El Domingo 21 - ESCLAVA DEL JUEZ - 4ta. Parte

Mi anterior relato quedó en:... Me hicieron dobles y triples anales y vaginales, me garcharon la boca de dos en dos y me conectaron a todo tipo de máquinas y vibradores. En una ocasión uno de los viejos me metió un bate de béisbol casi entero por el culo y empezó a moverlo furiosamente hasta que me acabé como una yegua. Realmente fue de locos... No sé cuantos me garcharon esa noche.

Después de aquel Sábado en el que me garcharon a toda hora.

Me llevaron a dormir.

Al despertar, junto a mi, estaba el juez.

Y putita…

Estarás desarmada?

Y qué te parece…

¿Cuántos me garcharon?

Calculo que unos 25, pero además te hicimos dobles y triples anales y vaginales, te garchamos la boca de dos en dos y te pajeamos con todo tipo de máquinas y vibradores.

Al punto que uno de mis amigos te metió un bate de béisbol casi entero en el culo y se lo gozaste como una yegua.

Si, me acuerdo… y me lo enterraba sin lastima…

Pero, pasaste bien?

Sí, por supuesto, respondí...

El Juez, entregándome un fajo de billetes (dos mil dólares), me dijo… Bueno, las cuentas claras conservan la amistad.

Hemos quedado todos encantados contigo…

Luego de una larga pausa…

Lo miré y pregunté…

Señor… Yo no me porté bien?

Él respondió, claro que te portaste bien, putita...

Por qué preguntas…decime...

Porque usted me prometió, que si me portaba bien putita con sus amigos, me iba a prestar para que me garchara Samuel...

Entonces él, con una sonrisa sobradora, dijo…

Si yo no me olvidé, lo que sucede es que, como ayer no dio el tiempo tendrías que quedarte hoy también.

Y no creo que nadie te pague mil dolares, para que tu te hagas garchar por el negro.

Pero, señor, si nadie me paga igual, no hay problema, yo tengo ganas de comerme el pijón de Samuel.

—¿Te gusta putita?... ¿Lo querés?

—Sí señor... Quiero ese vergón divino...

Ese tremendo pedazo de verga…

Ese socotroco de carne negra...

Ensartado en mi ojete.

Entonces el juez en tono de confidente, me dijo, sabés lo que pasa, yo te presenté a Samuel, pero él no es empleado mío, es un muchacho que anda con el Canciller.

Quién???

Yooo… escuché un vozarrón…

Y todo se aclaró...

El Canciller, era un viejo gordo y vergudo, que me había estado garchando la noche anterior.

Y cual es el problema?, pregunté

Sencillo, que Samuel cobra 500 dólares el polvo.

Dije…

Miren señores, a esta altura, y viéndolo ahí…

No hay drama, descuéntenme los 500 dólares… y que me garche bien garchada.

El Canciller miró al juez y a Samuel, y dijo… es bobada esta guacha es el sumum del putismo….

Todo aclarado?, pregunté, mirando fijo aquel socotro de verga duro como fierro…

Samuel dijo…

Bueno putita, ahora de rodillas y a chupar.

El juez que estaba detrás mío,  apenas le di la espalda, me metió un enorme consolador vibrando al máximo en la concha.

Yo con mi mano sostenía temblorosamente el consolador dentro de mi concha ensopada, mi pepa apretaba el enorme aparato que vibraba sin parar, y como puta que soy, le mostraba al Juez como lo gozaba, para hacerlo disfrutar.

Usando la lengua, comencé a lamer  aquel vergón descomunal desde la base peluda hasta llegar a la punta, a esa cabeza gorda y que era aún más gruesa que el resto de la verga.

Después abrí bien la boca y mientras escuchaba los comentarios del juez y el Canciller, me fuí tragando centímetro a centímetro, aquella garcha dura como  piedra, gorda como un vaso de licuado y el doble de larga. Por no hablar de su tremendo grosor.

Tras hacérmela mamar un buen rato, la siguiente orden del negro fue que yo misma me ensartara su guasca de caballo en el culo y como buena puta, yo obedecí.

Me saqué el consolador y me concentré en gozar cómo me castigaba el orto el negro senegalés.

Era tan larga su pija que para poder colocarme su cabezota en el orto y sentarmele, tuve que ponerme casi de pié en el sofá encima del negro, con las piernas apenas flexionadas, así de larga era aquella verga.

Comienza a garcharme tú con tu culo” ordenó el negro.

Obedecí como una buena puta, y entré a mover el culo como quería el negro.

Totalmente empalada, cabalgaba encima del negro, como una jineta,  sacaba casi todo aquel pedazo descomunal, para de una buena sentada, volver a enterrarmelo hasta los huevos.

¡Oh, Dios Mio!

Que divino…

De pronto, me ordenó ponerme en cuatro patas contra el sofá, me puso una pata arriba de la nuca, y sin decir más nada, colocó la cabeza de su verga encima de mi desjaretado ojete y de un saque me la enterró hasta el fondo.

Gemí fuerte, sintiendo que el aire se escapaba de mis pulmones y su garcha me llegaba al ombligo.

El negro me sacaba su tripón bien afuera, para luego volver a clavarmelo en el orto.

Arrolló mi cabello en su mano y lo utilizó como una rienda para jalarme hacia él.

Movía rápidamente la cadera, marcando un ritmo fuerte y constante dentro de mí.

Mi amo sabía que el negro me estaba volviendo loca y lo disfrutaba.

Me tiró de espaldas sobre el sofá, me abrió las piernas a lo bruto, y siguió dandole pija a mi ojete angurriento.

Movía sus caderas a un ritmo frenético, de pronto, bruto guascazo me arrancó un bufido y el loco me entró a dar muchísimo más duro, mientras yo sentía como me meaba. Primero, lentamente, y luego, mi pepa largó un gran chorro que corrió por mis piernas.

Su garcha creció dentro mío, y comenzó a llenarme de leche el orto, sentía sus chorros calientes, y al mismo tiempo, en mí culo se desató un gran polvo y presiento que me voy a cagar .

Grito y gimo hasta quedarme ronca, mientras el negro no deja de darme guasca.

Me garchaba de forma abusiva, brutal, me la ensartaba con dureza, con violencia, provocando que todo mi cuerpo se sacudiera.

…dije casi gritando…

¡¡AAaA me encanta que me garchen a lo bruto el orto.

Y el…“¡¡Voy a romperte el culo en doooooooooos puta de mierda!!”

yo…“¡¡AaAAAaAAAAaaAAAahhhHH!!

¡¡¡¡me gusta que me revienten el culo!!!!” grité

“Sii... AaaAahhh... así bien duro como me gustaaa”

Cuando el negro se levantó, vio que su verga estaba toda cagada, el juez y el Canciller se rieron, diciendole…

la culpa es tuya que las hacés cagar a vergazos.

Y el juez agregó, pero, a esta guacha le encanta limpiarlas.

Bueno putita, de rodillas y a limpiar.

Arrodillada frente a él empecé a chuparle la verga.

Pasaba mi lengua de arriba a abajo, lamiendo de los huevos a la cabeza para limpiarle la garcha, comiéndome todo, dejándola libre de cualquier rastro de leche o caquita.

Mientras disfrutaba que me hicieran tomar leche y comer caca, siento que el Juez me dice, bueno guacha puta, te hiciste el gusto de que Samuel te rompiera el orto, ahora por unos días, paremos la joda.

……………………

Y no saben que oportuna fue esa parada…

Recién cuando llegué al apartamento, me avive de que llevaba más de cuatro días sin prender el celular.

Tenía varios mensajes de mis viejos y también de mis dos novios.

Lo que más me complicaba era que mis viejos se habían enterado que desde el Jueves no iba por el apartamento.

Después la sigo

Chauuu

Mi email: noeliaguachita@gmail.com