El Ejecutivo 3
Crónica del ascenso, triunfo y desaparición de un Ejecutivo.
A mediados de la semana siguiente me llamo Mónica, se había dejado algo en el piso y como ya no tenía llaves pasaría por la noche, cuando yo estuviera, a recogerlo.
Me sonó a excusa, la conocía muy bien, estaba haciendo su jugada, habían pasado unos días, sabía que yo estaría mas calmado y mas receptivo a sus explicaciones y probablemente pensaba que con un poco de sexo y de conversación todo volvería a quedar como antes, y probablemente no se equivocaba mucho.
El fin de semana tan intenso que había vivido con Raúl y Sonia me iba a ser muy útil. Podría tomar mis decisiones sobre nuestra relación con la cabeza y no forzado por la necesidad.
Además estaba ampliando mis horizontes, estaba iniciando nuevos caminos y entrando en un mundo que de momento me tenía fascinado.
Y lo que yo ya tenía claro es que Mónica no era la mujer de mi vida. Tenía que hacérselo entender de la manera menos traumática posible si es que ella estaba todavía pillada conmigo.
Cuando se presentó, nos dimos un abrazo y un par de besos de buen rollo, no puedes vivir con una persona durante un periodo y pretender borrar todos los sentimientos de un plumazo aunque te haya puesto los cuernos. Cuando hay engaño el amor se trasforma en odio pero ese no era mi caso.
Así que, antes de que desarrollara su estrategia y se lanzara, quise ser sincero con ella y poner mis cartas sobre la mesa " - Sonia, lo nuestro se ha acabado, pero no porque me pusieras los cuernos, si estuviera enamorado de ti, lo superaríamos, pero todo esto me ha hecho darme cuenta que no estamos hechos el uno para el otro".
" - Y tiramos por la borda nuestra relación".
" - Mejor tirarse por la borda que tirarse a los pilotos". No pude evitar el chiste fácil.
" - Vale, no te pases. Y que conste que ya sabía cual iba a ser tu respuesta. Nos conocemos muy bien. Pero, entenderás que tenía que intentarlo".
" - Entonces, le dije, quedamos como amigos. Aunque preferiría que me apuntaras en la agenda donde tienes al piloto, la agenda de los amigos especiales".
" - ¿La agenda de los follaamigos? ".
" - Si, en esa".
" - Entrar en esa agenda no es tan fácil, se ha de superar un difícil examen de evaluación". Me contesto riéndose.
" - Yo no estoy muy cualificado, pero tengo mucha afición y le pongo mucha voluntad. Si me quieres hacer el examen, estoy a tu disposición ahora mismo". Mientras le iba hablado me acerque frente a ella, le planté las manos en los mofletes del culo y la apreté contra mi, quería que notara mi erección y un segundo después le estaba metiendo la lengua hasta el esófago.
" - Ya noto entre mis piernas lo contento que estas de verme. Vamos a ver si logras aprobar el examen y mas vale que te esmeres, en la agenda solo entran los que sacan nota".
Fuimos al dormitorio y al contrario que nuestro último encuentro donde habían reinado la agresividad y la rabia en un polvo salvaje, ahora hicimos el amor con cariño, con dulzura, con complicidad, mirándonos a los ojos. Fui entrando en ella lentamente, muy despacio, no teníamos prisa pero yo quería que se pusiera cachonda, que me pidiera más y más, quería verla perder el control. A medida que sus gemidos iban aumentando yo iba aumentando el ritmo y forzando la marcha. Para haber empezando como un polvo tranquilo, estábamos ya los dos dando botes, gritando, gimiendo y bufando como animales. Hasta que nos corrimos y quedamos agotados abrazados, dándonos besitos y sin ninguna gana de que aquello acabara. Recuerdo que pensé ¡Que bien se queda uno después de un polvo! . La noche no había acabado, a los dos nos apetecía mas y no iba a ser cosa de quedarnos con ganas.
En las próximas semanas la vida en la empresa fue cogiendo una cierta rutina. La trama que había montado para evadir dinero se fue complicando, hubo que replantearse cambios y reajustarlo todo, eso me supuso una mayor implicación por mi parte. Mi firma aparecía por demasiados sitios y si se giraban las cosas y alguien empezaba cruzar datos, yo podía tener problemas.
Le planteé mis temores a Pedro que me tapó la boca con un sustancial aumento de sueldo.
La verdad es que no me preocupaba mucho el tema. Vivimos en un país donde las dobles contabilidades y la evasión de capitales son un hecho habitual, la corrupción campa a todos los niveles, cientos de políticos de todos los partidos están imputados en juicios que no llegan nunca y si llegan ya se encargará el juez de turno, puesto a dedo por los políticos, de decir que " no ve indicios de delito". Y si al final trincan a alguno, ya sabe que en unos meses le llegará el indulto.
Con ese paisaje a mi alrededor yo me consideraba la Virgen María. Y desde luego no tenía ningún cargo de conciencia.
Y en eso llegó la siguiente fiesta. Esta vez yo ya no era el invitado especial. Pedro no me dijo nada y yo lo preferí. Ya me espabilaría yo para buscarme la vida, aunque tenía claro que no sería con la gente de la empresa. Con la excepción de Raúl y Sonia con los que intentaría coincidir a ver si tenía suerte y me caía otro fin de semana glorioso.
Llegue a la empresa dispuesto a aburrirme en conversaciones intranscendentes con personas cuya opinión me importaba una mierda. Hice un esfuerzo y fui saludando gente y conociendo a mas compañeros. La verdad es que el freno de ligar con mis compañeras de trabajo que yo me había impuesto me tenía aburrido, me faltaba aliciente y, como siguiera así, me iba a ganar una impresionante fama de sieso en la empresa.
Estaba dentro de un corrillo manteniendo una conversación que no me interesaba en absoluto cuando algo me llamó la atención. Un niñato, guapito del departamento de ventas estaba haciendo el payaso con unos gestos inusuales. Los gestos iban dirigidos a una chica mayor que él que estaba en otro grupo a unos tres metros. Yo la conocía, me la habían presentado, aunque no recordaba su nombre, era la mujer de un contable, y el contable estaba a su lado, hablando con alguien, mirando a otro lado y sin percatarse de nada.
Y empezó un juego entre ellos de miradas, de gestos, de provocaciones que era aceptado por ambos. Se cruzaban sonrisas, él le lanzaba miradas intensas y sensuales provocándola, miradas que ella iba encajando con placer, sonriéndole y esponjándose. Y lamentando ya la presencia de su marido tan cerca.
Para alguien que viera solamente un gesto, ese gesto no significaría nada, pero viendo el conjunto estaba claro de que iba todo aquello. Era puro acoso y derribo. Y yo, por primera vez en la noche, me empezaba a divertir. Tengo que saber como acaba aquello.
La chica dice algo al oído de su marido y se levanta marchándose a otro salón. Tiene que ser discreta y cambiar de escenario. Se instala en otra habitación. No pasan ni dos minutos que aparece él y por supuesto también yo que disimulo mirando con mucho interés los artesonados del techo, pero que no me pierdo ningún detalle de ese juego de galanteo. No me conocía yo esta vena de mirón, pero disfruto viendo las distintas fases del juego.
Ahora se han sentado juntos pero apartados y a cada frase que el le dirige, ella responde riéndose de una forma exagerada. O él tiene mucha gracia o a ella se le están aflojando las bragas. Y yo hablando con unos y otros para disimular y sin perderme detalle de sus avances.
Y llega el momento en que ella sale hacia el jardín, no se me ocurre seguirla, la dejo salir, se que si le sigo a él la encontraré a ella. Me convierto en un maestro del camuflaje y cuando unos instantes después él sale, yo le sigo. Atraviesa la terraza, la zona de la piscina, el jardín y se introduce en el bosque.
No puedo ir pegado a sus talones porque me vería, le dejo un poco de margen y luego con la mejor cara de despistado que puedo poner, me adentro en el bosque. No se ve nada, así que me dejo llevar por el oído. No he avanzado mucho cuando oigo unos jadeos al lado derecho del camino, automáticamente me escondo en el lado izquierdo, voy acostumbrando mis ojos a la oscuridad y moviéndome entre el follaje voy buscando un hueco que me permita ver a la pareja.
Y los veo. El la tiene apoyada contra un árbol, la besa con ganas, tiene la mano derecha apretándole el coño mientras la va moviendo haciendo presión con los dedos. Le va subiendo el vestido, las bragas blancas de ella resaltan en la oscuridad, mientras los dedos de él se van abriendo paso desplazándole las bragas y moviéndose con libertad para ir despertando los gemidos de ella.
Ella suspira dejándose hacer, encantada del manoseo que está sufriendo, los gestos son muy rápidos, ambos tienen una cierta urgencia por desarrollar todo el placer que la situación les pueda ofrecer, urgencia cambiando de posición, urgencia cambiando de postura, urgencia moviendo manos, quieren tocarlo todo, sentirlo todo, disfrutarlo todo. Y lo van logrando y sus suspiros y gemidos parecen dibujar un mapa de lo que sus cuerpos están sintiendo.
Y yo quisiera ser él, quisiera participar, quisiera estar en medio, quisiera sentir todo lo que ellos están sintiendo. Mi calentura no tiene nada que envidiar a la de ellos, mi pene está en su máxima expresión, en algún momento pienso en sacármelo y masturbarme, pero solo un momento, ya no soy ningún adolescente salido. Pero los sonidos que me llegan me están matando.
Oigo un ruido a mi izquierda que me sobresalta, hay alguien muy cerca, menos mal que no me he llegado a bajar la bragueta, a muy poca distancia hay una sombra, una sombra que esta observando lo mismo que yo, y el sonido que me ha asustado ha sido un gemido, lo reconozco porque lo vuelvo a oír. Alguien esta viendo el mismo espectáculo que yo y le está afectando de la misma manera.
Me muevo un poco para ver de quien se trata, y compruebo dos cosas, primera se trata de la mujer mas guapa que he visto en mucho tiempo, unos treinta años, con una cara dulce e inocente y unos enormes ojos que no le caben en la cara. Unos ojos de los que me quedé colgado. La distancia no me dejaba distinguir el color. El conjunto es una preciosa cara de ángel donde desentona solo una cosa: la mirada. Una mirada picara, inteligente, morbosa y caliente.
Y lo segundo que detecto es que ella si que me había visto, que los sonidos que ha dejado escapar, han sido provocados y dedicados a mí. Los tíos siempre pensamos que vamos por delante y somos los últimos que nos enteramos de las cosas.
Me voy acercando hacia ella mientras mis ojos se enganchan con los suyos. Si esperaba alguna mirada de temor o de sorpresa que me frenara, me equivoqué. Su mirada parecía decir ¡ya estás tardando!. Y tarde lo menos posible, en los siguientes dos segundos la estaba besando con toda el entusiasmo y la pasión de que soy capaz. Sigo pendiente de su reacción, no quiero haber interpretado mal sus gestos y que me tome por un violador. Me devuelve el beso y se cuelga de mu cuello. De momento no parece sufrir, tendré que esmerarme para hacerla sufrir de verdad.
Mi mano izquierda abarca su culo sobre el vestido, la giro un poco y la palma de mi mano derecha se apoya con fuerza sobre su monte de venus introduciendo los dedos entre las piernas, empujando sobre su sexo. Un cierto juego de mis tres dedos centrales va subiendo poco a poco el vestido, mientras los dedos dan pequeños rozamientos sobre su coño.
La sensación es genial y a ella parece gustarle, el momento es sublime, pero todo se acaba y ahora lo que se acaba es el vestido que ya se lo he subido a la cintura. Mis dedos ya tocan sus
bragas. Unas bragas ya mojadas, que aparto para meter dos dedos en su vagina. Las sensaciones están mejorando, ya son sublimes. Esta chica está tan caliente o mas que como yo.
Apoyo mi espalda contra el árbol y poniendo mis dos manos a los dos lados de su culo la levanto sin dejar de besarla. Ella ha sabido con habilidad soltarme el pantalón y liberar mi pene que ya está entre sus manos apuntando hacia el cielo. La dejo caer y de golpe se ensarta sobre mi polla que, dirigida por ella, se ha mantenido en su sitio. Parece que lleváramos toda la vida ensayando.
Ella me rodea el cuello con los brazos sin dejar de besarnos. Ahora tengo bastante luz para ver el color azul de esos inmensos ojos que me tienen impresionado. Estoy completamente dentro de ella que con las piernas me rodea la cintura. Mis manos la sujetan por el culo mientras mis brazos subiendo y bajando van creando el movimiento necesario para que ambos toquemos el cielo.
No es la postura mas cómoda, habrá partes de mi cuerpo que luego se resientan, pero ahora solo pienso en las partes de mi cuerpo que están disfrutando. Estoy tan al límite que podría eyacular en cualquier momento pero me espero.
Cuando era joven me dieron un consejo 'la primera vez que disfrute ella, ya se encargará ella de que tu disfrutes las siguientes veces' . De alguna forma eso se convirtió en un lema en mis relaciones con el sexo opuesto y lo intento cumplir hasta cuando no tengo mayor interés en el placer de la otra persona como pasa ahora. Así que hasta que no oigo llegar su orgasmo no libero el mío. Aun así hemos sido rapidísimos, estábamos los dos al rojo vivo.
La apoyo sobre el suelo, un último beso una intensa mirada entonces me doy media vuelta y me voy. No hemos hablado ni una palabra. La chica está buenísima pero aquí no hemos venido a hacer amigos. No hay nombres, un polvo rápido y ya está. Mañana si te he visto, no me acuerdo. No quiero situaciones comprometedoras. Aunque no estoy llevando con mucho rigor mi objetivo de no liarme con nadie de la empresa.
En cuando me aparto de la desconocida de los ojos grandes me llega el sonido de la otra pareja, ¡me había olvidado de ellos!. Pero hay siguen, llenos de dedicación, sin dejar de gemir probando todas las posturas contra el árbol. Para ser mi primera experiencia como voyeur, no ha estado nada mal.
Doy cinco pasos mas por el bosque antes de salir al camino cuando frente a mí veo otra figura. ¡Joder con el bosque, está mas concurrido que las Ramblas de Barcelona!. Me paro antes de que me vea. Si es alguien conocido no sabría como podría explicar mi presencia aquí.
Estoy mirando por donde desviarme para que no me vea cuando me quedo parado por la sorpresa. Es el contable, el marido de la que sigue gimiendo a diez metros. Esto se complica. El marido que parecía no enterarse de nada, no se ha perdido detalle y ha sido mas hábil que yo, nos ha estado siguiendo a todos sin que ninguno lo detectáramos.
Y ahora esta viendo de refilón, pero escuchando perfectamente los gemidos de la pareja que no para de follar. Sabiendo que ella es su mujer. Que un niñato la está disfrutando y haciéndola disfrutar. Que debe estar viendo como alguien la toca, la poseé y se la mete por donde quiere.
Me fijo en su cara, no soy capaz de leer su expresión. ¿Que siente?, ¿Que piensa?. ¿Que va a hacer?. No quiero ni imaginarme por lo que estará pasando. Pero, ¿porque no reacciona?. No entiendo como no avanza unos pasos y los separa, esa mujer es suya, es su territorio, un intruso está invadiendo su territorio, es su propiedad privada y alguien la está usando. Alguien se está follando a su mujer.
Pero está quieto, no hace nada, los oye, los ve, pero no hace nada. Los minutos pasan y no hace nada. Y yo no lo entiendo o quizá sí. Dejando a un lado el papel morboso del marido cornudo consentidor, pienso ¿ Hay mayor acto de amor que permitir que la persona amada sea feliz, que disfrute, que goce, aunque no seas tú quien la hace gozar?.
Me marcho de la fiesta. No hago nada por ver a Raul y Sonia. La noche ya ha sido suficientemente intensa. Por hoy ya he tenido bastante, la noche ha sido muy completa en sexo, sensaciones y sentimientos. Si las fiestas dan todo este juego, no me extraña que la gente viva tan feliz en esta empresa.
Los días pasan y no me quito de la cabeza a 'Ojos azules'. Al principio pensaba : cuando me cruce con ella haré como que no la conozco. Total estaba bastante oscuro. Pero no me lo creo ni yo, también estaba oscuro para mí y tengo su cara grabada en mi memoria.
Los siguientes días, pienso que me la voy a cruzar en cualquier pasillo, que la voy a encontrar al entrar en cualquier área. No se cual es su profesión, ni en que departamento ni en que piso trabaja, ni se como se llama. Solo espero que no estuviera en la fiesta por ser la mujer de alguien.
Pero pasan los días y sigo sin ver a 'Ojos azules' . Y según van pasando me descubro buscándola por los distintos departamentos. Quiero y no quiero verla. Pienso que puede pasar si me la cruzo en cualquier pasillo. Ensayo lo que le voy a decir para no parecer un capullo total. Tampoco sé si quiero disculparme o pasar de ella. Pienso que hay que ser muy tonto para tenerla allí entregada como la tenía y dejarla escapar. Me estoy obsesionando con 'Ojos azules'.
Las modificaciones que diseñé para modernizar la contabilidad de la empresa se iban instaurando poco a poco. A veces implicaban cambios que afectaban a otros departamentos, bien ajustando algún mecanismo de funcionamiento o simplemente cambiando los impresos a cumplimentar. Entonces citábamos a los empleados de esas áreas y les informábamos en reuniones que dirigíamos Antonio como Jefe de Contabilidad y yo como Director Financiero.
Nunca hacíamos grupos grandes para que las reuniones fueran fluidas y amenas y para que los asistentes pudieran preguntar y aclarar todas las dudas. Aquella tarde eran gente del departamento de Marketing. Estaba soltando mi parrafada inicial informando de los cambio que se tenían que producir, cuando entre los asistentes descubro a 'Ojos azules'. Yo, muy tieso y muy profesional, actúo como si nada. Logro seguir con la reunión evitando que mi voz o mi mirada me traicionen. Ni una sola vez la miro directamente pero siento sus grandes ojos azules fijos en mí.
Sigo sin saber el nombre de 'Ojos azules', pero ya se donde localizarla. Ya solo me falta saber si quiero, o no, localizarla.
Ya casi al final y después de varias preguntas de empleados que respondemos aclarando dudas, 'Ojos azules' se levanta y se dirige a nosotros: " Y no son excesivas tantas modificaciones y tantos ajustes informáticos con la consiguiente perdida de horas de trabajo para obtener unas hipotéticas y todavía no demostradas ventajas". Y lo iba diciendo mientras me dirigía una mirada entre irónica y provocadora.
Será hija de puta. Le hubiera tirado cualquier cosa a la cabeza, pero le contesté con una sonrisa mientras era consciente de lo buena que estaba.
"Veo señorita que no ha entendido nada de lo que hemos explicado aquí hoy, una de dos o no ha estado atenta o no está cualificada para entenderlo. Por supuesto no tendré inconveniente en volver a repetírselo".
Acusa el golpe, aunque intenta disimularlo, esta roja de indignación, sus grandes ojos azules me taladran con odio, la he puesto en evidencia delante de sus compañeros. Si las miradas mataran yo ya estaría fulminado. Pero es muy hábil y me contesta fingiendo una sonrisa. " - Estoy dispuesta a que me demuestre sus argumentos. Estoy francamente receptiva a contrastar opiniones. Si hace falta hoy mismo a continuación de esta reunión".
" - Lo siento señorita, pero al final de esta reunión me esperan en mi casa mi mujer y mis hijos. Tendrá que ser en otro momento".
Y me di media vuelta dando la reunión por finalizada. Si hubieran podido verme, hubieran visto como mi sonrisa llegaba de oreja a oreja.
Paso por mi despacho, unas llamadas, unos emails y me preparo para irme. Pero me pasa como la mayoría de los días que me lío y al final salgo de los últimos. Total tampoco tengo a nadie en casa esperándome. Llego al parking que ya está casi vacío y me meto en mi coche. Arranco, pongo marcha atrás y cuando aun no se ha movido el coche, dos fuertes golpes sobre la carrocería me hacen frenar de golpe. Todavía estoy preguntándome que pasa cuando se abre la puerta del copiloto y entra 'Ojos azules' sentándose a mi lado.
" - Conque tu mujer y tus hijos. Serás cabrón".
No ha terminado de decirlo cuando ya me he echado sobre ella comiéndole la boca. Si a esta le va la marcha, va a tener marcha. Mi mano izquierda primero manipula los mandos y baja su asiento y a continuación se abre paso entre sus piernas que no ofrecen ninguna resistencia. Un último vistazo sobre el parking para evitar miradas extrañas y ya me dedico a ella con los cinco sentidos.
Está sorprendida de mi ataque. No se lo esperaba. Pero se adapta rápido. Pienso que en el fondo es lo que venía buscando, le he ahorrado los preámbulos de conversación.
Yo ya estoy encima de ella y mi mano esta frotándose sobre su sexo y sin mas contemplaciones desplazo las bragas y le meto un dedo en la vagina, cuando sale y vuelve a entrar ya son dos dedos y cuando salen lo que hacen es dirigir mi pene hacia la entrada. Todavía no está suficientemente lubrificada.
La rapidez con que estoy actuando se parece mucho a una violación. Comienzo a empujar, cuesta pero va entrando, con cada empujón entra un poquito mas y otro poquito mas y otro poquito mas y cada vez cuesta un poquito menos. La sensación y el placer que ambos estamos sintiendo es inenarrable, quien lo ha sentido sabe que no hay palabras para describirlo.
Ya he llegado al fondo, los embates son rítmicos, profundos, con toda la dedicación de que soy capaz. Y lo disfruto, los dos lo disfrutamos, no es solo mi pene el que siente, es todo mi cuerpo, son mis manos, mis brazos, mis piernas, es mi mente. Estoy rezumando placer por todos los poros de mi cuerpo.
No soy especialmente escandaloso pero me oigo resoplar como si estuviera corriendo en una maratón. Entonces me concentro en ella y controlo sus gemidos. Tengo ganas putearla pero no en ese sentido. Le viene un orgasmo y le tengo que tapar la boca con la mía para que sus gemidos no alerten a los guardias de seguridad. A continuación llega el mío y eyaculo dentro de ella. A la mierda la seguridad, sin preservativo ni hostias, tengo que plantearme un poco mis relaciones y mis urgencias, pero no va a ser ahora.
Y le dirijo mis primeras palabras, cargadas de ironía y sarcasmo " - Hola, 'Ojos azules', ¿estas servida? , ¿necesitas algo más?".
Su respuesta me la lanza mientras abre la puerta y sale del coche " - ¡Vete a la puta mierda! ", acompañando la frase con la rotundidad de un portazo.
Y yo me quedo dentro con una bobalicona cara de satisfacción. ¡ joder con 'Ojos azules! Que bien me lo estoy pasando, me encanta follármela pero mas me encanta putearla! .
Entonces se abre la puerta y lanzándome una mirada de rabia me dice " - Y no me llamo 'Ojos azules' me llamo Sara" . Y otro portazo.
Cuando se marcha no puedo dejar de observarla detenidamente, hasta ahora no he tenido ocasión, así que le doy un repaso general. Buen culo, piernas largas, esbelta, andares sexuales, elegante. Esta chica se está mereciendo algo mas que un polvo rápido. Voy a tener que cambiar de estrategia.
Pasan varios días sin que la vea. Pero los días pasan queriendo verla. Esta situación me tiene en un estado de excitación latente que me tiene radiante, eufórico. Estoy pendiente de ella todo el día, pero es un aliciente para ir a trabajar. Las horas se me pasan volando pensando que en cualquier momento me la puedo cruzar. ¿Que ha sido de mis principios de no liarme en el trabajo? . Y cuando llega la noche y me voy sin haberla visto una cierta frustración me acompaña hasta mi casa. He de ir con cuidado, me estoy pillando con ella.
La siguiente vez que la veo es en un pasillo, un largo pasillo, nos estamos cruzando, ella viene hacia mi y yo voy hacia ella. No hay nadie mas en el pasillo. Nos miramos y comienza un reto de miradas. Esta tía lo mismo me da un beso que un guantazo. Las dos cosas me las merezco. Cuando llegamos a la misma altura ambos nos paramos y nos miramos, nadie dice nada. Salvando las distancias esto parece un duelo del oeste. A ver ¿quien es el primero que desenfunda?
Cuando ella dice " - Quiero decirte algo".
Yo a veces tengo unas reacciones que me sorprenden a mi mismo y en ese momento tuve una de ellas. Sin decir nada, la cogí de la mano y la arrastre conmigo. Mi despacho estaba a la vuelta. Mis impulsos la tenían descolocada, se dejaba hacer, no oponía ninguna resistencia.
Me metí en un mi despacho, cerré la puerta, me senté sobre mi butaca y me baje los pantalones hasta la rodilla. Mi pene ya estaba en completa erección. Sentado sobre la silla, le subí el vestido, pero esta vez no le desplacé las bragas, se las arranque de un tirón. Iba a tener que andar el resto del día sin ellas.
Le hice sentarse sobre mí. El morbo de la situación también la tenía excitada. Fue ella quien cogiendo mi pene y a pulso fue bajando lentamente y se lo fue introduciendo hasta tenerlo completamente dentro de su vagina, quedando cómodamente sentada sobre mi. Llena de mí.
Su cara estaba a un palmo de la mía. Sus enormes ojos azules estaban clavados en los míos y le dije: " - Ahora ya puedes decirme lo que tenías que decirme".
Pero no dijo nada, me beso y yo la bese, comencé a moverme lentamente para que sintiera mi pene dentro de ella, para que yo sintiera el placer de mi polla rozándose contra las paredes de su coño. Iniciamos un lento juego amoroso, la intensidad de las otras veces fue sustituida por una pasión calmada, nuestras miradas ya no se cruzaban con rabia, era algo parecido al cariño.
A mi, cuando alguien me hace feliz se me nota en los ojos y esa felicidad se la estaba trasmitiendo a ella de una forma inconsciente. Y ella a mí. Si los dos polvos anteriores habían sido intensos y llenos de lujuria, ahora estábamos llegando a unos superiores niveles de pasión, deseo, ternura, confianza, amor........
¿He dicho amor? Eso son palabras mayores. ¿Acaso me estoy volviendo tonto? , ¿Tanto me afecta un buen polvo?. Si no la conozco, no he hablado con ella mas de dos frases, no se quien es, ni que piensa. Que seamos sexualmente compatibles es importante pero no es base para iniciar una relación.
Yo solo me iba llenando de argumentos, convenciéndome de una cosa y de la contraria, mientras hacíamos el amor. Ambos alcanzamos el orgasmo. Un orgasmo pasional pero lleno de ternura y cariño. No dejábamos de mirarnos a los ojos. Y a través de los ojos se cruzaban todos nuestros sentimientos. No necesitábamos hablar. Y yo sentía que Sara, 'Ojos azules' empezaba a ser una parte importante de mi vida.
Sin salirse todavía de mi, se recostó sobre mi hombro y me dijo " - Lo que quería decirte es ... ¡Que me gustaría pasar una noche entera contigo!.
Aquella misma noche ya la pasamos juntos, follando pero sobre todo hablando. Yo quería saberlo todo de ella y ella de mi. En la cama, desnudos, cuerpo contra cuerpo, fuimos desgranando nuestras vidas.
Como yo, se acababa de incorporar a la empresa, la mayor parte de su vida se había desarrollado en el extranjero. Allí había estudiado y había comenzado a trabajar. Su familia tenía importantes negocios aquí, pero ella no había querido incorporarse a la empresa familiar, prefirió formarse fuera hasta que llegara el momento de volver. Si ahora trabajaba con nosotros era porque quería ensamblar los conocimientos que traía con las exigencia y las practicas habituales en nuestro país.
Nuestra química fue total, comenzamos a vivir cada uno pendiente del otro. Pasaron unos tres meses y ya la mayoría de la noches las pasaba en mi apartamento. Le pedí que se viniera a vivir conmigo, yo estaba enamorado y plenamente convencido de que era la mujer de mi vida, pero ella no quería precipitarse. Los dos queríamos que aquello saliera bien y era mejor dar tiempo al tiempo.
Nos fuimos conociendo más y más. Hablábamos de todo, de nuestra vida anterior, de nuestros recuerdos, de nuestras opiniones, de nuestros sentimientos y por supuesto de la empresa en la que ambos trabajábamos.
Y aproveché para advertirle sobre Pedro, nuestro jefe, le conté su parte oscura (sin entrar mucho en detalles) y su manía por formar tríos con parejas de matrimonios siendo el la figura dominante. Disfrutando con la sumisión de ambos. Le hice prometer que mantendría con Pedro las distancias y que lo evitaría todo lo posible.
Ella había oído rumores que corrían por la empresa, sobre una plan que yo había instaurado a alto nivel, que abarcaba varios países y que eran la causa de mis constantes viajes al extranjero.
Quería saber que había de cierto en esos rumores y en que consistía el plan. Tuve que lanzar balones fuera, darle excusas, explicaciones poco coherentes, contándole algunas milongas que no se acababa de creer, pero no podía contarle nada sobre la trama de evasión de capitales.
Supongo que mas por mis excusas que por verdadero interés, insistía una y otra vez sobre el tema. Se estaba poniendo muy pesada. Hasta que al final tuve que enfrentarme a ella, ponerme serio por primera vez en nuestra relación y decirle que todo aquello era confidencial, que no lo iba a compartir con ella y que por mucho que insistiera no me iba a sacar ni una palabra.
Fue un momento tenso, pero Sara lo entendió. Me pidió disculpas por su insistencia y me dijo que 'ella' ya no me lo iba a preguntar mas. Recalcó lo de 'ella' , no lo entendí, pero no le di mucha importancia. Lo importante es que habíamos pasado nuestra primera bronca sin daños colaterales. Sara ya me importa mucho. He apostado por esta relación y voy a hacer todo lo posible porque funcione.
Dos días después Pedro me llamo a su despacho. Tenía que acompañarle a hacer una gestión. Media hora después íbamos en su coche y me puso en antecedente de donde íbamos y lo que íbamos a hacer.
Ibamos a casa de su socio, el que había fallecido unos meses antes, sus descendientes habían vuelto del extranjero y estaban familiarizándose con el funcionamiento de la empresa. Mientras el padre estuvo al frente nunca se interesaron por nada pero ahora había llegado el momento de que tomaran el relevo y se incorporaran en la empresa de una u otra forma. Había que informarles de toda la trama creada para neutralizar el exceso de resultados. Eran propietarios de un buen paquete de acciones. Era su patrimonio y tenia que aprender a luchar por el.
Llegamos a una gran casa, no era tan espectacular como la de Pedro, pero no le faltaba de nada. Tenía un gran terreno ajardinado alrededor con piscina y algunas terrazas. Era mas acogedora que la de Pedro y por dentro una decoración de lujo en la que no faltaba detalle. Era una casa pensada mas para vivir que para impresionar.
Una vez dentro Pedro me siguió informando: " - Mi socio solamente tuvo un descendiente, es el heredero principal. Es la persona que vas a conocer ahora, cuando hablamos de herederos es por algunas ramificaciones familiares que aunque tienen pocas acciones no hemos de olvidar. Quizá le conozcas, probablemente te suene su cara, hace unas semanas que de forma anónima y voluntaria esta trabajando entre nosotros. Ha querido conocer como funcionamos sin que nadie le conociera ni le relacionara con la dirección".
Unos pasos a mi espalda me hacen girarme. Y tengo que echar mano de toda mi sangre fría para no soltar un taco. La persona que está ante nosotros es Sara, mi Sara, 'Ojos azules', la persona que me estoy follando, la persona de la que estoy enamorado.
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