El doctor suplente de verano (7)

(Donde me visita la Madre superiora y después tengo un encuentro causal con Rosa, la muchacha de la limpieza. Con fotos).

El doctor suplente de verano Cáp.7 (Con fotos)

Capitulo 7. doctor suplente de verano (con fotos)

(Donde me visita la Madre superiora y después tengo un encuentro causal con Rosa, la muchacha de la limpieza. Con fotos).

Llevaba varias visitas al Convento, y pese a que de la mayoría de las monjas no había nada que comentar, o bien por la edad de las mismas o por que no dieron pié a calientes aventuras, otras en cambio me habían deparado muchas satisfacciones, no me podía quejar. Este día me tocaba a la superiora del Convento, la Madre Consuelo, y después de las anodinas revisiones anteriores ésta prometía mucho.

¿Da usted su permiso Doctor?

Adelante Madre. Le contesto levantándome de la mesa.

Bueno Doctor Ramón, parece que hoy me toca a mí. Estamos muy contentas de este favor que nos ha hecho usted a la congregación.

No tienen por que, para mi es un placer. No se imagina cuanto placer pensaba yo sonriendo y recordando algunas de las monjitas y las alegres y calientes sesiones que habíamos tenido.

Cuando quiera empezamos. Le decía mirándole el abultamiento que le hacían los pechos en el vestido, menudas tetas se debía gastar la Superiora.

Procedí con el protocolo habitual de conversación previa y pasé a revisarla físicamente.

Hermana, por favor si se descubre de cintura para arriba. Menudo morbo me daba la superiora.

Si, si claro.

La monjita procedió a desabrocharse la blusa mientras yo muy serio cogia los aparatos y miraba de reojo, una vez se quitó la prenda, efectivamente no me equivocaba, tenía un par de soberbios pechos enfundados en un sujetador negro muy sencillo pero muy atractivo. Le indiqué que se sentará mientras le tomaba la tensión, fijándome en el canalillo que hacia el sujetador con las tetas, era de vértigo y además los pezones que se notaban grandes, algo había que hacer porque mi "soldadito" estaba empezando a crecer.

Por favor Consuelo ¿quiere descubrirse y exploramos los pechos?.

Por supuesto Doctor para eso estamos. Y echo mano a su espalda.

En breves instantes tenía ante por fin la mejor delantera del convento, estaba seguro que sí, que maravillas de grandes y firmes tetas, con unas aureolas grandes y abultaditas, coronadas con unos pezones que estaban tiesos y que decían "Cómeme, cómeme".

Veamos hermana, ahora revisaremos a ver si hubiera algún bulto sospechoso que seguro que no habrá.

Ay doctor, si supiera lo preocupada que estoy últimamente, casi no duermo.

Tranquila Consuelo, que seguro que no hay que preocuparse, sus compañeras están sanísimas, solamente alguna tontería que solucionaremos en breve.

Cuando empecé a poner las manos encima, con suavidad y con delicadeza ella se retiro hacia atrás súbitamente.

Hay, doctor, usted perdone pero es que estoy muy nerviosa, no he estado desde hace años delante de un doctor.

Mujer, yo estoy acostumbrado todos los días, no tengo reparo Consuelo, además si quiere cierre los ojos y ya está.

No se, si, es verdad, posiblemente tenga razón, pero y si me pusiese una venda en los ojos, así seguro que estaré más tranquila.

Como quiera hermana, yo le ayudo.

Ella cogió un pañuelo negro que tenía en la mesa y se lo colocó tapándose los ojos, desde atrás se lo até con fuerza, efectivamente no vería nada con él.

Está mejor así.

Si, si, puede seguir doctor y muchas gracias por la paciencia que tiene conmigo.

Descuide, descuide ahora prosigamos con la exploración.

Volví a colocar las manos encima de sus pechos y esta vez toda iba normal, repasé verificando que no había nada anormal y verla con la venda en los ojos - que también hay manías -, me daba más morbo todavía. Empecé a repasar con suavidad las aureolas y los pezones, incluso dándole pequeños pellizquitos, Consuelo se estaba excitando porque la respiración se iba acelerando y empezaba a respirar por la boca emitiendo pequeños suspiros.

¿Que tal Consuelo, como va eso?

Muy bien doctor, el que pasa es que estoy nerviosa, usted perdone.

No, no tranquila

Se las amasé con fuerza y ganas. No podía apenas abarcarlas. Las estiraba, las aplastaba, pellizcaba los duros pezones con malicia, las juntaba..., buuuuffffff. La hermana parecía gozar lo indecible con aquel repaso que le estaba dando.

Jugué con aquellos globos a placer durante un buen rato. Sor Consuelo gozaba, cerrando los ojos, concentrándose en la sensación de ser manoseada y amasada. Soltaba gemidos y suspiros. Era obvio que le encantaba que le metieran mano.

Repasé nuevamente mis manos por sus senos, primero dibujándolos con los dedos, luego cogiéndolos con fuerza, para pasar a acariciarle con delicadeza los pezones.

Me separé de la Superiora, - y la dejé ansiosa con seguir pero era mejor ir más despacio - para coger nuevamente el fonen de encima de la mesa, cuando se me ocurrió coger el móvil que estaba al lado y pensé en hacerle unas fotos, así con la venda puesta y las tetas al aire, ¡que imagen¡, quería guardarme este recuerdo. En un segundo le hice un par de fotos y volví con el aparato para aparentar que seguía haciendo cosas. Le volví a colocar el aparato en la punta de los pezones, y como estaba frió se le volvieron a erizar y exclamó:

¡Hay, doctor¡ que frío está.

Perdone, que no le había avisado, como no ve con esa venda dije yo colocándome a su espalda.

Voy a comprobar los pechos desde atrás y así verificamos bultitos.

Si. Doctor estoy en sus manos.

En mis manos están sus tetas – pensé yo -, volviendo a sobar los pechos pero esta vez con más energía notando como ella seguía excitándose cada vez más.

¿Doctor, tengo palpitaciones verdad?, y además tengo un calor...............

¿Se marea Consuelo?. Le decía mientras me centraba en sus pezones y me colocaba pegada totalmente a su espalda, le iba hablando suavemente al oído y de paso apretaba mi "soldadito" a su culo que lo notaba duro, como la tela de la falda era bastante ligera encajaba mi instrumento perfectamente en la regata de sus nalgas.

Déjese llevar, es importante estar relajada.

Es que estoy un poco mareada y me arde la cara.

No se preocupe, relájese que enseguida acabamos, de momento no he descubierto nada sospechoso, pero para su localización precisa es necesario que colabore totalmente.

Lo ......que ..............us.......ted......diga.............doctorrrrrrrrrrrrrrrrr.

Es posible que sienta como una descarga eléctrica, es perfecto para la revisión.

Si..............tiene............ra.........zón............¡ahhhhhhhhhhhhhhh¡, ya viene .......ya, si....si.......................si......................¡aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh¡.

La madre Consuelo tuvo un orgasmo que la dejo desmadejada, no quise seguir a más de momento, porque ella tenía influencia total en las monjitas y dado que tenia que realizar una segunda exploración más adelante, mejor era no ir más lejos de momento, ya había comprobado que tenia un excelente culo que lo dejaría para más adelante, todo llegará. Mientras ella tuvo el orgasmo no dejé de sobarle los pechos y hablarle rozándole el oído

¿Se encuentra mejor hermana?., Siéntese un momento y si me permite le quito la venda yá.

Gracias doctor, si ,si me encuentro mucho mejor.

Estupendo Consuelo, no he apreciado ningún bulto sospechoso y la encuentro perfectamente, no obstante dejamos para más adelante otra revisión y así confirmamos el diagnóstico.

Me interesaba a determinadas monjitas hacerles una segunda revisión, especialmente a las que estaban mejor y tenía más posibilidades de pasarlo bien con ellas. Una vez acabada la revisión con la superiora le ayudé abrocharse el sujetador y todo, verdaderamente era una real hembra, ya caería. Me despedí de ella estrechando su mano muy castamente y ella turbada, sonriente y con la cara enrojecida salió del despacho.

Una vez solo y mientras recogía los trastos vino una hermana que apenas había hablado con ella, era la encargada de la cocina y estaba como diríamos: "hermosota", alta y de figura robusta que llenaba el hábito, especialmente por donde era más interesante de llenarlo.

Doctor, doctor, perdone que le moleste

En absoluto hermana, dígame, no nos habías visto ¿verdad?

No, no había tenido el placer, soy la hermana Dolores, la encargada de la cocina, es que acabo de ver a Rosa la chica encargada de la limpieza .( Vercapítulo 5 donde aparece por primera vez )

Si, si la conozco, dígame.

Pues se encuentra mal, dice que tiene fiebre y que si le podía ver un momento.

Por supuesto, enseguida voy a verla, si se espera recojo los trastos y me indica en donde está.

Me llevó por varios pasillos y un par de escaleras comentándome cuestiones de la vida del convento y comentarios sobre el estado de Rosa a la que tenía un gran cariño, yo mientras tanto apreciaba su oronda figura que no se podía disimular por el vestido. Subimos al primer piso y al final de un pasillo en una zona muy alejada me indicó una puerta cerrada.

Mire Doctor, esta es su habitación, dijo abriendo con cuidado la puerta.

Buenos días Rosa ¿como está?. Dije yo entrando a una habitación sencilla e iluminada por la luz que entraba entre las cortinas corridas.

Buenos días Doctor, pase pase.

La paciente se encontraba en la cama tapada por la sabana hasta el cuello.

Si me permite hermana muchas gracias por acompañarme, nos deja solos por favor.

Si, si claro, si necesita alguna cosa me llama.

Mientras la hermana abandonaba la habitación tomé asiento en una silla cercana a la cama.

Que tal Rosa ya nos conocemos del otro día, ¿como se encuentra?

No se doctor, estoy caliente por todo el cuerpo, me ha tomado la temperatura la hermana pero no tenia fiebre.

Bueno, ¿y que más síntomas?.

Pues no se, estoy nerviosa, cansada y a veces me falla la respiración.

Pues te voy a oscultar en principio, te retiras la sábana por favor.

Si doctor, no aguanto la ropa.

Rosa se destapa y aparece vestida únicamente con la chaqueta de pijama totalmente abierta, por bajo hay una ausencia total de ropa, ni el pantalón de pijama ni braguitas; ante esta visión se me pone el "soldadito" en guardia, el pubis lo tiene recortadito formando un pequeño triángulo encima de la vagina y esta está sonrosada y ligeramente mojada.

Tengo muchísimo calor, fíjese como estoy sudada.

Si, si ya lo creo, yo también tengo mucho calor, - como no iba a tenerlo con tamaña visión los muslos ligeramente abiertos y ella recostada en la almohada pidiendo guerra, - te abres el pijama y te osculto .

Ahora se me muestran las dos gloriosas tetas, grandes, firmes, con unas aureolas abultadas y unos pezones en punta, el color de caramelo que tiene la piel de la muchacha me dan ganas de pasarle la lengua por toda ella.

Mientras le paso el fonen le indico que respire profundamente, y los pechos se elevan y bajan carencialmente poniéndome a mi a cien.

Doctor, sabe………………., tengo palpitaciones, fíjese como me late el corazón. Y cociéndome la mano me la coloca encima de su pecho izquierdo.

Empiezo acariciárselo y a sobarlo con delicadeza.

Si, es cierto te va el corazón muy rápido. - Le digo mientras le sobo la teta y le acaricio los pezones – igual es una arritmia.

Es grave doctor. Me dice ella mirándome con cara de ingenua.

No, en absoluto seguimos con la exploración y seguro que lo solucionamos.

Ahora con las dos manos le acaricio las tetas, Dios mío son tan grandes que no puedo abarcarlas y me estoy poniendo como una moto.

Hay Doctor, me estoy sintiendo mucho mejor.

No lo dudo Rosa, te voy a poner el termómetro a ver si comprobamos tu calentura, vamos a tomar la temperatura vaginal que es más precisa, - cogiendo el aparatito le hago abrir las piernas y empiezo a pasarle el dedo por la abertura del chocho acariciando la raja y notando lo húmeda y caliente que la tienen, después le abro los labios y le introduzco un dedo suavemente, como está de mojadita, ella cierra los ojos y comienza a suspirar, claro le estoy haciendo un dedito y es lo que estaba deseando seguro.

Oh……Doctor, ¿qué, qué me ……………mmm.mmmm…..oh,…..si …….me esta haciendo …sentir………….Ohhhh.

Tranquila Rosa hay que preparar la entrada del termómetro, si no podría hacerle daño. Después le introduzco el termómetro y se lo dejo, ella no ha dejado de gemir.

Muy bien así, ahora mantente un momento sin moverte con el aparatito dentro, sigamos con la exploración de los pulmones.

Y comienzo a sobarle las tetas nuevamente, son como imanes para mis manos, además están un poco más blancas que el resto de la piel marcándose el bikini que debía llevar en la playa.

Me dijo la superiora que llevas seis meses por aquí en España.

Si, es mucho tiempo de estar sola, las hermanas son muy buenas pero echo de menos a mi familia, mis hermanas, mi madre y especialmente a mi marido.

Si, si, claro, en comprensible es mucho tiempo. -Le comento sin dejar de acariciarle los pechos -, sigue así, aspira…..muy bien….ahora expira profundamente…muy bien , lasencuentro estupendamente y muy firmes – menuda cubana se podría hacer.

Vamos a ver la temperatura, abre un poco las piernas así muy bien.

Rosa, las abre y yo sentado en la cama saco el termómetro con una mano mientras con la otra la dejo suavemente encima de su chocho al que acaricio suavemente.

Pues, no tienes calentura, tendremos que investigar más cosas.

Pues tengo muchísimo calor Doctor, cada vez más.

Voy a explorarte por bajo estás muy mojada vamos a ver si tiene algo que ver, quieres abrir las piernas un momento y relájate

Si, si doctor como usted diga, estoy en sus manos..

Me coloco al lado de sus piernas, y acerco la cara a su chocho.

Así muy bien con las piernas abiertas, ¡ que maravilla¡, ………….digo que vagina, ……..es divina – y comienzo a acariciarla abriéndole los abultados labios vaginales ,- y este botón………….cito, oh, es divino.

¡Ah¡ doctor me gusta la exploración que me hace ……..Oh……siga siga.

Tendremos que profundizar. A la vez que le introduzco un par de dedos mientras le acaricio el clítoris.

¿Así Rosa va bien?.

Di……..vi…..no, Doctor. Ohhhhhhhhhhhh ,……..siga ……………por favor.

De momento siento que Rosa me pone la mano encima de mi polla por encima del pantalón, que a todo esto está tiesa como un garrote.

Doctor, usted también tiene palpitaciones, le late mucho por aquí.

Y que lo digas Rosita, busca el otro termómetro que lo tienes a tu disposición.

Esta no se hace esperar y desabrochándome el pantalón me saca la polla que se encuentra en plena erección y comienza a acariciarla suavemente arriba y abajo mientras yo sigo introduciendo ahora ya con varios dedos. Ya la cosa se está poniendo muy caliente y tenemos que pasar a mayores terapias.

Rosa, voy a inyectarte una solución para tus calores. Levantándome me quito los pantalones y me tumbo encima de la muchacha con intención de follármela.

¡ Hay Doctor¡ usted si que sabe de curar a las pacientes. Y abriéndome las piernas me brinda un espectáculo y una oportunidad inmejorable.

A ver Rosita voy para allá. Le digo cogiendome la polla y colocándola en la entrada de la caliente vajina de la muchacha.

¡Oh¡, Doctor pero que hace, ¡oh¡………….Dios mío, .que grande.

Si que estás caliente si, te lo noto ardiendo, y que acogedor tienes el chochito.

Sigua, …………as텅…………….más ..más………….que gusto por fin………………oh………que maravilla.

Que gusto estar encima de esta muchacha, es blandita y caliente a la vez, me tiene aprisionada la polla y a la vez que le bombeo le cojo las tetas.

¡Hay Doctor¡, esto es lo que quiero que me haga……………..hay……..hay

¡Si¡, muy bien así tiene que ser………………ahhhhhhhhhh es fácil.

¡Oh doctor¡ que maravilla…..me corro…………………….¡¡¡¡¡ me corrooooooooooo¡¡¡.

Toma ya Rosita………Ahhhhhhh……….yo también…………….mmmmmmmmmmmmm.

Y acabé inundándola por dentro. Que sudada llevábamos los dos, me quedé así unos minutos encima de ella disfrutando de la calidez de su cuerpo, después me levante y me senté a su lado en la cama, ella estaba con los ojos cerrados y yo aprovechaba para acariciarle los pechos con una mano, Rosa abrió los ojos y me cogió la polla con la mano acariciándola suavemente y me dijo:

Hay Doctor, usted si que sabe curar a la gente, les que llevo seis meses por aquí y estoy muy trastornada, cuando estaba en casa con mi marido que es muy cariñoso cogíamos a diario.

¿Cogiaís te refieras a pegar un revolcón o a follar?

Si, si, es la expresión equivalente, somos muy jóvenes y calientes, y todo este tiempo aquí sin poder desahogarme.

Y tu marido no se habrá buscado alguna "solución" mientras viene a reunirse contigo.

Seguramente si, seguro que mi hermana pequeña que es un bicho se lo ha cogido un montón de veces, me tiene mucha envidia y todo lo que tengo yo lo quiera ella.

Rosa no paraba de sobarme la polla y esta estaba ya en acción, yo pasé a sobarle las tetas con las dos manos cuando se incorpora de la cama y me dice:

¡Hay doctor¡, y antes de irse no querría jugar un poquito más.

Claro cariño, ven levántate y ponte de rodillas agachada, así muy bien coloca la cabeza en la almohada.

Dios mío, que visión, le abrí el culazo que me iba a comer, era enorme, ligeramente blanquito y duro, sus tetas colgaban hasta la cama por la postura que tenia, me gustaba darle por detrás aunque hubiera querido estar delante también.

Te la voy a meter otra vez Rosita, tienes un culo maravilloso.

No se lo piense Doctor, estoy ansiosa de probar su inyección nuevamente.

Le dirigí mi polla por detrás hacia su calido chocho, aparte los labios y se la encajé de un solo golpe hasta los testículos, UUUUUUUUUUYyyy que gusto, en la metida había rozado su clítoris que era del tamaño de una aceituna. Empecé a darle primero suave y luego más fuerte, ella gemía y suspiraba, y las Tetas le botaban de un lado hacia otro.

Siga, siga Doctor…..que bueno…….¡¡¡Oooooohhhhhhhhhhhh¡¡¡¡, …así..Siga…….más fuerte………...más, mmmmmmmmm, así

Que culazo tienes Rosa me llamó la atención desde que te vi. por primera vez, que ricura,……….¡Oh¡…..¡OH¡……toma….toma más ……….me corro

¡Ya voy……ya……¡Ahhhhhhhhh¡…..más.

Que corrida, nuevamente no podía más me quedé encima de ella cogida a las tetas, y ella se recostó en la cama todavía con el culo levantado y con mi polla dentro de su chocho que se desinflaba rápidamente después de las dos corridas.

¡Hay Rosita¡ que buena que estás criatura.

Doctor, ¿podríamos vernos alguna vez más para seguir el tratamiento?.

Mujer, se me ocurre una idea, hablaré con la madre superiora que me tiene mucho cariño y le voy a proponer que vengas a mi casa dos veces por semana a realizar la limpieza, así tienes un sueldo pequeño y matamos dos pájaros de un tiro.

Si, especialmente su pajarito ¿no?.

Por supuesto, te voy a poner el termómetro por todos los agujeros veras el tratamiento tan rico que te hago.

¡¡¡¡Huyyyyyyyy Doctor¡¡¡, ya estoy ansiosa por comenzar.