El electricista

Fue hacer unas reparaciones a mi casa y terminamos gozando como hace tiempo no lo hacia

Hace unos días tuve que hacer varias reparaciones en la casa, dado que no tenía tiempo de hacerlas yo mismo, contrate los servicios de un maestro muy recomendado por unos amigos. Nos pusimos de acuerdo y pedí el día libre para poder estar durante la reparación, ya no que no tenía con quien dejar la casa durante el proceso. Cuando tocan el timbre, aparece un muchacho de no más de 25 años, con cara de niño, flaco y de ojos grises. Lo hago pasar, le indico cuales son los trabajos que requieren de su atención, el me dice que no hay problema y empieza a lo suyo.

Al cabo de unos minutos, voy a ver en que andaba, lo veo agachado en una conexión eléctrica, pude notar que el pantalón se le había bajado un poco, lo suficiente para ver que andaba con un pequeño calzón, esto me provoco una leve erección, me quede atónito con este muchacho. El se da cuenta de mi presencia y se da la vuelta, al hacerlo percibe mi erección y sin decir nada, gira, de rodillas, me toma por la cintura y me baja el cierre del pantalón. Yo me quedé helado, no sabía que decir, mientras este chico me la chupaba con delicadeza, sus movimientos eran tiernos pero firmes, en un momento lo tomo por la cabeza y guío sus movimientos, cada vez que con más fuerza hasta que suelto un potente chorro en su garganta, el se lo traga todo, no deja escapar ni una gota. Luego se limpia, me sonríe y sigue en lo suyo.

Yo me voy a la cocina, tomo un vaso de agua y trato de entender la situación, no es primera vez que tengo experiencias de este tipo, pero la situación me dejó desconcertado. Luego de un par de horas, me dice que terminó y el trabajo está listo. Lo acompaño a que me muestre como quedaron las reparaciones, el caminaba delante mío y yo no podía evitar fijarme en ese trasero, pequeño pero firme, deseaba poder tocarlo y meterlo entero, nuevamente tuve una erección y nuevamente el muchacho, se llamada Gaspar, se dio cuenta de lo sucedido, pero esta vez, me dice:

  • Jefe, me muero de ganas de que me la ponga hasta las bolas.

Sin medir palabras, se acerca y me da un jugoso beso, luego me baja los pantalones a medida que él se quita la ropa, y me dice con voz tierna:

  • Esta vez quiero que me la chupes, luego mi culo es tuyo.

No tuvo que decírmelo dos veces, me arrodille y empecé a jugar con esa herramienta hermosa, recorrí todos sus 20 cm, le pasaba la lengua, me lo metía hasta sentir como me cruzaba la campanilla y lo volvía a sacar, empecé un vaivén hasta que me dice, que pare, que no quería acabar antes de que yo gozara también.

Se pone contra la pared, levanta el culito, acomodo el glande contra su orificio, apenas entra un poco, no me aguanto las ganas y se lo clavo de un solo golpe, Gaspar gime con fuerza, empiezo a metérsela como si se fuera acabar el mundo, hasta que no aguanto más y se lleno el culo de semen.

El queda satisfecho, pero yo quería más, le pido que me la meta, me pongo de cuatro, el me besa el culo, me mete la lengua hasta que casi le tengo que implorar que me la meta. Me devuelve el favor y de un solo golpe me la mete hasta el fondo, hacía tiempo que no sentía un pedazo de carne en el culo, me duele pero le pido que siga, sus movimientos son violentos, firmes, yo gemía como una puta en celo, luego cambiamos de posición y me siento sobre él, seguimos así toda la tarde, hasta que caímos rendidos de placer.

Luego de refrescarnos, el me la vuelve a chupar, y luego de llenarle la boca de semen, me da un beso, le pago por el servicio. Y quedamos en juntarnos en otra ocasión.

Eso es lo que llamo un servicio completo, espero que no pase mucho tiempo antes de tener una próxima aventura. Ya saben, si andan por Chile, y tienen ganas de pasar un buen momento, solo escriban y quien sabe podríamos vivir otra aventura juntos.