El dios vikingo
Una tarde en un conocido parque de atracciones de la Costa del Sol se convierte en mi primera experiencia e inolvidable.
Hola a tod@s . Es la primera vez que escribo y me ha animado a hacerlo el querer compartir con vosotros una experiencia sucedida en un parque de atracciones de la Costa del Sol. Bueno.... fue mi primera experiencia y espero que os guste.
Antes de nada me presento. Me llamo Javier soy de Madrid, soy bisex, tengo ahora veintiocho años y lo que voy a relatar sucedió el año pasado durante las vacaciones de verano. Fue una experiencia que aún con sólo recordarla me exita bastante.
Se acercaba la fecha deseada. 17 de julio, para coger la furgoneta y plantarnos en un pueblo de la Costa del Sol. Habíamos leido bastante del lugar y de sobra es conocido que hay un buen ambiente y sobre todo mucha fiesta. Jeje, es lo que buscábamos los cuatro amigos solterones del grupo quedábamos aún por casar!!! Junto a mí viajaban German, Isra, y Roberto, alias el "trompas". (no me extrañaba su apodo por el colega calzaba una buena herramienta). Sin embargo, aunque nunca me llamó poderosamente la atención comérsela a un chico, la verdad que me llamaba la atención y en más de una paja las fantasías gays eran las protagonistas.
LLegamos y lo típico, nos instalamos y playita, fiesta en el puerto deportivo.... algun rollete y follada con alguna chica extranjera sedienta de machos hispanos.... total que los días pasaban y pasaban y justo un día antes de partir a Madrid al salir de la playa se nos acercó un chico y nos ofreció unos cupones de descuento para visitar un parque de atracciones que por allí estaba. Como esa noche no teníamos ningún plan pues decidimos ir por lo que sobre las nueve más o menos estábamos esperando cola para entrar en el recinto. Al entrar, lo típico, nos hicieron una foto a los cuatro y a alguno más que se cruzó en nuestro camino y nos dispusimos a "explorar" el parque temático que aunque anticuado, tenía su encanto. Nos subimos en varias atracciones y llego la hora de tomarnos algo. Mientras que mis colegas se iban a pillar sitio, mire a mi alrededor y vi que habia un servicio. La verdad es que llevaba tiempo meándome y fue directamente al servicio. Al entrar me encuentro con los típicos servicios de los años setenta sin ningún panel de privacidad para impedir que te vieran la polla el de al lado. Había por lo menos diez o doce todos seguidos y me puse a mear en el que pegaba más a la esquina. Solo al final había un señor haciendo sus necesidades, pero yo ni caso.
Justo a mitad de mi meada siento como un chaval de unos veintipocos años,, un rubiales guapísimo. Un típico nórdico se pone justa a mi lado y se dispone a desabrocharse el pantalón corto que llevaba mientras que mi corazón latía con fuerza. No se si estaba nervioso porque estaba incómodo porque se puso a mear junto a mí o porque estaba deseando de verle la polla. No quería ser muy descarado e intentaba mirar de reojo. Cuando comenzó a sacarsela me quedé impresionado. Aquellla polla caía por su propia fuerza. Era muy larga y gruesa y su chorro caía con presión sobre el retrete. Lo primero que se me vino a la cabeza fue: -menudo cabrón, vaya pedazo de polla que tiene-. Yo estaba terminando ya y noté como él me miró. No sabía si es que me había pillado mirándole de reojo, pero lo que hice fue darle las últimas sacudidas a mi herramienta, guardarmela e irme no sin antes echarle un ultimo vistazo a la verga del guiri. Me fui directamente a lavarme las manos y justo a mi lado se volvió a situar el chico nórdico. Le miré la cara a través del espejo y pude comprobar en ese momento que era como un dios vikingo. Un rubio guapisimo, con grandes ojos azules y labios carnosos, mediría sobre el 1.90 y me di cuenta como él también me miró.
Salí del servicio con las piernas temblando y fui donde estaban mis amigos. Mientras cenábamos no me quitaba de la cabeza lo que me había sucediso en el servicio y la verdad es que me ponía supercachondo. El pantalón corto que llevaba, tipo bermudas, se que quedaba estrecho porque mi polla se ponía a ratos como una piedra.
Cuando terminados, salí como pude disimulando mi paquete y Germán tuvo la genial idea subirnos a una de las atracciones. Era una especie de "casa del terror". Nos pusimos en la cola y mientras bromeabamos giré la vista hacia atrás y allí estaba ese chico que hace un rato me encontré en el baño. Se encontraba también con un grupo de amigos y cuando se dió cuenta que yo también estaba, me miró.
Llegaba nuestro turno y entramos en la atracción, y lo típico... vas andando y de vez en cuando te pegan un susto que otro. Estaba yo con la tensión del momento en medio de la oscuridad cuando se repente noté que alguien me cogió de la mano. Pensaba que eran algunos de mis amigos y no le dí nunguna importancia hasta que de pronto fue dirigida hacia algo duro. UNA POLLAAA!!!!. Hice el intento de quitarla pero me agarró con las fuerza mientras una voz en mi oido me dijo: -se que estás deseando como yo también estoy deseando comértela-. Esta situación me puso como una moto. Notaba como mi mano apenas podía cerrarse entera y como sus venas estaban casi a reventar. Mientras tanto mi polla se puso a reventar y noté como su mano que la agarraba en medio de la oscuridad mientras se escuchaban las voces y chillidos de la gente. Tuve que decirle que parara y que cuando salieramos que me siguiera.
Al salir del grupo estaba que iba a explotar, vi como él estaba igual como delataba el enorme bulto de su pierna. Tuve que inventarme una escusa para poder separarme del grupo y fue directo hacia la salida directo al aparcamiento. Miré hacia atrás y vi como a lo lejos me seguía. No podía creer lo que estaba a punto de hacer y pensándolo friamente no se como fue capaz, pero la calentura se ve que bloquean las neuronas.
Al llegar a la furgoneta había una pareja que estaba cerca y tuve que disimular buscar algo dentro hasta que se fueron. Justo cuando comprobé que no había ya nadie, apareció él y directamente se sentó en el asiento trasero, cerró la puerta corredera y se comenzó a bajarse el pantalon (suerte que tengo los cristales tintados). Me senté junto a él y empezó a sobarme la polla por encima del pantalón. Tengo que decir que no estoy mal dotado me mide unos 19 centímetros, pero cuando al fín se sacó la suya casí me corrí de la impresión. Era inmensa y realmente bella, mediría unos 25 centimetros, con un grosor considerable y un capullo enorme al igual que su huevos sin nada de vello dejados caer sobre el asiento. Sin pensármelo dos veces se la agarré y empecé a pajeársela mientras me relamía los labios mientras veía su cara placer. Abrí la boca y comencé a comérsela mientras con su mano intentaba cogerme mi pene empapado. Era un descripción indescriptible sentir como su polla entraba en mi boca mientras lo sentía gemir como un poseso. No sé como se las ingenió pero noté como su boca rodeaba mi glande mientras que ahora se tocaba el turno a sus enormes huevos. Sabía que mi polla no aguantaría mucho así y tuve que retirarme porque no quería correrme aún. El aprovecho para estimularse el ano mientras se pajeaba el pollón y me pidió que lo follara. Me senté en el asiento y notaba como su punta tocaba su entrada hasta que de pronto se la metió casi entera mientras gemía. Comence a follarlo con suavidad mientras le pajeaba la polla. Él de vez en cuando me golpeaba con su polla sobre mi pecho y sobre mi cara. Esa situación no podía soportala más y comencé a retorcerme de placer mientras sentía como trallazos de semen inundaba su culo. Esta situación hizo que él empezara a descargar sobre mi pecho y mi cara. Era el polvo mejor de mi vida y habia sido con un hombre!!!.
Saqué mi rabo mientras su culo descargaba toda mi lefa sobre mi y lo que él hizo fue lamerme la cara, el pecho y mis huevos tragándose todo el semen que había sobre mi hasta que me dejó totalmente limpio. Al terminar se vistió, me dió un beso en la boca me dijo que me se llamaba Erik y desapareció sin más.
Al llegar donde estaban mis amigos todos me preguntaron y medio me recriminaron que dónde me había metido. Me estaban esperando para irnos ya que al día siguiente tendríamos que volver a Madrid.
El viaje lo pasé un poco extraño. Por un lado me exitaba solo pensar en lo que ocurrió en ese aparacamiento, pero por otro no podía creer lo que había hecho y más sabiendo que a esa persona no volvería a ver nunca más.
Llegamos a Madrid a medio día y me llamó uno de mis amigos, German pidíendo que comprobara en mi maleta si estaba la foto que nos hicimos en la entrada del parque. Le dije que espera que lo iba a mirar en ese momento y ciertamente alli estaba el sobre con la foto dentro. Lo abrí y justo cuando le iba a decir que la tenía me di cuenta que una de las pernas ajenas a nosotros y que aparecía en la foto era Erik. Era la única imagen que tenía de mi dios vikingo.
... por supuesto que dije no la tenía.....
Espero que os haya gustado y sobre todo calentado.