El director me domina

El director me domina y me quita el estrés con una buena follada.

Tengo ganas de follar con el director, así que me dirijo a su despacho con la intención de seducirle. Sin embargo, toda la seguridad que tengo en mí misma se desvanece en cuanto me encuentro delante de la puerta. Veo que está viendo algo en el ordenador y doy con mis nudillos en la puerta para que se percate de mi presencia. Cierra la pestaña del ordenador y me asomo a su despacho.

-¿Puedo pasar?

-Sí, adelante. ¿Qué pasa?

-No es nada —le digo mientras cruzo la puerta.

Me siento en uno de los sillones que tiene habilitados para las visitas. Estoy tan nerviosa que no paro de temblar y se me entrecorta la voz al intentar hablar.

-Te quería preguntar por la charla que vas a dar mañana.

-Dime.

-Quería saber un poco de qué va.

-No es nada interesante.

Se levanta y cierra la puerta de modo que nadie nos moleste.

-¿Seguro que no quieres decirme nada más? —pregunta mirándome fijamente.

-Sí... —respondo todavía temblando.

-Pues dime lo que quieras decirme.

-Que tienes unos ojos preciosos y que me encanta tu colonia —digo mientras me castañean los dientes de lo nerviosa que estoy.

-Gracias, y estáte tranquila —dice mientras se acerca hacia mí.

Mientras hemos hablado ha estado mirando mis pechos descaradamente, yo le permito hacerlo.

Me levanto y posa su mano en mi hombro. En ese momento dejo de temblar. Le miro a los ojos y me acerco más a él. No soy capaz de articular palabra. Él desliza su mano a lo largo de mi brazo. Acerco mi cara a la suya dispuesta a besarle. Me mira con lujuria. Según me voy acercando a sus labios me mira más intensamente. Antes de que le bese me agarra la mandíbula e introduce uno de sus dedos en mi boca, lo lamo y lo chupo hasta que lo saca. A continuación me agarra la cara y me besa con pasión. Noto como la erección va creciendo entre sus piernas. Me pego a él todo lo que puedo.

Cuando deja de besarme se sienta en su silla giratoria y se saca su polla empalmada. Me ordena que me ponga de rodillas debajo de la mesa y que se la chupe. Se la chupo con intensidad mientras aprieta mi cabeza contra su pene hasta que me indica que pare.

Nos ponemos de pie y comienza a masturbarme acariciándome el clítoris, yo gimo levemente mientras cierro los ojos. Va aumentando la presión y la velocidad hasta que me corro e introduce sus dedos en mí.

Volvemos a besarnos hasta que me empuja contra la pared. Mete su preciosa polla dentro de mí y me agarra el cuello suavemente. Va dando embestidas cada vez más rápidas hasta que me corro de nuevo y tengo un orgasmo. Tras ello él la saca y se corre en la alfombra de su despacho.

Una vez hemos acabado nos vestimos y cuando hago el amago de irme me mira a los ojos y me habla claramente.

-Que esto quede entre nosotros.

-Por supuesto.

Asiente y deja que me vaya.

Nunca había disfrutado el sexo tanto como ahora. Estaba tan estresada, necesitaba tanto relajarme y olvidarme de todo. Necesitaba dejar de intentar controlarlo todo y que por una vez me controlasen a mí. Ha sido maravilloso y probablemente vuelva a repetir de vez en cuando.