El duro oficio de vivir y ser feliz 10

Nace una nueva era, aplicando justicia. Encontrando el camino

NACE UNA NUEVA ERA

Junio de 2019

Promediando la reunión, David les comentó que a partir de ese día, Nina y Daisy compartirían oficina y se reportarían directamente con él, mientras que Nuria y Bea, lo harían con ellas.

A continuación habló Nina y les expuso el plan de inversiones y reestructuraciones durante más de una hora. Finalmente, quedó en detallarles sus tareas en las habituales reuniones semanales que de ahora en adelante serían con ella.

A pesar de las excelentes noticias para la empresa, Bea no pudo dejar de sentirse levemente relegada y mucho se temía que algo de lo ocurrido en la fiesta o en el viaje de Nuria, tenía que ver con ello. Debía averiguarlo como sea.

El martes, después del almuerzo, Nina se reunió con Nuria.

  • Buenas tardes Nuria, te traigo todos los catálogos de accesorios que hemos seleccionado para que los incorpores a tus nuevos diseños. Debemos tenerlos listos para lanzarlos a la venta antes de terminar la producción en curso. También te traigo el listado de la maquinaria de ruteado que se va a incorporar, para que también adecues tus diseños a las nuevas tecnologías y prepares los programas de mecanizado.

  • Si jefa, como usted disponga. -

Contestó Nuria de muy mala leche

  • Oye, no sé bien a qué viene ese tonito, pero yo no soy tu jefa, ni nada que se le parezca.

  • No me vengas con eso. ¿Entonces qué eres? Bien que has aprovechado mi desliz para enrollarte con David y soplarme el puesto.

Contestó Nuria de muy mala leche. Lo que no previó, fué la violenta reacción de Nina, que poniendo una cara que acojonaba le respondió furiosa.

  • Mira, estrecha de los cojones, no se que coño te pasa conmigo, ni que mierda es ese tema de tu desliz. Deberías estarme agradecida por la venta de tus diseños . Yo solo hago mi trabajo, le he dado vida a este proyecto y me han elegido para coordinar la incorporación de las nuevas tecnologías, para lo cual me he preparado pelándome el culo cinco años en la Universidad .

Y agregó

  • Y si tú te crees que estoy donde estoy, solo por ponerle el culo a tu jefe, no tienes idea de quién estás hablando. Se supone que eres su amiga de toda la vida. Mi hermana tuvo razón al enviarme a París, tú no eres para él, no es vuestro destino estar juntos…Con amigas como tú, no es raro que el pobre esté solo como un perro.

  • Ahora va a ser que lo conoces mas que yo.

  • Como si le hubiera dado la vida.

Y se fué furiosa dando un portazo, dejando a Nuria avergonzada y con la boca abierta. Era más que evidente que su viejo amigo la había cubierto otra vez, sin soltar prenda de lo sucedido en París, aunque Nina se lo imaginara.

El Jueves fué el turno de Bea, que esperaba ansiosa las novedades, al no haber logrado sacarle una palabra de su reunión a Nuria.

  • Te noto nerviosa. Espero no seas borde como tu amiga.

  • No se lo tengas en cuenta, con esto de los viajes tenemos problemas en casa.

  • Haberlo dicho antes de viajar.

  • Eso hubiera sido claudicar ante nuestros esposos, ni de coña.

  • Me gusta esa actitud, pero de todas maneras, eso no justifica ser maleducada, esto es un trabajo y tenemos que hacerlo en equipo. Si no están conforme conmigo ya saben a quién dirigirse.

  • No te atajes conmigo, que yo no he dicho ni una palabra.

  • Tienes razón, vamos a lo nuestro. Te dejo todos los catálogos de herrajes y accesorios que queremos agregar a nuestra línea de producción, cuando completen la información en la exhibición de Roma, deberán tratar de conseguirlos en China para comparar precios y calidades.

  • Debes catalogarlos y volcarlos a la base de datos, van a necesitar consultarla en el viaje y mejor tenerlos ordenados por producto. Toma, también te dejo la lista de expositores de Guangzhou, aprovecha estos dos meses para chequear cuales son los que más les conviene visitar. En esa feria hay más de mil expositores y no podrán verlos a todos.

  • Perdón...¿Has dicho China?

  • Ups…¿David no te avisó? Van directo desde Roma, salen la primera semana de septiembre..

Nina se retiró a su oficina sin dar posibilidad de réplica. Fiel a su estilo expeditivo dio el tema por zanjado, dejándola anonadada por la implicancia de la noticia. Su matrimonio se iría a la mierda sin remedio.

APLICANDO JUSTICIA

Junio de 2019

La muerte repentina de su esposa de un ataque al corazón, había sido un golpe muy duro para Ramón. El viejo juez se dió cuenta que estaba solo. Su carácter agrio e intransigente no le había permitido cosechar amigos.

Hasta se preguntaba cuánto de culpa tenía en la muerte de su mujer, nunca le había hecho las cosas fáciles y la frutilla del postre fue poner a su amada hija en las manos de un delincuente como Pedro.

Creyendo que teniendo un esposo de mano dura, Bea encarrilaría su vida convirtiéndose en una buena mujer como su madre, no se dió cuenta que lo único que logró, fue hacerla profundamente infeliz. El solo hecho de pensar que ese fuera uno de los motivos de la repentina ida de su mujer, lo sumía en mundo de incertezas.

Por suerte la vida le dió otra oportunidad con Bea. El duelo los había acercado, la necesidad de buscar consuelo en quién sentían más cercano, sumado al fraude de Pedro que los dejó sin nada llevándose todos su ahorros, les permitió cicatrizar viejas heridas y recomponer poco a poco su relación.

Por suerte Ramón no tenía deudas, su pensión era considerable, su casa le pertenecía y pudo disponer del viejo departamento de su madre para que su hija no quedara en la calle. Hacia ese lugar se dirigía con unas masas frescas para compartir unos mates.

La abrupta caída del altivo yerno, sacándolo de su altar de ídolo endiosado, había abierto los ojos de su hija. Con la inestimable ayuda de su amiga Nuria y apoyándose en su brillante preparación académica, había logrado sortear con éxito el desafío de una salida laboral compleja, después de tantos años de ostracismo.

Bea había recuperado la sonrisa a pesar de los celos enfermizos de su esposo. Perro viejo como era, no se le escapaba que David algo tenía que ver en la alegría desbordante de su hija. Bastaba ver su sonrisa al regresar los Jueves luego de sus reuniones de trabajo, daba gusto verla llegar arreglada y con la figura recuperada como en sus años de adolescente.

Y ese era precisamente el día en que le gustaba visitarla, para nutrirse de su optimismo y dejar un rato de lado su tristeza agobiante.

Normalmente llegaba antes que su hija y como poseía llave, la esperaba con la mesa servida y el mate listo para ser servido. Pero en caso de notar algún indicio de que ella ya había llegado, se anunciaba, por una cuestión de respeto.

Pero hoy algo había cambiado, al llegar vió el taxi de Pedro mal estacionado, como si lo hubiera dejado a las apuradas y tuvo un mal presentimiento. Entró al edificio con su llave y tomó el ascensor hasta el piso superior al que estaba su hija. Luego bajó un piso por la escalera y se acercó en silencio a la puerta del departamento de su madre.

  • Si tu piensas que voy a permitir que te vayas dos semanas con ese imbécil, es que no me conoces.

  • ¿Y cómo piensas impedirlo?

  • Atándote a la cama si es necesario, de mí no se van a burlar más.

  • ¿No será que te burlas solo?¿Que te has mirado al espejo y solo ves un perdedor?

  • ¡PLAFF! … Para perdedor tu padre…Hija de puta…Vas a aprender a respetarme

Alarmado por los gritos Ramón dudaba en intervenir, pero fué escuchar el golpe y entrar como una tromba para descubrir a su hija tirada en el piso sangrando por la boca. Hecho una fiera tomó a Pedro de los pocos pelos que le quedaban y arrastrándolo por el piso lo sacó del departamento y lo arrojó por las escaleras.

A renglón seguido, llamó al 911, denunció la agresión y pasó a atender a su hija. Dos horas más tarde, usando sus viejas influencias, su yerno tenía declarada la perimetral. Finalmente, recogieron todas las pertenencias de Pedro, las enviaron a casa de su tío y Bea se mudó con su padre luego de cambiar las cerraduras.

PREPARATIVOS

Julio de 2019

El preparativo del viaje me tenía tenso, no tanto por el funcionamiento de la fábrica, si no por todo  lo que estaba en juego, cualquier error en la programación podría acarrear un retraso muy significativo de los planes.

La feria de China sólo se realizaba una vez por año y era la única forma de encontrar a todos los proveedores agrupados en un lugar. Una vez retornados a su lugar de origen, los separaban miles de kilómetros y visitarlos a todos era tarea imposible.

El éxito de la feria de París nos había puesto en carrera y la incorporación de Nina resultó una verdadera sorpresa. Entre ella y su hermana se habían puesto la fábrica al hombro y después de limar asperezas, el entendimiento con Nuria y José era total.

Liberado de esa carga, mi única preocupación era saber si Bea daría la talla. La había notado rara los últimos días y cuando ese Lunes la vi llegar con un extraño moretón en la cara, escasamente disimulado por maquillaje, entendí por qué.

La llamé a mi oficina y apenas cruzó la puerta, se derrumbó en el sillón ahogada en llanto. Corrí a su encuentro y la cobijé en mis brazos.

  • Mira lo que te han hecho. Es mi culpa, no debí involucrarte en mis locuras sabiendo cómo las gasta Pedro.

  • Por favor, no digas eso. Me has devuelto la dignidad. No me vayas a dejar de lado ahora que he dado el paso.

  • ¿Qué es lo que has hecho?

  • Lo he dejado, nunca más me volverá a tocar

  • Me siento culpable.

  • Acá la única culpable soy yo, debí hacerlo hace tiempo.

Repuesta de su bajón, pasó al baño a lavarse la cara y arreglarse el maquillaje y media hora después de tomarse un café bien cargado, ya estaba trabajando a toda máquina.

ENCONTRANDO EL CAMINO

Septiembre 2019

Aterrizamos en Fiumicino el Martes 3 de septiembre a las once de la mañana y llegamos al hotel a la una de la tarde, justo para tomar las habitaciones. Se trataba de una coqueta residencia en via Condotti a escasos metros de las escaleras de plaza España, que contaba con un bar aterrazado con una vista maravillosa de la Plaza de la barcaza.

Vestidos con ropa fresca dado el calor reinante en Roma, salimos a disfrutar de la histórica ciudad y así aprovechar los pocos días que teníamos libres antes de la exposición.

Subimos las escaleras de plaza España saltando como niños. Nos sacamos fotos frente a la barca y tomamos por la via del Babuino rumbo a Piazza dil Popolo.

Luego de las fotos y las visitas a la basílica de Santa Maria, retomamos por Via del Corso y luego de visitar Piazza Venezia y el esperpento del  monumento a Vittorio Emanuele seguimos viaje hacia el Coliseo y los Foros romanos.

Demolidos por el trajín, luego de comer unas pizzas por el camino, retornamos al hotel a las once de la noche, nos despedimos con un beso en la mejilla y caímos desmayados en nuestras habitaciones tras una relajante ducha.

Al día siguiente nos encontramos temprano en el bar para tomar el desayuno y enfilamos despacio por Via Condotti para que Bea disfrute de las marquesinas de moda. Cruzamos el Tíber y después de tomar unas fotos del Castello Sant’angelo, pasamos toda la mañana y parte de la tarde visitando San Pedro y los museos Vaticanos.

El resto del día lo dedicamos a recorrer las cuatro fuentes, el Panteón y las plazas, caminando  tomados de la mano. Terminamos la jornada con una agradable cena en una pequeña trattorîa. El camino de retorno al hotel lo hicimos despacio y hablando en voz baja, buscando no romper el encanto de la jornada.

El Jueves tomamos una excursión a Nápoles, donde hicimos una visita guiada a la ciudad por la mañana y luego de almorzar visitamos las ruinas de Pompeya. Pasamos la noche en la ciudad y bien temprano a la mañana embarcamos rumbo a Capri, visitando primero la gruta azul.

Recorriendo las callecitas de Capri, luego de subir con el funicular, Bea parecía una niña feliz, en esos pocos días visitando tan bellos lugares, parecía haber recuperado esa felicidad que tanto se le había negado.

Embelesada por las fabulosas vistas desde el Monte Solaro, al cual accedimos caminando por la Vía Crucis desde Anacapri, se colgó de mi cuello y me dió uno de los besos más dulces que recibí en mi vida.

Ese día llevaba puesto un corto vestido de algodón de pollera tableada que la hacía muy apetecible y que me tenía a mal traer desde que la vi en el bar del hotel. El beso se convirtió en morreo y cuando mis manos estaban por apoderarse de su soberbio culo bajo su corta pollera, los aplausos y chiflidos de los turistas que nos rodeaban nos trajeron a la realidad entre carcajadas.

De común acuerdo decidimos quedarnos en la isla. Cenamos en un pequeño restaurante con vista al mar y tomamos una habitación en una coqueta posada.

Entramos tomados de la mano, nerviosos como adolescentes primerizos. Nos abrazamos con cariño y nuestros labios se buscaron sedientos.

Las ropas duraron lo que la ansiedad mandaba y nuestras pieles se encontraron buscando el calor del otro. Besé su cuello, escalé sus senos con hambre y me apoderé de sus pezones con avidez.

Descendí por su cuerpo dejando un reguero de saliva y me perdí entre sus piernas. Las tremendas convulsiones de su cuerpo en el momento que castigué su clítoris con mi inquieta lengua, sumados a los violentos tirones de mi cabellera me indicaron el arribo de su orgasmo.

Bebí de su manantial mientras se calmaba y trepando por su cuerpo, compartí su esencia en un beso prolongado mientras la penetraba, mirándola a los ojos profundamente conmovido. En perfecta sincronía, nuestras caderas se buscaban con la misma pasión que nuestras ansias las empujaban. Alcanzamos nuestro zenith y en su sol nos abrasamos.

Pasada la euforia llegó el momento del reposo y envueltos en nuestros brazos, desnudamos nuestras almas al abrigo del cariño descubierto.

  • Guauu...ha sido maravilloso.

-Comentó Bea, todavía agitada por los estertores de su orgasmo, nunca he sentido algo así.

  • Ja, ja , ja Tampoco es necesario que exageres, conozco mis limitaciones.

-Contesté agitado.

  • No todo en el sexo es guarro o destreza física , ya he pasado por eso y te puedo asegurar que a la larga aburre. También está el sentirse deseada, en disfrutar de la entrega de tu pareja, y tú en eso no tienes límite. Jamás me he sentido tan querida y protegida como en estos días.

  • Yo también me he sentido muy a gusto contigo. ¿Estarías dispuesta a intentarlo ahora que estás separada?

  • Si a la vuelta me das el tiempo que necesite para arreglar mi divorcio sin presionarme, estaría encantada. No quiero darle excusas a Pedro para que me eche la culpa de nuestro fracaso.

  • Puedes tomarte el tiempo que necesites, yo también debo solucionar unos temas...pero eso es a la vuelta... ¿Y mientras tanto? -

Repliqué con malicia, nuevamente empalmado.

La respuesta no se hizo esperar, con un movimiento de cadera me tumbó de espaldas y mordiéndose los labios con una sonrisa morbosa, se montó sobre mi cuerpo, tomó mi polla con su mano y mirándome a los ojos se empaló lentamente disfrutando cada centímetro.

Lo que siguió del viaje fue maravilloso, complementados al extremo, cerramos negocios, visitamos lugares hermosos y nos amamos con pasión inusitada.

El sábado temprano retornamos a Nápoles y de allí en tren a Roma. Llegamos por la noche y solo nos dió tiempo para una cena liviana antes de marchar a dormir a su habitación, por si la llamaban por teléfono.

El Domingo nos acreditamos en la feria que se realizaba en unas coquetas carpas en Villa Borghese y luego de tres días de negociaciones con proveedores de toda Italia, partimos para Hong Kong.

Luego de pasear dos días por la lujosa isla donde visitamos el famoso Victoria Pick y sus vistas maravillosas, partimos en tren para Guangzhou donde permanecimos cuatro encantadores y agotadores días visitando la enorme feria.

A nuestro retorno, planteamos la reorganización de  la fábrica tal como lo hablamos en el viaje y en una reunión que mantuvimos con Nuria y Daisy, que nos miraban encantadas al ver nuestra complicidad, las mismas nos informaron que sus objetivos estaban cumplidos.

Que consideraban su trabajo terminado y que se despedirían de nosotros después de preparar a Bea y Nuria para manejar la empresa.

La noticia era muy dolorosa, quería mucho a esas dos muchachas, pero estaba avisado, sabía que intentar hacerlas cambiar de opinión era trabajo inutil.

Por fin llegó el sábado y mi encuentro con Juana. Después de dos semanas sin vernos, se lanzó a mis brazos y me comió a besos. La separé de mi cuerpo lo mas dulcemente posible y antes de que dijera una palabra, habló ella.

  • ¿Es por Bea?
  • En gran parte sí, estamos empezando algo y no quiero engañarla. Y en parte es por José. Lo veo tan bien y tan feliz que aunque sé que no están juntos, no se que va a pasar cuando se entere de lo que ha pasado entre nosotros.
  • ¿Y quién te ha dicho que no lo sabe?
  • ¿Se lo has dicho?
  • Desde el primer día, como crees que le ocultaría algo así después de tantos años.
  • ¿Y qué dijo?
  • Está feliz por mí, aunque me pidió que le evite los detalles.
  • Hay algo más…tu hija tamb…
  • También estoy al tanto de que lo sabe y de todo lo que pasó entre ustedes, me lo ha contado después del viaje y no sabes cuanto lo siento.
  • ¿Todo?
  • Todo, desde la primera vez que lo hicieron. Lamento mucho su actitud, te ha hecho sufrir, pero ella se ha cagado la vida. No es feliz.
  • Sabes bien que puedes dejar de trabajar en mi casa cuando quieras, aunque me dolería que te alejes de mí.
  • ¿Y dejar solo a mi niño? Ni loca.

Nos abrazamos en silencio emocionados. Nuestra relación sería diferente a partir de ese momento. Ni mejor ni peor, solo diferente. Quería mucho a esa mujer.

Todo parecía encaminado y después de tanto esfuerzo, el sueño de mis padres cobraba forma. Sin embargo, sin nosotros saberlo, bajo las calmas aguas, las fieras hambrientas  estaban al acecho.

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