El diario sexual de una señora

Es la segunda entrega de la vida sexual de una señora, vida muy ajetreada, y muy interesante también...

-Bueno este es la segunda parte de la vida sexual de esta señora, esta muy bien espero les guste tanto como a mí.


LA SEGUNDA PARTE.

EL PRIMER DÍA

-Aquella noche creí que no iba a dormir, me acababa de convertir en una puta, pero no fue así, dormí muy bien, y casi deseaba que llegara las 5 de la tarde para irme para el lugar que me dijo Anselmo, y eso hice, me dirigí al lugar, no hacía frío, eran mediados de octubre y aun no había llegado el invierno, pero eso si, oscurecía cada vez antes. Llegue sobre las 5’30 horas de la tarde y entre en un baño que hay en la casa que daba al patio, me aseé un poco, me puse una peluca morena rizada, para disimular un poco mi rostro y me entre para el patio, atravesé la puerta, y allí estaba Anselmo esperándome, no dude un momento, me tire a sus brazos y comencé a besarle, ya estaba cachonda en ese momento, y volvimos a echar un polvazo de aupa, me quite la ropa en un momento y se la quite a él, se dejo hacer, me dijo que muy bien, la verdad era que tenía bastante experiencia en eso, antes de darnos cuenta estábamos desnudos pero Anselmo esta vez si tenía la polla algo mas preparada, sin dudarlo me agarré a ella y la comencé a chupar, tranquilamente a la vez que le acariciaba sus dos estupendos cojones, a los que, pasado un ratito de mamada, me dirigí a comérselos también, no sé cuanto tiempo paso, pero me dijo.-

-Túmbate en la cama, y ábrete de piernas.

-Obedecí al instante, le ofrecí todo mi peludo chocho, el se tumbo junto a mí y me estuvo tocando un poco, las nalgas, el vello púbico, el vientre y llegó a las tetas, las que masajeo con gran maestría, las tenía algo más pequeñas que hoy día, pero estaban mas duras y los pezones no los tengo grandes pero si negritos y apetecibles, y se acercó y me los estuvo chupando un poco, seguidamente se situó sobre mí puso sus brazos a ambos lados de mi cuerpo, yo me encontraba totalmente abierta, y me la endiñó toda al principio con gran suavidad después mas fuerte, con Anselmo nunca utilice condón, a mi ya me estaban dando sudores de puro placer y no tarde en correrme por primera vez, cosa que pareció no importarle mucho y siguió entrando y saliendo de mí, muy rápido, aunque sin prisas, sabia lo que hacía, yo me volví a correr nuevamente, como me gustaba aquel pedazo de hombre negro, que la casualidad puso en mi camino. Al cabo de un rato cuando yo ya estaba medio desesperada de tanto placer, salió del coño me puso a cuatro patas, estilo perro me comentó él, y me la volvió a meter por detrás, me agarró con sus manazas por la cintura y me estuvo bombeando, lo que para mí fue una eternidad, ya solo tenía un único orgasmo, casi estaba a punto de decirle que lo dejara, cuando empecé a notar que iba mas rápido, pues me daba unas embestidas de miedo, y no le dije nada, de todas formas casi no podía ni hablar, cuando note el tremendo chorro de leche dentro de mi chocho, y la verdad es que estaba casi desesperada y deseando que terminara.

-Me indicó que fuese al baño a asearme, me fui y así lo hice, el también se aseo poniéndose sobre el lavabo, pudiendo ver nuevamente el enorme pollón que tenía el tío, y me dijo que no me vistiera y me dejo una bata de baño.

-Para que así no pierdas tiempo en cambiarte.

-Después me preguntó si estaba segura de lo que iba a hacer le dije que si que siempre estaría a tiempo de echarme para atrás.

-Muy bien, toma.

-Y me dio una caja de condones de una marca francesa, aquí en España la verdad es que entonces era difícil conseguirlos, y me dijo si sabia ponerlos, le dije que si, era una experta de años haciéndolo, y me dijo nuevamente si quería hacerlo, le volví a afirmar observando mientras se vestía, después se fue a la entrada de la cochera y le seguí y pude ver a dos hombres, también negros, que estaban esperando.

-Ves tus dos primeros clientes, espero que los trates bien, mientras se reía, yo estaré aquí fuera, si tuvieras algún problema con ellos o con otros que vengan, solo llámame.

-Y esta vez si que me puse algo nerviosa, pues una cosa era follar con alguien que quieres hacerlo y otra hacerlo con alguien que te pagua para ello, pero en fin ya estaba todo hecho y solo cabía esperar y ver que ocurría.

-El primero en entrar era un hombre mayor, de unos 55 años, más bajo y menos corpulento que Anselmo, me dijo –hola- y comenzó a quitarse la ropa, yo estaba algo nerviosa, como por otro lado de lo mas natural, pero creo que disimule muy bien. El hombre se reía mucho, mientras se quitaba la ropa, se quedo desnudo y vi que tenía la polla morcillona e intentaba mirarme por entre la bata, al comprobarlo deje que se me viera una pierna, pero nada de vello púbico o pechos aunque si un buen escote, ya que yo me senté en la cama mientras esperaba, la verdad es que me dio algo de repelus, en otras circunstancias nunca me habría acostado con ese hombre, ni con prácticamente ninguno de los que me pagaron por ello, pero como dije, la suerte estaba echada.

-Quítate bata.

-Me dijo con un acento raro y muy sonriente, me puse en pie y la deje caer mientras le miraba a la cara, él no me quitaba la vista de encima, me miraba de forma obscena, cosa a la que me tuve que acostumbrar, que remedio, cuando me di cuenta y deje de mirarle a los ojos, por curiosidad de ver que cara ponía, vi que estaba empalmado como un burro, y al pobre le fui a coger la polla tiesa y negra, un color mas suave que la de Anselmo, y me dijo que no.

-Túmbate y abre

-Fue todo cuento dijo, y me resulto curioso, ya que siempre en mis relaciones antes había un poco de "calentamiento", aunque viendo su empalmada vi que no seria necesario, solo le coloque el condón, la única vez que me dejo tocarle, y me tumbe de espaldas con las piernas abiertas y el pobre se reía mas todavía, pensé si seria la primera mujer blanca que veía desnuda, después con el tiempo me dijo que no era así, pero sabia que era el primer cliente mío y eso le gustaba. Me puso las manos a ambos lados del cuerpo, como Anselmo, y me penetró sin mas, era mucho menos dotado que el otro y tampoco embestía con su fuerza, pero se portó muy bien aguanto lo suyo, llegue a correrme una vez y todo, también tenía el chochete bien preparado después del polvo con Anselmo, y el pobre hombre se lo paso estupendamente, y me fije que iba inmaculadamente limpio, y con ropas limpias también y desde luego quedó bien satisfecho. Mas adelante me dijo que era tío de Anselmo que efectivamente tenía 55 años y se llamaba Michael, estaba casado en su país con cuatro hijos y que se había tenido que exiliar por motivos políticos, la verdad le coji cariño a ese hombre durante todo ese tiempo, pero la vida tenía que seguir......

-Se vistió rápido y se fue tan sonriente como entró, quizá mas aún, yo me fui a lavarme el chochete y me puse nuevamente la bata, cuando salí ya estaba allí el otro, este era de la edad de Anselmo, poco más o menos, más bajo y menos corpulento, se quedó petrificado cuando me vio salir pues la bata la llevaba puesta pero abierta y me clavo los ojos en la mi peluda entrepierna, pero rápidamente me tape y comenzó a desnudarse, iba también muy limpio y recién afeitado, cuando se quito la ropa, ya estaba sentada en la cama otra vez y volví a dejar mi pierna que la viera el joven y un poco de escote, eso me empezaba a gustar, una vez desnudo este, ya iba como un burro de empalmado, la visión fugaz de mi coño, y dejarle ver mi escote así como su propia imaginación hicieron el resto, este si me dejo tocarle, tenía la polla bastante más pequeña que Anselmo, después de tocarle me dijo, -chupa- y chupe, vaya si lo hice, hasta notar que casi se iba a correr, por lo que decidí ponerle el condón y echarme para atrás, y se montó sobre mí, este si se acercó mas que el otro, pude comprobar que, efectivamente, olía a limpio, aunque con ese olor característico que tenemos las razas, al que no tendría mas remedio que acostumbrarme, y lo hice y me llego a gustar, tanto que cuando después me he cruzado con alguno por la calle o alguna tienda y me ha venido algo de su olor, se me mojaban las bragas......pero en fin, volvamos a lo que íbamos........Este si se dejo caer sobre mí, y estuvo "culeando" un buen rato, llegue a correrme de nuevo, pero rápidamente comenzó a moverse muy rápido, puso su cara junto a la mía, hasta que se corrió, y como creo ya he comentado me encanta sentir el peso del tío que me folla sobre mí cuando esta a punto de correrse y lo hace, me enloquece, antes y ahora, creo es la máxima plenitud de un hombre sobre una mujer, y me gusto nuevamente, y esos dos años me lo hicieron tantísimas veces......pero en fin, terminó y se levantó, le dije que se aseara y fue al baño e hizo lo mismo que Anselmo, se aseo en el lavabo, yo lo hice en el pequeño bidet al efecto que había allí, cuando terminé, él estaba casi vestido, y se fue rápidamente. También me entere otro día que este era primo de Anselmo y también sobrino del mayor y que se llamaba Anthoni, y este había venido por motivos económicos.

-Mire el reloj y eran las 6’30 horas de la tarde y ya llevaba tres polvos, bueno polvo polvo uno, lo demás fue follar sin más.

-De momento no iba mal del todo, para ser una novata, aunque me di cuenta que les gustaba mucho mirar, la verdad, con los tíos que follaba habitualmente, estábamos habituados a vernos desnudos e íbamos más a lo que es el sexo en sí, pero aquellos hombres buscaban algo mas que desahogo, el estar con una mujer blanca ya que la mayoría si no era así no tenían otra forma de verla.

-Me asomé afuera donde estaba Anselmo, pues no entró nadie, y en ese momento ya había otro, me miro y me dijo.-

-Ahí va otro más, házselo bien.

-No te preocupes, como si fueras tú.

-Me extraño, un poco que me dijera aquello delante del hombre, pronto me di cuenta de porque, no sabía nada de español, pero fue igual se quito la ropa le toque un poco y zas una empalmada de cuidado a este si me dejo chupársela un poco, la tenía casi igual de larga que Anselmo, pero más delgada, al momento me hizo señales que me preparara, se me subió encima, con el condón por supuesto e hizo lo mismo que el anterior pero fue tan rápido que apenas note nada, se aseo, se vistió y se marchó. Cuando yo termine de asearme, me dijo Anselmo al momento.

-Ya has terminado por hoy.

-Pero si acabo de empezar, le conteste.

-Si pero es tu primer día y de momento ya esta bien, has estado con 4 hombres, aun quieres más.

-Y en ese momento entró otro hombre, negro por supuesto, hablaron en una lengua desconocida para mí, pero al momento me dijo que me fuera con él, y obedecí al instante, este era más pequeño en todo y también termine pronto con el chico, cuando se fue, entró Anselmo y me dio 8000 pesetas, ahora si que me quede con la boca abierta, hablamos del año 81, y me las había ganado con solo abrirme un poco de piernas, "que maravilla", pensé, la carrera no se si la terminare pero seguro me hago millonaria, le di un besote a Anselmo, si bien esta vez no me dejo seguir, nunca lo hizo después de haber estado con otros, pero me dio igual, me cambie rápidamente, y me marché, por supuesto no pensé en la insensatez que cometí, ni en la suerte que tuve de encontrar a Anselmo y no a otro, pero de eso hubieron de pasar años hasta que me di cuenta, de todas formas seguí sin avergonzarme por lo que hice.

-Y era noche cerrada, si bien no hacía frío, ya empezada a refrescar, eran las 7’30 de la tarde y en ese poco rato me llevaba dinero para aguantar más de una semana, " tengo un chocho que es una mina", me volví a decir alegremente, y me fui a casa más contenta que unas pascuas. Para el día siguiente Anselmo me esperaba otra vez a la misma hora, y no falte, por supuesto.

-Cuando llegue a casa, estaba eufórica, que estupendo es ser puta, me dije, equivocadamente claro, y comencé a acordarme de mi familia, y se me quitaron las alegrías, pero intente que se me fuera de la cabeza y creo que lo conseguí, ya que me cambie, para ser Mara nuevamente, la de siempre, y me fui con las otras dos, que si bien no podía vivir con ellas, seguían siendo amigas, y nos marchemos a pasarlo bien, eso si nada absolutamente de sexo, estaba más que satisfecha, cenamos, bailamos y nos fuimos a acostarnos, no sospecharon nada, por supuesto. Por la mañana, después de arreglar un poco el pisito, me puse a estudiar, como dije una cosa no tenía nada que ver con la otra, comí sola y me prepare para volver a ir con Anselmo, esta vez fui un poco antes, pero ya fue como una rutina, eso si, fueron 7 hombres los que pasaron ese día por encima de mí, y Anselmo antes de todos.

-Así fuero pasando las semanas, con el tiempo fui haciendo experiencia, y mucha, pues al poco tiempo eran entre 8 y 10 hombres diarios, los viernes, sábados y domingos eso si todos negros, que yo no sabía de donde salían tantos, pues casi no veía ninguno por ahí, y algunos se hicieron clientes fijos que venían cuando podían o tenían dinero, al fin y al cabo se trataba de eso. Como me di cuenta que lo que más les gustaba era mirarme, como digo al principio me incomodo pero después le fui agarrando gusto y empezó a gustarme eso de que me observaran, y me compré un batín casi transparente con el que si bien no se me veía toda desnuda, si se me notaba todo el potorro negro y los pezones de las tetas, además era bastante corto, por lo que cuando llegaban los clientes ya se ponían cachondos al verme y me los "hacía" antes así podía tirarme a mayor cantidad.

-A los tres meses aproximadamente, cerca de las Navidades me ocurrió mi mejor anécdota como prostituta, vino el primer cliente no negro, era un indio andino, del Perú creo, tenía una larga melena y era muy bajito, 1’55 cm como mucho y debía rondar los 20 años, la verdad el concepto de belleza en su lugar de origen era muy diferente al nuestro, eso lo puedo asegurar, ya que nunca me hubiera acostado con el chico en otras circunstancias, pero había pagado, en fin, se desnudó, también iba muy limpio y aseado, su pollita, pues no era muy grande, no mediría más de 12 ó 13 cms, perola tenía bastante gruesa para su tamaño y por supuesto cuando termino de quitarse la ropa iba todo empalmado, yo llevaba mi batín con el que se me notaba casi todo, y si, yo era la primera mujer blanca con la que iba a tener sexo, como siempre yo estaba sentada en la cama y me dispuse a chupársela un poquito, aunque como temía, se lo hizo de momento, me acababa de meter la polla en la boca cuando me echo toda la corrida en la boca primero y en la cara después, y no me disgusto, todo lo contrario, me puse a reír y le dije que había aguantado muy poco, el joven se ruborizó y me pedía perdón muy amablemente, pero yo disfrute lo mío, hacía tiempo que no se me corría nadie en la boca, también pude comprobar que su semen era exactamente igual de blanco y pastoso con el mismo sabor agridulce que el de blancos y negros, y nos la damos de diferentes. Al momento le dije ve y aséate al bidet, yo esa vez fui al lavabo para lavarme la cara y enjuagarme la boca de su corrida, y claro yo estaba echada hacía delante aseándome, mostrando todo mi culo a un posible espectador que estuviera detrás, cuando me sobresalté al notar algo que me tocaba por ahí, por el culo, mire desde mi posición y vi al chico que empezaba a besármelo todo, abriéndome un poco las nalgas con las manos, pude comprobar que sabía lo que hacía, desde mi posición inclinada vi que estaba nuevamente con una empalmada de cuidado, y me puse cachondísima, ya que nunca un cliente me había comido el chochete, me dio risa, no pude evitarlo, y le pregunte que que era lo que estaba haciendo me dijo.

-Esta usted muy buena señorita.

-Le deje hacer un poco, y la verdad me bajaba el flujo por las piernas abajo, cuando me di cuenta que nos lo podíamos montar mejor, le dije que se apartara un poco me di la vuelta, dejándole todo el coñazo frente a su cara, creí que se le torcían los ojos, y puse mi pierna derecha sobre el bidet y le dije.

-Todo para ti.

-El joven me abrió con los dedos corazón e índice de las dos manos, los labios mayores del coño, dejando todo mi clítoris libre, y comenzó hacerme una de las mejores comidas de coño que recuerdo, en poco tiempo me empezaron a dar espasmos de placer y no tardo en llegar la primera corrida, y después de esa primera corrida vinieron varias más, fue increíble, cuando ya casi no me tenía ni en pie le dije que me acompañara a la cama, le agarré la mano y lo lleve, me termine de quitar el batín y me tumbe y le dije.

-Ahora follame.

-Y le mostré abierto todo mi chocho, muy mojado por la comidita que me había echo, el chico se abalanzó sobre mí y me la clavó al tirón, yo no había dejado de reírme en ningún momento, cuando empezó a bombear, creía que no iba a correrme más pero aun lo conseguí un par de veces, antes de que el se corriera enterito dentro de mí, esta vez y como única excepción en todo ese tiempo me folló sin condón, su peso era poquito, comparado con el de los corpulentos hombres negros que lo hacían habitualmente, así que tampoco noté mucho esto a la hora de su corrida, cuando termine le pregunte que donde había aprendido a comer coños de esa forma, me contesto que en su país con otras prostitutas, hablaba despacio y muy gracioso y educado, por fin le dije que ni se le ocurriera comentarlo con nadie ya que si Anselmo se enteraba, los dos podríamos tener problemas asintió y ni que decir tiene que se convirtió en cliente habitual, no le volvió a ocurrir lo mismo pero me comió el chocho tantas veces como vino a follar conmigo, eso si, ya con condón.


Si les ha gustado pronto tendrán la tercera entrega.

Saludos cordiales.