muletas, era poner un clavo en ella. Total después de discutir con los doctores, decidí operarme inmediatamente, para que no se lastimara mas la rodilla por el esfuerzo de cargar todo mi peso.

La operación se llevo a cabo dos días después en el mismo hospital, cuando desperté, ya en mi cama, mas que un cuarto de hospital parecía una despedida de soltero, por que estaba el equipo en pleno, en una gran fiesta, haciéndome broma tras broma.

Como es de esperarse, una vez que desperté, era necesario estar revisando la herida y cambiando las vendas, pero cada vez que llegaba una enfermera a cumplir con su deber, mis amigos le hacia tal pulla que salía corriendo apenada, y así fue toda la tarde, hasta que en el tercer intento, la enfermera salió muy enojada y dijo que hablaría con su jefa.

La jefa de enfermeras, en lugar de perder el tiempo intentando callar a mis amigos, simplemente mando a uno de sus camilleros. Así que llega un joven de 24 años, de 1.90 de altura, apiñonado y extremadamente fuerte, de acuerdo a su profesión. Para cumplir la misión que le había encomendado la jefa de enfermeras.

En el momento que llego, no se fijo en lo mas mínimo en los comentarios de los asistentes, y les pidió que salieran, ya que cambiaria la venda y me pondría una inyección para evitar cualquier tipo de dolor y pudiera dormir bien esa primera noche.

Así que mi madre fue la que puso orden y se fueron despidiendo uno a uno, el enfermero quien se llamaba Andrés, una vez que nos quedamos solos, en la habitación, me pidió le enseñara la rodilla recién operada, para revisar que no hubiera infección, en ese momento recordé, que solo traía puesta la bata del hospital, que era corta y abierta por detrás, así que por mas que la jale hacia abajo, una vez que el enfermero quito las sabanas, se veía todo el pelambre de mi polla que estaba en estado de relajación.

Reviso y cambio las vendas con mucho cuidado, una vez que termino me comento que debía ponerme una inyección, con sedante para que pudiera dormir sin dolor, ya que la primera noche me molestaría mucho la herida, así que con sus gigantescas manos me voltio y me inyecto en la nalga.

Un rato después convencí a mi madre, que no valía la pena que se quedara a dormir en el hospital, que además de estar a acostumbrado a vivir solo, con la inyección ni chistaría en toda la noche y de necesitarse estaba un ejercito de enfermeras a mi disposición.

Así después de un largo día, me quede solo al fin, después de unos minutos de intentar ver la televisión, decidí apagar las luces y dormir.

A media noche, no sabia si estaba soñando, o que, pero empecé a gozar una deliciosa erección en mi verga, pero era tal la pesadez por el sedante, que no lograba abrir los ojos, pero al momento de sentir humedad en mis huevos, con un gran esfuerzo abrí los ojos, cuando vi que alguien estaba prendado de mis verga, y mas fue mi sorpresa cuando sentí una que gran mano agarrando mis huevos.

Con mucho esfuerzo con las manos, retire la cabeza, cuando me quede petrificado y vi que era Andrés, de inmediato puso cara de susto y me dijo que me dejara llevar, que no me arrepentiría.

Al verlo, lo único que hice fue agarrar mi verga y al sentirla tan dura y llena de saliva, que lo único que hice fue retirar las sabanas de la cama, así que Andrés se hinco arriba de la cama entre mis piernas y volvió a su trabajo, yo solo me deje llevar por el gran placer que me estaba dando, solo chiste cuando con sus dedos y quiso tocar mi culo, lo cual no lo deje, así que volvió a sujetar a masajear mis huevos y continuo comiéndose mi verga.

Momentos después se retiro e intento darme un beso, el cual yo no acepte, así que sin decir nada empezó a lamerme los huevos y a subir su lengua por toda mi polla hasta que llegaba a la cabeza y se la volvía a comer. , Yo empecé a retorcerme del gran placer, dando signos de que empezaba a venirme con su mano apretó, con mucha fuerza mi verga, lo que evito que me viniera y se me bajara un poco la erección, y solo se limito a decir que todavía no terminaba y que me llevaría al máximo placer.

Yo estaba tan a medio despertar que solo asentí con la cabeza y empecé a masturbarme por que estaba que ardía, me quito la mano, y me dijo que para el era un placer tocar semejante pene, y así continuo hasta que no pude mas y explote como nunca lo había hecho antes, lo ultimo que vi, fue su cara de placer e inmediatamente me tapo y volví a dormir.

Al día siguiente me di cuenta que no había sido un sueño al sentirme todo pegajoso, así que me urgía un buen baño, esa mañana me di cuenta que realmente habíamos molestado a las enfermeras, ya que por mas que las llamaba para que me ayudaran a bañarme o por lo menos mi desayuno fingían como si mi habitación estuviera vacía.

Después de un rato de estarlas llamando se apareció una, con mi desayuno y le pregunte a que hora me bañaría, ya que me sentía muy sucio, por tanta cama. Me dijo que teníamos que esperar a mi madre a que me trajera un bañador, para que fuera más cómodo para mí, o que si me urgía, le pediría al camillero que me ayudara, lo que me recordó el episodio de la noche anterior y asentí con la cabeza sonriendo.

Mientras terminaba de desayunar, toco a la puerta Andrés con una gran sonrisa, en su boca, como aun estaba desayunando platicamos unos minutos, donde me entere, que tenia 24 años y que estaba empezando la carrera de medicina, y que para ayudarse había aceptado el trabajo de camillero y que poco a poco le daban algo de enfermería, que le encantaba ir al gym, así que aproveche para admirar sus 1.90 mts de altura, apiñonado, y castaño de pelo e inmediatamente reconocí esas gigantescas manos, así como sus potentes brazos con los que seguramente a mas de un enfermo cargaba sin ningún problema.

Cuando vio que había terminado, retiro la charola del desayuno, y me ayudo a apoyarme, cuando vio que no podía estirar la pierna, sin preguntar me cargo hacia el baño, inmediatamente sentí su gigantesca mano en mi culo y le pregunte que si había sido un sueño lo de anoche y me respondió, que ahora vería que no.

Entramos en el diminuto baño, me desato la bata, mientras me apoyaba en una pierna, y brincaba dentro de la regadera, abrí la llave, realmente no podía apoyar la pierna, así que me dijo que me ayudaría.

Cuando voltie, se estaba desvistiendo hasta quedar en un diminuto slip blanco, lo observe con toda calma dándome cuanta que tenia un cuerpo escultural, y todo su pecho con vello. Inmediatamente el slip se traslució con el agua, donde observe en total reposo su verga, junto con unos gigantescos huevos.

Se metió a la ducha y empezó a enjabonarme, poco a poco, hasta que me volteo y con sus manos empezó a enjabonarme la espalda, hasta que con sus impresionantes brazos rodeo mi cintura mientras me enjabona mi polla, misma que inmediatamente empezó a crecer.

Se puso enfrente de mí y se arrodillo, poniendo una de sus rodillas para que apoyara mi pierna enferma, y me dijo que mamar era su deporte favorito, mientras le caía el agua en la espalda se dedicaba a darme una deliciosa mamada. Un rato después se levanto para darme un beso y una vez mas me moví, pero pude apreciar su enorme verga atrapada por el calzón que se transparentaba de una forma muy cachonda.

Se quito el calzón y brinco una descomunal verga junto con unas gigantescas bolas todas peludas, Nunca había tocado una verga ajena, así que tomo mi mano temblorosa y sentí como si estuviera agarrando un tubo, por lo grueso y por lo duro. Como no hice mucho con mis manos, Andrés regreso a su deporte favorito.

Volvió a mamar mi verga, con muchísima intensidad, así que lo tome de la cabeza para ayudarle, y así fue durante unos minutos hasta que le dije que estaba apunto de venirme, con lo que con sus manos agarros mis huevos y los empezó a sobar, retiro su boca y me empezó a exprimir la verga, hasta que me vine con todas mis fuerzas.

Después de eso, se sentó en el piso y empezó a masturbarse, yo no cabía de la impresión de ver semejante verga, sobre todo lo gruesa y cabezona que era, acto seguido empezó a mugir y se vino como metralleta. Terminamos de bañarnos, justo cuando oí entrar a mi madre, que me decia que me había lo que le encargue el día anterior, así.

Mientras me ayudaba a vestir, en mi interior pensaba que como había desperdiciado la oportunidad de jugar mas con semejante falo. Andrés me ayudaba a costarme ya en la cama, cuando me comentaba que tenia turno esa noche y que gustosamente podía venir a cambiarme la venda como la noche anterior, lo cual yo asentí con una gran sonrisa.

Asi fue mi primera experiencia, espero sus comentarios a mi mail

Memoboy66@yahoo.com/a>