El duro oficio de vivir y ser feliz 11

David, Nuria, Bea, todo se enreda.

DAVID

Diciembre de 2019

Cerca de fin de año el moderno galpón había sido terminado, la maquinaria nueva estaba instalada y la preparación de sus futuros operadores finalizada. Se habían entregado con éxito las órdenes de compra de la feria de París y ya estábamos recibiendo pedidos nuevos de reposición.

Nina y Daisy renunciaron a la empresa luego de asegurarse que Bea y Nuria estaban capacitadas para llevar la fábrica adelante y todo parecía funcionar correctamente.

Sin embargo, no todo estaba bien, se palpaba una tirantez entre las dos desde nuestro retorno de China, que parecía estar a punto de explotar en cualquier momento.

Difícil de entender desde el punto de vista laboral, ya que ambas estaban al mismo nivel profesional y realizaban tareas complementarias. Nuria no solo era la responsable del área de informática y diseño, sino que además, era la que controlaba junto a su padre, toda la producción.

Bea, en cambio, se  había convertido en mi mano derecha en todo lo que era el manejo de clientes y proveedores, así como también tenía a cargo el control y la reposición de los stocks.

Todo el sector de  administración y contabilidad, era manejado por la inefable Juanita con el apoyo de una becaria, a la que estaba entrenando para cuando decidiera retirarse.

Tampoco lo entendía desde el punto de vista personal. Nuria nunca se tomó en serio lo nuestro, su matrimonio seguía adelante, el trabajo de su esposo marchaba muy bien y mi relación con su madre, había devenido en solo una gran amistad desde que estaba con Bea.

En cambio Bea, seguía dilatando la ruptura de su matrimonio. No obstante contar con la prueba de las agresiones de su esposo, gracias a la denuncia policial fogoneada por su padre, no quería usarla en contra de Pedro para el divorcio, insistía en lograr una separación de mutuo acuerdo, a pesar de que su esposo se oponía y buscaba la reconciliación.

Nuria

Diciembre de 2019

Después de mi viaje a París, las cosas en mi casa iban de mal en peor. Nacho se había acomodado en su nuevo trabajo, lo habían nombrado supervisor y ya no tenía que realizar los extenuantes recorridos puerta a puerta que tanto lo humillaban. Además se había comprado un pequeño auto usado y no utilizaba el autobús para ir y venir de su trabajo.

Recuperar su autoestima, en lugar de mejorar nuestra relación, la empeoró. Su constante desprecio a mis avances profesionales y su continua referencia a que  solo se debían  a favores sexuales otorgados a David se terminaron y dieron paso a puyas hirientes al ver que ya no me vestía elegante los martes, ni mi jefe me pasaba a buscar cada mañana.

Algo de razón tenía. Era cierto que David había cortado toda relación personal conmigo desde nuestro retorno de París, pero no era por lo que Nacho suponía. La tremenda metida de pata con Enzo nunca me la pudo perdonar. Evitaba en todo momento quedarse a solas conmigo y tampoco permitió que me disculpara. Sin embargo, en lo profesional, su confianza en mí era absoluta.

También era cierto que había cambiado mi forma de vestir y había dado paso a un estilo más cómodo para recorrer la fábrica cada día. Darme cuenta de que David valoraba más mi actuación profesional que mirarme las piernas, también tuvo mucho que ver en mi decisión.

El problema radicaba en que Nacho estaba seguro de que todo se debía a que David, una vez cansado de mí, ahora se follaba a Bea y por eso la ropa elegante que ella usaba cada día y su pedido de divorcio a Pedro. Muy errado no estaba.

Era evidente que David y Bea habían vuelto muy unidos de China y se pasaban muchas horas encerrados en su oficina planificando estrategias comerciales o buscando nuevos proveedores, pero también era cierto que dada la nueva organización, eso era bastante normal y no daba para dudar, más aún si se tenía en cuenta que Juanita tenía acceso directo a esa oficina y su puerta nunca estaba cerrada con pestillo.

También era cierto que el trato profesional de antaño entre ellos se había vuelto más personal y afectuoso. Sin embargo, Bea permanecía viviendo con su padre y seguía tratando de separarse en buenos términos de su marido antes de avanzar con David. Como si le doliera lastimarlo con una infidelidad. Y esa actitud no me cerraba, como si no estuviera segura de dar el paso definitivo.

El viernes en que nuestra vida volvió a dar un giro, Nacho llegó a casa después de las diez de la noche, ligeramente bebido y oliendo a perfume ajeno. Sin apenas saludarme se desvistió en nuestro dormitorio y entró al baño a pegarse una ducha.

Presintiendo que había vuelto a las andadas con sus amigotes, le revisé la ropa y encontré su teléfono móvil en uno de los bolsillos. No me preocupaba tanto que se hubiera tirado alguna tía, como el hecho de que hubiera vuelto a las drogas.

Tomé el teléfono, toqué la pantalla y para mi sorpresa, no lo tenía bloqueado con contraseña alguna. Fui directo a los chats y confirmando mis sospechas, le acababa de enviar a una tal Zorra, que no era otra que su actual secretaria, un video tomado desde la altura de su cintura, en el cual se veía a la muy puta arrodillada a sus pies, tragándose toda su polla con hambre atrasada.

  • ¿Qué haces?¿Estás tratando de aprender? -

Apuntó Nacho soberbio desde la puerta del baño.

  • ¿Debería?

  • Ni lo dudes, al lado de ella eres una principiante. No me extraña que tu jefecito haya cambiado de amante.

  • ¿Acaso crees que Bea la chupa mejor que yo? -

Contesté sintiéndome desafiada.

  • Por lo que cuenta Pedro, lo hace de escándalo. En cambio de tí no puedo decir lo mismo, siempre has sido una mojigata para eso. Ni recuerdo la última vez que me lo has hecho.

  • Será que has perdido el encanto.

  • Ja ja ja, No es lo que opinan mis clientas, ni es a mí a quien han dejado tirado como material de descarte. Te entregaste como una puta a ese perdedor para que te dé trabajo, sin importarte cuanto me humillabas con eso y mira como te lo pagaron.

  • ¿Acaso las festicholas que te corrías antes de la caída dejándome tirada en casa no era humillarme?

  • Nunca te las refregué por la cara y equivocado o no, eran parte de mi trabajo.

  • Mira como te lo pagaron a tí, ja ja ja. Dejándote en la ruina. Después dices que es a mi a quien han dejado tirada.

  • Ríete todo lo que quieras, pero no puedes cambiar la realidad, la que hoy se lo folla es Bea, se lo puso en el bolsillo. Sin que el idiota lo sepa, sigue sometida a Pedro. ¿Por qué piensas que no se divorcia? ¿Eres tan corta que no te das cuenta que lo está usando?.¿Con quién crees que pasa los fines de semana?. Según me contó Pedro se encuentran todos los sábados a las diez de la mañana en su viejo departamento y no paran de follar hasta la noche del Domingo. Por lo que cuenta, no le niega nada, lo que no es extraño, siempre la tuvo comiendo de su mano

  • ¿Y Pedro acepta eso?¿No es rebajarse a ser un cornudo consentido?

  • Es solo una situación transitoria, ya tendrá la revancha y el río volverá a su cauce. A diferencia tuya, Bea se ha cuidado mucho de no humillarlo públicamente.

Mientras lo escuchaba sentí un escalofrío. En su necesidad de refregarme las cosas por las narices, Nacho habló de más. Debía verificar esos datos y luego hablar urgente con David.

El sábado temprano estacioné mi auto cerca  del antiguo domicilio conyugal de Bea, con perfecta visual hacia la entrada y el teléfono preparado para filmar lo que viera. A las nueve cincuenta la vi llegar y quedarse parada en el portal, diez minutos más tarde llegó un sonriente Pedro y luego de darle un pico en la boca, la tomó de la cintura y entraron en el edificio a las carcajadas.

Conmovida, al comprobar el doble juego de Bea, detuve la filmación, puse el coche en marcha y partí rumbo a la casa de David.

Llegué a su casa, entré con la vieja llave y escuché el ruido de la ducha. Como si fuera un déjà vu, contemplé su hermoso cuerpo desnudo mientras se enjabonaba la cabeza y no dudé. Me desnudé, puse el teléfono a grabar otra vez, apoyado sobre la pila del baño y entré a la ducha con él.

  • ¿Bea?¿Te has decidido?

Sin contestarle, me arrodillé frente a él y tomando posesión de mi vieja conocida me la introduje en la boca con ansiedad. Su respuesta fué inmediata. Su erección tomó el control de mi razonamiento y aferrándome a sus nalgas comencé una mamada frenética que duró un par de minutos.

Solo el tiempo que tardó David en aclararse el cabello, abrir los ojos y descubrir quién era. Tomándome con cariño de las mejillas me separó de su cuerpo con delicadeza.

  • ¿Nuria?¿Qué haces, estás loca?

Sin darme oportunidad de contestar, me sacó de la bañera y me pidió que lo espere en la cocina. Avergonzada, tomé el teléfono sin que me viera, cubriéndolo con mi cuerpo y envolviendome en una toalla, salí a esperarlo.

Cinco minutos más tarde, David entró a la cocina y sin pronunciar palabra, preparó dos cafés y los trajo a la mesa. Me alcanzó el mío y me miró con tristeza.

  • ¿En qué estabas pensando para hacer algo así?

  • En que quiero otra oportunidad, Bea no te merece, está jugando contigo. A tus espaldas ha vuelto con Pedro. Te està traicionando.

  • Aunque tuvieras razón, no es algo que no hayas hecho tú . ¿Por qué crees que ese hecho, te abriría las puertas a tí?

No pude contestarle, sabía que tenía razón. No podía confesarle que era una manera de demostrarme y demostrale a Nacho que estaba equivocado, que David seguía a mis pies. De todas maneras decidí enseñarle el video de la mañana, para que, por lo menos, supiera que estaban jugando con él.

Repasó las imágenes una y otra vez con los ojos vidriosos, finalmente me devolvió el teléfono y me pidió que me marchara.

BEA

Diciembre de 2019

Contemplaba el video que me pasó Nacho y no podía creerlo. Tantas promesas de amor, tanto asegurarme que iba a respetar mis tiempos y eran todas mentiras. Mientras yo me desgarraba por dentro para no lastimar innecesariamente a Pedro, él estaba jugando conmigo.

Después de los maravillosos días de Roma y China volví a casa de mi padre dispuesta a terminar con mi vieja vida. Nada más entrar, me encontré con él, conversando con Pedro en forma distendida.

  • ¿Qué es esto papá?¿Qué hace él aquí ?

  • Hija, Por ahora Pedro sigue siendo tu esposo y está muy arrepentido de lo que pasó. Creo que deberías escucharlo.

Sin entender demasiado lo que pasaba, ví marcharse a mi padre, mientras Pedro se ponía de rodillas abrazado a mis piernas.

  • Necesito que me perdones, eres de las pocas que conoce la historia de mi vida y puede entender que esos días los viejos fantasmas volvieron a torturarme. Me cortaría la mano con la que te pegué, con tal de que lo hagas.

  • Pedro, ese golpe solo fue la culminación de un largo proceso de degradación a tu lado. Ahora solo queda separarnos y no quiero humillarte utilizando tu agresión en los tribunales. Si tanto me quieres concédeme el divorcio y todo quedará olvidado.

  • Déjame demostrarte que soy digno de tí, si en un par de meses  no logro tu perdón, me iré de tu lado y no volveré a molestarte.

Después de tantos años juntos no podía negarme a su pedido, menos por creerme enamorada tras unos pocos días de ensueño, de los que todavía me costaba despertar. David era un hombre maravilloso, un encanto de persona  y un amante entregado, pero no había sentido esa chispa explosiva que sentí el día que conocí a Pedro. Quizás no la volviera a sentir jamás.

El día que nos volvimos a ver, luego de presentarle al equipo de trabajo las novedades del viaje y las órdenes de compras de la nueva maquinaria, quedamos solos en su oficina y pude hablar con él.

  • Debo pedirte un favor.

  • Los que quieras ¿Sucede algo malo?-

Preguntó ansioso.

  • Ni bueno ni malo, Pedro ha venido a verme y quiere otra oportunidad.

  • ¿Y se la vas a conceder después de lo que pasó?.

  • Si me lo preguntas ahora te diría que no, pero tampoco quiero humillarlo, quiero separarme en buenos términos y necesito tiempo.

  • Tómate el tiempo que necesites, te estaré esperando.

Lo que siguió fue extraño. Pedro cambió su comportamiento de manera radical, volvió a cuidar su figura, me invitaba al cine los fines de semana o pasábamos largas horas conversando en la casa de mi padre sobre mis ocupaciones o riéndonos de las anécdotas de su trabajo en el taxi.

Poco a poco fuí recuperando a mi viejo amigo, pero también me dí cuenta que no podría resucitar nuestro amor. Ese amor llevaba muerto mucho tiempo. Mucho más del que llevábamos separados.

El último viernes que vino a visitarme se lo dije y sorprendentemente me entendió...

  • Lo entiendo y te agradezco que me hayas permitido intentarlo, me conformo con que me dejes seguir siendo tu amigo

.

S

olo te pido un favor antes del divorcio.

  • Por supuesto, dime.

  • Déjame pasar por el departamento algún día, quiero llevarme algunos recuerdos.

  • Por supuesto, yo también quiero seguir siendo tu amiga.

Finalmente quedamos para el sábado por la mañana. Estaba feliz de cerrar esa etapa de mi vida en buenos términos y lista para intentar la aventura con David. Los días que llevábamos trabajando juntos, su trato afectuoso y el espacio que me dió para resolver mis problemas, me demostraron que valía la pena.

Lo esperé en la puerta del edificio y lo ví llegar sonriente a mi encuentro. Para mi sorpresa, cuando estuvo a mi lado me dió un corto beso en los labios y me tomó de la cintura con una carcajada.

  • Ja ja ja. No te asustes, es solo una muestra de cariño, después de todo lo que pasamos juntos, es un recuerdo que me llevo.

  • Ja ja ja miedo me dás, tu no cambias nunca.

Y así entre risas entramos al edificio y luego de permitirle llevarse algunos cuadros en los que estábamos juntos y algunos recuerdos de nuestros viajes, se marchó, dando por concluída una etapa de mi vida.

El domingo por la mañana golpearon a la puerta y abrí pensando en que Pedro, volvía por alguna otra cosa. Para mi sorpresa, me encontré a Nacho algo bebido, bastante desaliñado y con los ojos enrojecidos pidiendo hablar conmigo. Lo dejé pasar y sentándose al lado de donde estaba desayunando mi padre, me contó angustiado.

  • Me está metiendo los cuernos, la muy hija de puta se está follando a David.¿Tú lo sabías?

  • ¿Pero qué dices?¿Estás loco?¿David sería incapaz  de hacer algo así. Además…

  • Además…¿Qué?...¿También te lo tiras tú?

  • Noo..Que dices… ¿De donde sacas esas ideas locas?

  • ¿Ideas locas? Mira -

Y me pasó su teléfono.

==================================================================