El electricista se porto muy bien (3) con sorpresa

Llego justo a la hora convenida pero decidido a coger antes de trabajar. Al final de la jornada completó el trabajo el hombre de vigilancia.

EL ELECTRICISTA SE PORTÓ MUY BIEN (3) VINO CON SORPRESAS

Eran las 13:30 horas. Yo llegué al departamento con material que me pidió Hugo que comprara para las instalaciones que tenía que hacer.

Me preparaba para darme una ducha y sonó el teléfono. Era Hugo que me confirmaba que llegaría en media hora. Le dije que daría el aviso a la portería para que le permitan entrar y que dejaría la puerta sin cerrojo.

Me fui al baño y justo a las 14:00 oigo que abre la puerta, depositó en el piso una pesada mochila con herramientas y se dirigió al baño donde yo estaba aún sin secarme. Entró y con una irresistible sonrisa se acercó a mi y me dio un beso de lengua. Y me tocó la pija diciendo. Huuumm esta está muy buena hoy ( yo, ya tenía una erección de solo imaginarme cosas) Yo respondí palpando su gran bulto que también estaba muy duro y parado hacia arriba.

Sus bermudas blancos impecables no podían ocultar semejante bulto. La camisa suelta y abierta totalmente permitía ver su hermoso torso velludo y su abdomen musculoso.

Me dijo muy cerca del oído "no sabes la calentura que tengo, ya me hice varias pajas recordando lo que hicimos acá en este departamento." Y seguía tocándome la pija.

Nos fuimos al dormitorio y nos tendimos en la colchoneta. Hugo se acomodó como en 69 y se puso mi pija en su boca. Al principio con cautela y solo sostenía el glande en sus labios. Yo no podía creer lo que estaba pasando y no hacía nada. Hugo fue tomando más confianza y se metió la pija. Y arrimó su pelvis a mi cara. Aún estaba vestido y yo bajé el cierre de sus bermudas y ¡otra sorpresa! No tenía nada debajo. El bulto saltó a mi cara y me lo metí sin pensar en la boca. Ya tenía el glande muy mojado. Saboree esos jugos y después me fui hacia sus peludas bolas.

Hugo seguía muy ocupado con la mamada que me estaba haciendo, era muy claro que lo estaba disfrutando; yo estaba como en el cielo gozando de un 69 con ese macho que me re calienta cada vez más.

Esto duró un buen rato y Hugo salió de esa posición y me dice "ahora te quiero coger". Me colocó de espaldas, puso mis piernas en sus hombros y me enfrentó el agujerito con su pistolón. Me dolió porque no hubo dilatación previa pero eso duró poco. Él es un maestro y asi me la puso toda. Se movía despacio y después siguió un movimiento más rápido y más rápido. La sacaba casi toda y la metía hasta hacerme sentir sus bolas en mis nalgas. Es difícil describir el placer que me hace sentir en esa posición.

Después él se colocó de espaldas y me hizo sentar en la pija. Yo obedecí. Así fue como en sus movimientos cada vez más rápidos, acabó gimiendo fuerte. Me agarró la pija de nuevo y me pajeó hasta hacerme acabar, teniendo su berga todavía metida y dura.

Así acabé. Los chorros de mi leche dieron en el cuello, cerca de la boca y en el pecho. Yo lentamente me saqué la pija del culo, y acerqué mi boca a la suya. Le limpié con la lengua toda la leche que tenía en la cara y en el cuello y finalmente lo hice con su pecho. Bajé hasta la pija. Ël ya se había sacado el forro. Le limpié bien la pija y nos tendimos un rato. Hugo me abrazó y me dijo que mi culo y todo lo que hacemos juntos lo tiene loco. "Hace días que vengo pensando en tu pija y te la quería chupar, me gustó mucho"

Nos fuimos a la ducha. Yo le recordé que había un trabajo pendiente de electricidad. Se rió y me dijo que a las 16:00 viene un ayudante. Lo miré sorprendido porque ya eran las 15:00. Me dijo "tranquilo, él me va a llamar antes de venir"

En la ducha nos dedicamos a lavarnos nuestros cuerpos. Yo le dediqué especial cuidado a su pija. Y una vez limpia me arrodille y se la chupé. Se siente muy lindo así flacida, poder tenerla toda en la boca. Hugo me miraba y sonreía. Después me tomó la cara con sus manos, acarició mi boca y me dijo "ahora vas a calmar tu sed" y si esperar me largó un chorro de pis en la boca. Y siguió orinando hasta vaciar toda su vejiga, que por cierto estaba muy cargada. Me la tragué toda.

Ahí nos terminamos de lavar y nos secamos.

Sonó el teléfono. Atendió Hugo y me confirmó que venía su ayudante. "es un viejito jubilado" agregó. Él mismo llamó a la portería y le dio el nombre del ayudante para que pueda entrar.

En pocos minutos llegó, tocó el timbre, y Hugo lo hizo pasar. Casi me muero al verlo. Era un flaco de unos 25 años con un cuerpo espectacular y además muy lindo.

Se saludaron y hablaron del trabajo. Yo me fui a la cocina, para tranquilizarme y allá fue, Hugo. Yo lo interrogué con la mirada y me dice. "Está bueno el jubilado no?" Yo no sabía qué decir pero me reí, creo que nervioso. Hugo me tranquilizó y me dice no pasa nada con él el un amigo que se casó hace muy poco y necesita un trabajito extra porque la mujer está embarazada.

Bueno siguieron trabajando. Hasta terminar. Quedó todo muy bien. Con iluminación en todos los ambientes. Y a las 20:00 horas se retiraron. Con la promesa de Hugo de llamarme por si sale otro "trabajo" y me guiñó un ojo.

Yo me quedé para ordenar un poco. En el dormitorio seguía la colchoneta medio desordenada. Y había un poco de basura por todos lados.

Estaba en esa tarea y sonó el timbre. Atiendo pensando que sería Hugo, pero no, era un vigilante. Un señor de unos 40 años muy alto, de piel muy oscura y ojos negros muy expresivos. No era de raza negra pero tenía algunas facciones. El cabello casi rapado, con una frente amplia y brillosa. Muy buen cuerpo, seguramente bien trabajado en gimnasio. Yo lo había visto muy pocas veces. Me preguntó si molestaba. Le dije, que estaba todo bien. Que qué necesitaba.

Me dijo que como los muchachos que se fueron eran electricistas, quería preguntarme si eran recomendables porque él necesitaba hacer un trabajo en su casa.

Lo hice pasar y le mostré el trabajo que habían hecho. Nada del otro mundo, le dije pero son muy prolijos y cumplidores. El miró todo, las luces del baño le gustaron. Después fue hasta el dormitorio y vio la colchoneta. Sin querer al pasar por ahí la corrió un poco y salieron los dos forros que habíamos usado con Hugo.

Me miró y se sonrió. Yo me debo haber puesto rojo, pero su sonrisa me tranquilizó.

Yo los levanté y los coloqué en la bolsa que tenía ahí cerca. Lo miré nuevamente y vi que se estaba acariciando el bulto. Parece que hubo acción por acá no?" me dijo y

siguió con sus caricias.

Le dije "si un poco". Se rió y salió del dormitorio. Me dijo "puedo usar el baño?" Le contesté que sí. Se fue y se puso a orinar sin cerrar la puerta. Desde ahí me preguntó que dónde había conseguido los plafones. Yo fui hasta la puerta del baño para contestarle y él se asomó todavía orinando y con su pija semi erecta en la mano. Yo entré y seguí hablando de las luces. Pero sin dejar de mirarle la pija. Me fascinaba el color y el tamaño. Era como una morcilla y crecía cada vez más. El ya no orinaba, solamente se acariciaba.

Yo entré y me senté en la bañera y él entendió el mensaje, me la acercó a la boca. Era muy larga pero no tan gruesa como la de Hugo y se la chupé con ganas. Le desabroché el pantalón y pude apreciar el par de bolas negras y con muy poco pelo. Un espectáculo inigualable.

Le fui bajando todo el pantalón hasta que se lo saqué. Él acariciaba mi cabeza y bombeaba como cogiendome la boca. Lo invité a la colchoneta y ahí fuimos. Nos sacamos toda la ropa y seguí con la mamada de esa morcilla deliciosa. Pasé la lengua por sus bolas y lo miraba cómo gozaba.

Le dije "cómo me gustaría que me la metas toda" Él me dijo "con mucho gusto" y me acomodó boca abajo. Me la metió despacio pero sin parar hasta que entró toda. Sentía el peso de su hermoso cuerpo en mi espalda. Me besaba la nuca y bombeaba cada vez más rápido. Yo disfrutaba como loco. El cuerpo caliente del vigilante me apretaba contra el piso. Me cogió un buen rato y finalmente se movió más y más rápido y me anunció que quería acabar. Yo le contesté "Dale macho, acabame en el orto". Y sentí los chorros de leche que iban quedando en el forro.

Yo quedé destruído pero creo que muy satisfecho. El culo me ardió varios días. Pero ese ardor me recordaba las cogidas que había recibido.

El vigilante se dio una ducha, rápida y se fue. Dijo que su mujer lo esperaba en unos minutos. ¿"nos veremos de nuevo"? me dijo y me abrazo y me besó en el cuello. Yo le contesté "eso espero, hay más cosas por hacer acá" Le toqué el bulto, me reí y lo acompañé a la puerta.

Ya les contaré como sigue esta historia. Si les gustó escríbanme a

danielgrimau@yahoo.com.ar