El doctor y su esposa fiel

De seguro es la puta de la vecina que viene a verme otra vez para que se le moje la puchita, -pensé- me quite la camisa para me viera el torso y por fin se decidiera a coger conmigo.

El Doctor y su esposa fiel.

Hola, ¿Que tal?, ¿Cómo están?, esta es la primer vez que publico una vivencia en el Internet, soy un asiduo lector de relatos eróticos, ya que con ellos he logrado sensaciones indescriptibles cuando por una u otra razón me masturbo leyéndolos, incluso los he leído con amigas, novias, amantes y se sorprenderían de los buenos dividendos que esa practica me ha dado. Empiezo.

Por razones de trabajo me vine a vivir a una pequeña ciudad al norte de México, la compañía me renta un departamento en una zona residencial y ya se imaginaran la cantidad de personas "apretadas" que viven por ahí, que por sentirse de la "high society" se pasan de moralistas, aunque todos sabemos que las apariencias engañan y ese día –como muchos ya lo pensaron- lo iba a ratificar.

Como todos los sábados salí a lavar el carro, obviamente que me compre mis cervezas para apagar la sed que el trabajo me iba a provocar auando a los 40 grados de temperatura que había a esa hora de la mañana.

Estaba en el proceso de secado y ya me había tomado más de 10 cervezas, por lo que ya me sentía en ambiente; el alcohol -como a muchas personas- me provoca un cierto grado de excitación que me lleva a cometer algunas guarradas que después platicare.

En ese estado de medio-pedo vi a mi vecina -como de costumbre- salir a tirar la basura en sus acostumbrados pans y una de sus tantas camisas largas que dejan todo a la imaginación, le sonreí, con esas sonrisitas estupidas que tenemos los hombres como diciendo ¿quieres coger?, y ella me respondió con la mueca que tiene las mujeres como respuesta a esa sonrisita como diciendo, ¡pendejo! Estarás muy bueno.

Me sentí frustrado, abrí otra cerveza y continué lavando el carro, una vez que hube terminado me dispuse a recoger mis instrumentos, ya solo me faltaba la mesita donde dejo mis cervezas cuando escuche nuevamente que se abría la puerta del vecino.

De seguro es la puta de la vecina que viene a verme otra vez para que se le moje la puchita, -pensé- me quite la camisa para me viera el torso y por fin se decidiera a coger conmigo, pero ¡oh! Sorpresa era su marido que también como de costumbre saco al perro para que hiciera sus necesidades fisiológicas.

Le di un gran trago a mi cerveza, la deje sobre la mesita y salude a mi vecino, no había terminado el saludo cuando mi embriaguez me jugo una mala pasada, mi cerveza cayo sobre la mesa, y rodando amenazaba con suicidarse, hice un movimiento rápido para tratar de que no se desperdiciara una gota mas de ese néctar, pero mis huaraches y el agua en el piso hicieron que resbalara y fui a dar al suelo no sin antes pegarme en una jardinera; el dolor era inmenso, me dolían las nalgas y la espalda, trate de incorporarme sin obtener resultados, me tranquilice un momento y decidí intentarlo nuevamente, ahí iba de nuevo cuando sentí la presencia de alguien e interrumpí mi avance, era el vecino, que me estaba tendiendo su mano; con su ayuda pude levantarme y con una voz gruesa me dijo:

-Ven, vamos a mi casa ahí te examinare.

En ese momento recordé que el es doctor y aunque no tengo nada contra ellos, tanto el como su esposa siempre caminan con aires de grandeza de ahí que su esposa no me pueda ni ver, y para no ocasionarle un disgusto le dije:

-Estoy bien doc, solo fue el chingadazo.

-De ninguna manera, tengo que revisarte bien, esos golpes pueden tener consecuencias serias.

Como pude caminamos rumbo su casa, entramos en su departamento, era algo exótico, tenia muchos cuadros eróticos por toda la pared, incluso había uno de el con su esposa, semidesnudos.

Mi vecino se percato de mi asombro y con una naturalidad me dijo:

-Locuras de mi esposa

-A huevo -pensé yo- ya sabia que era una cachonda, si la delata esa carita de puta

-Es por aquí, cruzamos un pasillo y llegamos a su consultorio.

-Bajate el pantalón por favor….vamos a ver que te paso. Escuche el sonido de los guantes de látex e inmediatamente sentí sus manos sobre mis nalgas.

-No esta mal ¡eh! vecino,

-¿Perdón doc? -pregunte-

-Que no esta mal el golpe que te diste, mira

Voltee y en la puerta del consultorio había una espejo de cuerpo completo; tenia un gran moretón que me cubría la gran parte de mis nalgas, aparte de un raspón en mi espalda baja,

Volteé mas a la izquierda y a 5 cm. de mi, el doc me veía con una sonrisa nerviosa, no esta mal, volvió a decir.

Cambio su expresión a la de un profesional y me dijo -no te preocupes, cuestión de limpiarte el raspón y masajearte tu parte posterior con una pomada.

Dicho y hecho, curo la laceración en mi espalda y tomando un poco de ungüento verdoso -que salía de un bote- entre sus dedos dio paso a un masaje.

El primer contacto fue frió, mas bien helado, me estremecí; el doc empezó a frotarme la crema en las nalgas de una manera terapéutica; pasaron un par de minutos y yo ya sentía caricias, me alarme un poco y me puse un poco rígido, el notando mi reacción me recrimino un poco:

-Suelta el cuerpo vecino, suelta el cuerpo.

Obviamente yo lo afloje, que tiene de malo un masaje, además el es doctor y yo era su paciente. Pero a medida que pasaba el tiempo las caricias eran mas suave que me empecé a relajar de mas, sus dedos ya pasaban por la hendidura de mis nalgas, me recargue en la camilla que tienen los consultorios y lentamente me fui abriendo de piernas, el seguía con sus caricias, pero ahora –con el camino abierto- ya las hacia directamente en mi ano, haciendo círculos como tratando de penetrarlo, di un ligero respingo pero hábilmente distrajo mi atención masajeando ahora el nacimiento de mis huevos, me deje hacer, así estuvo un rato, iba suave, de mi culo a mis huevos y de mis huevos a mi culo.

Por un momento reaccione, ¿Qué me esta pasando?, ¿Qué yo sepa no soy gay?, muchas veces cuando me masturbo me acaricio las nalgas y porque no, ya en la cachondez me he llegado a meter un dedo en mi culito, pero hasta ahí, nunca me han gustado los hombres.

Me incorpore, cerré las piernas y gire agradeciendo al doctor la curación, pero el muy guarro se metió mi verga en su boca y empezó a succionar de tal manera que no pude oponer resistencia, suéltame cabron –le decía no muy convencido- me movía para un lado y hacia allá iba a su boca, me movía para el otro y como fiel perrito siguiendo a su hueso no la soltaba. Que bien la mama este puto doctor, me estaba sintiendo en el cielo, sentía su campanilla en mi glande, la sacaba la metía y le daba mordiditas.

-¿Te gusta vecinito?, ¿te gusta como te la esta mamado esta doctorcita?

-Claro que si maricon, la mamas bien rico, nunca me imagine que fueras tan putito, sigue así doc, sigue así mamon.

-Putita –me dijo-

-¿Perdón? no te oí

-Soy putita…y de las mejores.

-Pues eso si, la mamas como los angeles, apenas había terminado de decirlo, cuando otra vez se la metió hasta el fondo y empezó a succionar, cerré los ojos y empecé a gemir como perro

-Así putita….así chiquita, chupale la verga a tu vecinito, así mi doctorcita, mas cabrona….uuffffff….así perrita……mas…..ya te imagino en el hospital mamando vergas al por mayor a todos los enfermos, que diría tu esposa si te viera que eres mas puta que ella y que dirán tus amigos, que seguramente la mamas mejor que ella

-Ahí vienen perra…ahí vienen…. uuuuuffffffffff

y cuando estaba a punto de venirme escuche un golpe seco que me saco de concentración y me hizo abrir los ojos.

-Aquí nadie se viene sin mi par de calientes, era la esposa del doc, que sostenía entre sus manos un pequeño látigo.

Yo me quede estupefacto sin saber que hacer ni que decir.

-Con que esas tenemos putita -y madres le suelta otro latigazo- que te he dicho de mamar vergas sin mi permiso, no te puedo dejar sola porque luego luego te sale lo maricon.

-Perdón angeliquita es que el vecino se cayo y lo estaba curando y pues tu sabes como me pongo cuando algo me gusta

-Si ya se, se te hace agua la cola. Y que esperas, síguele mamando la verga que del susto se le bajo.

El doc me volteo a ver y con una cara de perra en celo continuo con su labor. Yo estaba anonadado, mientras el doc me la mamaba angélica –la vecina- le bajo el pantalón y le azotaba las nalgas con cuanta cosa se topaba mientras le decía una sarta de cochinadas.

-Así mi doctora, mámelo rico, así putita, trágatelo todo ¿sabe rica la verguita del vecino?, ¡eh mi niña! Sabe rica.

El doc no podía responder, estaba luchando por ponerlo erecto otra vez, lo lamía de arriba de abajo, lo mordía le daba chupaditas.

-Eres una mamona, Andrea eso es lo que eres. Mire vecino le presento a la doctora Andrea, el culo mas rápido del seguro social.

El doc ni se inmuto, por el contrario eso lo excito mas pues mientras con una mano se ayudaba para mamarmela con la otra se masturbaba su ya erecta verga.

Angélica se levanto y por fin me vio, sus ojos verdes me electrizaron, se relamió los labios, se quito la blusa y el brassiere, amaso sus tetas y pellizco sus pezones que respondieron de inmediato, se los empezó a chupar y mientras lo hacia no dejaba de verme, se acariciaba la vagina por arriba de los pans y de cuando en cuando volvía a azotar al doc.

Se dio vuelta y bajo su pantalonera lentamente, su culo se comía una tanga rosa que pedía a gritos que la liberaran, su entrepierna estaba chorreando.

Estaba tan entretenido viendo aquel culo que no sentí cuando el doc me la dejo de mamar.

-Ya angélica por favor no aguanto mas…voltee a ver al doc y estaba arriba de la camita en cuatro patas

-Ahora si va a ver lo bueno vecino me dijo angélica con una voz de mando.

Paso a un lado mío blandiendo un pene de plástico de enormes proporciones, no lo podía creer traía un arnese; se coloco atrás de su esposo y de un solo envión se la metió hasta el fondo, el vecino ni se inmuto.

-así mi doctorcita, mueve el culito…así nena aprietalo…rico..Así mi putita, deja que te vea el vecino lo puta que eres

El vecino resoplaba, y quien no lo haría, tenia el culo partido en dos.

Toque mi verga y estaba al máximo, escurría y escurría leche, es una de las escenas que mas me han excitado en mi vida, ¡una señora cogiendose a su esposo!

-Que espera para culiarme pendejo

-¡eh! –respondí-

-Que que espera para cogerme vecino

Ni tardo ni perezoso me coloque atrás de ella y de un solo golpe le clave mi verga en su culo, en unos instantes teníamos montado un grandioso trenecito…mientras nadie me encule a mi todo esta bien –pensé-

-Así vecino…que ricura….así cojame, -decía angélica- la sientes mi amor, sientes

la verga del vecino a través de mi cintura, el cabron me perforo y es su verga la que te esta enculando.

El doc no tardo mucho en contestar:

-Si la siento, esta rica y dura, que te dije angélica este vecinito esta vergon…cojame vecino, cojanos, enculenos, somos sus putitas, gorditas pero putitas….

-Cállense pinches golfas -les grite- van a hacer que me venga

En un movimiento rápido ya tenía a los dos mamandome el palo y por más que quise hacer perdurar ese momento mi leche empezó a salir disparada alojándose en la garganta de mis dos queridas vecinas..

-Que rico papi….danos nuestra lechita caliente, que sabrosa esta, decían mientras se intercambiaban mis mecos con besos largos y profundos, lastima que no haya salido mas verdad angélica.

-Eso crees tu bombón, angélica gateo contoneándose hacia mi, me acaricio los muslos y metiéndose mi flácida verga en su boca me la empezó a mamarla, era una delicia; con ligeras succiones logro que eyaculara nuevamente pero ya no era lechita, era orina, inmediatamente trago un poco e invito a su esposo al baño termal que les estaba dando, se la alternaron como tres veces, y el ultimo chisguete fue a parar al culo del doc que se puso de modo para que le entrara en lo mas profundo de las entrañas.

-Así mi amor lléname el culo de tus miados, que rico se siente, metemela vecino, cogeme…..cómeme

Angélica empezó a lamer ese culo lleno de esperma y orines mientras se quitaba la verga de plástico, volteando hacia mí con cara de enferma me dijo:

-Ahora te toca a ti, crees que no he visto como disfrutaste la manoseada de culo que te dieron

Titubeé un momento y anteponiéndome a mi calentura y embriaguez solo respondí:

Estoy cansado, será en otra ocasión.

-Bueno -me dijo el doc-, tú te lo pierdes

Angélica se puso en cuatro y a un tiempo sus culos se tragaron ese enorme trozo de plástico el cual entro sin oponer resistencia.

-Y ya sabes, cuando te vuelvas a caer o si te llegas a enfermar aquí tienes a tu doctor a tu pleno servicio

-Y a su esposa fiel –complemento angélica-

Les regale una sonrisa y me fui.

He tenido otras sesiones de sexo con la "esposa fiel" pero no me he animado a que me desvirgue el ano, la verdad no me llama la atención, lo mío lo mío son las mujeres, aunque esa vez comprobé que un poco de alcohol puede aligerar la tensión.

Espero les haya gustado mi primer relato y les provoque excitación me sentiría complacido con eso, pues retribuiría lo que yo he sentido cuando leo uno que otro; espero poder publicar mas, todo dependerá de las reacciones que este genere.

Gracias y cualquier comentario me lo pueden hacer llegar a mi correo: batvuco@hotmail.com