El elegido
Una pareja de lesbianas amigas mías, mayores que yo, me citan en un bar para tomar algo y hablar conmigo, con un secretismo inusitado. Acudo a la cita y resulta que me han elegido para hacerme una proposición: Una de ellas busca quedarse embarazada y quieren que yo plante la semilla en su interior.
Estaba absorto en frente del monitor leyendo el correo electrónico, cuando me sonó el teléfono. Vi en la pantalla que era Andrea, y me extrañó, porque rara vez me llamaba y hacía mucho tiempo que no sabía nada de ella ni de su novia: María. Ambas eran pareja desde hace años, justo en el momento en el que las conocí, diez años mayores que yo, contaban cada una con 35 años muy bien llevados, especialmente María. Eran muy buena gente y habíamos asistido a algunas fiestas juntos. Tenían una marcha brutal y una vitalidad que ya quisieran muchas de mi edad.
Cogí el teléfono, extrañado y con curiosidad.
Víctor!! qué tal estás? cómo te va todo?
Hola Andrea! bien, no me puedo quejar, aquí ando en casa tirado, cómo te va todo? qué tal María?
Bien, todo bien, oye, esta tarde haces algo? Tenemos que hablar las dos contigo. Si te parece tomamos algo mientras te contamos una cosa.
El resto de la conversación fluyó conmigo intentando sonsacarle la historia, pero fue imposible, asi que quedamos a las 5 de la tarde en un céntrico bar del pueblo, y allí me presenté, tanteando el aura del enigma que se cernía sobre la llamada. ¿Acaso les pasaría algo grave? Imposible, pensé para mí, me había llamado muy contenta.
Pedí una cerveza en la barra y esperé a que apareciesen ellas, algo que hicieron pasados cinco minutos, hicieron lo propio y se acercaron a mí, me dieron dos besos y se sentaron sonrientes.
Andrea seguía vistiendo con ropa ancha, no era ningún secreto que era la "marimacho" de la relación, algo gordita y muy guapa, pero detrás de esa ropa ancha daba la sensación de que se escondía una delantera descomunal. Por contra María también tenía aspecto de marimacho, pero era bastante más alta -es más alta que yo-, bastante más delgada, sin ningún kilo sobrante, vestía ropa ceñida y aunque no era tan guapa como Andrea no era precisamente nada fea de cara, pero de cuerpo... menudo cuerpo, si a su delgadez le sumas un culo respingón y una delantera grande para su peso pues imaginad.
Tras las banalidades de la vida, la conversación viró rápidamente hacia el tema por le que me habían llamado. Resulta que las dos querían ser madres, pero Andrea se negaba a quedarse embarazada, algo que a María sí le hacía ilusión, asi que solo les quedaba elegir la forma, y querían que fuese algo natural. María rompió el hielo:
- Víctor, ya sabes que antes de estar juntas tuvimos relaciones largas con hombres, incluso yo estuve casada, asi que hemos decidido buscar a un hombre para que me deje embarazada. Pero para ello queremos que sea mediante un trío, que nos folle a las dos, ya que aunque seamos lesbianas declaradas... ya hemos probado las pollas antes y hemos disfrutado con ellas jajaja, y no sería justo que esa persona solo me follase a mí, yo al menos me sentiría mal, y Andrea quiere participar, cosa lógica jajaja.
Ambas reían contándome la historia y Andrea asentía con cara de viciosa. Tras una larga meditación por mi parte, arranqué.
- Ya, e imagino que queréis que os ayude a buscar a un buen candidato. No se, me tendréis que decir cómo os gustan los tios o si hay alguien especial que os haga tilín y al que os queráis cepillar. Además, tendréis que dejarle claro que del niño o niña os haréis cargo vosotras y que de alguna manera nunca le pediréis cuentas ni el crio sabrá quien es el padre.
Ambas se miraban divertidas y me miraban con los ojos como platos, estaba claro que no me había dado por aludido.
- Claro cielo, esa es la idea, pero el caso es que ya tenemos candidato, te lo voy a decir sin rodeos, queremos que tú me dejes embarazada. Eres guapo, inteligente, buena gente, se puede confiar en ti, deportista, sabemos que contigo podríamos follar a pelo sin temor, y físicamente nos pones, para qué negarlo.
Mi cara en ese momento era un poema, ambas me miraban sonrientes, sabían que debía procesar toda esa información, y la que prosiguió fue Andrea.
- Está claro que con un polvo es difícil acertar, asi que los días fértiles de María son la semana que viene. La idea es que quedemos durante toda la semana que viene y cuanta más leche dejes dentro de María... más probabilidades habrá jajaja, hablando en plata, queremos follarte durante toda una semana. Yo me empecé a tomar la píldora hace dos meses, por si por algún casual te corres dentro de mí accidentalmente, para que no pase nada. De hecho si vemos que aguantas y que a María ya la has rellenado convenientemente... pues me haría ilusión que descargaras dentro de mí aunque fuese una vez jajajaja. Como ves lo tenemos todo pensado, y no tenemos más candidatos que tú, queremos que seas tú, queremos follarte a ti, y nos puedes pedir a cambio lo que quieras, de hecho María sugirió que si te gustaba la experiencia podríamos seguir quedando hasta que se quedase embarazada o durante el embarazo...
Y María la interrumpió.
- Como si quieres follarnos durante todo un año, las dos estamos dispuestas, incluso Andrea está dispuesta a seguir follar contigo, siempre conmigo presente aunque no participe, durante un año más después de que nazca la criatura. Creo que sería justo dado que lo que te pedimos es serio, nos ha costado mucho pensarlo todo y sabemos que te pedimos el favor de nuestras vidas. ¿Qué dices?
Para entonces yo ya había asimilado la historia, las conocía de sobra, sabía que eran de fiar y las dos me ponían muchísimo, de hecho estaba super cachondo.
Pues que sí, para mí será un honor ayudaros, sobre lo de follar más allá de la semana que viene me tienta y mucho, eso ya lo veremos.
Eso lo decidirás única y exclusivamente tú, ambas estamos dispuestas, incluso si con alguna de nosotras no disfrutas nos lo puedes decir, lo único que te pedimos a cambio es que descargues tu semen dentro de mí y que a la que descartes la dejes estar presente, nada más, ninguna se va a enfadar, puedes follarte a Andrea y cuando te vayas a correr metérmela a mí y descargar dentro. Queremos disfrutar contigo, pero por encima de todo queremos ser madres.
Eso no pasará, estoy seguro, quiero que sea con las dos a la vez.
Seguimos planeando la historia, incluso hablando del tema legal, del que se encargaría el hermano de una de ellas, que era abogado y que fue quien les sugirió la idea de que eligiesen a un hombre conocido en lugar de usar la inseminación artificial. Cuando salimos del bar Andrea sugirió que tenía una idea especial para sellar el pacto entre los tres. Miré la cara de María y la vi confusa, estaba claro que era idea única y exclusivamente de Andrea.
Subimos los tres al coche, conducía la autora de la idea, y nos llevó a cada de las dos. Nos indicó con la mano que la siguiéramos hasta casa, y una vez dentro, mientras yo contemplaba lo rústico de la decoración y lo chula que era la cama, Andrea nos contó su idea.
- Vamos a echar uno rapidito, va a ser el primer polvo y el que selle nuestro pacto. Lo siento Víctor, he visto que tu pantalón iba a reventar y he visto que María tenía los pezones para arañar cristales, y yo para qué os voy a mentir, estoy chorreando jajaja
Los tres reimos a la vez y empezamos a besarnos. Primero fue Andrea, que exhibió una boca grande con una lengua superjuguetona, me encantó como me besó de manera fuerte, poderosa y a la vez delicada. Después fue María, que fue más peculiar con su beso, más despacio, más sutil, más tierno, pero igualmente me encantó.
Los tres nos quedamos en ropa interior, mi pene amenazaba con sobresalir del gallumbo. Me quedé embobado viéndolas. Andrea tenía una delantera descomunal, y aunque estaba gordita no tenía tripa y sí unas curvas que escondía muy bien, mientras María estaba increíble, sus braguitas marcaban de forma sutil una rajita que daba hambre solo verla, y su delantera era enorme contrastando con su delgadez. Se conservaban extremadamente bien para tener 35 años, y en ese momento me sentí pequeño ante ellas, diez años menor y ante dos portentos sexuales que habían visto mucho más mundo que yo.
Andrea se acercó a mí, y sin mediar palabra se arrodilló ante mí, se giró a María y le dijo:
- Túmbate en la cama y quítate las bragas, le voy a dejar temblando y a punto de caramelo, y mientras se recupera un poco te vamos a comer el coño antes de que él te folle y se corra dentro de ti. Pero antes me lo voy a comer y me lo voy a follar yo, ya puedes prepararte chaval.
María sonrió y accedió, yo temblé mientras veía como Andrea dejaba mi pene al aire y lo cogía con una mano mientras se relamía.
- María cariño, hemos acertado de pleno, como esta preciosidad funcione nos vamos a poner moradas.
Y comenzó mi tortura, empezó a masturbarme mientras se ponía de pie y me comía la boca con avidez, nunca nadie me habían besado de esa forma, me ponía más cachondo su forma de besar que su manera de masturbarme, que era sutil y suave.
Tras unos minutos besándonos como si no hubiese un mañana vi como María estaba tumbada en la cama con dos dedos dentro de su vagina, disfrutando del espectáculo. Andrea se arrodilló y antes de que fuese consciente noté como la punta de mi pene se abría paso en su garganta, la sensación fue única, increíble, me habían hecho mamadas, pero jamás una garganta profunda. Comenzó un vaivén en el que su boca me follaba literalmente, y siempre mi glande se alojaba en su garganta, un lugar cálido, supersuave y superlubricado.
Tras unos minutos yo estaba en el limbo, dejándome llevar, sin pararme a pensar siquiera que en breves iba a acabar inundando esa boca con un orgasmo sin igual. Andrea se estaba tocando mientras se comía mi pene completamente, estaba desbocada, gimiendo mientras me hacía la mejor mamada que me habían hecho hasta la fecha. María nos dio una voz y nos hizo espabilar, y de paso parar...
- Andrea cariño, detente ya o se va a correr en tu boca cuando ni tú ni él os lo esperéis, se ve a la legua -y sonrió- que aunque haya estado con muchas chicas... pocas o ninguna eran mujeres de verdad. ¿Alguna vez te habían hecho una mamada así? Es obvio que no. Me parece a mí que los tres nos vamos a beneficiar mucho de todo esto, y me alegra especialmente por ti Víctor cielo.
Yo seguía en éxtasis, con la respiración agitada y unas ganas de correrme impresionantes, si María no llega a parar a Andrea hubiera pasado exactamente lo que ella había explicado, hubiera descargado toda mi leche en el fondo de la garganta de Andrea. Ésta se levanto y en voz baja aunque suficiente para que María lo escuchase, me dijo:
- No te preocupes cielo, un día de estos te haré una mamada con final feliz y te correrás en mi boca, y te sorprenderás al comprobar que María es aún mejor que yo en esto, y si ella quiere también te hará otra mamada con el mismo final. -María asintió relamiéndose- Ahora me voy a comer el coño de María mientras tú coges aire, no te voy a follar porque te he dejado demasiado maduro, lo siento, te la vas a follar a ella y a empezar a descargar leche dentro de ella.
Me senté y asistí durante 10 o 15 minutos que se me pasaron super rápidos, a un espectáculo impresionante. Andrea se comió el coño de María de la misma forma en la que me besaba a mí, no me extrañó ver a María corriéndose enseguida gritando como si estuviese poseída, pero eso no acabó ahí, Andrea siguió torturando con su lengua el clítoris de María hasta que se corrió por segunda vez, la cama estaba empapada de los flujos de María.
Después se cambiaron las tornas y fue María quien se zampó a Andrea, su lengua era capaz de entrar hasta la mitad en la vagina de Andrea. Ésta no chillaba, ni gritaba ni gemía muy alto, pero se notaba a la legua que estaba disfrutando, sobre todo cuando empezó a convulsionar en la cama mientras con sus manos enterraba la cara de María en su coño. María quiso seguir, pero Andrea la detuvo y me señaló a mí.
- Es hora de que te folle, no te preocupes por mí, ya me cogeré yo un día especial para mí en el que tanto él como tú os dediquéis a darme placer, te dejo avisada de que se correrá dentro de mí varias veces y luego tú me comerás el coño. Ahora vamos a sellar el pacto como dios manda, pero antes me voy a meter esa polla una sola vez
Andrea se acercó, me besó y no pudo contener las ganas de sentarse encima mía, cogió mi pene con su mano y se lo enterró en su vagina completamente depilada. Era algo que no me esperaba y sentir la suavidad y la lubricación de su vagina me hizo temblar de placer. Inmediatamente se salió y me llevó de la mano hasta la cama, donde María me esperaba con las piernas abiertas.
Me tumbé encima de ella y mientras nos besábamos Andrea cogió mi pene y lo colocó en la entrada de su vagina, segundos después mi pene estaba totalmente dentro de ella. Sentí lo mismo que con Andrea, una suavidad y una lubricación sin igual, y una fortaleza en las paredes vaginales tremendas.
María me susurró al oído, entre jadeos, mientras entraba y salía de su interior, que nunca usaban consoladores y que era la primera polla que probaban desde hace años, pero que tenían sus vaginas fuertes de tantas masturbaciones y sexo juntas.
Vaya, parece que aguanta más de lo que pensaba, si lo llego a saber me lo follo yo antes jajaja. Cariño, te vas a correr ¿verdad? -y fue interrumpido por un grito de María-.
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! aaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! me corrooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Eso fue demasiado para mí, sentir las convulsiones de su vagina en mi pene y ver como hacía disfrutar a un pivón como María fue demasiado para mí, realicé una última embestida de golpe, tocando el final de la vagina y el comienzo del cérvix uterino, y un primer chorro de semen salió a la par que un jadeo por mi parte. Antes de que un segundo y tercer chorro de semen se incrustaran en los más profundo de la vagina de María intenté sacar mi pene unos centímetros, pero María enroscó sus piernas, impidiéndolo, y me susurró:
- Cielo, aguanta corriéndote así por favor, sé que me estás tocando el cuello uterino y que está siendo incómodo para ti, también para mí, pero es ideal que descargues todo tu semen ahí y hagas un señor tapón de plasma seminal, aguanta cariño, por favor.
Mis muecas de molestia eran evidentes, estaba descargando una ingente cantidad de semen y a cada convulsión de mi pene le acompañaba la molestia del roce de mi glande con su cuello uterino. Andrea me acariciaba y me daba besos en la cara. Sentía que estaba teniendo el mayor orgasmo que habia tenido jamás y a la vez el más molesto, no llegaba a ser dolor, pero a cada chorro de semen le seguía una molestia.
- Ánimo cielo, te vamos a recompensar a base de bien, ya lo comprobarás
Tras una última descarga mi cara cayó en los pechos de María, y entonces ella aflojó las piernas y pude sacar mi pene de su interior. Pude ver brevemente que tenía la punta del glande bastante roja, y digo brevemente porque rápido Andrea se lo metió suavemente en la boca, limpiándolo y ayudando con su mano y su saliba a que mi piel tapase por completo mi pene.
María me acariciaba la cabeza mientras las dos se interesaban por mi estado. Les dije que estaba bien y que no pasaba nada mientras no parábamos de besarnos. Andrea entre risas me preguntó que si tenía prisa en irme, ante mi negativa nos miramos los tres y María exclamó:
Esa firma del pacto me ha gustado, pero ahora falta que firmes en el coño de Andrea, lo vamos a hacer al revés.
Pero María, lo suyo es que se siga corriendo dentro de ti
Vamos a follar muchísimas veces, tú has visto lo que me sale de la vagina? me ha llenado totalmente de leche y aún no estoy en mis días fértiles, disfruta tú también cariño, estás tomando la píldora y quiero que disfrutemos las dos, corrijo, los tres, no te preocupes que en los días clave haremos que se corra todas las veces dentro de mí. ¿Tú qué dices Víctor?
Ví que me miraban expectantes, asi que sonreí y contesté:
- ¿Dónde hay que firmar?
Y lo que siguió no fue exactamente como María lo había planeado, ya que ella se saltó el guión y me hizo una mamada con final feliz, por las molestias ocasionadas, tragándose todo mi semen. Ante la decepción de Andrea intervine diciendo que esperásemos un rato y volviésemos a la carga, y así fue como María dejó a Andrea que me hiciese otra señora mamada y me follase hasta que unos pocos chorros de semen se mezclasen con dos señores orgasmos por su parte.
Nos despedimos besándonos y magreándonos, y quedamos para el día siguiente. Pero eso en siguientes relatos si queréis que cuente como continúa la historia.