El ego mató al gato (Malas decisiones) - Forzada

23 años, con complejo de baja autoestima, borracha, descontrolada y queriendo llamar la atención... pero no imagine que de una noche tranquila de compañeras de trabajo podía terminar engañada y abusada. Esta historia tiene mucho de verdad en cuanto a lo que paso. La compartopara sacarme los demonios

(Se agradecen comentarios para mejorar, opiniones, etc.)

Bueno, este es mi segundo post y quería animarme a hacerlo un poco más duro…cómo comente en mi posta anterior, mi nombre es Lorena, soy Argentina, pero vivo hace años en Montevideo… tengo 24 años, pelo negro largo (aunque lo supe tener azul y decolorado a rubio). Creo que siempre fui una chica con muchos limites en su casa, de repente un poco sobreprotegida, y en principio un poco antisocial. En la vida personal, tengo un novio hace dos años y medio con el que me estoy por mudar y vivo con mis padres y mi hermano, que, aunque de chica tenía alguna que otra pelea está todo bien.

Este espacio lo quiero aprovechar para liberarme un poco, reflexionar y compartir un montón de inquietudes que siento que en general no puedo hablar…y es que ni da. Lo que he descubierto es que me gusta ser el centro de atención, y aunque soy mujer siento que tengo algunos rasgos machistas, pero no quiero ahondar mucho en eso. Algo que me acomplejo siempre es mi estatura, 1.57 mts, lo cual no me hace bajita…y me re molesta (me molesta mucho de verdad). Tengo los ojos marrones y soy súper blanca de piel, me cuesta quedar bronceada, aunque me gusta ir a la playa en verano.

Medidas, tengo 84 65 90, lo cual para ser bajita no está mal supongo…y les diría que antes de la pandemia me estaba re copando con el gimnasio, sobre todo sala de aparatos, porque no soy muy buena con el tema aeróbico y en general el deporte no me gusta…aunque ahora hago ejercicio en casa (No se puede comparar con el gimnasio en que trabajaba con peso además de la motivación).

En mi post anterior compartí que tenía la fantasía de bailar en un club muy cheto como stripper y que me dan morbo los hombres con poder (capaz suena raro, mi novio nada que ver, es re lindo, tiene 28 años y es re inteligente, pero me atraen los hombres con poder independiente de si son gordos, viejos, todas esas cosas, es algo que me hace pensar). Sé que es normal que te atraigan un poco mayores, a muchas otras chicas les pasa, pero a mí me puede el poder, ósea que un empresario re gordo y canoso lleno de plata me puede causar morbo…sí, estoy re loca.

Empiezo por donde venía… esto es re ficticio, pero me calienta imaginarlo (Aunque tiene algo de realidad… y no puedo decir que tanta…):

Mi novio y yo no salimos casi nunca, y yo no salgo casi nunca (excepto que vayamos a cenar o a pasear o algo) … pero la combinación de antisocial, tímida y sobreprotegida hicieron estragos mi adolescencia, así que pasaba mucho tiempo en casa y tenía pocas amigas (pasaba casi todo el tiempo con gente mayor). Hace un año más o menos, en invierno, por julio (En esa época tenía 23 años) unas compañeras de mmi trabajo organizaron una salida y me preguntaron si quería ir… la idea era ir a hacer “una previa” solas, y después ver si tenían ganan de ir a bailar las que quisieran. En general no me tenían, ni me tienen mucho en cuenta para estas cosas porque suelo responder que no, pero después de pensar me anote a ir por lo menos a la previa y después pensaba volverme a casa en Uber.

Ok, le comenté a mi novio, y me dijo “dale, hace lo que quieras”, sentí cero intereses…después la quiso arreglar diciéndome que le parecía re bien que saliera con mis compañeras. Llego el viernes, fui al gimnasio, fui a trabajar (soy cajera en un súper), después fui a casa a bañarme y a cambiarme para la previa. A ver, era una previa solamente de mujeres, pero no quería sentirme menos que las demás así que, capaz exageré, me vestí como nunca me puedo vestir para nada. Me puse u vestido banco de cierre en la espalda hasta la cintura, sin hombros…pero corto abajo, por debajo de la cola unos centímetros, si no hacia ninguna acrobacia rara igual no se veía nada, pero estaba lindo porque quedaba justo y marcaba, y obvio tanga blanca para no marcar la ropa interior que queda re mal. Me puse un buzo por arriba, y un campera larga y gruesa que tengo para el invierno, medias transparentes y tacos negros ¿porque? Porque casi nunca tengo oportunidad de usar tacos.

Me até el pelo atrás, me puse una bufanda y una gorra de lana (de color negro ambas), me puse perfume (me encantan los exóticos asiáticos y la verdad tengo varios perfumes, y los termino usando para ir a trabajar), me pedí un Uber y me fui. Donde íbamos a hacer la previa era relativamente lejos de casa, capaz que en otras ciudades no, pero en Montevideo hay algunas distancias que para otros son cortas que para los montevideanos parecen súper largas, lo digo habiendo vivido en Buenos Aires, pero digamos que cómo 30 o 40 minutos en uber.

Llame a mi novio, le dije que estaba llegando, le mandé un mensaje cuando llegue, me dijo que todo bien y que tenía que iba a ver unos capítulos de una serie y se iba a dormir pero que le avisara cuando volviera a mi casa. Le dije que “ok”. El departamento de mi compañera de trabajo donde íbamos a hacer l previa era más bien viejo, pero estaba súper bien arreglado, entre, me saque el abrigo, éramos 5, un par no fueron así que pedimos unas pizzas y cerveza (no soy muy de la cerveza, el vino me gusta más). En algún momento se acaba la cerveza, per la dueña de casa tenia vino (Aprendí que es mala combinación, aunque ya lo sabía y alguien lo advirtió).

Aproximadamente 12.45 de la noche dije que me iba a pedí un Uber para ir a casa… otra compañera también dijo que se iba y que se pedía un Uber (Es más, pensábamos compartirlo), pero entonces llego la insistencia de una de las chicas de que fuéramos a bailar también, que nos hacían entrar sin problema en cualquier lugar porque ella conocía gente de los boliches. Insistió, e insistió, y bueno…yo estaba borracha y me convenció… a la otra no, ero había un tema, mmi novio. Lo llame y le dije que íbamos a bailar todas menos una, me pregunto a donde, le dije el lugar que me dijeron pero que no voy a comentar acá, y me dijo que ok, que le avisara cuando este en casa. Habiéndoselo tomado así, buenos, nos fuimos un poco entonadas las 4 que quedábamos…me abrigue para salir de vuelta, esperamos el Uber y nos fuimos.

Ya estaba un poco borracha diría, pero bien…la zona a la que fuimos está llena de boliches bailables y pubs, diría que quedan casi uno al lado del otro, y en algunos casos es literal que quede uno al lado del otro. Nos dejaron entrar sin preguntar nada y además no se pagaba entrada en donde fuimos, pero estaba buenos. La música estaba buena, bien bailable que es la me gusta a mí. La diferencia de temperatura entre la calle y el boliche era un montón, afuera hacia mucho frio y adentro mucho calor, sobre todo por la cantidad de gente que había, típico de boliche de viernes y sábado (Aunque los jueves también hay mucha gente). Compramos una botella de cerveza y la tomamos entre las 4, nos acomodamos contra una columna del boliche para poder dejar las cosas también, era imposible estar de campera, y bufanda ahí porque empezabas a sudar. Recuerdo que el piso estaba mojado, obviamente de bebidas que se le caen a la gente (Fernet, whisky, cerveza). Nos fijamos que pudiéramos dejar las cosas en un lado que no estuviera sucio ni mojado…no teníamos muchas granas de pagar ropería.

A los minutos me seguía asando, y estaba mareada pero alegre…me daba “cosa” sacarme el buzo, pero mientras bailábamos nosotras 4 y pasaba la cerveza me daba más calor. Una de mis compañeras, que aclaro, son compañeras, no amigas, dijo “voy a traer otra cerveza” a otra se le acercó un pibe y se puso a hablar, hablar en los boliches este re complicado porque apenas te escuchas… y la otra me decía “sácate la buzo boluda, te estas cagando de calor”.

“no da” le respondí, “dale!” me insistió “no pasa nada acá, está todo bien”. Entre el calor y que me insistió apenitas más me saque el buzo y lo deje arriba de la campera. Ya las medias me daban calor igual, y el aire se hacía un poco viciado, así que sacarme el buzo fue una liberación. Sacamos una selfie, era la segunda botella de cerveza que estábamos tomando desde que llegamos (Me sorprende cómo tomaba en particular una de las chicas). Mi vestido blanco quedaba iluminado por la luz negra y sobresalía entre la gente.

Veo a mi compañera, la que estaba hablando con un chico, bailar con un chico, uno diferente, ¿bastante pegada para mi “¿No tiene novio ella?” pregunte. “¿Qué tiene que ver?” me respondió otra, “sí, tiene”. “Ok” pensé “no es mi problema”.

“Voy al baño un segundo” dije “¿Dónde está?” “por ahí al fondo” me respondió una de las chics “voy contigo” y fuimos dejando a una de las chicas al cuidado de las cosas mientras íbamos.

“Qué lindo vestido!” me dice un tipo en el camino, un boludo haciéndose ver con los amigos, me hago la que no escucho y sigo de largo con mi compañera, pero me gusto que me reconocieran el vestido. Fila para el baño, esperamos “Ese vestido me encanta” me dice una chica en la fila “este re gata, te queda re bien”. Le respondo “Bueno, gracias”. “Arto chango” le escucho decir a otra… chango es como que te digan “puta”. No presto atención, sé que no lo soy jaja, pero el vestido y los tacos me hacían sentir re “gata”, capaz que el estar borracha sumaba…sumaba sí.

Volvimos del baño y había unos tipos un poco más grandes con nuestra compañera que habíamos dejado cuidando las cosas. Nuestra compañera les estaba tomando sus bebidas… “Hola” me dice uno, y me alcanza una botella “no, gracias le digo”. Seguían ahí y no se iba, de pronto una de mis compañeras me pasa una botella, tomo un poco, ya estaba borracha, para mí la mezcla del vino que tomamos no encaro. “toma, toma” me dice la que me paso la botella. Y tome un poco más y “pum” se me vuelca un poco en la parte de arriba del vestido…igual no pasa nada, sale la mancha si lo lavo, pero no me gustó nada cagarme el vestido. Quería tomar algo más, no pregunten por qué. Creo que ya estaba pasando el alcohol como si nada.

Me voy a la barra y pido un whsky, (no me gusta el whisky), “¿Cuál te doy?” me dice el flaco de la barra “no sé, que no sea muy “terry” pero tampoco tan caro”. “pedite un Chivas” (Un Whisky más caro, de mejor alidad supuestamente) me dice un veterano salido de la nada “yo te lo pago”. Lo miró desde mi metro 57cms…un tipo grande, alto, canoso, ni idea, capaz que 50 y algo de años, seguramente por los 55, un poco bastante gordo diría y ropa de marca que le quedaba horrible…ósea, de marca bien, me refiero, no era ropa fea ni colorinche ni nada, pero no le quedaba bien, y no sé si algo le hubiese quedado bien, pero tenía tremendo reloj y estoy segura que estaba para levantar pendejas “yo te lo pago” me dice “no tomes cualquier cosa”. Ósea, yo no tenía que gastar, acepte. Mientras me servían el whisky me pregunta el señor “¿cómo te lamas?”. “Lorena” le respondo (¿Capaz le tendría que haber inventado un nombre?).

Me voy con el whisky en la mano y me freno con las palabras “tómatelo tranqui (tranquila) y te pido otro si queres jaja” apenas lo agarre para tomar un traguito pasa un boludo y me pecha, chau, se me cae todo el whisky arriba, ahora si estaba toda cagada “¡pelotudo de mierda!” le digo. “El señor me dice te regalo otro, piba” le pide otro al de la barra y yo re enojada ahí con mi vestido re blanco con casi un vaso de whisky tirado arriba. Ya ni me daba cuenta lo borracha que estaba. “tomate un poco de cerveza mientas si queres” ni vi el vaso que tenía ahí, pero si lo pienso no iba a tomar de su vaso, agarre la botella que el señor tenía en la mano y me empine un trago del pico, y estoy segura que algo volqué, y no me importaba. Traen el otro vaso de Whisky lo agarro y me voy “¿Te vas?” me dice. “Sí, estoy con mis compañeras de trabajo” le digo.

“Hola, ¿queres bailar?” me dice uno a la pasada, y me agarra la muñeca. Medio que zafé la muñeca, sin esfuerzo ni nada y seguí de largo. De repente siento una manazo en el culo, una palmada que se arrastró por mi nalga izquierda, pero no podía darme cuenta quien fue ni nada. Sentí los dedos marcados y como ni se preocupó de hacerlo rápido, no, me arrastro, me sintió toda…. “Enfermo de mierda” pensé. Mis amigas seguían con los mismos chicos de hoy, en el mismo circulo yo un poco más borracha “tardaste un montón en la barra” me dice una de mis compañeras. Mareada, mojada con alcohol, sofocada de calor, con el vestido blanco y un poco sudada. “Que pinta de trolita (Puta, guarra, etc.), petiza” escucho, no presto atención, pero me sentía mirada y el alcohol seguía subiendo, mucho en poco tiempo. Ya no iba a tomar más, había declarado.

Estaba bailado como nunca, con mis compañeras de trabajo, cada vez más sudada. “Ojalá hubiera una ventana” pensaba. Y Ahora sentía que todo lo tímida que soy se me iba…veo a una de mis compañeras chapando con un pibe, a los chupones. Me sentía cada vez más mirada y me encanto. Siento que alguien me agarra del brazo “¡¿Queres bailar?!”. “Perdona, tengo novio, todo bien” le respondí. “¡Bailar…!” dijo. ”¡Ah!, bueno, dale ¿Tenes algo de tomar?” respondí.  Me alcanzo la botella de cerveza que tenía en la mano y me puse el pico entre los labios y le di un trago ¿Por qué hice eso?, no sé, había dicho no más alcohol. ¿Si era lindo o no? Normal, yo dije, tengo novio, era solo bailar, mí me gusta bailar, y la música que sonaba ahí me gustaba.

Me agarro la cadera aun sujetando la botella “¿me das un poco más?” le pregunte. Tome un poquito, ahora sí, lo último. La botella quedo a un costado contra la columna. Siento que baja sus manos hasta arriba de mi cola, bien abajo en la espalda, cuando la forma se empieza a curvar. Yo quedaba enana pero los tacos me ayudaban ¿Son incomodos para bailar? Más o menos, no eran tan altos ni tan en punta, hay que saber usarlos, pero era tremenda oportunidad para salir de tacos. Era solo bailar, lo dejo bajar un poco más hasta que siento que me aprieta la cola “tenes las piernas re duras” me dice. “¡¿Qué?!”. “¿Qué si vas al gimnasio o algo?” Me dice. “Ah, sí, ponele jaja” respondo. Me sentí re alagada.

En un momento me recorrió desde las costillas, abajo del busto hasta la cintura de nuevo, y me hizo dar una vuelta. Ese roce en los pechos me puso re sensible. Lo deje que se me apoyen atrás ¿Qué carajos estaba haciendo? Y sentí como me empujaba. Dos de mis compañeras me estaban mirando y cuchicheaban, las vi de reojo, de rebote. No sé, no me importaba nada, es solo bailar una vez y listo,,, me volvió a empujar, sentía cómo se le iba parando la pija (polla) y me refregaba la cola…me estaba mojando, y mientras más empujaba más me hacía desear que me levantara el vestido y me hiciera lo que quisiera allí, mismo, que me follara, que me diera duro contra la pared del local… “¿Queres que te lleve a algún lado? Vine en auto” me dice. “No, no, vine con amigas” le digo. “¿Cuánto me cobras?” Me suelta… pensé ¡¿Qué? “Te pago lo que quieras y vamos algún lado”. Me ofendió, pero me calentó…sí, me calentó. “Nada que ver, te re equivocaste” le dije. “No, no me equivoque, te pago posta, ¿cuánto?” no sé si estaba más borracho que yo o que. “Dejala por esa, pibe” le digo, me responde “dale pendeja, posta, estas divina, estas para matarse mal. Estas re puta”.

Bueno, me seguí ofendiendo, pero estaba re caliente… “ya está flaco” Con una cerveza más y un poco de insistencia más de su parte quien sabe… tal vez estaba siendo presa fácil, un poco más de inconciencia y lo  hubese dejado que me tomara, y  no solo qe me tomara, sino que hubiese sido su actriz porno… cruzo por mmi mente que me llevara a un hotel, o a su auto, si tenía, o a cualquier lado, y chuparsela como nunca se la chupe a nadie,  mirándolo a los ojos, seduciéndolo con la mirada, lograr esa conexión carnal y que al final, después de tantos gritos y jadeos me acabara en la cara y me bajara de su auto en una esquina para no volver a verlo jamás… y que me tratara como nunca me trato nadie…pero tengo novio, y estaba con mis compañeras de trabajo. Pensé en darle mi número, no sé, por las dudas, y tal vez calentarlo, mandarle fotos…muy arriesgado hacerlo… ¿Tendría novia él? Me separo y me voy para donde estaban mis compañeras de trabajo. Una se había ido. De las otras dos una tenia mis cosas en la mano “Dale Lorena, nos vamos ya, es re tarde”. “Bueno” Le digo. No daba más del calor y lo de recién me había dejado mal, quería que pasara algo. Se iban las dos en ómnibus, yo en Uber, pero las tres fuimos a la parada que quedaba a dos cuadras. Antes de salir agarré el buzo y la bufanda, me puse la campera, y la gorra de lana. Cuando llegamos a la parada pido el Uber... 7 minutos… y vemos venir el ómnibus “dale, tómense este que ya llega el Uber” …a esa hora asan pocos ómnibus, ya estábamos cerca de las 5 de la mañana, pero la parada estaba re desolada. Un par de pibas atrás de la parada y tres pendejos a unos metros, y yo, ahí en la parada esperando al chofer. Uber me cancela…y re calcula, 5 minutos otro chofer “La re puta madre” pienso.

Pasa un auto con unos tipos “!Divina!”. No presto atención, me empezó a dar frio y busque la bufanda para ponerme, el buzo no porque no quería sacarme la campera. Y ahí mismo frena en la parada tremenda Audi…no sé mucho de autos, solo sé que era una camioneta Audi, como de telenovela turca ¿Se acuerdan el veterano de la barra que me pago los whiskies? Bueno, ese “¿Qué haces acá?” me dice. Yo cruzada de brazos con frio “¿Estas esperando un bondi?”.

“No, estoy esperando al Uber” le digo. ”¿No queres que te arrime a algún lado?” me dice “No, no, tranqui, ya viene el Uber”.

“¿Hasta dónde vas?” me pregunta. Le respondo… “Qué lejos” me dice. Yo te arrimo, dale. Me queda de paso. “No, tranqui (tranquilo, no pasa nada)” le respondo. “De verdad, tengo una hija de tu edad más o menos y no me gustaría que estuviera hasta ahora pasando frio y en la noche que aparte no esta buena la zona”. Yo que sé, tremenda “camiona” (La verdad tenia tremenda camioneta, bien top, way, chévere o como le digan en su país). “Bueno, dale”.

Me subo al lugar del acompañante y el sube su ventanilla. El aire caliente al máximo. Me saco la bufanda, los 3 minutos, de silencio, me desabrocho la campera…veo el vestido manchado. “Lorena te llamas, ¿no?”, “Sí” respondo.

“No te enojes, pero cuando te vi de lejos en esa parada pensé que estabas laburando y frené porque me pareciste divina” …era la segunda vez en la noche que me hacían referencia a ser prostituta. No dije nada. “¿Nunca lo pensaste? Mirá que podés hacer mucha guita”. Seguía un poco borracha.

“No creo. Tengo novio, no estoy ni ahí y no creo no” me responde “pero en temporada, por ejemplo, no algo terraja, algo cuidado y discreto”. Lo miré bien, pelo gris, ¿dije gordo? Triaba a obeso creo, camisa con abundante pelo escapando del pecho y pelo en las manos y piel un poco oscura. Los ojos medio enrojecidos “podrías, yo que sé, hacer algo”. Yo tenía una fantasía de bailar pole dance y hacer striptease en un lugar cheto en Punta del este o algo así, y lo que el me había dicho me hacía pensar un poco en eso. Me estaba poniendo un poco incomoda, “Alguien te lo tiene que haber dicho” me dice. “Mira que podés hacer plata de verdad ¿Nunca lo pensaste?”.

“Quería hacer (entrenar) pole dance o algo, pero chango (puta) ni loca”. “¿Qué?” me pregunta. “Baile de caño” le aclaro, pero bien, pro (profesional, de buen nivel).

“Ah, mira vos!¿Esto te gusta?” “Es tremendo deporte le respondí”. ¿Pero te gusta? Insiste el. “Sí” le respondo. “Me parece re sensual” me dice, “¿Y nunca hiciste algo de eso?”

“¿tomar clases de pole por ejemplo? Tengo ganas en algún momento” le dije. “No, bailar en un caño jajajajaj” y se ríe re fuerte “Ósea, por como bailabas en el boliche, y por el físico que tenes me imagino que estas despegada”.

“Ponele que no doy el perfil por lo enana” le digo. “¿Cuánto medís?” me pregunta. “1,57” le respondo”. “Los volverías locos, seguro, sos una petiza re inda, tenes re linda carita. ¿Cuánto por bailarme 20 minutos? Posta te digo. Solo bailar a ver que onda pero me imagino que debes estar muy despegada”. Tenía mucho calor por la calefacción, no entiendo como el veterano no se moría de calor “Ese cuerpito debe volver loco a cualquier choma (macho)”. Lo vi que miro para el costado dos segundos y me miro el escote, sentí que su mirada se clavaba directo entre mis tetas, descaradamente, derecho al brillo del sudor entre mis pechos “Te queda re lindo el cerquillo ese, no a todas les queda bien”.

Yo estaba nerviosa y el corazón se me disparo, pero imaginarme en tanga bailando agarrada de un caño me empezó a jugar trampas en la cabeza. Ya no sé si sudaba de calor, de fiebre, de nervios… físicamente me parecía desagradable, pero sentí que se me re abalanzaba, no sé cómo explicar esa parte. “Te doy tres mil pesos y bailas 20 minutos y te pedís un Uber y ya está, y yo te lo pago”. “Tengo novio…” “Es bailar nada más, no te quiero tocar ni nada. Tres mil pesos, 20 minutos… a vos te gusta bailar y tu novio no va a saber, además. No soy un depravado ni nada, pero me imagino que debes ser una diosa bailando. Ahora que te veo, no pareces tan nena, tenes una carita preciosa pero bueno”.

“No sé”

“Mirá, vamos a un lugar bien, con caño y todo, te veo 20 minutos, te pago 3500 si queres y te vas, y si llegas y no queres sacarte nada te pago igual el Uber y te vas como si nada. De verdad, si llegamos y no te sentís cómoda te vas y listo”

“3500?” pregunte. “Sí, 3500, 20 minutos” me afirmo.

“Necesito un poco de vino” dije… “obvio, sí” me respondió, y siguió manejando. Al final llegamos a un hotel, o telo del cual no voy decir el nombre. Toca el timbre aún en el auto, bajando un poco el vidrio…y juro que el aire frio me refresco un montón, y en portería le contestan. No escuche mucho, pero siguió y entró a un garaje del hotel. “Baja nena” me dice, baja el, me abre la puerta y yo bajo, ¡que mareada que estaba! “Deja la campera en el auto si queres” me dice, pero no quise, agarre mi campera y baje. Subo unas escaleras un poco despacio, pero sin tropezar, sujetándome un poco de la pared. Unos metros vacíos en un recodo, una especie de puertita de chica, o ventanita, cerrada y una puerta abierta.  Adentro era una onda top pero con una decoración más bien apagada una iluminación más bien roja, pero apenas entremos apago las luces, y regulo una luz roja que apenas alcanzaba parte de la habitación. Una cama grande, como si fuera parte misma del cuarto, un pole, un poste como profesional, un sillón de esos Chesterfield de cuero, y un sofá del mismo estilo. Un espejo gigante en el costado de la habitación, como apoyado, más alto que una persona, con un marco como encuerado. Abre el frigo bar y saca una botellita de vino blanco y sirve una copa “Tomate una copita de vino” me dice. Me la tomo. No había ventanas para ver a la calle. De fondo había música muy raggaetton o trap, no sé quién la elegía, pero cuando entramos ya estaba, no muy fuerte.

“Bueno, te animaste, ¿viste que está todo bien?” me dice “voy al baño un segundo” le digo. Fui a sacarme las medias, la temperatura del cuarto estaba bien. Cerré la puerta del baño ¡Que baño lindo y que duchas grandes! Volví a ver mi vestido blanco manchado, y empecé a hacer caras en el espejo. Me empecé a mover sola, como practicando el baile…poco convencida, contorneando la cadera… probé otra vez…necesitaba una copa más de vino o algo… me levante el vestido, quería ver cómo me quedaba la tanga blanca, no sé si era lo perfecto del espejo, esa perfección que dibujan los espejos de probador de tienda de shopping, o una combinación de factores…me sentía tan sensible… me acomode el busto, me baje el vestido para verme los pechos, me imagine follada en ese baño, no por alguien en particular creo, solo sometida, cogida mirando mi cara y mi pecho en el espejo mientras me presionaban contra la mesada de la pileta…una mesada amplia, gris, nunca nadie me había follado así, tampoco iba a pasar hoy, pero sola en ese baño, encerrada, me podía sentir la cualquiera que nunca había sido.

Tome mii celular, estaba hecha un desastre, pero nunca había estado hecha un desastre tan sensual, o así me sentía, no vía del todo bien y me reía sola, sacaba la lengua frente al espejo, y me vía sola ahí en tetas, unas fotos para mi recuerdo no parecían mala idea en ese momento. Jugué con la luz, con los filtros de mi teléfono, me filme a mi solita ahí adentro bailando, me enfoque desde arriba ¿Quién me hubiese imaginado así? No era la típica chica fiesta, ni cerca, solían v me como la aburrida creo, o la que nunca hacia nada interesante… la que vivía como “una vieja”, y no acorde a su edad, reconozco que tenía muchos preconceptos formados por mi propio círculo familiar, en las que las otras a veces eran putas… pero eran preconceptos de los cuales hace unos años me venia desprendiendo.

Afuera me estaba esperando aquel hombre para lo prometido, un baile de 20 minutos, mi premio, sentirme libre y el dinero pactado… nadie se iba a enterar, iba a ser mi secreto. Me acomode el vestido… estaba tambaleando, me lo acomode torpemente, me acomode para estar vestida, para bailar, no para otra cosa, para verme linda y sexy. Salí del baño ¡Qué locura! Me entro un arrepentimiento, fueron dos segundos, ya estaba ahí, eran 20 minutos. “Quiero un poco más de vino” dije “Servite” me serví una copa más de vino blanco.

El señor se sacó la camisa de adentro del pantalón y sentó en el sofá de tres cuerpos…” anímate”, me dice. Yo empecé a moverme muy de a poco, el vestido blanco que parecía más ajustado, la tela fina se había transparentado un poco en un pecho porque estaba mojado de cuando me volqué bebida, y los tacos negros con cintillas que subían por el pie hasta los talones. Lo estaba haciendo, ¿un poco torpe capaz? ¿Tenía que estirarla 20 minutos?

Me moví un poco más, sacudí la parte baja de mi vestido, insinué las piernas, insinué la cola…apenas doble las rodillas… ¿Insinué? Le mostré mis piernas…levante el vestido a la altura del hilo de mi tanga sobre mi pierna derecha que se unía con el hilo delgado que se perdía entre las nalgas… pero estaba oscuro, y con la luz roja únicamente creo que aquel señor no podía ver bien, tal vez solo un juego de luces y sombras, o tal vez me equivocaba y desde su Angulo la visión era más clara. Quería imitar pazos de bachata, me encanta la bachata, aunque no sé bailar técnicamente hablando, solo intento seguirla… y si bien lo que sonaba no era bachata, esa forma de baile era la que más se me ocurría hacer.

“Apóyate contra el caño nena” me dice “pone las dos manitos juntitas ahí” mmmm obedecí y mientras movía el culito. 84, 65, 90, creo que ya lo mencioné. Estaba nerviosa y veía como un poco me temblaban las manos, pero a su vez sentía cierta excitación… me recorrió las piernas con la mirada y sentí como llegaba hasta la cola con sus ojos y subía por la parte baja de la espalda… quería bailarle, quería que viera mi show…no estaba esplendida ya, estaba desaliñada, pero me hacía sentir más callejera y menos muñeca de estantería. Queeria recorrer el caño de arriba abajo, agacharme bien abajo, refregarme contra el palo como una gata… que ese hombre fantaseara entre ese poste y su miembro fálico.

“Sabes que estaría bueno?” me dice “Que jugaras a hacerte unas fotitos así ¿Queres?” Pensé “¡Qué!”, pero el ego me gano supongo y el algo de querer jurar modelo “sin la cara” le dije “no sé ve nada igual, tranqui (Tranquila, me quiso calmar, darme confianza), sin flash, esta todo re oscuro” Saco su celular y me enfoco. El poste me ayudaba a tener estabilidad. De adolecente me sacaba fotos en mi cuarto, con eran para nadie, eran para mí, pero soñaba con ser modelo, o cantante…pero mi padre nunca me llevo a un casting…

“Estas hermosa” me dice, “pareces de una película yankee o algo, de verdad. Sacate el vestidito de apoco amor” me empecé a bajar el cierre, pero me di vuelta para que me viera la espalda, no llevaba top, me abrase el pecho con los dos brazos tapándome.

“Me vuelve loco tu cerquillito” me dice “que lindo bailas, tenes mucho potencial, para mi podrías ser vedette por ejemplo” Seguía apuntándome con el teléfono “Estas hermosa Lorena” me dice “sos muy linda y esa colita me está volviendo loco ¿Te gusta bailar así?” “Sí” le respondo “que lindo Lore, me encanta que te guste lo que estás haciendo… mostrarme las tetas bebe”. Me descubro para que me vea el busto. El ego me creía, por los halagos de este hombre o por la borrachera, nunca me había sentido tan sensual… ni tan perra. Lo deje que me vea bien las tetas, deje que me mirara como le placiera, que recorriera ambos pechos cob los ojos y que me mirara bien los pezones…imagine como el chico con el que baile e intento propasarse me los lamia y me hacia el amor bien profundo, mientras entraba más y más en mi cuerpo… y ahí me tropecé, pero me sujete del caño. Use el pole de bastón, sus ojos me recorrían y se frenaban en mi cuello y mis pechos… quería que mi novio me viera de igual forma y me comiera de esa manera con a mirada…y me comiera, como un animal salvaje con su presa.

“Que ricas tetas Lore. Pone carita de diva” me dijo “¿De diva?” pensé. “Carita de puta” remato él. Me preguntaba “¿Qué es carita de puta?” e hice mi mejor esfuerzo, me mordí los labios, me sujeté las tetas y me deje terminar de caer el vestido desde la cintura hasta el piso y saque las piernas de la tela blanca tirada en el piso, un poco desenganchando lo tacos de la tela, y así quede, tanga blanca y tacos negros con cordones en los tobillos, borracha, sintiéndome sensual cómo nunca, bailando para un desconocido del cual…nunca pregunte el nombre ¿Ya iban 20 minutos, o iban 10?

“Move bien ese culito que esta hermoso petiza” obedecí, me apoye en el poste y moví el culo, y me arquee un poco para que me viera bien “Mira cómo te queda esa tanguita nena, es un hilito ¿Con eso saliste a bailar? Tírate un poquito de vino en las tetas.” Y obedecí. No sé lo que se lo iban a cobrar, no me importaba. Estaba re caliente, además de borracha, me imaginaba haciendo eso en un putero, dejándome ver por varios hombres… me calentaba tener un precio, me imaginaba siendo prostituta o escort, siendo tomada por hombres poderosos y mayores… sí, me estaba haciendo subir la temperatura la imagen. Caminaba bamboleando la cadera, me meneaba con cada paso como jamás antes me anime a hacerlo.

“Sos una nena con tremendo cuerpo, las chiquitas como vos merecen un tipo grande, con experiencia” Di unos pasos alrededor del caño, iba moviendo las piernas con torpeza una a una, desfilando para él. “Sos una modelito… seguí desfilando así para papí”. Cuando dijo eso explote… era un viejo deleitándose conmigo, que podía ser su hija… o peor.

Camine para él y me sentí una callejera, como si fuera una chica en busca de dinero, comprada por unos billetes, parada en una esquina esperando a un cliente que la levante… mirando hacia los lados, disimulando, esperando que alguien frenara el auto frente a ella y le pregunte si estaba allí trabajando… y tal vez algo así fue lo que sucedió… me imagine parada al resguardo de una parada de bus, de ómnibus, con mi ropa ajustada y corta, llamativa, como un farol en la noche, donde la gente se preguntara si solo salía a alguna reunión o a bailar o le levantara la duda si era una trabajadora sexual. Di pazos hacia un lado y hacia el otro y rodeé el caño, un pasito a la vez, levantando las piernas… que me vieras bien las piernas y que yo sintiera como me las veía…

“¡Cómo te gusta moverte chiquita!” me seguía apuntando con el teléfono, mi cabeza volaba, quería un poquito más de vino, y tome un buche, y otro buche. “Sácate la tanguita” no hice caso “dale, divina, sácate la tanguita”. El me miraba sentado y lo vi tocarse el pantalón con esa mano gigante. “Ponete de rodillas move esas tetasas” y obedecí, lo miré desde abajo y el me miro desde arriba y me apunto con el teléfono “te llenas de guita si haces temporada en verano. Sos una manteca” me dio morbo. Estando ahí de rodillas me sentí tan expuesta… casi una prostituta…y me sentí deseada… este viejo no podía tenerme, solo mirarme ¿Ya se habían pasado los 20 minutos? Imagine como seria que me estuvieran follando ahí mismo y como de rodillas me sentía más perra, quería que me viera bien las tetas, quería que me vieran bien las tetas…quería que de atrevido alguien me tocara. Me masajee los pechos para ese hombre y lo mire invitándolo a hacerme suya, no sé si eso fue consiente, creo que no.

“Te hace falta un buen macho pendeja. Saliste a putear ¿Eh?, respóndeme divina”

“Sí” le respondí. Era una puta, la puta de cualquiera que me estuviera pagando… ¿Qué me convenció de llegar hasta ahí? ¿El dinero que me ofreció? ¿El alcohol?... no, fueron las ganas de sentirme mirada y usada… un complejo de inferioridad alimentado por lo que me decía este hombre.

“Te hace falta un buen macho” insistió “Uno de verdad, a las pendejas como vos les encanta”… más imaginaba que me fallaran duro, cosas como doble penetración o estar follando con un desconocido se me venían a la mente, imaginaba y me tentaba, y quería que me vieran más y más…tome mi pecha derecho y lo acaricie, lo apreté un poco, y se lo mostré como ofrenda…recorrí mi abdomen con mi mano…cerré los ojos, no dejaba de imaginar esas situaciones, una tras otra, y me mojaba…me lleve los dedos a la tanga… sentía como mis piernitas se mojaban y me lubricaba.

“Sí” volví a responder “quiero un macho”. Mientras más lo repetía más mi cabeza imaginaba situaciones, más me imaginaba siendo infiel, más me imaginaba como acompañante, como prostituta…

Quería desfilarle, no importaba si a él o a otros, quería esa atención, quería no ser la tontita del grupo… quería que me comieran con la mirada, si, quería seducirlo. Quería subir fotos al Instagram sin miedo, y que me comentaran lo que quisieran, y que alimentara la emoción y mi deseo por ser no una nena bien, una mujer con todas las letras. Caminaba como si fuera una tarima, usando el suelo de pasarela, queriendo mover el culo en cada paso, queriendo estar más desnuda y sometida. Quería ser su prostituta, una chica desconocida sacudiéndome para hombres dispuestos a pagar… ¿Qué podía ser vedette? Quería ser vedette en ese momento… me ilusione con salir en revistas y ser la envidia de las esposas y el deseo de los señores… mi novio no me hacía sentir así… y ahí había fallado, si no fuera por eso, si el me hubiese prestado más atención, tal vez entonces yo jamás hubiese estado haciendo esto para otro… ¿Era una justificación valida o solo una excusa de mi parte?

Nunca me había sentido tan lejos de la adolecente que había sido y tan cerca de la mujer fatal… ¿me amarían los hombres por esto? ¿Sentiría vergüenza mi padre de mi por esto? Vergüenza es robar, supongo… pero dejarme ser no es vergüenza ¿Culpa? Tal vez, pero no estaba engañando a mi novio, no me estaba acostando con nadie, estaba disfrutando de mi misma y de la admiración que me estaban suministrando, y de la adrenalina que corría por mis venas como un combustible o cómo una droga. Mi corazón latía más y más… era una bomba a punto de estallar.

“Hermosa, sos una obra de arte, no sabes el gusto que me estás dando. Sácate la tanguita” me paré, me di cuenta que esos últimos tragos de vino no habían sido tan buena idea, buena idea para envalentonarme, mala para el equilibrio… pero me pare, me agarre del fierro como si fuera un bastón y lo recorrí con las manitos hacía arriba y apenitas me baje la tanga, no lo estaba mirando a él, miraba la pared semi oscura y la cama atrás del poste, y me mire iluminada por esa luz roja. “Quédate de tacos trolita”, pero hasta ahí llegué, estaba segura que no iba a seguir, cumplí con lo pactado. Me había dejado caer un poco la tanga, pero no me la iba a sacar… creo que ya estaba…y miré sobre mi hombro y lo vi, con el pantalón desabrochado sobándose ¿Se estaba sobando? “¡Que putaza!” ¿Cómo sabía yo que solo me había sacado fotos sin la cara? ¡No sabía!

“Ya está” le dije “me quiero ir”. Dejo el celular “Te pago más” me dijo. “No, en serio, me quiero ir”. Busque el vestido con la mirada, era un trapo, todo manchado de blanco perfecto a un trapo sucio tirado en el piso. Un poco gatee a agarrarlo, el equilibrio fallaba.

“Dale pendeja, con lo que me calentaste me vas a decir que no saliste así vestida para que te cogieran… decime que ahí paradita en la parada no estabas changando, no te animabas. Regalada estabas en el boliche, ¡unas ganas de chuparte las tetas! ¿Mucha mano te metieron los pendejos?”

“Me voy” le dije, y se levantó de golpe. Te tengo grabada bailando como putita y mirando a la cámara nena. Si vos querías. “¡¿Me filmaste?!”. “Y si” me dijo, como me calentaste, que hija de puta. Te tiro unos pesos más t me vas a chupar la pija, dale, sácate la tanga. Salís ganando, y me guardo el videíto… ¿No queres que lo comparta?”

“Sos un hijo de puta” le digo “sos un viejo hijo de puta, gordo de mierda”.

“Dale, sácate la tanga” lo vi ahí parado en su inmensa humanidad con el pantalón desabrochado y el cinturón colgando, casi cayéndose del todo “te doy mil pesos más, dale” Me levanto del piso, no sé de dónde, no sé cómo, me puso contra el poste me agarro la cintura, por atrás, me toco el abdomen y las piernas. “para, soltame” le dije “dale, puta, que, si no le voy a hacer llegar el videíto a todo el mundo, si la re gozas en el video” y sí, había gozado la situación… pero no quería seguir.

“Tengo novio” le dije.

“Se ve que no te atiende”

Forcejee para levantarme la tanga, no podía con su peso, no podía conmigo, mi pelo estaba hecho un desastre. Siento que la tanga se rompe de costado, siento el ruido de la tela desgarrarse, lo hizo con furia, se afirmó en la tela de la tanga con sus dos enormes manos, era fina, es verdad, pero aun así se necesitaba hacer mucha presión para quebrar la tela, no se rompió a la primera, se fue rompiendo por partes, no diría deshilachándose, pero no encuentro la palabra… fue como cuando se te engancha  una camisa y tironeas sin darte cuenta…, no cuando se desprende la costura, cuando se raja la tela, un sonido sostenido, cuando lo escuchas sabes que ya no sirve más que para trapo…, tenía unos pedazos de tela colgando de la cintura, ya nada me tapaba. Mi vagina depilada estaba expuesta y a su vista, lo que él quería, ya no tenía ropa interior, solo un pedazo mal trecho de tela colgando, inservible.

En ese acto de arrancarme como un cavernícola las bragas, perdón, como un salvaje, un bruto, un abusador, vi, apenas, las venas de sus manos hincharse, esas manos enormes, peludas. Mi vista enfocaba a varios lados al mismo tiempo, a él, a mi ropa rompiéndose, cerraba y abría los ojos esperando que pasara, a la oscuridad, brevemente al espejo, a mi misma… Pésima idea andar de tacos creo, y con las cintas no eran fáciles de sacar si quisiera haber podido correr. Me termino de arrancar la tanga, ya no me podría sujetar contra el poste “Quiero ver bien ese culo, zorra” sentí tremenda palmada en el culo, pesada… lo hizo de nuevo y marco los dedos, me sujeto la carne, apretó y sacudió “Esta durito esto” dijo. Sentí como el golpe ardía, quemaba, y cómo el musculo de mi nalga se movía y su palma se hundía en ella y refregaba la mano haciendo círculos.

“Soltame, tengo novio te dije”

“Vos sos tremenda…” me sujeto de las tetas y me tiro del pelo “ponete de rodillas y chúpame la pija un poquito” y así cómo me levanto me forzó al piso, quede de rodillas, mal acomodada. De desabrocho la camisa. Lo que veía yo era una panza, una buzarda, un tipo todo canoso y peludo, se me hacía enorme de alto.  “¿Que paso petiza, no te llega la boquita? Cerra los ojitos y chúpala… que cara de puta. No sabes cómo me calientan las pendejas, no puedo creer que seas tan trola”

“No”, me jalo del pelo atado. Y así, mientras me jalaba el pelo se iba bajando el pantalón, sacándose los zapatos y sacándose un bóxer gris. Le vi la pija, peluda, con alguna cana gris, el pelo enredado que se le conectaba con la panza, el pelo pinchudo en el cuerpo, gruesa, se le iba parando, se iba calentando con esa situación. “Chúpala” me tiro del pelo y se iba acomodando la pija con a mano libre “Abrí la boca. Son unos minutitos, sino voy a poner ese videíto en internet ¿Cómo le explicas a tu novio?” No sabía qué hacer. Abrí la boca y el me acomodo la pija (polla) en la boca, iba creciendo y me iba molestando en los costados de los labios. Me estaba cogiendo la boca. “Que bien pendeja” manoteo el celular y lo opero, me volvió e enfocar. “mira a la cámara”.

“No” le respondí.

“Mira a la cámara trolita divina, dale, que hembra hermosa, que carita divina, mira ese casquillito de chupa pija” Me insistió y lo mire, directo a sus ojos, y la cámara me miraba directo a los ojos. Quería terminar rápido y empecé a chupar bien duro. “No me filmes” le dije… me sentía culpable… sentía vergüenza.

“Vas a decirme papá hoy… jajajaj tu papa seguro se pone orgulloso de vos si sabe la hija que criaron en su casa ¿No?” mi padre pensaba que yo estaba lejos de ser así, me criaron muy cuidada, demasiado encerrada. “¡Decime papá, hermosa!, dale bebita, decime papá…”

Me saque la pija de la boca… quería irme a mi casa “Dale, decí papá hija de puta”. Me golpeo con su pija en la cara y se rio, como si fuera una broma. Fue una bofetada a mi orgullo.

“papá” le dije

“Sí, seguí así…cómo me estas calentando, y lo sabes”.

Quería irme a casa, solo eso, empecé a chupársela más fuerte y a pajearlo con las manos “¡Como te gusta lo que papito te está dando! Te va a hacer tomar la mema papito…” yo seguía chupando, lo miraba con asco cuando abría los ojos, con rabia, era su víctima, su sumisa…su puta “Decime papito”

“Papito…” le respondí…

“Pedile a papá que te la meta…”

No pensé “Metemela papá…”

“Párate contra la pared” me dijo, y me llevo a acomodarme contra la pared, me hizo levantar la cola, pero yo era muy baja y el muy alto. Me pago en la cola de nuevo, y otra vez, me hizo levantarme…lo único que me hacía ponerme a una altura para que me penetrara eran mis tacos. Me ví en el espejo, tenía los ojos llorosos, el maquillaje corrido, y la imagen que se reflejaba era este hombre maduro, obeso, desagradable, el brillo de su reloj de muñeca… me agarraba fuerte de la cadera y me empujaba contra su sexo… sentía impotencia y rabia, pero mirándome en el espejo me sentía una mujer, más bien, una hembra. En mi reflejo había enojo, los dientes apretados, soltando gemidos… el sudor goteaba en el suelo del cuarto. Grite. El pelo se me pegaba en la frente y donde tocaba el cuerpo… lo sentía pesado por el agua. Grité otra vez…gemí ¿Me estaba violando? ¿Me estaba prostituyendo? ¿Era mi culpa? Veía el piso mojado, me sudaba la espalda, el cuello, los pies, las piernas, los pechos, el abdomen… él tenía el control, era un hombre demasiado fuerte y demasiado grande para mí (no es que se necesitara mucho para eso)… lo sentía enojado… rabioso, odiándome… esa es la expresión, me sometía y me follaba con odio…

Me estaba penetrando, su miembro envejecido, canoso, grueso, se iba poniendo cada vez más rocoso, y me penetraba a pesar de mis quejas…lo sentía en mi interior, sentía como se resbalaba dentro de mi cuerpo como si a ambos nos cubriera una capa de jabonosa, y cuando no encontraba una respuesta de mi parte simplemente me castigaba y me penetraba con más rudeza, me pareció que el disfrutaba de escucharme quejar y sollozar…y esa idea no me la puedo sacar de mi memoria y de mi alma. Cuanto más luchaba, cuanto más me quejaba, más agresivo se ponía, más me tiraba del pelo, más me insultaba, más llamaba a mi novio cornudo, mas improperios exclamaba sobre mi cuerpo. Él quería que yo no me sintiera dueña de mí, y me amenazaba… Sentía que mi vargina se abria, independientemente de lo que yo quisiera, sentía su polla gruesa rozar mis paredes, presionarlas…

“Soltate bombona y grita todo lo que quieras” me dijo.

“¡Hijo de puta!, basura” le respondí…pero quería gritar algo más que insultos, quería gritas, sabía que me estaba violando, pero quería gritar con todo el aire que tenia y dejarme llorar un mar de lágrimas mientras gritaba…y lo hice, grite cómo nunca…que me violara me estaba haciendo gozar “¡sos una mierda!” le seguí diciendo “deja que me vaya…” mi vos se ahogaba con mi propio llanto. Mientras más lo insultaba, más agresivo se ponía, más fuerte me sujetaba y yo más usada me sentía, más abusada, más gritaba…quería ver como entraba y salía de mí, lo veía pegarse a mi cuerpo por el reflejo, y sentí su mano tomarme por uno de mis pechos y lo rodeaba, acariciándolo con fuerza, rozando la aureola y tocando con sus dedos el pezón, mi pecho mojado, transpirado, su mano caliente y robusta…mis pezones estaban parados, odiaba verme así pero también encontraba algo estético en eso, una mezcla de rechazo por la imagen y de gozo de verme en esa situación, no por verme victimizada supongo, sino por ser el objeto del deseo de aquel cincuentón o sesentón, esa imagen de chica fatal que nunca había tenido, y el agua escurriéndose por mi cuerpo con un dejo a alcohol, dejando caer gotitas en el suelo que se iban conviritnedo en pequeños charcos, mientras su inmenso ser, obeso, gordo, veterano luchaba por no resbalarse de mí en aquella piel jabonosa y tenerme pegada a su sexo… su cuerpo y el mío se pegaban, producto del mismo líquido que emanábamos, sentía vapor en el ambiente.

“Las perritas como vos me sacan el estrés” me dijo mientras jadeaba “¿sabes cómo pienso en las amiguitas de mi hija en la piscina de casa? Y no me las puedo garchar (follar), nunca pensé dar con una nenita así por ahí… vos trabajas de puta, no me mientas… algún amiguito te puedo presentar…de verdad podés hacer mucha plata, hermosa”.

Gemía, me quejaba, volvía a quejarme…las piernas me temblaban y el me insultaba, pero una parte terrible de mí disfrutaba verme en el espejo mientras eso pasaba. Nunca me había visto tan divina, tan fatal, pero nunca me había sentido tan expuesta ni tan denigrada ¿Cuántas veces fantasee con que me violentaran? ¿Cuántas veces fantasee con ser el centro de atención? ¿Cuántas veces llame de putas a otras por yo misma ser machista? ¿Cuántas veces fui celosa sin sentido y cuantas veces quise dar celos? ¿Qué me iba a pasar? El me follaba como si fuera una cualquiera, y es que él me había convertido en una cualquiera ¿O no? No, a ojos de este hombre era una cualquiera…un desagradable que seguramente se masturbaba pensando en las amigas de la hija…

En ese momento me jalo del pelo, como si fuera una correa, me arrastro, mientras yo sollozaba y le pedía que no me hiciera eso “¡Mi pelooooo! ¡Me dueeeeleee!” Estaba desnuda, hacia pasitos rápidos para seguirlo… me llevaba derecho a la cama, sin mirarme ni siquiera…me sentía ultrajada y perdida…y cuando llego a lado de la cama me tiro como una bolsa de basura, caí pesada, pero el colchón era cómodo…fueron dos segundos de llanto…y su cuerpo cayó sobre mí con un par de bofetadas…

Era todo lo que estaba mal, violento, machista, y yo me había puesto en bandeja… y mientras mas me negaba yo más me forzaba él, y aunque estaba asustada como nunca, el hecho de que me estuviera forzando me hacia hervir la sangre…no solo de impotencia. así que me llevo a subirme a la cama “Quédate así, con la colita para arriba” y ahí lo sentí aferrarse con todo, sentí como entraba por mi vagina su pija (Su polla), como me aplastaba contra esa cama enorme “para” le rogué. Grite… grite gozando el maltrato… y sí mi gemido se escuchó en otro lado de ese hotel de alta relatividad, no sé si se escuchó como un pedido de socorro o como el de una puta sirviendo a su cliente…

Sentía que me bombeaba, escuchaba el golpe húmedo de su barriga y de sus testículos chocando contra mi cuerpo, una especide de chapoteo, supongo, así lo recuerdo. Me pinchaba con sus pelos. “Hijo de puta” le dije. “Te gusta”, me respondió como afirmación. Se resbalaba con el sudor y me arrastraba por la cintura. Sentí cómo me apretaba las tetas. Me levanto como si no pesara nada y me puso arriba de él, me presionaba con fuerza por la cadera y me liberaba, ya no tenía ni fuerzas. Sentí como me besaba y me chupaba el pecho y el cuello, y los hombres, y me mordía los pezones. “Para, por favor”. Se me escapo un gemido “cómo te gusta hija de puta”. Me jalo del pelo, me sentía violada, sucia era poco. Sentía que me amasaba el cuerpo, “me duele” le dije mientras me mordía los pezones y pasaba su lengua, de una a otra de mis tetas, deteniéndose de a ratos como si jurara que era un bebe mamando y pasando por entre los pechos, besando la línea que se formaba entre ambos. “Qupé ricas tetas” repetía casi atragantado. Recuerdo pensar que quería que ese hombre infartara ahí mismo…

Se puso boca arriba y me levanto. Me acomodo sobre su cadera, no entro a la primera, el sudor se la hizo más fácil a la segunda, la temperatura del cuarto jugaba a su favor… se resbalo su pene entre mis piernas, entro y grite, grite como si me gustara…y ese grito se iba convirtiendo en un lamento. Me hacía saltar sobre él, como una muñeca sin voluntad… solo jadeaba, con los pulmones llenos de aire que se iba, el pecho inflado, y lo escuchaba insultarme “mira esas tetas, ¿qué diría tu novio? Tremenda puta” me manipulaba como si fuera una muñeca de trapo. Me pelo se revolvía, mis tetas saltaban, ya no me importaba ni moverme. “para, para por favor” rogaba apagada, “dale hija de puta” me apoye con las manos en su pecho, ese pecho peludo, saltaba arriba de ese vientre de obeso, ese viejo que me había engatusado. Sentía como se clavaba en mí, sin compasión, como un animal… yo era una mercancía, el me sentía como un producto desechable.

Ese viejo hijo de puta, ese manipulador, me miraba con lujuria, me miraba a la cara y disfrutaba mi expresión…el veía mi cintura. Mi ombligo, mis piernas abiertas a los lados, mi peso sujeto por mis rodillas rebotando en la cama sobre él, mi cuerpo arqueado a veces hacia adelante, a veces hacia atrás, y mis pechos a punto de reventar… por momentos sentí que veía la imagen por fuera, y por fuera era una mezcla entre penoso, desagradable, violento, pero una escena excitante… y en ese frenesí me sujete los pechos, me tome a mi misma por las tetas y las sentí, quería sentir su textura, lo firmes que se habían puesto, admirarlas… que me admiraran… las recorría de arriba hacia abajo, en cada línea curvada, por los costados casi hasta llegar arriba y a mi clavícula… me mordí el labio o para no gritar, sentía pis pezones duros, sensibles… me hacían montar obligada, pero mientras más fuerte se movía la bestia más me afirmaba a la montura, como un reflejo de mi cuerpo.

Me calenté, lo vuelvo a admitir, quería ver como entraba y salía de mi cuerpo…sentía que me estaba comiendo, que no podía defenderme…nunca me había sentido así, maltratada, pero a la vez deseada, él estaba tomando lo que quería… fije mis ojos en cómo su pene entraba, mire cada lunar, cada vena, cada cana en su escroto, y como lo empujaba, y como me llenaba y se inflaba…y resalaba una y otra vez…me hipnotizo… sé que mi cara era de odio, pero él me miraba y se sonreía, con una sonrisa desagradable, y por momentos me  miraba con ira, como si se estuviera cobrando una venganza o como si supiera bien claro que estaba haciendo un mal y lo disfrutara…mientras lo hacía ¿Penaba en mí? ¿Pensaba en alguien más? Las pocas lagrimas habían arrastrado el rímel por mi cara, y me habían dejado manchas negras del maquillaje… Este hombre era mucho más perverso de lo que yo pensaba… quizás en su vida era padre, esposo…en este momento estaba abusando de mí, una chica falta de atención, engatusada…y no había aceptado un no por respuesta.

No me daba cuenta, pero yo gemía, jadeaba, seguía gimiendo, mi pecho se llenaba de aire, mi caja torácica crecía, como un globo, sentía que su verga, su polla, su pija, su miembro, lo que sea, entraba en mí, entraba duro, como si quisiera sacármela por la garganta, como si quisiera destrozarme entera, tocarme a fondo. Cerraba los ojos y los volvía a abrir, lo miraba entre penumbras, me imagine a mí misma lamiendo mis pezones, sujetándome los pechos, sentía como rebotaban y botaban… quería sentirme, sentir lo duro de mi culo… y que quien me follaba lo sintiera…sentí como me apretaba y me palmeaba el culo, y con cada palmada, y con cada apretada gemía más… me estaba haciendo suya, apretaba los dientes y miraba con bronca, con fuego, despreciando a mi agresor, que me había convertido en bailarina con tentaciones, con algún truco, en zorra con sus palabras, en puta, en ramera… en juguete con su fuerza.

Grite “!Ahhhaaaaaaa! ¡mmmmaaaaahhhhhhh!” mis pulmones se llenaron de aire, casi ahogándome, quería dejarme caer sobre él, estaba exhausta, mis manos se resbalaban sobre su piel, mi cuerpo tenia gusto salado, el suyo tenía a olor a colonia de madera tapada por el hedor a sexo, me resbale en su pecho, en sus brazos, en su barriga inflada, iba a dejarme caer, pero él me rechazo con sus manos en mi abdomen y en mi pecho, me empujo y me tomo por los brazos, por las muñecas, apretando como si fueran esposas, grilletes, y me presiono hacia abajo, me hizo sentir su fuerza, me hizo sentir atravesada, las gotas de mi sudor llovían sobre él, y volví a gritar por esa brutalidad. Me parecía escuchar atrás de la música los gemidos de otro cuarto (Otra habitación), pero tal vez no era cierto. Tal vez en otra habitación alguien lo hacía con amor, o tal vez una chica joven, o no, atendía a su cliente y fingía, o no, su orgasmo.

“!Papá!” grite asustada pidiendo auxilio, pero pedia auxilio a alguien que no iba a responder, solo fue un impulso.

“Si, papito decime” me dijo “que divino, que hermoso, una hijita sumisa como vos… me vuela la cabeza”

Se levantó de golpe y me arrastro hasta el espejo, me puse de rodillas “aaaaayyyyy que hija de puta”. Me veía en ese espejo enorme, doblegada, sometida, usada. El pelo negro revuelto, el cerquillo despeinado cayendo sobre mi frente, entregada, con los ojos vidriosos, en una escena irreal. Ese hombre libidinoso, asqueroso, gordo, viejo, con el pelo gris revuelto mirándome y mordiéndose los labios mientras se pajeaba, El escroto como un globo, con los pelos enrulados y enmarañados, las canas grises en los testículos. Lo escuchaba insultarme y degradarme, y su respiración se hacía cada vez más agitada “¡mírame puta!” ¿Cómo llegue a esta situación? Lo miré, un poco desafiante…un poco furiosa… el me intimido con su mirada dominante, me congelo, sometió mi carácter y mi voluntad,… baje los ojos “¡mírame puta! Mírame con carita de puta querendona”… no sabía lo que hacía, lo mire de nuevo, y vi mi situación, el rímel corrido en mis pestañas, el sudor, los pezones parados, exitada, mojada, sudada, con olor a alcohol… fresca por la edad, arruinada por la noche, por un exceso, por una tentación, por el ego…  la leche me salto en la cara y en las tetas “! ¡Sí!, así” exclamo. Estaba como una zombi, tirada en el piso, arrodillada, rendida y toda sucia, toda lecheada.  Mi corazón no dejaba de latir, los chorros de semen se escurrían entre mi cara, mi pelo, pasando por el cuello y dejándome las tetas brillosas. Se escurría con el sudor y llegaba al abdomen. Semen espeso en el pelo, en los ojos, en la mejilla, me mareaba el cansancio y el calor. No tenía noción del tiempo, pero seguramente ya se estaba haciendo de día…” Límpiame la pija con la boquita” yo ya no reaccionaba, veía mi reflejo, rendida, desnuda. Me tiro de la cola de caballo de nuevo, me empujo la cabeza, ya no ofrecí resistencia, se la chupé… o algo así…me penetraba la boca, sentía su piel gruesa, gomosa, el cuerpo rígido, cómo un palo, un musculo a punto de estallar… “¿Queres tragarla?” deje que lo que quedaba se escurriera hacia afuera de mi boca, una mezcla de saliva y ese semen lechoso “Quiero sacarte una fotito así, toda llena de leche, que me encanto” Se limpió los restos de semen con mi rostro y mi pecho, bufaba mientras me pasaba la polla como si fuera un pincel que se iba aflojando muy de a poco. Vi el flash de la cámara cuando me fotografió por última vez en esa condición. La muñeca engañada y descartada. Tenía lágrimas en los ojos, y sentimientos encontrados, sentía que era mi culpa y a su vez sentía que había sido manipulada… me había dejado manipular… y con violencia me había dejado follar… denigrar y penetrar.

“Bueno pendeja, pedite un Uber que te lo pago, ahí tenes 4 mil pesos, te podrías haber portado mejor…báñate si queres antes de vestirte, estas toda llena de leche…el videíto me lo quedo, no lo voy a compartir, pero no sabes las pajas que me voy a hacer con vos putita”.

(Se agradecen comentarios para mejorar, opiniones, etc)