El dinero nos doblega (Anécdota en los aseos)

Momento en que comencé a correrme, no pudiéndolo evitar, dejando perdido tanto la puerta del aseo… como su mano, dedos impregnados que pude ver como se los llevaba a la boca y los chupaba, relamiendo uno por uno, y acabar por ver como este al final se metía mi miembro en su boca.

El dinero nos doblega (Anécdota en los aseos)

Ante todo gracias por vuestros comentarios, antes de comenzar debo decir que me considero un chico normal a pesar de mi libertinaje, me considero afortunado por todas y cada una de mis experiencias, ya que han sido anécdotas y el fruto de mi vida. Experiencias que la mayormente han sido esporádicas, casuales o imprevistas ocurridas en sitios impensables, claro está inapropiadas, muchas veces impensable, pero otras claro está… buscadas, explotando las virtudes en unas y en otras el ser tan puta. Considerándome amigo de mis amigos o incluso de mis follamigos, aficionado tanto a la ‘carne’ como al ‘pescado’, dicen que tengo un buen culito, duro y siempre estrechito a pesar de estar estrenado, pero eso sí… siempre listo, una boca tragona eso sí… siempre dispuesta.

Esta anécdota comienza como cualquier otra, me ocurrió hace bastantes años, y todo fue a raíz del cumpleaños de un amigo, el cual quiso celebrarlo de una forma diferente al habitual, siendo este el ir al cine primero y poco después a algún sitio a almorzar. El cine al cual íbamos a ir estaba a las afueras de Sevilla capital, estaba en el interior de un centro comercial en un municipio cercano. Lugar al cual tuvo que acercarme mis padres, pues a pesar de tener yo moto (una 49cc), dio la casualidad que ese fin de semana precisamente estaba castigado sin poderla utilizar. Joder… ‘y solo porque iba sin el casco’. Bueno para ir resumiendo, os digo que llegamos bastante temprano a la hora señalada, pues imaginaros llegamos a las diez y media cuando habíamos quedado entre las once y media y las doce menos cuarto, ya que íbamos a entrar a la sesión de las doce.

Pues fue llegar a centro comercial con mis padres, los cuales me acompañaron hasta dejarme en el mismo cine, ya que había quedado con mis amigos en la taquilla. Costándome bastante que se marcharan y me dejaran hay, pues no me gusta que mis amigos vieran que me habían traído ellos finalmente, ya que no deseaba pasar el día de cachondeo conmigo.

Estando ahí y viendo que no llegaba nadie, me dieron ganas de mear, dándome por acercarme a los aseos, baños que la mujer de la limpieza me informó que estaban cerrados al menos hasta que se limpiarán, aconsejándome que usará los de la planta superior, cosa que hice. Pero me fue imposible entrar de las personas que había, extrañándome por la hora que era, pero bueno, acabando por irme a la última planta. Planta que tuve que subir por las escaleras, dirigiéndome al baño, donde tras entrar, pude ver que había cuatro urinarios, donde de los cuatro, dos estaban fuera de servicio, precintado para evitar su uso. El tercero de ellos, estaba ocupado por una persona, dejando libre precisamente el que estaba a la izquierda de este.

Pensé en un principio en esperar a que este terminara para poder estar yo solo, claro está… dude, pero finalmente entre y ocupé el orinal libre. Me situé, bajé mi cremallera, introduje ni mano dentro y saqué mi flácido miembro, comenzando a orinar. Hay es cuando caí en la extrañeza de no escuchar el sonido de este hombre al mear, dándome por mirar y poder ver, como este hombre en vez de estar haciendo eso… se estaba masturbando, apartando la vista con rapidez. Quedándome de lo más cortado, no precisamente por habérsela visto sino por lo que estaba haciendo, no os niego que me sorprendiera el verla, pero no tanto como la escena, pues no esperaba eso dada la hora. Pero quizás mi vergüenza fue a más, digo esto, pues en el momento que escuche a este decirme...

  • "No te cortes hombre, por mi puedes mirar todo lo que quieras".

Cosa que no hice claro está, volviendo este a insistirme un par de veces más, tras haberle pillado mirando con descaro. Soltándome eso de…

  • "Sabes una cosa… eres muy guapo, fue verte entrar y poco faltó decirte que te habías equivocado de aseo, ya que pensé que eras una chica".

Nuevamente me quede sorprendido al escucharle decirme eso, si ya estaba algo avergonzado al cogerme mirándole, esto me puso más nervioso, tanto que se me corto las ganas de orinar. Volviendo este a insistirme…

  • "Mírala hombre… venga hazlo, venga… si se te ve que estás deseando".

No quise mirar y caer en su juego, pero tanto me insistía que finalmente bajé la mirada, volviendo a ver como este deslizaba su mano a lo largo de su tronco, sorprendido al ver su pollón, o al menos eso me pareció antes de apartar la vista, pues, aunque fue un instante, pero fue suficiente para verla con claridad. Diciéndome este…

  • “¿Qué más relajado?, ya estás mejor”.

  • “Dime… ¿A qué te ha gustado?, te has dado cuenta de que no muerde… verdad”.

Callo… lógicamente, sigo pensando que no quiero entrar en su juego, aunque ya he dado el primer paso, diciéndome a mí mismo no volver a caer, repitiéndome el dar media vuelta y marcharme, pero inexplicablemente aún sigo ahí. Noto como este hombre me mira, y escucharle decirme…

  • "Cógela… venga hombre que no muerde, venga que noto que lo estas deseando".

Me muestro fuerte, acabando por preguntarle por mi asignación semanal, no contestándole, pues la verdad es que no tengo, ya que eso es cosa y decisión de mis padres. Este me mira, dando por hecho mi respuesta, no solo al mirarme y ver mi rostro, sino por mi silencio. Acabando por decirme…

  • "Mira te doy 20€ si me la coges".

Soltándome sorprendido ante lo que había escuchado decirme…

  • "¿Que dice usted?, yo no soy un maricón".

Este vuelve a mirarme, respondiéndome…

  • “No lo he pensado y nadie te lo está llamando, pero creo que por cogerla tampoco te lo hace”.

Calla unos segundos, volviendo al ataque respecto al dinero, recordándome que por cogérsela ganaría limpiamente 20€, tentándome. Soltando eso…

  • "No sé tú… pero yo a tu edad, me hubiera venido bien un dinerito extra, no me negarás que tendrás unos caprichos y este suplemento, te vendría bien… verdad".

Escuché y aunque sabía que no estaba bien, pensé que decía la verdad, tenía unos caprichos que no me lo podía permitir, deseaba comprar cosas que mis padres no me dejarían (revistas xxx). Sus palabras estaban desmontando mis dudas, me sentía indeciso, me sentía perplejo, acabando por darle la razón en ese preciso momento en que dirigir mi brazo izquierdo hacia él. Pudiéndolo ver sonreír, como si hubiera ganado una batalla, quizás esa batalla era mi fuerza de voluntad, ya que había conseguido lo que quería. De reojo pude ver como se separaba un poco del orinal, dejando a la vista su miembro, miembro que acabé por posar mi mano y lo sentí duro, transmitiéndome una calidez impropia. Pues fue posarla, cerrando mi mano sobre su tronco venoso, minutos que me parecieron horas, queriendo apartarla cuando este me detuvo. Diciéndome…

  • “No hombre… los 20€ no son por sujetarla, sino por cogérmela bien, desliza tú mano por toda ella, no te cortes… no pasa nada, no hay nadie que nos pueda ver”.

No estaba convencido del todo, pero acabe por hacerle caso, ¡deslice mi mano por todo su miembro… mmm!!, fui desde la base hasta su glande, sintiendo o al menos eso me pareció a mí que esta palpitaba… uuuffff!!. Pero acabe por apartarla con rapidez, mirándome este y proponerme…

  • “Te doy 40€ si le das un chupetón al capullo”.

Soltándole enérgicamente…

  • “Ni de coña”.

Volviéndome este a decir…

  • “Y por 50€, venga… hombre, no me negarás que no te vendría bien el dinerito, no me digas que no te gustaría comparte unos ‘Adidas’ o un ‘Reebok’, ¡dime si o no… eeehhh!!".

Estaba perplejo, no esperaba que ese domingo se me iba a presentar de semejante manera, pensé que ya tengo en el bolsillo veinte euros y me podría marchar, pero ante semejante oferta de ganarme cincuenta euros más… vacilas. Y el sabiendo que dudaba, volvió a soltarme…

  • “No dudes tanto… mira el dinero que te vas a llevar sin apenas hacer nada, no pienses tanto… hazlo”.

Sabiendo que las tenías todas con él, pues aún continuaba en los aseos, acabo por proponerme…

  • “Mira… nadie lo va a saber, no te van a ver, no lo pienses tanto, vamos a uno de las cabinas… y ya está”.

Hablaba con tanta naturalidad, como si eso lo hubiera hecho más de una vez, hablaba con solidez y claridad, palabras con consistencia y que hacían dudar, convenciendo al final. Pues eso es lo que hizo, vi cómo se giraba y se dirigía a una de las cabinas, entrando dentro y esperándome a que vaya, viéndome como caminaba como un flan hacia él. Entre y este cerró la puerta tras de mí, cerro el pestillo y dijo…

  • “No vez… no ha sido tan difícil, pero ahora viene lo más sencillo”.

Momento en que me indicó que me arrodillara, hice y espere a que este se volviera a sacar su miembro del interior de su pantalón, yo no sabía cómo ponerme, me daba vergüenza tanto mirarlo como decirle algo. Pero fue más sencillo de lo que esperaba, pues este llevo su miembro hacia mi boca, colocando su glande posar sobre mis labios. Retirándolo y recordarme…

  • “Ya sabes… no es un bocadito, sino un buen chupetón, ¡venga demuéstrame que te sabes ganar los 50€… eeehhh!!”.

Dejo su polla a escasos centímetros de mi boca, siendo yo quien separo los labios y abrí la boca a medida que llegaba a su glande, introduciéndome este dentro, costando metérmelo en la boca por su grosor. Sintiendo una de sus manos posarse sobre mis cabellos, acariciándome la cabeza, sensación agradable la verdad. Pensando en esos precisos momentos que un chupetón era en verdad una buena lamida, pero ante sus palabras entendí que debía de metérmelo en la boca, cosa que hice y cuando fui a sacármela. Sentí como sus manos sujetaba mi cabeza a la altura de mi cien, apretando y sujetándose a mis cabellos, tirando hacia el al tiempo que me obligaba a introducirme al menos la mitad de su miembro. Intente apartarlo con mis manos, acabando este por soltar mi cabeza, mientras se disculpaba y me decía…

  • “Lo siento me he dejado llevar, te he visto con esa carita tan dulce y esos ojitos que me has vuelto loco, ¡quizás más al sentir tus labios cálidos y esa garganta… uuuffff!!”.

No me gusto lo que había hecho, o quizás, mejor dicho, como lo había hecho, pero sus palabras me hicieron sentir halagado. Mientras, yo me había girado y tras coger el rollo de papel higiénico, comencé a limpiarme la boca y la lengua, cuando le escuché proponerme otra vez…

  • “Te gustaría ganarte más dinero”.

Asustado le solté…

  • “¿Cómo?”.

Este me propuso ganarme 50€ más si me dejaba besar… boca, oreja, cuello y hombros al tiempo que me acariciaba, propuesta que me negué, riéndose pícaramente y volver a proponerme lo mismo, pero doblando el dinero. Diciéndome…

  • “Y por 100€, también te negaras”.

Entonces sorprendiéndome a mí mismo al escucharme decirle…

  • “Vale… acepto, pero besos en la boca no”.

Viendo como ese hombre que podría ser mi padre o incluso mi abuelo o una mezcla de ambos, ver como se abalanzaba sobre mí, posando sus labios en mi cuello, besando y lamiendo… uuummm!!. Ascendiendo hasta mi oreja a la cual comía, chupaba y absorbía mi lóbulo… ooohhh!!, descendiendo nuevamente por mi cuello hasta mis hombros… uuummm!!. Mientras sus manos acariciaba mi espalda y nalgas, sensaciones extrañas pero muy satisfactorias, sensaciones que hacía mucho tiempo que no sentía… aaahhh!!. Sentí como comenzó a desabotonar los botones de mi camisa, abriéndola y sentir sus labios cálidos sobre mis hombros, mientras una de sus manos me tenía sujeto por el cuello entretenida en acariciármelo… uuummm!!. La otra la notaba magreando mis nalgas, notándola ya dentro de mi pantalón, dejándome pues cuando fui a decir algo, mis objeciones se diluyeron al sentir su boca en mi cuello o quizás fuera en mi oreja… aaahhh!!. No dejándole de escuchar ‘gilipolleces’ como…

  • “Ooohhh!! Dios, tengo a la chica de mis sueños entre mis brazos”.

Digo ‘gilipolleces’ porque yo no me consideraba ninguna chica, pero cuando me despojo de mis prendas, digo prenda por la camisa en esos momentos. Soltó…

  • “Joder cabrón que bueno que estas, no te imaginas como me estas poniendo”.

Recordándole la propuesta que eran 100€ y lo que estaba acordado, acabando este por subir a 130€, y que en esta nueva propuesta era el poder ver y admirar mi cuerpo. Propuesta que, aunque deshonrosa o vergonzosa me pareció, debo decir que, por otro lado, me pareció muy halagadora y sexy, acabando por aceptar, aunque tal ya estaba sin la camisa, tampoco me originaria mucho más. Soltándome…

  • “Uuuffff!! que cuerpo tienes cabrona, tienes cuerpo de niña… eeehhh!!, lo sabias… no”.

  • “Uuuffff!!... que tetillas, mira como las tienes, toda empitonada… ooohhh!!, me las voy a comer toda… uuummm!!”.

Fue decirlo y lanzarse, ¡viendo y sintiendo como me chupaba los pezones… ooohhh!!, sintiendo mi cuerpo convulsionarse de placer, sensaciones que no os sabría explicar, convulsiones por cada lamida o muerdo que daba a mis pobres pezones… aaahhh!!. Eran momentos que me tenía como en una nube, dejándome hacer, no percatándome ni cuando me descalzo, ni cuando me quito el cinturón o sentí mis pantalones deslizarse por mis piernas, acabando por verme completamente desnudo en minutos.

Viendo cómo se sentaba sobre la taza del W.C., posar sus manos en mis caderas y tirar de mi hacia él, hacerme ver que me inclinara hacia delante con sus manos, sintiendo como comenzaba a besar mis nalgas… uuummm!!. Continuado por mordérmelas con suavidad mientras acariciaba mis muslos, incluso como comenzaba a coger mi miembro que para esos momentos estaban morcillón, no estando por mucho tiempo así… uuummm!!. Llevándome al cielo, cuando sentí su lengua deslizarse por entre glúteos, como separa estos y comenzaba a comerme mi orificio al tiempo que me masturbaba… ooohhh!!. Escuchar decirme…

  • “Uuuffff!!, menudo culito que tienes”.

Palmeaba con suavidad, continuando comiéndome, ayudándose poco a poco con uno de sus dedos… ooohhh!!, sintiendo como escupía o como esa lengua se me introducía muy dentro de mí… aaahhh!!. Llegando un momento que mi estado era tal que se lo hice saber, estado que advertí que si continuaba pronto me correría, cosa que este le daba igual y continuaba... ooohhh!!. Mientras sus dedos entraban y salían de mi orificio, no deje de escuchar llamarme…

  • “Joder, ¡putita que buena que estas… ooohhh!!”.

O…

  • “Uuuffff!!, como me pone este culito que tienes… aaahhh!!”.

Momento en que comencé a correrme, no pudiéndolo evitar, dejando perdido tanto la puerta del aseo… como su mano, mano cuyos dedos impregnados pude ver como este se los llevaba a la boca, chupándolos y relamiéndolos uno por uno. Acabando ante mi cara de asombro por ver, como al final se metía mi miembro morcillón en su boca… ooohhh!!, chupándomelo hasta vaciarme del todo, dejándomelo flácido y dejármelo limpio… aaahhh!!.

¡Pero ojo!!... todo esto, sin dejar este de penetrar mi orificio con sus dedos, no dejándome solo dolorido… sino extrañamente excitado, siendo más extraño que permanecía callado. Pues por muy extraño que parezca, aunque me proporcionaba dolor también os debo confesar qué me daba mucho placer… ooohhh!!. Acabando por soltarme…

  • “Bueno, ya es hora de acabar”.

Exclamación que me hizo pensar que acabaría por follarme, pero en vez de este me hizo sentar sobre la tapa de W.C., tirar de mí y hacerme tumbar, colocando mi espalda sobre esta. Sujetándome con miedo ambos tabique con mis manos, mientras este apoyaba mis piernas a sus hombros, mientras observaba como su gran pollón le colgaba goteante… uuuffff!!. Dándome por preguntarle ciertamente asustado…

  • “Me vas a follar”.

Respondiéndome este…

  • “Qué va chiquillo… que más me gustaría, pero ya no me queda dinero para ofrecerte para más servicios”.

Dice y continua…

  • “Lo que vamos a hacer ahora, es por parte tuya como recompensa a mi esfuerzo, y claro esta… mi cartera”.

Observando atentamente como coloca su miembro entre mis muslos por encima de mi flácido miembro, pollón que era al menos dos o tres veces mayor que el mío. Este tras colocarlo, me hizo cerrar mis piernas, comenzando a mover sus caderas de delante hacia atrás, emulando la penetración. Observando bien a este cincuentón, corpulento y barrigón, cuyos cabellos oscuros aun abundan en su cabeza. Dije barrigón en el momento que se desabotono la camisa llevado por el calor, cuyo cuerpo estaba repleto de pelo, siendo todo un osito, hombre al cual le veía sudar como un poseso. Acabando por hacerme saber que se corría, no llegándome ni a esperar ese final, pues comenzó a soltar ocho o diez chorros de esperma, secreción viscosa y cálida que me llego hasta mi mismo rostro. Me quede anonadado, como este me había bañado literalmente en semen, recogiendo restos con su dedo y hacérmelo tragar, mientras me soltaba…

  • “Joder que maricón estas echo, pero eso sí… eres mi mariconcillo, ¡mi putita que sea librado que te preñe… uuuffff!!”.

Hay puedo aseguraros que acabamos, ayudándome a ponerme derecho, continuando por limpiarme y recoger cualquier resto o pruebas de lo ocurrido, marchándome en dirección al cine, dándome cuenta que solo habíamos estado algo más de media hora. Fue divisar mis amigos de lejos, mientras aun saboreaba restos de leche de este en mi boca, pero eso sí, debo decir que tenía un mal sabor de boca, pues hubiera deseado y más por mi estado, que este me hubiera follado. Antes de entrar a la sala, nos disponíamos a comprar chuchería, dándome cuenta del dinero que tenía, pues, aunque en un bolsillo tenía diez euros dados por mi padre, debo decir que, en el otro bolsillo tenía 200€… ‘ganados con el sudor de mi frente’.

Pero como toda experiencia llega a su fin, aquella acabo o al menos piensas cuando sales de aquellos baños, quedándose en eso una anécdota más, pero cuando vinieron los padres de unos amigos a recogerlos, me lleve la gran sorpresa que el padre de uno de ellos, era aquel que se aprovechó de mí en los aseos. Padre el cual le dijo a su hijo…

  • “Estos son tus amigos hijo, porque no me lo presentas”.

Y cuando me tocó a mí estrecharle la mano como gesto cordial, este me soltó eso…

  • “Que mano más cálida que tienes”.

Si ante me quede cortado al verlo aparecer, aumentando este mi sorpresa al saber que era el padre de uno de mis amigos, aún más me dejo, cuando en un momento de muestra de cordialidad en plena despedida. Este se me acerco y al oído, me soltó…

  • “Bueno, pues ya que sabemos quiénes somos, vas a ganarte tu dinerito poco a poco… verdad mariconcito”.

Es ahí cuando te quedas helado de verdad, no sabiendo bien cómo actuar, y menos como salir de esa situación. Bueno, os dejo, espero que os haya gustado, ya me decís que os aparecido. Estaré esperando vuestra respuesta, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).