El director de cine (8)

La “refugiada” no nos trajo ningún tipo de problemas… Hubo “desapariciones” por las que no había que preguntar y la película estaba en sus toques finales.

“REFUGIADA” - “DESAPARECIDOS” - FINALES.

Al despertar en la mañana me encontré con las tres, bañadas, cambiadas, vistiendo shorcitos de jeans, tipo slip y unos top que no les llegaban más allá de debajo de las tetas.  Me saludaron con efusividad, besándome y la “refugiada” me abrazó tirándose al lado de mi cuerpo en la cama, me dio las gracias y me dijo que esperaba para hablar conmigo y contarme, Noelia junto con Alicia preparaban todo el cablerio para el electro y la inyección pero estaban atentas a lo que la secretaria-amante de mi amigo, a esta altura “ex” amigo Javier pudiera contar.

  • Dani, ahora que estamos descansados, más tranquilos y sin temores, ¿podés contarme algo o todo lo que sucedió?
  • Ya me di cuenta que todo, todo, no lo sé porque Javier me ocultó muchas cosas, él me aseguró que el Jeque le daría el dinero y solucionaría el problema del Fisco, lo que pasó después lo ignoro, además, me sacó de la empresa después que tuvo la reunión con los representantes del Jeque, lo que sí noté es que se lo notaba muy asustado, allí fue donde me pidió que me fuera y me quedara en mi casa hasta volver a tener noticias de él.  No hubo forma de que me contara nada más, cuando le pregunté por qué no había venido el Abogado amigo de él para reunirse como lo hacía siempre, me contestó que se había reunido con el dueño del Estudio Jurídico porque el Abogado se había mandado una “cagada” grande y que era mejor que yo ignorara otras cosas.
  • El Abogado y él, los dos se mandaron la cagada y tiene sus razones para estar asustado…  ¿Dónde está él ahora?...
  • No lo sé, en la casa no está, nadie contesta el teléfono de línea y el celular lo tiene apagado.  Allí fue cuando me entró el miedo porque él anteriormente me había dicho que el árabe era un tipo muy quisquilloso y capaz de lo peor.
  • Mal que te pese, se cagó en vos, en nosotros y en lo que pudiera pasar, él sabía bien que lo habían tratado de engañar al Jeque, que le mintieron para quedarse con ese dinero y que éste no es de perdonar ese tipo de cosas, seguramente se mandó a mudar, se escapó porque lo iban a ir a buscar y ¿a quién crees que irían a buscar primero para averiguar dónde se escondía?
  • Sí, me lo imaginé, por eso venía tan asustada en el viaje, creí que no llegaba más, ¿cómo fue que se te ocurrió que viniera para acá?...
  • Es evidente que saben todo de vos y como yo hablé respecto a que me estabas ayudando y pasándome información de Javier, el Jeque me mandó a decir que el único modo de zafar de cualquier represalia o castigo era si accedías a venirte para este lugar, sinceramente, no esperaba que tuviera ese tipo de consideraciones pero surtió efecto.  Creo que lo tomó como que era una forma de saber para qué lado “pateabas” y tu disposición para alejarte de los que lo quisieron engañar.
  • Pensar que te traté tan mal al principio y ahora posiblemente me salvaste la vida, estoy en deuda eterna con vos.
  • Ya te lo dije antes, no es sólo por vos, tu hermana y el aprecio que le tengo tiene que ver en todo esto, lo único que te pido es que no nos falles.
  • Quedate tranquilo, no pienso en fallarte y estoy a tu entera disposición… y creo que me entendés.
  • Como todas, Danielita, como todas, ponete en la fila y ya te podés ir a desayunar que nosotras tenemos que hacerle las pruebas diarias a Guille , -le dijo Noelia de modo expeditivo y con cierto sarcasmo, no hubo lugar para ninguna otra duda-.
  • Otra cosa más Dani, si las chicas te preguntan, vos tenés vacaciones y viniste a pasar unos días con nosotros, ni a tu hermana le digas el verdadero motivo, no alborotemos las cosas, ¿estamos de acuerdo?...

Daniela afirmó que así sería y se fue dejándonos para que me “pincharan” y me auscultaran. “Chicas, respecto a lo que escucharon, ni una palabra, hay que mantenerse al margen de esto si queremos llegar a terminar todo y cobrar lo que nos corresponde”“Nosotras estamos para los “chupetes” del electro y para “pincharte” el culito, somos sordas y no sabemos leer los labios” , -dijo Alicia anticipándose a la respuesta de Noelia y ambas lanzaron la carcajada haciéndome sentir más que tranquilo respecto de ellas dos.

En el desayuno todo era jarana y la buena onda reinaba, Daniela le seguía las bromas de Selva que opinaba que estaba allí porque quería estar junto a ellas nuevamente y su entrega no desentonaba con la simpatía natural de todo el grupo, eso venía muy bien en la convivencia.  Me acerqué a saludarlas a Amina y a Lina, a las que no tardé en abrazar y besar, notando como siempre su buena predisposición para esto y me percaté que a un costado de la cocina estaban paradas Anisa y Malak , las dos mujeres que se iban a encargar del aseo de la casa y de la ropa.

Las dos vestían muy similares a todas las demás, los shorcitos cortos y las camisas anudadas a la cintura dejaban ver la piel cetrina clara que contrastaba con el color de piel de todas las demás, a las que el sol había dorado, aunque en distintos tonos de bronceado.  Esperaban por mis órdenes para comenzar a dedicarse a su trabajo y las llamé para presentarlas con todas las demás.  Lo que las dos esclavas no se esperaron nunca fue el recibimiento de las otras chicas y se asombraron bastante porque, “mis chicas” no tardaron en brindarse con ellas como si fueran otras compañeras.

No sabía nada de ellas dos y las llamé a un aparte a Amina y a Lina para preguntarles de dónde venían, es decir, si provenían de la Embajada en el país o venían directamente del palacio del Jeque.  Lo pregunté por preguntar porque por otro lado estaba seguro que le responderían y serían leales al Jeque…

  • Las dos vienen del palacio y al igual que pasó con nosotras dos, quedaron fuera de la consideración, bien del Jeque o bien de algunas de sus esposas o concubinas, no quisimos preguntarle más porque están bastante mal con eso , -dijo Amina contestando mis interrogantes-.
  • No lo tome a mal, mi señor, téngales un poco de consideración, están un poco perdidas ya que no están acostumbradas al trabajo que les mandaron a hacer y pueden llegar a tener errores que allá serían imperdonables, -recalcó Lina -.
  • Díganle que no se hagan problemas con ello, ustedes le van a tener que marcar los errores con nuestros modos, sin castigos, yo no me voy a meter con ello pero… las dos tienen prerrogativas que ellas no van a tener y tampoco las quiero cerca de cualquier filmación, por lo demás, en sus horas de descanso que utilicen las horas como los demás.
  • Mi señor, no sé si le interesa pero las dos están a su total disposición tal como Lina y yo , -expresó Amina y lo entendí perfectamente-.
  • Es bueno saberlo Ami, aunque yo sólo las quiero a ustedes dos, ¡ahh! y por otro lado, es hora de que me llamen Guillermo o Guille, eso de “mi señor” podemos dejarlo de lado.

Me surgió así y no dudé al decirlo, a mi me pareció una tontería que daba por descontado pero ellas dos lo tomaron como si yo les hubiera dado el regalo más caro de su existencia, noté clarito que se contuvieron para abrazarme y besarme, las sonrisas y las miradas brillantes no tardaron en aparecer en sus rostros y las dejé con eso porque estuve tentado de tocar sus nalgas y aprovecharme un poquito de la situación, aunque, para ser sincero, pensé también que ya tendría una mejor oportunidad pues con Amina me pasaba algo similar a lo que me pasaba con Noelia, a mi entender o para que se entienda mejor, para mí,eran distintas…

Al terminar el desayuno me reuní con Adil y con Amad , teníamos que programar lo que faltaba realizar y acorde a lo conversado con el que llevaba la batuta en el tema filmación, no faltaba tanto para terminar el rodaje.  Teníamos que rodar una cena entre los seis protagonistas, con la comida, según el guión escrito, preparada por Selva y Cynthia(la cual, lógicamente, sería preparada por mis dos árabes favoritas) , la misma se desarrollaría con conversaciones bastante “picantes” entre todos ellos, haciendo alusión a lo bien que lo pasaban allí y, lógicamente, a lo sexual.

Aquí tuve que agregar algunas variantes en esos diálogos porque los que traía el guión original escrito por el Jeque, no “calentaban” a nadie.  Lo había notado con varios intercambios verbales entre los actores y de haberme guiado sólo por el guión hubiera sido muy “acartonado” , sin morbo, sin dejar rodar la imaginación y ni “en pedo” lograban incentivar la libido.

Tenía claro que no se le podía pedir imaginación o morbo a un tipo que chasqueaba los dedos y lo atendían como él quería o eligiendo la “carne” que quería probar o degustar.  Ya lo habíamos hablado con Adil y era posible que éste ya lo hubiera consultado porque accedió a los cambios aunque con la aclaración expresa de supeditar todo a la aprobación del “amo”

Yo tenía un “as en la manga” para todo esto porque contaba con la expresión, la mirada, los modos y las voces de Selva y Marisol , una curtida con más noche y vivencias y la otra con un tinte adolescente que incentivaba el morbo, aunque, a decir verdad, ninguna se quedaba atrás con las expresiones y la “chispa” .

Independientemente de todo esto, lo de Adil era superlativo, ya lo había hablado conmigo, a él le encantaba la espontaneidad que tenían las chicas para moverse y dialogar y a veces las apartaba de a dos o de a tres, cuando no que las juntaba a las cuatro y las filmaba moviéndose y charlando, de la casa, de los juegos en la pileta, de la ropa que vestirían, del paseo con el picnic, todo matizado con picardías y dejando claro que la pasaban genial, les daba un poquito de pié para conversar y él dejaba todo registrado, después el trabajo era más arduo para editar y compaginar, aunque a él le resultaba fácil, era un creador nato y yo lo dejaba hacer porque estaba en bola de muchas cosas que él dominaba a la perfección.

El tema de “planear” la cena que luego desembocaría en una orgía llevado a cabo entre las cuatro chicas y los dos muchachos, nos llevó más tiempo del debido con las deliberaciones para armar la idea del escenario en que se desenvolverían.  Yo quería que resultara algo con un marco espectacular que acabara por sorprender a los espectadores pero no hubo caso, no nos poníamos de acuerdo con la comida de la cena y al llegar la hora del almuerzo, aún seguíamos con las disyuntivas y sí, me expreso bien, seguíamos, porque se acoplaron las chicas para opinar al respecto.

Se podía haber hecho fácil, comían los seis desnudos sentados alrededor de la mesa del gran comedor y se ponían a jugar entre ellos para terminar en un “todo contra todos” tal como lo especificaba el guión haciendo hincapié en las escenas de sexo sobre la mesa.  En definitiva a la gente que iba a observar la película lo que más le interesaría era mirar caras, culos, tetas, vaginas y, se me daba a mí por pensar, algún que otro “escondido dentro de sus propios placares” miraría con “cariño” los penes de los muchachos aunque sin acusar predilecciones so pena de ser “carne de cimitarra” .  Sucedía que yo no lo quería tan “básico” y en definitiva no hubo forma de que cuajara ninguna idea pero, como teníamos un día y medio para decidir, dejé todo para irme a dormir una siesta.

La sobremesa se había estirado y cuando dije de dejar todo así, tardaron un suspiro en salir de raje para el lado de la pileta, Noelia incluida porque le tocaba a Alicia atenderme.  La busqué con la mirada y la vi muy entretenida hablando con Selva , me acerqué a ellas y la escuché a la enfermera: “Yo no tengo problemas en controlarlo pero preguntale vos” …  Me imaginé porque era y no dejé que Selva contestara, me metí en la conversación, “¿cuál es el inconveniente, puedo ayudar?” ... “Guille quiero estar un rato con vos y le preguntaba a Alicia si podía ser, es decir, si vos querés” , -dijo la morocha sin ningún empacho… “Dale, vamos a la habitación y me contás”

De contar nada, hacía rato que le tenía ganas a esa pantera y se dio que la oportunidad no podía ser mejor.  No tenía mucho que descubrir del físico de Selva, era indudable que era una mujer espectacular, de las que te alborotan todos los “ratones” y no me podía quedar con esas ganas, decididamente, no es lo mismo verla en directo o en video con otros a disfrutarnos mutuamente.  Por códigos propios no le hubiese pedido nunca a que accediera a tener sexo conmigo, así como no lo hice cuando el casting y que ella viniera “al pie” me hacía sentir muy bien conmigo mismo.

“Es todo tuyo” , -le dijo Alicia riendo cuando entramos a la habitación- y la remató diciendo: “Acuérdense de los pobres, dejen algo para mí” …  La morocha no tardó en abrazarme y besarme con todas las ganas usando toda su boca y la lengua en el metiers, eso me hizo sentir bien y terminó calentándome por demás, salvo algún que otro beso con su compañera Cynthia , no la había visto a Selva besar a nadie, se me ocurrió que era de esas mujeres que no tenían el “beso fácil” .  Sus manos no se quedaron quietas, parecían tentáculos, uno de los brazos y mano recorría mi espalda y la otra mano se dedicó a recorrer mi erección.

“Me encanta que estés dispuesto, me mojo toda sabiendo que te calentás conmigo” , -dijo-, a la par que, luego de besarme, ponía sus manos en mi pecho y me empujaba suavemente para que cayera en la cama…

  • Dejame todo a mí, quiero desnudarte y saborearte, -expresó poniéndose de inmediato a la tarea, acomodándome en el medio de la cama-.
  • Despacito y con tranquilidad, que no se agite demasiado, -pidió Alicia que ya estaba desnuda y presta a colaborar-.
  • No sé qué me pasa con él, me calienta horrores y así, desnudo y esperándome para que yo decida, me dan ganas de comerlo en pedacitos e imagino cuando me rompa el culito ingresando en cámara lenta, ¡ufff, es tremendo!, -decía mientras me besaba las tetillas y se aprestaba a bajar por mi vientre, algo que, mal que me pese, me provocan cosquillas que no aguanto-.

Me incorporé un poco cuando pasó por mi estómago pero tardó poco en ese lugar, lo que le interesaba era el ariete, al que sopesó, mimó, acarició, besó y, literalmente, tragó.  Me impresioné porque no hubo ninguna parada hasta instalarlo en su garganta y con su nariz pegada a mi pubis trataba de mirarme con esos hermosos ojos verdes que brillaban con una mezcla de alegría y pasión, “¡mierda nena!, ¿cómo carajo podés hacer eso? , -preguntó Alicia acercando la cara para no perder detalle y poniendo el culito al alcance de mis dedos.

Trataba de estirarme para alcanzar sus tetas endurecidas con una de mis manos pero no coordinaba mis movimientos, la mamada era magistral, gemía gozando, lo tragaba apretándolo entre la lengua y el paladar y lo sacaba presionando todo el tronco, fueron cuatro o cinco veces y no sé ni cómo pude lograr contenerme para que no me absorbiera todo el jugo de mis huevos.  Ella se dio cuenta que me haría transponer el umbral y abandonó la mamada para colocarse en cuatro, “usame a lo perrita” , -pidió moviendo sus nalgas- y no me hice rogar.  El culo era magistral, duro, compacto, de nalgas firmes y me dediqué a adorarlo.

Me zambullí entre esas nalgas y mi lengua pareció volverse independiente, lamiendo, tratando de penetrar y enloqueciéndome con los sonidos de sus gemidos, de ambas, porque una mano seguí en el culo de Alicia penetrándolo con dos dedos porque se había puesto a la par de la morocha en la misma posición y la otra mano acariciaba y apretaba las nalgas que guardaban el agujerito de Selva al que martirizaba con la lengua.  La que menos aguantó fue la enfermera, apretó fuerte mis dedos con los músculos del esfínter y gritó sin contenerse, ¡Qué te reparió, no puedo aguantar, acabooo, Guille, acabooo! , los dedos salieron solos porque en sus contracciones se dejó caer hacia adelante enterrando la cara en la almohada, aunque siguió temblando con su propia mano entre sus piernas.

En ese momento dispuse mejor de la vagina y el culo de Selva , con las dos manos abría sus nalgas y me dediqué con más ahínco a esa “tortura” , no aguantó por mucho más tiempo, a los gemidos casi gritos se le sumaron las contracciones y el orificio más pequeño parecía contraerse y dilatarse cuando el orgasmo hizo presa de ella, gritó liberando su placer y también enterró la cara en la almohada pero dejó sus nalgas en la misma posición, la cual era ideal para que, arrodillándome, comenzara a pasar mi glande por sus labios vaginales empapados y por el asterisco inquieto.

“Te necesito por dónde quieras Guille” , -dijo Selva con la voz apagada por la boca pegada a la almohada-.  El glande encontró enseguida su entrada más lubricada y comencé con una penetración lenta, notando como todos los pliegues interiores se amoldaban al paso del cuerpo cilíndrico, ella misma lo hacía notar porque sus músculos trabajaban apretando y soltando, tanto que la sensación era la de penetrar una cavidad casi virgen.

A Selva esto le resultó un tanto difícil de aguantar, del placer que sus gemidos denunciaban pasó a la desesperación y me lo hizo saber empujando sus caderas con fuerza, no le resultó porque la mantuve firme con mis manos y apeló a la voz, como para que no tuviera dudas…

  • No seas hijo de puta Guille, metela de una, no me aguanto, me estás enloqueciendo, ¡por Dios!, cogeme más rápido, no sabía que esto sería así, metela, metela que estoy por acabarrrr.
  • Dale, gozá sin temores, aquí no hay nadie filmando y te estoy dando lo que vos querías, despacito, me pediste, ¿no?

Alicia la miraba asombrada por la reacción y como no había dejado de acariciarse, la acompañó con el grito de placer que salió al unísono de sus bocas.  Ni a ellas ni a mí nos importó tres cuernos que los demás escucharan y aproveché a golpear el interior de la morocha que lanzó un gritito porque acusó un pequeño dolor, desde allí en más, fueron segundos para que se recuperara y mis entradas y salidas se intensificaron y aquí sí que la desesperación fue palpable, sollozaba, reía, pedía que parara, pedía más y que siguiera hasta que la cadena de pequeños orgasmos nos sorprendió a los tres.

No la tenía como multiorgásmica pero lo mejor fue comprobar que ella tampoco se conocía en esa faceta y demás está decir que le encantó, hasta que, venciendo las rodillas, quedó estirada boca abajo, “me rindo, me rindo” , -decía riendo- pero yo tenía que cumplir con mi objetivo más deseado y no pregunté ni pedí permiso, cambié el lugar y penetré el agujerito que ya no pudo fruncirse y ni amagó resistencias al paso del miembro lubricado con sus jugos.

Tampoco me apuré y llegué a introducir la mitad con los mismos modos lentos y pausados, “por favor Guille, por favor, no más, no más, es una tortura, me vas a volver loca” , -me dijo con un hilo de voz-, entonces me apuré, entré de una e imprimí un pistoneo constante.

Me apoyé sobre su cuerpo cubriéndola, movía sólo las caderas y mis manos se aferraron a sus tetas que parecían de piedra.  Era entrar hasta lo profundo, salir sin sacarla del todo y volver a entrar, tal como ya me había pasado, una vez pasadas las ganas iniciales, aguantaba más y esperaba por el siguiente orgasmo que veía venir.  No bien comenzó a temblar anunciándolo, le deposité todo lo que expulse en lo más profundo de ese culo delicioso.

El líquido caliente incentivo sus temblores, su grito se hizo más agudo y al levantar un poco la cabeza para ello, Alicia aprovechó a besarla, la posición era incómoda pero fue efectiva pues se brindaron las dos.  Yo no quise salir enseguida y esperé a que el miembro se “desinflara” , “gracias por esa consideración Guille, no me gusta que se alejen y me dejen de lado al terminar, como si apestara” , -dijo al dejar de besar a Alicia -.  Tal como me había pasado con Grace , al moverme comencé a sentir la falta de aire pero ni siquiera tuve que pedir la mascarilla, la encargada de mi salud actuó rápido y me fui recuperando.

Selva estaba destruida pero tremendamente complacida (yo también, me había sacado las ganas con creces) y se giró en la cama para tratar de ayudarme, no había nada que pudiera hacer y comenzó a contarle a la enfermera que pensó que el “polvito” iba a “estar bueno” acorde a lo que le había contado Grace pero que nunca pensó que sentiría lo que sintió.  Hablaba hasta por los codos haciendo que Alicia se riera y se mofara de ella aguantando las respuestas de la “destruida” actriz porno…

  • Las dos son unas hijas de puta, ahora entiendo las sonrisitas de ambas, saben y tienen la ventaja de que duermen con él todas las noches, me imagino las cogidas con que se habrán beneficiado.
  • No es tan así, boluda, ya viste lo que le pasa, lo mataríamos, aunque, como lo cuidamos, algunas ventajitas tenemos, ¿no Guille?...
  • No le cuentes, no le cuentes porque van a terminar viniendo todas a violarme, jajaja.  No digas nada Selva, fuiste vos que pediste despacito, despacito, ¿o no?, jajaja.
  • Cuando esto termine vas a tener que pasar seguido por casa, Cynthia y yo te vamos a recibir con los brazos abiertos.
  • Justo, justo lo que estaba pensando, jajaja…  Hablando de pensar, cuando comenzamos hoy y dijiste que tenías ganas de comerme se me dio por pensar en hacer un “Nyotaimori” o “Sushi Corporal” *para la escena de la cena y posterior orgía.*
  • ¿Qué es eso?, -preguntó Alicia adelantándose a Selva -.
  • A grosso modo, una mujer desnuda sobre la mesa, con el cuerpo cubierto de exquisiteces, todos comen de allí y le dan de comer a ella, ahora tengo que averiguar quién de las cuatro se prestaría a ello.
  • Sería sensacional Guille, yo me anoto pero como seguro van a querer las cuatro, lo podemos resolver con un sorteo, -opinó Selva entusiasmada-.
  • Bueno, les dejo la inquietud, ahora voy a dormir un rato en la otra habitación, veo que ustedes están remolonas, hagan lo que quieran, yo me rajo, -las saludé con un beso a cada una y me fui a descansar-.

El cansancio por lo experimentado hizo que la siesta se estirara bastante, cuando desperté estaba oscureciendo y las chicas ya no estaban, me di un regio baño, me cambié, establecí una comunicación con mi mujer, esta vez lo hice con la mascarilla de oxigeno alegando que estaba mejor pero que, de vez en cuando, tenía que usar el oxígeno para estabilizar el ingreso a mi organismo, ni yo me lo creí aunque daba igual, ella ignoraba muchas cosas, luego bajé hasta la cocina y me encontré con Amina .  Estaba sola, parada frente a la mesada de la cocina, vestida con una camisola de tul transparente y la tanga que resaltaba sus nalgas, le pedí que se quedara allí y me acerqué para abrazarla.

Mis manos se movieron solas y apoyando mí pelvis en sus glúteos pasé mis brazos hacia delante de su cuerpo y me apropié de sus tetas duras, no era excitación, eran ganas de sentirla y hacerme sentir.  El beso en el cuello y el apretón delicado a sus pezones provocó un temblor, un gemido y el abandono de su cuerpo a mis caricias.

  • Mi señor Guillermo, no se imagina todo lo que me hace sentir con sus modos y sus forma al acariciarme” , -dijo con voz ronca-…
  • Me gusta que te sientas bien pero ¿por qué lo de “mi señor”?, ¿en que habíamos quedado?” .
  • Me cuesta y nos va a costar acostumbrarnos y, por favor, no se enoje, será peor cuando les toque irse, mejor no pensar en eso.
  • Veremos, ya veremos, -le contesté porque una idea me rondaba, no dije más y me aparté porque ingresaba Adil con Amad -.

Adil me dijo que había hablado con Selva , la cual le comentó la idea del “Nyotaimori” , la idea les encantaba a todos pero el árabe hizo una acotación que me gustó más, “creo que un boom sería cambiar el sushi y sus salsas por comidas tradicionales árabes, lograríamos que cuando vean la película, además de la excitación, se les haga agua la boca por las exquisiteces culinarias regionales” .  No tardé nada en llamarla a Amina para que nos asesorara…

  • Amina, necesito saber si estás en condiciones de hacer varias comidas árabes, no sé, “kebab”, quzi, kibbeh, rfisa, falafel, dátiles o similares.
  • Mi señor, Lina y yo no tenemos títulos pero se nos obligó a hacer los mejores cursos de comida árabe y/o internacional para satisfacer los pedidos del amo y sus esposas.  La cocina árabe no tiene secretos para nosotras.
  • ¡Genial!, van a tener que hacer varias comidas con distintas salsas utilizando recipientes chicos de distintos colores, el tema es ubicar los diferentes platos en el cuerpo desnudo de una mujer.
  • ¿Usted dice algo así como el Sushi Corporal Japonés?
  • Exactamente y los recipientes de distintos colores tienen su razón, servirán como “ayuda-memoria”, las chicas y los muchachos conversarán sobre los platos que vayan degustando, los nombrarán, los probarán y se pasarán bocados entre ellos, no tiene que haber errores, por eso lo de los colores, tal color, tal plato y sus ingredientes, todo esto se puede anotar en el mantel, hablarán de tal o cual comida a razón de dos o tres por cada uno de ellos, ¿se entiende?, ¿se podrá hacer algo así Amina?
  • Sí, se puede y sería un honor, incluso hay partes del cuerpo que se pueden tapar con hojas de palmeras u otras, sólo necesitaríamos dos días para preparar todo y permítame opinar otra cosa…
  • Adelante, te escucho…
  • No sé quien hará ese papel pero se puede ir practicando para que se quede inmóvil y, llegado el momento, prepararla rápido.
  • Va a ser Grace , las chicas hicieron un sorteo, -expresó Adil -.

El tema de la escena quedó finiquitado y en la cena conversamos respecto a otros detalles que se nos iban ocurriendo, no faltó la nota de humor y provino de parte de Grace , “yo voy a tratar de quedarme quieta como si estuviera muerta pero eso sí, me dan bien de comer y mucho ojo dónde tocan o dónde meten los dedos porque si me hacen calentar tiro los platos a la mierda y al cuerno con la escena” , esto motivó otros comentarios jocosos y respuestas risueñas respecto a en que “juguito” iban a remojar el pan o los dátiles, hasta Daniela se prendió con una carcajada cristalina y a más de unas o unos se le caían las lágrimas por las risas desatadas.

Después de la cena Adil nuevamente pidió hablar conmigo y nos fuimos al living, allí nos servimos unos tragos y digo nos servimos porque al igual que me habían comentado que hacía el Jeque, al estar solo Adil dejaba de lado la “Musul-manía” y, de vez en cuando, le “entraba” a unos buenos tragos, algo que a mí no me molestaba ni me jodía, menos que menos cuando la cosa era instituida por una determinada Religión.

En confianza me comentó que si “estirábamos” un poco la cena, tal como se esperaba porque con los platos típicos, la mujer desnuda, los diálogos y luego la orgía que se desataría, tendríamos los minutos muy ajustados por la duración original planteada para la película.  Nos faltaría la despedida de la casa de campo, la salida del edificio que se filmaría y se compaginaría en la capital, quedarían además los créditos y la música que dejé a criterio de él porque habíamos quedado de acuerdo en que sería música autóctona árabe y yo sobre eso no tenía ni idea.

En definitiva excederíamos lo estipulado en unos quince minutos porque había partes que se habían salido del guión original, como ya expliqué, estaban las escenas extraídas del casting, las de las caballerizas, paseos y conversaciones “picantes” entre las chicas que hacían a la cuestión gracias a la magia de la compaginación meticulosa de Adil .

Hablábamos sobre la conveniencia de consultarlo con el Jeque y sonó su teléfono, “es el amo” , -me dijo Adil bajando la voz aún sin haber atendido-, “atendé tranquilo, luego me contás lo que decide” .  Lo dejé solo y me retiré a efectuar los reconocimientos médicos.  En la habitación me esperaban las dos enfermeras y las “enganché” en lo que parecía una discusión…

  • Te  dije que no, yo lo decidí así , -decía Noelia ante una Alicia que parecía insistirle en algo-.
  • ¿Qué sucede chicas, tienen ganas de romper la armonía?...
  • No Guille, no pasa nada, sucede que nos vamos a reunir todas las chicas en una “noche de chicas”, van a “presentarse en sociedad” las dos nuevas y Noelia no quiere venir sin que vos la autorices , -lanzó rápido Alicia antes de que la amiga dijera algo-.
  • No hay problemas Noe, quizás sea por machismo pero me jode y mucho sólo cuando hay hombres, por lo demás, primero me hacen el control y después se mueven a gusto.
  • ¿Estás seguro Guille?, mirá que yo no tengo problemas en pasarlo contigo y si me dan a elegir…
  • No mi cielo, vayan, diviértanse y disfruten, de paso me dan la posibilidad de dormir a “pata ancha”, vengo un tanto cansado, este enclaustramiento nos está afectando a todos, creo que lo llevo un poco mejor porque estoy acostumbrado a mis momentos de aislamiento o soledad aunque comprendo que no todos piensan igual, eso sí, mañana o pasado preparate porque tengo muchas ganas de estar solo con vos .

Se lo dije abrazándola y besándola, noté de inmediato que a Noelia la “derretían” este tipo de manifestaciones, además, me sentía bien con ello.  El examen fue satisfactorio y “mi enfermera favorita” aprovechó, con una sonrisa pícara, a acariciarme las nalgas después de darme la inyección, nos reíamos porque moví las nalgas aceptando las caricias y la llamada en la puerta enfrió el momento.

Era Adil que quería contarme respecto de lo que había conversado con el Jeque, lo hice pasar diciendo que las chicas ya se iban y le pedí que se sentara mientras Alicia la tomaba de la mano a Noelia y salían de la habitación.

  • Bien Adil, ¿qué le pareció la idea de estirar los minutos de película?
  • El amo no me puso problemas, manda a decir que con la película decide exclusivamente usted, él opinará cuando esté terminada pero no se puede pasar del tiempo estipulado en días.
  • Sabés que no hay problemas con eso, el tiempo está a nuestro favor…  ¿Le avisaste lo que queremos hacer con la escena de la cena?
  • No, para nada, con lo que tengo pensado filmar y las tomas que se pueden realizar, creo que se verá completamente sorprendido.  Lo que si me manifestó es que le gustó muchísimo el trabajo realizado con las caballerizas y que las escenas de sexo le “volaron la cabeza” así me lo dijo.
  • Perfecto, no dejan de ser puntos a nuestro favor.
  • También me dijo que le avisara algo solamente a usted, ni siquiera lo sabrá Amad
  • ¿Sólo a mí?, bueno contame, ¿qué te dijo?...
  • Que no tema por la chica que llegó en la madrugada pasada, que compró la empresa en su totalidad, que las dos personas que quisieron engañarlo se “perdieron” y es difícil que encuentren el camino de regreso a las vidas de quienes los conocían.  Además me pidió que le avisara a la chica que se puede mover tranquila pero que fue despedida de su trabajo aunque tiene depositada la indemnización correspondiente en su cuenta de ahorro, más un plus por las molestias, todo lo cual estimó él en cincuenta mil dólares.
  • ¿Eso quiere decir que…?
  • Eso quiere decir lo que le comuniqué, mal que le pueda pesar, no creo que se deba ahondar en este asunto. Usted ha logrado ganar mi aprecio y me permito aconsejarle que no se atreva ni siquiera a abordar el tema, a la chica puede decirle que él se fugó a un país caribeño o algo por el estilo, yo sé cómo actúa el amo cuando se enoja con alguien y no es aconsejable, como dicen ustedes por estos lares, “revolver mierda” y se nota que para con usted tiene un gran respeto y consideración…
  • Quedate tranquilo Adil, es evidente que esto ha tenido un desenlace que no esperaba aunque, a esta altura de mi vida, no soy “Quijote” de nadie, a mí también me molestan mucho las traiciones, no puedo ser tan expeditivo pero ya le había “hecho la cruz” a Javier.

Luego de darme esta noticia nefasta, seguramente era nefasta, Adil se retiró y me quedé pensando en cual podría haber sido la suerte corrida por Javier , estaba claro que, en su soberbia, había “jugado con fuego” y vaya a saber uno cómo terminó “quemado” porque estaba convencido de que se había “quemado” .

La posibilidad concreta de la desaparición de quien fuera mí “amigo desde la infancia” me provocaba miles de contrasentidos, tenía un nudo en el estómago aunque comprendía a pie juntillas lo que me había dicho Adil , “era aconsejable no revolver mierda” cambiar no podría cambiar nada, lo único que se imponía era terminar mi trabajo para obtener los beneficios por ello.  Como fuere, aunque lo intenté, no pude dormir hasta que escuché que regresaban las dos enfermeras y faltaba poco para que amaneciera.

Me despertó “mi enfermera favorita” cuando ya era pasado el mediodía, me avisó que almorzarían muy frugalmente y se iban a ir todos a la pileta pero que antes de irse quería saber cómo estaba y si necesitaba que me hiciera los chequeos.  Me di cuenta que era una pregunta retórica, de querer hacerlos hubiera puesto manos a la obra, lo que quería averiguar era mi estado de ánimo y si me encontraba molesto por la “escapada” a la “noche de chicas” para la presentación “en sociedad” de las nuevas.  No había que ser muy despierto como para no darse cuenta que aquello debió ser un aquelarre, por lo pronto, Noelia lo tenía “dibujado” en las ojeras e imaginé que todas estarían igual.

  • Avisale a Amina que me prepare también algo liviano, voy a almorzar más tarde, en cuanto a vos, esperame que voy al baño y luego charlamos.

“Sí, Guille” , -me contestó tragando saliva-.  Eso había sido una pequeña maldad de mi parte, no estaba en absoluto enojado con ella pero me sentí bien con su actitud de entrega.  Entré al baño con el bóxer puesto y luego de mis necesidades y de higienizarme salí desnudo y con una erección incipiente, pensar en que podría “hacerle la cola” a Noe incentivó mis ratones.  Seguía seria esperando por lo que tenía para decirle pero no se privó de mirar detenidamente a “mi amigo” , no le dije nada, sólo me acerqué y la abracé fuerte para comerle la boca.

La respuesta fue inmediata, las lenguas se entrelazaron y me animo a decir que se notó como su cuerpo dejaba la tensión de lado y comenzaba a brindarse.  Besándola la arrimé hacia la cama y al llegar al borde de la misma se dejó caer, por lógica, al estar abrazándola caí junto con ella y se movió para acomodarse más al medio de ésta.  Los pedacitos de tela que tapaban sus pezones desaparecieron y me prendí a sus tetas duras como un ternero hambriento, me encantaba hacer eso y ella se desesperaba cuando de usar las tetas se trataba.  Suspiraba, gemía y me cruzaba las piernas sobre los glúteos para pegarse más a mí.

“Dejá que te la chupe Guille” , -me pidió-… “No, en castigo no te voy a dejar mover, primero te voy a comer la conchita y el botoncito y luego te va a arder el culito” , -le contesté-…  Se le notó en la cara la felicidad y se relajó completamente abriendo las piernas, “¡Por Dios!, sí, sí, sí Guille, no me hagas esperar” , -pidió casi gimiendo-.  Tardé un pestañeo en abarcar su vagina con toda mi boca e iniciar un desenfreno lingüístico, Noelia parecía electrizada y cuando absorbí su clítoris no se aguantó, el gritó le salió desde las entrañas, el orgasmo se acompañó de temblores, apretones y convulsiones que parecían amenazar con quebrarme el cuello.

No la dejé, tenía sus muslos bien aprisionados y seguí con mi labor tragando sus jugos, noté que se recuperaba y comenzaba nuevamente a ponerse a punto de otra explosión pero no se lo permití, la hice girar, me arrodillé entre sus muslos abiertos y complacientes buscando con el glande el agujerito palpitante.  Se me cruzó Selva por la cabeza y comencé a entrar despacio, lento, tranquilo a la par que estrujaba sus nalgas con mis manos. “¿Qué me hacés, por Dios Guille, qué me hacés? -preguntaba gritando-.  No era por dolor, era puro, genuino y absoluto placer, tanto que pedía más y trataba de levantar sus nalgas para que llegara rápido al final de sus tripas.

Ni ella ni yo nos aguantamos más, no pude entrar y salir, no bien mi pelvis chocó con sus nalgas duras estalló en un orgasmo gritado, movido, sollozado y me llevó con ella, la llené como para no tener sexo por un tiempo, temblaba con todo su cuerpo y sentía que mis huevos se secaban ante cada contracción de mi pene.  El aire, el puto y maldito aire de mis pulmones pareció irse también y me obligué a quedarme quieto estirado sobre ella.

Enseguida se dio cuenta de lo que pasaba y quiso salir, la seña de mi mano le dio a entender que se quedara quieta y aspirando y soltando el aire despacio me comencé a normalizar.  El glande achicado y dormido aún quedaba dentro de ella y al verme mejor se fue moviendo despacio para salir de debajo de mi cuerpo, preparó rápido la inyección, me inyectó y poniéndome la mascarilla del oxigeno me dijo:

  • No me hagas pegar esos sustos Guille, estuviste genial pero te excediste…
  • No digas más, si me toca cuando estoy “haciendo mi culito preferido”, muero contento, jajaja.
  • No seas así, si te pasa algo y no te vuelvo a tener, me vuelvo loca.

Le había avisado de la comida a Amina y el golpe en la puerta no me dejó contestarle, “es Amina con tu comida” , -me dijo Noe y desnuda como estaba, se levantó a abrirle-.  Los ojos le brillaron a la cocinera árabe cuando nos vio desnudos, era un dos más dos cuatro y el aroma de la habitación no nos dejaba disimular… “Me necesitan para algo más” , -preguntó con picardía- y la llamé a mi lado, se acercó luego de dejar el plato de comida y le señalé uno de los costados de mi cama, el otro se lo señalé a Noe y no bien se ubicaron las abracé, me sentía distinto con esas dos mujeres a mi lado y las besé.

Le dije a Amina riendo que no podía “atenderla” porque Noelia había “atentado contra mi vida”“Sos un tonto” , -expresó Noe y la árabe, al no entender la chanza la miró seria-, hubo que explicarle lo sucedido y le volvió la sonrisa al rostro, luego les pedí que se fueran tranquilas porque yo tenía que hacer una llamada y posiblemente seguiría durmiendo.  Me saludaron con un beso y después de comer, que, dicho sea de paso, no sé lo que era pero estaba delicioso, me dispuse a llamar a mi esposa…

Juntando todo lo pasado con Javier , más las posibilidades con las mujeres espectaculares que tenía al alcance de mis manos y la enorme suma de que podría disponer una vez que hubiera terminado todo este “rollo” , una de las personas en que también pensé esa noche sin conciliar el sueño fue en mi mujer.  Sin dudas que la estaba engañando y que había podido conseguir “responder” sin que ella tuviera “ganancias” de esto, también que pensaba continuar mis “andanzas” todo lo que pudiera, hasta podría afirmar como excusa que mi mujer no les llegaba a los zapatos a las chicas que en ese momento me rodeaban pero… era MI mujer…

Nos habíamos elegido para vivir la vida juntos, nos animaban a los dos sentimientos profundos, juntos pasamos las buenas y las malas y juntos pasaríamos una vida más cómoda, había desencuentros, hinchapelotismos crónicos, mañas, enojos, aunque cualquiera de los dos sabía que podía contar con el otro.  Es raro explicarlo y suena a bastante hipócrita pero tenía claro que jamás la dejaría.  Ya se vería como había que llevar las cosas cuando esto terminara pero marqué su número sabiendo que ella necesitaba saber cómo estaba.

Continuará…

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GUILLEOS1 se los agradece.