El encuentro
Relato de nuestro primer intercambio...queria mirarla con otro. Lo que no sabia era que ella queria mirarme con otra.
Era una tarde fresca en una cabaña en las montañas de San Rafael. La casa de los administradores quedaba a unos 5 minutos por lo que no había manera de que supieran lo que pasaba en ella. Manuel, el administrador, tenía instrucciones de dejar pasar a Jim, un amigo que nos visitaría como a las 5 de la tarde.
Eran ya las 4 de la tarde cuando Hellen, mi esposa, entro al baño a ducharse y prepararse para la visita de nuestro amigo. Jim era un tipo de unos 30 años de edad originario de Argentina. De 1.85 de altura y físicamente atractivo, se dedicaba al servicio de masajes eróticos y “algo más”, según el deseo de sus clientes. Nos enteramos de Jim por medio de un anuncio en la red donde anunciaba sus servicios en Costa Rica durante el fin de año. Hellen por fin había tomado la decisión de complacer mi fantasía de verla en la cama con otro….
Alquilamos una cabaña durante un fin de semana con todo lo necesario para lo que teníamos planeado – sexo. Ubicada en las montañas y con privacidad total. La habitación principal contaba con una enorme cama, sofá, chimenea y espejos estratégicamente ubicados. Era la primera vez que tendríamos una relación sexual de este tipo por lo que los dos estábamos bastante ansiosos y nerviosos. Unos tragos nos ayudaron un tanto a bajar la tensión pero al acercarse la hora nos sentíamos cada vez más nerviosos
Mientras me fumaba un cigarrillo observe como Hellen se aplicaba cremas sobre su cuerpo y cuidadosamente se vestía con este ligero negro, tanguita negra diminuta y un vestido bien ajustado al cuerpo. Hacía tres meses que se había sometido a un procedimiento de levantamiento de pechos y nalgas por lo que el vestido hacia relucir sus hermosas curvas. Las botas negras que usaba lograban un efecto precioso en su enorme trasero…
Quedaban alrededor de 5 minutos para la hora acordada con Jim. Hellen, me había dicho que si a esta aventura con el propósito de complacer mis deseos mas morbosos. Así que era yo quien tenía que definirle como deseaba que pasara todo. Me le acerque por detrás y acariciando su rico culo le comente al oído lo que yo iba a hacer en la próxima hora. Pienso entrar al baño y meterme en la tina, le dije. Por medio de los espejos del cuarto estaré observándote, quiero que disfrutes de esta decisión que hemos tomado, que te entregues sin temor, que sepas que estaré ahí viéndote y que acudiré a tu auxilio si así fuese necesario, quiero oír desde esta pequeña distancia como gozas, como disfrutas del sexo, luego cuando Jim te deposite todo su semen quiero que vengas a mí y me cuentes, quiero acariciarte y hacerte el amor… Mientras decía esto mi dedo toco su mico y pude notar lo excitada que estaba… estaba sin duda en el momento ideal del mes – estaba en celo. Segundos después de haber tocado su mico escuchamos el auto de Jim acercarse a la cabaña. Nos miramos y entre los dos nos dimos fuerza, el último empujón.
Procedí entonces a meterme en la tina, mi corazón palpitaba y por momentos pensaba en cancelar todo. Sin embargo el morbo en mi mente y la idea de darle placer a mi esposa pudo más que esos sentimientos, mi picha se puso dura. Oí tocar la puerta y por medio de los espejos pude observar como ella se dirigía a abrirla. Note como con una sonrisa, mi esposa estaba más que complacida con lo que tenia al frente. Jim vestía una camisa blanca y un jeans azul. Le entrego una rosa a ella y sin ninguna duda entro a la cabaña. Pude escuchar como Jim pregunto por mí. Hellen le explico que la intención era que yo me quedaría en el baño mirando por los espejos. El solo dijo, genial... estoy aquí para darte placer, estas hermosa y la beso suavemente en la mejilla. El la tomo de la mano, la miro de arriba abajo, le dio una vuelta y lo escuche decir… que suerte tengo. Tomada aun de la mano la llevo hacia el sofá que se encontraba de frente a la chimenea. Hellen se sentó aun con esta sonrisa morbosa en su rostro. El se inclino y le dijo algo al oído. Ella movió su cara de forma afirmativa. Entonces la beso en su mejilla y procedió a servir un par de copas de vino. Pude ver como ella trataba de mirar por los espejos para encontrarme, pero esto no era posible de donde se encontraba, mientras yo, si podía ver todo el espectáculo. Jim regreso con el vino y se sentó junto a ella. Pude escuchar cómo le decía que le agradaba el lugar y la compañía. Observe también como continuaba diciéndoles cosas al oído, cosas que quería saber y no podía. Sabía que ese era parte del juego – juego que me templaba aun más. Hellen solo atinaba a sonreír cada vez que le decía algo. Pasaron unos cinco minutos en este juego… En ese momento el tomo la iniciativa y con otro beso en la mejilla procedió a acariciarle las piernas. Tubo el cuidado de no introducir sus dedos más allá del borde de su liguero… la quería calentar aun más. Ella trataba de no abrir sus piernas pero la fuerza del hombre era mayor a su resistencia inútil. Pude ver como ella cerraba sus ojos al sentir el contacto de esas manos y al sentirlas subir por lo largo de sus muslos. Él una vez más se acerco al oído y le dijo algo. En este caso la oí decir… claro!
Jim se puso de pie y se dirigió al baño. Al entrar me miro y solo dijo... que tal! Continuo caminando y sin temor procedió a quitarse su pantalón, un enorme pene apareció ante mi vista. Quede pasmado al ver las dimensiones de esa verga. Sabía que seguía jugando conmigo. Me dijo… sabes, tu esposa me ha dicho que está que arde por mi… y mira como me ha puesto semejante mujer… voy a entrar a ese cuarto y voy a penetrarla mientras tú nos miras… la voy a ser gozar mientras tú nos escuchas…y ella disfrutara de toda esta verga mientras tú te masturbas. Al final mi semen entrara hasta lo más profundo de su ser. Con una sonrisa procedió a quitar su camisa y camino hacia el cuarto principal. Al entrar a este solo pudo escucharla decir… waoooooo!
Una vez más el sentimiento de no permitir esto me entro a la cabeza. Sin embargo quería que Hellen experimentara el sexo con otro… que explotara su cuerpo sexualmente… quería darle placer y complacer su fantasía. Logre controlarme e ingrese a la tina nuevamente.
Jim puso un CD y empezó a bailar de forma sensual de frente a ella. Te gusta lo que ves, le pregunto: una vez más su sonrisa lo decía todo. Un pequeño juego le oí decir… por cada traguito de vino tienes derecho a tocar una parte de mi cuerpo dijo. El continuaba con sus movimientos cuando la vi que se puso de pie y se tomo lo que le quedaba de vino. Le dijo, para que traguitos si te estoy pagando para complacerme…
Jim no se intimido ante esta respuesta y con un movimiento rápido la empujo hacia uno de las paredes… puso una de sus manos sobre su cuello mientras la otra empujaba su cuerpo. Su enorme pene sin duda tocaba su estomago y entre mas la apretada contra la pared, de seguro, mas podría sentir su miembro erecto en ella. Mi esposa debía de estar ardiendo de ansiedad pues nunca había estado en esta situación… tan cerca de ser penetrada por otro. Entendí que los próximos segundos serian cruciales para continuar o no con esta aventura. Ya que la tenía aparentemente con fuerza contra la pared debía de leer los gestos de mi esposa para saber si esto era algo que disfrutaba o si por el contrario quería parar y salir de ahí. El aun sujetándola empezó a besarla por el cuello, las mejillas. Una de sus manos estaba aun en su garganta pero la otra bajaba lentamente. Empezó a deslizarse por debajo de su vestido. Decidí esperar unos segundos más… quería ir a su rescate. No podía observar exactamente donde estaba esa mano. Jim soltó la mano que sujetaba su garganta. Hellen pudo moverse y por un momento creí que se alejaría. Sin embargo el movimiento que hizo fue facilitar el acceso de la mano a su mico. Sonrió, sabía que mi esposa se encontraba totalmente bajo su dominio y que yo lo miraba, el triunfante procedería a hacer lo que quisiera con ella. Pude ver el rostro de mi esposa y ella el mío. Nos miramos por unos segundos mientras esa mano le acariciaba su pepa. Leí sus labios que me dijeron…… papi ven… Salí de la tina y con mi verga brincando de calentura camine hacia ella. Waooo volvió a decir al ver mi verga. Quiero que estés cerca y vea la perrita que tienes en casa. Me calentaba que me hablara de esa manera. Quiero que veas de cerca como me penetran. Jim saco su mano y con un movimiento delicado la volteo dejando su enorme trasero frente a su verga templada. Metió sus dedos en su boca y lo oí decirle… sabes deliciosa bebe…
No podía soportar, resistirme a tanto placer, sentir su cuerpo caliente, deseoso de mi, su picha enorme goteando sobre mi cuerpo, sus gestos de deseo de penetrarme y saborearme hasta el cansancio, me hacía sentir tan sexy y hermosa, deseada, mi pepa caliente reaccionaba incontrolada mojándose y calentándose como loca. Y como loca estaba yo pero siempre pendiente de la mirada de mi marido, ansiosa de tener el contacto visual y reconocer el placer que le generaba verme en esa situación, claro que el solo ver su miembro parado y brincando de calentura al salir de la tina me decía eso y mucho más. Sus ojos me decían, tranquila, disfruta, que yo estoy aquí contigo, y lo disfrutaremos juntos.
Lo que él no esperaba era la inesperada llegada de un nuevo visitante. Mientras yo le miraba con ojos de bandida a la puerta llamaba la sorpresa de su vida.
Le pedí a Jim que se acostara en la cama mientras yo me encargaría de la puerta, mire a mi marido y le dije con voz sensual, es tu regalo quien llama a la puerta, el atónito y boquiabierto de pensar que yo me hubiese atrevido y logrado coordinar una sorpresa para él, me miraba con ojos de no saber si soportaría tanto placer, ya como estaba parecía a punto de estallar, me levante, roce mi cuerpo con el suyo mientras me dirigía a la puerta, tome su mano y lo lleve conmigo. Abrí la puerta, y estaba ella, Raquel, una despampánate mujer con cuerpo de diosa, de cabellos largos y color negro, piel tersa y limpia, con un culo de muerte y unas tetas proporcionadas y bien torneadas, dejaba ver sus atractivos detrás de un vestido entallado que marcaba su figura de la manera más sensual y llamativa, justo como le gustaría a mi marido disfrutar, y para eso estaba ella ahí, le dije, para que la disfrutes. Ella lo miro con ojos de perra, y mi marido me planto un beso que transmitía todo la excitación que sentía al verse sorprendido con semejante regalo.....
Tome a mi marido de la mano y lo lleve al encuentro de su amante. Hola, soy Raquel… dio un paso hacia él y rápidamente tomo su mano. Su verga se veía ahora aun más templada… sabia que este regalito era más de lo que él esperaba.
No podía creer la hembra que mi esposa me había traído… no sabía aun por dónde empezar. La lleve hacia el sofá y le serví un trago de vino… te gusta mirar a tu esposa con otro me pregunto… al oído le dije… me encanta. Raquel llevaba este perfume que motivaba el sexo… yo quiero que ella te vea como disfrutas de mi…
Podía observar ahora como mi esposa ahora mas tranquila habría sus piernas para que las manos de Jim continuaran tocándola. El levanto su vestido ajustado para tener acceso total a su pepa. La besaba pasionalmente en su cuello y sabia que esto la pondría más caliente aun. Me volvía a ver para saber que hacía yo. Con sus dos manos procedió a tocar sus pechos. Bajo la parte superior de su vestido por lo que sus dos enormes senos se encontraban ahora descubiertos, mostrando esos dos pezones que querían estallar. Sus manos acariciaban ahora sus pechos mientras su verga tocaba su culo ardiente. Hellen movía su cuerpo hacia atrás ansiosa por sentir su verga. La volteo una vez mas y nuevamente le dijo algo al oído. Hellen entonces empezó a lamer su pecho y poco a poco su boca fue navegando hacia su enorme pene. No podía creer como en cuestión de segundos ahí estaba mi esposa mamando la verga de este tipo. Él le acariciaba el cabello mientras disfrutaba de su lengua. Era hermosa verla, ahí de rodillas comiéndose tan enorme verga; entregada al placer.
Yo entonces le dije a Raquel… a ver… desnúdate para mi…
No esperaba que se lo dijera de nuevo, ella al igual que mi marido estaba ardiendo de vernos a Jim y a mis tan calientes... Mientras mamaba aquella enorme picha que mi marido me había llevado podía observar como Raquel empezaba su danza seductora frente a mi marido mientras este disfrutaba simultáneamente del baile de Raquel desnudando su cuerpazo para él y a su perrita disfrutando de rodillas ante otro hombre y haciéndolo gemir de placer.
El miembro de mi marido parecía querer estallar, tan caliente, parado que goteaba de caliente..., Raquel inicio suavemente a contonear su cuerpo al compás de la música de manera sensual y con cara de perra, justo como sé que a él le gusta..., bajaba lentamente los tirantes de su ajustado vestido y bajaba sus manos acariciándose toda y mostrando su enorme trasero a la cara de mi marido, mostrando apenas la punta de la tanga que se tragaba en sus nalgas, la verga de mi marido brincaba de gusto, y el disfrutaba, definitivamente disfrutaba de la vista....
Raquel se quito suavemente el vestido frente a él quedando en tanga y liguero frente a él, era una mujer hermosa, con un culo de muerte y mi marido quería zambullirse en el, lo podía notar en su cara.., me miro y con la mirada le dije, anda amor, disfrútalo, nuestra mirada de complicidad nos puso como locos!!, el tomo aquel culazo empezó a acariciarlo con fuerza, casi no sabía qué hacer con todo aquello, lo habría para lamerlo y era tan grande que se perdía entre aquellas nalgotas...
Mientras me comía aquel culote observaba de re ojo como Hellen disfrutaba chupar y tocar a Jim, su rostro lo decía todo, al fin había entendido lo que quería yo, verla con otro, que disfrutara su cuerpo, sus deseos morbosos. Una vez más él la tomo tiernamente, la puso de pie y nuevamente le dijo algo al oído. Hellen camino hacia la puerta del baño. Puso sus manos en el marco de la puerta y con movimientos sexy empezó a tocarse. Ella me miraba mas no me decía nada. Poco a poco bajo su vestido y quedo solo con el liguero, su tanga y las botas. Se veía como una zorra. Sus dedos bajaron por su cuerpo hasta encontrar su pepa. Empezó a masturbarse suavemente… sus dedos penetraban su pepa…mientras se cogía miro a Jim y le dijo - te quiero dentro de mí. Jim llego a su encuentro, con sus manos empezó a tocar sus senos, sus caderas, me templaba ver esas manos sobre el cuerpo de mi mujer. Lentamente metió su dedo dentro de su pepa. Ella con los ojos cerrados solo gemía – era la primera vez que otro le hacía eso. Jim nuevamente me provocaba. Una vez más le dijo algo en el oído. Hellen me miro… con voz tímida y agitada me dijo… papi…me va a penetrar y yo deseo eso pues estoy que ardo de placer, me encanta que estés así de parado, viendo a tu mujer disfrutando de una extraño y yo viéndote a ti con ella… él la tomo de la mano y la llevo a la cama en el cuarto principal. Ella abrió sus piernas y echando sus rodillas hacia atrás le había dejado el camino despejado para que la penetrara. El me miro y me dijo... ahora la penetrare lentamente, podrás mirar como mi verga penetra su pepa, podrás mirar como la poseo y como ella disfrutara de esto aun mas. Pensé que ese sería el momento en el que sería penetrada por primera vez por otro hombre ante mis ojos. Jim se arrodillo y con su lengua mamo su pepa ya humedad, ella se estremecía de placer, podía ver como disfrutaba y gemía como loca. El se la comió por unos minutos. Su verga se veía aun más dura. Cambiaron de posición… ahora ella estaba de cuatro en posición de perra. No podía ver su cara… Pensé en acércame para mirar, pero disfrutaba de la lengua de Raquel en mi pene y no quería dejar de disfrutarla. Cerré los ojos por un segundo cuando el dedo de Raquel toco mi ano... de repente un hermoso gemido se escucho en la habitación… mi esposa había sido finalmente penetrada…
De inmediato nos miramos! Que placentera complicidad!!!, Podíamos percibir el placer que nos daba el vernos siendo complacidos por otros y a la vez disfrutando nuestra fantasía.
La picha de Jim era tan grande y gruesa, la sentía dentro de mi entrar y salir con fuerza mientras me nalgueaba, gritaba de placer, y mi marido cogía en sus manos el culote de Raquel quien había tomado la posición perfecta para que el la lamiera y disfrutara de su culo mientras ella lo mamaba y empezaba a jugar con su culito como yo misma se lo había pedido cuando la contacte.
Yo sabía cuánto placer le daba el que jugara con su culito, ella lo lamia, lo acariciaba, lo deseaba y el sentía tanto placer que debía parar de lamer la pepa de ella por segundos y disfrutar...., su picha entraba y salía de la boca de Raquel a veces fuerte y rápido, a veces suave y delicado... su cuerpo se retorcía de placer al sentir aquella lengua en su culo....
Mis gemidos y gritos de placer lo excitaban tanto como todo lo que estaba sintiendo, Raquel lo lamia con ansias, como una perra lame y disfruta un nuevo y jugoso hueso.....
Me acerque a la cama y pude ver como Hellen recibía el enorme pene. Que gruesa la tienes la oí decir… papi que rico… Jim se quedo unos instantes en esa posición, al mirarme saco un tanto su verga, solo le tenía penetrado su cabeza… yo podía observar ahora como ella con los ojos cerrados espera la penetraran completa…. Uhmmm si, dijo, cuando Jim la penetro un poco más. El empezó a sacar y meter su verga aunque no completamente… ella movía sus caderas de placer… la quería toda dentro de ella nuevamente pero él la tomaba de su culo para no permitir la penetración total. Pídela le dijo… entonces mi esposa empezó a decir... bebe, cógeme, necesito sentir tu rica verga dentro de mi…. Cógeme, hazme gozar ya…. Te deseo…Jim me miro con una sonrisa de victoria y con un golpe seco y aun mirándome penetro a mi esposa completamente.
Durante los próximos 5 minutos tuve que mirar lo que pasaba en la cama. Los gemidos de Hellen eran increíbles y fuertes, estaba disfrutando sin menor duda de una gran cogida. Jim le daba duro por detrás, sabía que esta posición le encantaba a Hellen. Los golpes que le daba a su pepa eran fuertes y constantes, se podía escuchar cada golpe, cada gemido. Hellen estaba como loca y gritaba de placer. Por un momento creí que el administrador de la cabaña escucharía todo… de ser así, pensé, pues que disfrute. Jim saco su enorme verga, mi esposa suspiro… tomaba aire.
Jim se puso de frente mío nuevamente para que yo observara como la lengua de Hellen chupaba los jugos que había sacado de su pepa. Ella estaba totalmente mojada de la cogida que estaba recibiendo. Nuevamente de rodillas podía ver como mi esposa mamaba la verga de Jim, lo complacía, ya no se preocupaba por saber que yo la miraba, se había entregado totalmente a disfrutar el momento – esto me excitaba aun mas. Jim se sentó en una silla y con su mirada le dio las instrucciones a Hellen. Ella se sentó y con sus manos se metió la gran verga… tendría que ver ahora como mi esposa se cogía a este tipo, con tantas ganas y pasión. Mira como la tengo me parecía decir con su mirada, esta perra está totalmente bajo mi control y desea que me la siga cogiendo. Mira como mi picha penetra su mico. Los dos estaban nuevamente disfrutando uno del otro. Las manos de Jim tocaban su espalda, bajaban hasta tocar sus nalgas. Hellen se estremecía cada vez que metía esa verga. Las manos de Jim ahora empezaron a tocar su ano. Los dedos fuertes de su mano habrían sus nalgas para dejar tan delicioso hoyo a la vista. Su dedo índice empezó a acariciarlo. Hellen de repente dejo de coger… estaba ahora disfrutando de esos dedos. Jim la miro y con una sonrisa le dijo… la quieres ahí bebe… Escuche a Jim gemir cuando Hellen le dijo gimiendo – es todo tuyo, quiero sentir tu rica verga en mi culo, Hellen le pasaba su lengua lujuriosa por su cara. De repente un silencio en el cuarto… escuche a Hellen suspirar… por unos instantes los dos quedaron exhaustos, ella aun sentada en la silla con la picha dentro de su mico, el con los ojos cerrados recuperando el aliento. Hellen suavemente saco aquel bate que estaba dentro, se paro frente a mi… me miro, tenía una mirada de perra culpable pero al mismo tiempo de haber disfrutado una gran cogida. Pude observar como el semen de Jim le empezó a salir de su pepa, el líquido blanco corría por sus piernas… no me decía nada… solo me miraba sabiendo que había disfrutado de estar con otro por la primera vez. Jim había depositado su semen dentro de ella...por primera vez ella sentía la leche caliente de otro hombre dentro de si…
Jim de pronto se levanto de la silla y de una manera brusca puso a Hellen contra la silla. Sus dedos penetraron su mico. Suavemente los saco llenos de su leche y procedió a meterlos en la boca de mi esposa, mientras su otra mano jugaba con su ano. Jim una vez más me miro y con su mirada me decía mira como tu perra chupa mis dedos – quiere más de mí. Fue increíble ver como mi esposa chupaba con tanta pasión la leche de Jim. Su leche estaba en su boca y le salía por los labios – algo que normalmente no disfrutaba. Jim se dio media vuelta. Con su verga nuevamente dura le empezó a tocar su culo. Le abrió sus piernas y la inclino sobre la silla. Mi esposa rápidamente empezó a gemir, sabía que Jim quería coger su culo… yo mientras, miraba como el semen le continuaba bajando aun por sus piernas, no creía que él fuera capaz de penetrarla nuevamente…al menos no de inmediato. No creía que mi esposa estaba ahí dispuesta a seguir cogiendo...
Jim preparaba mi culito tocándolo con sus grades dedos y pasaba su lengua deseosa de penetrarlo y saborearlo, yo disfrutaba sin fin y gemía..... Mi marido disfrutaba también con aquel hermoso trasero que se contoneaba frente a su rostro como suplicándole que lo tomara, lo disfrutara, lo maltratara, lo gozara, su picha dura goteaba y brincaba de deseo. Mi marido tomo el trasero de Raquel y consumió su cara en aquellas dos hermosas montañas de placer lamiendo su culito, saboreándolo y preparándolo a la vez para introducir su picha parada y coger ese culo delicioso.
Raquel gemía super excitada y le pedía con sus movimientos que la cogiera, que deseaba sentir como su verga entraría en ese culito apretado que lo esperaba.., El no se hizo de rogar y la puso en posición para penetrarla despacito como a el le gusta, disfrutando cada paso, abrió sus nalgas y empezó a introducirse despacio en aquel huequito caliente y húmedo que lo llamaba... empezó con la cabeza y poco a poco la introdujo disfrutando el placer de cada paso hasta sentirla toda dentro de aquel culote, Raquel gritaba....., mi marido me miro y empezó a mover con fuerza su cuerpo contra aquel culo y lo cogía con toda su fuerza.... cuanto placer!!!, la sacaba para respirar y de nuevo volvía a penetrarla, su rostro mostraba cuanto lo disfrutaba....
Jim estaba aún que ardía de placer y su verga aun estaba dura. Con su saliva lubrico el culo de mi esposa. Con una mano abrió sus nalgas mientras que con la otra empezó a empujar su verga dentro de ella. Hellen suspiro hermosamente cuando Jim logro meter la punta de su verga. Suavecito le dijo entre gemidos y con sus manos sobre la silla. Jim la tenía ahí a su disposición. Eres casi virgen BB… esta tan cerradito este culito le decía, estas tan rica que mi verga no deja de brincar – te cogeré ya… Hellen una vez más se volvió como loca, le encantaba que le dijeran ese tipo de cosas. Movía su cuerpo y gemía de placer. Jim continúo penetrándola suavemente. Suavecito le decía… en segundos Hellen había recibido la enorme verga. El dejo su verga disfrutar el culo de mi esposa por unos segundos… sus manos le tomaban el cabello y lentamente lo jalaba hacia atrás… pude ver como sus pezones estaban parados… ella disfrutaba el momento. Jim trato de cogerla pero era un tanto difícil en la posición que estaban. Puso su mano en su boca mientras sacaba su verga… Hellen solo gemía… uffsssss… que haces le dijo, para dónde vas. Jim nuevamente la inclino y esta vez penetro su culo completamente
Aquellos dos culos ardiendo de placer, siendo cogidos a un tiempo y a casi un mismo ritmo, las dos perras gemíamos extasiadas con nuestros culos llenos con las vergas duras y jugosas que nos penetraban, gritos y gemidos de los cuatro involucrados llenaban la habitación, el calor de los cuerpos excitados llenaba el ambiente,, era tanto el placer que no se podía sostener, mi marido y yo cruzamos nuestra mirada cómplice y nos disfrutamos viéndonos como cogíamos simultáneamente con otra persona, ambos estallamos de placer mojándonos al unísono de un gemido largo y profundo, Raquel y Jim al sentir ambos la explosión se mojaron también....., Raquel se volvió hacia la verga que la penetraba y siguió mamando la regada, chupando los jugos que quedaban en ella, saboreando.....
Jim tomo a mi esposa de la mano y caminando lentamente la puso de medio lado en la cama. Su lengua chupo su culo por unos instantes… Hellen abrió sus nalgas con sus manos para disfrutar esa lengua… Jim métamela por favor… necesito sentirla dentro de mí una vez más… quiero sentir dos vergas… me arrime al borde de la cama para que ella pudiese chupar mi verga que ya perdía potencia. Jim subió a la cama aun templado y esta vez le fue más sencillo penetrarla. Hellen paro de mamarme mientras sentía el enorme garrote penetrarla. Una vez que sentí los movimientos de Jim cogiendo el culo de mi esposa y no pude más… el deje solo…Jim saco su ya regado pene y tampoco pudo más… los 4 quedamos en la cama… tendidos y agotados…