El diario de una mujer (4)

Continuación de la narración de la vida sexual de una mujer de hoy día.

-No estuve con nadie mas en esas Navidades, solo con Ricardo tres o cuatro veces, pero en los últimos días casi tenía ganas de volver, esta vez era a Anselmo al que echaba de menos, y al dinerito que ganaba pues tire un poco la casa por la ventana en ropas y regalos y si bien me quedaba bastante, me había acostumbrado a que entrara y no saliera, aunque pronto encontré la solución en forma del tío mas guapo que había visto en mi vida y que a la postre seria el hombre de mi vida.

-Mi continuación como puta después de las Navidades, fue de lo más rutinario, pero he de reconocer que tenía ganas de volver a tirarme a Anselmo, pero esta vez fue más pausado, como con mis amantes blancos. Llegue pronto sobre las 3 de la tarde, y le encontré en la sala de estar de la casa por la que accedía a la cochera, nos saludamos y felicitamos las Fiestas y me dijo que tenía ganas de estar conmigo.

-Bien pues aquí me tienes.

-Y nos fuimos a la habitación donde follábamos siempre, nos quitamos la ropa, él tenía varias estufas enchufadas para que estuviera caliente, y comenzamos a meternos mano, el fue directo a mi hermoso coño y yo por supuesto a su enorme polla, que por cierto la llevaba fláccida, cosa rara porque normalmente siempre estaba empalmado, claro llegaba a la desesperada........... conforme nos fuimos calentando empezaron los besos y a sobarnos bien el cuerpo, la verdad es que Anselmo era todo un atleta, y cuando estaba con el chochete todo mojado, quise que se le pusiera dura en mi boca y sin pensármelo me amorré al "pilón", como suele decirse, pudiendo comprobar que estaba recién duchado y comencé a comerle la polla, esta vez si con bastantes ganas, y fui notando como se iba poniendo dura en mi boca, y eso me hizo ponerme mas cachonda de lo que ya estaba, cuando me entraron unas ganas tremendas me meterme aquel pedazo de carne negra dentro, por lo que cuando ya estaba bien dura me coloque sobre él, a horcajadas, que estaba sentado en la cama y me introduje todo aquel pollón dentro de mí. Anselmo parecía que estaba esperando porque se me tiro como loco a comerme mis pezoncitos, y se estaba poniendo morado, cuando me vino la primera corrida.

-Ahhhhhhhhh

-Grite sin miedo, mientras Anselmo me sobaba y absorbía mis pechos como un loco, seguí cabalgando sobre él, esta vez me ayudaba con sus enormes manos sobre mi culo a la par que me seguía lamiendo los pezones con pasión, cuando nuevamente........

-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh

-Una nueva corrida, esta vez casi mas fuerte que la anterior, cuando me rehice le empuje para atrás y me tendí sobre él, con todo el coño perforado por su verga, mientras le morreaba con ganas, en modo de agradecimiento por mis dos corridas. Al poco Anselmo me empujo a un lado con su terrible fuerza y me hizo abrirme bien de piernas, cuando comenzó a penetrarme con unas sacudidas tremendas y me besaba a su vez, Dios mío como deseaba aquel pedazo de tío, me volví a correr por lo menos dos ó tres veces más, aunque creo que la última no se acabo, porque de verdad que me estaba matando de placer hasta que por fin Anselmo dijo.

-Maraaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa me corrrrrrro.

-Fue apoteósico, sentí el chorro dentro de mí, como pocas veces lo había sentido, Anselmo jadeaba aún yo le dije que no se levantara, y no lo hizo, agarro una manta y la echo por encima de los dos, en esa posición notaba como se le iba aflojando la polla, y notaba como me salía la leche del coño, junto con ese gustito que no se va en un ratito después de echar un buen polvo, y nos quedamos hablando de cosas banales, cuando me disponía a comenzar otra vez me dijo.

-Resérvate que hoy vas a tener bastante faena.

-Me dio un besito y se levantó, yo me quede acostada, eran solo las tres y media y creo que hasta dormí un poco y todo, entre las mantas, las estufas y el cansancio del polvazo recién echado, después me dispuse a prepararme y Anselmo tenía bastante razón, tuve mucha faena y de la buena, fueron todos clientes habituales, lo pase bien, habían pasado casi 20 días de mi última sesión y si bien no voy a decir que los deseaba, tampoco los echaba de menos, ese dinerito si me gusto, me lleve unas buenas pesetillas para casa.

-El tiempo siguió transcurriendo como siempre, durante la semana universidad y codos en casa, y de viernes a domingo, a follar por dinero, aunque como el horario solía ser de 5 a 9 de la tarde, por las noches me iba con otras compañeras de fiesta a disfrutar de la vida nocturna madrileña, en plena época de la Movida, la verdad es que lo pasábamos en grande y no nos perdíamos ni una, aunque muchas veces estaba bastante cansada después de que pasaran hasta 12 hombres por encima de mí, pero como estaba bastante en forma y la faena era poca, solo abrirme y punto las mas de las veces. Iba una vez al mes a casa, normalmente la semana del periodo, y así paso el tiempo. Me ocurrieron varias anécdotas mas en mi vida "oculta", alguna desagradable, como la de un tipo, era blanco por cierto y pelirrojo, con barbas largas y descuidadas, pero venía limpio, por lo menos por fuera, yo iba con mi batín transparente, se quedó asombrado, -guau-, dijo, -tenían razón-, volvió a decir, y se empezó a quitar la ropa, a mí a su vez me extraño un poco, era el primer pelirrojo con el iba a estar, si bien no le presté demasiada atención mientras se desnudaba, me había quitado el batín y estaba toda desnuda sentada en la cama, pues siendo español, se la tendría que chupar un poco, cuando se puso a solo un palmo de mi cara.

-Dios mío.

-Dije yo.

-Te gusta eh.

-Me dijo él.

-Era la persona mas sucia que había visto en mi vida, todo le olía fatal, y tenía el pelo del púbis totalmente apelmazado, me levante y llame a Anselmo, entró corriendo por supuesto, le dije que le mirara cuando lo vio le agarró por el brazo, no podía por otro sitio claro, y lo sacó para afuera junto con su ropa, el hombre se vistió en el pequeño rellano de afuera, Anselmo de decía.

-A mí no me engañes mas porque lo vas a pagar caro, que te creías que por haberte lavado la cabeza ibas a colar, pues no, que no te vea más por aquí.

-Después escuché un par de ZAS, posiblemente le daría dos pescozones, a modo de advertencia, tras esto entró a preguntarme como estaba, le dije que bien, que no me había tocado y me comentó que no volvería a pasar, aunque tuviera que bajar los pantalones a alguien del que sospechara, ese día no folle mas ya habían pasado 6 y el propio Anselmo por encima de mí y como no había nadie esperando cerró la puerta de afuera y ya esta, me volvió a consolar y me dijo que tranquila que nunca había ocurrido nada y conmigo no iba a ser la primera y tubo razón pero solo en la cochera, fuera si ocurrió algo mas.

-El susto me lo lleve cuando un par de semanas después, bajaba por la calle donde vivía Anselmo y poco antes de llegar a su casa, por la que accedía a la cochera donde ejercía, vi a este hombre sentado enfrente, no estaba haciendo nada, y posiblemente no me reconocería si me viera, pero me asusté, me di media vuelta y busque un bar, llame a Anselmo y se lo dije, -no te preocupes-, ahora lo arreglo, 10 minutos después, desde el bar, pude ver como subían dos hombres de color, a los que no conocía, casi tan corpulentos como Anselmo, el individuo este cuando los vio, se levantó de un salto y salió como alma en pena, no creí que pudiera correr tanto, por su puesto no me vio, aunque hubiera tropezado conmigo, también dudo que le agarraran, cosa que me confirmo Anselmo por la noche, eso si aún iba mas sucio que semanas antes cuando lo echo de la cochera, cuando pasaron salí del bar y me fui para la casa de Anselmo, me estaba esperando, y me invito a que subiera arriba.

-Nunca antes lo había echo, entonces conocí a la que sería mi mejor amiga en Madrid, María, la madre de Anselmo, me hizo una tila, aunque yo no me asuste como para eso, y nos pusimos a charlar, congeniamos de maravilla y al momento, era morena, muy guapa y algo gordita, aunque si no tenía los 50 años le faltaba poco, era portuguesa, se le notaba el acento aunque poquito y en esos momentos llevaba una pierna vendada, tenía un esguince en un tobillo, pero en fin.......me tome la tila, que me cayo estupendamente y quedemos para el siguiente día, que era domingo, y me fui a prepararme para mi "faena", ese día no hice nada con Anselmo, pero me pregunto si estaba en condiciones de hacerlo, ante mi afirmación me dijo que solo entrarían clientes fijos, y tanto, estuve con 8 nada menos pero eso si después me fui de marcha con las que debían de ser mis compañeras de piso y que se quedaron solas cuando me fui.

-Había quedado con ellas sobre las 10’00 de la noche por lo que, después de despedirme de Anselmo, comí un bocadillo en el bar donde le había llamado por la tarde y me fui por la cercana boca de metro a la Plaza Mayor , donde habíamos quedado, si bien también hubo sorpresa esa noche y gorda. Estuvimos en un concierto multitudinario en el que actuaban grupos que mas adelante se hicieron famosos y después nos fuimos para casa, pero en el trayecto del lugar del concierto hasta una parada de taxis íbamos mirando por si encontrábamos alguno libre, yo vi que venía uno y me retire un poco a ver si podía pararlo, no lo conseguí pero cuando me di la vuelta ellas no estaban,- uy, pero donde se han metido.- me pregunte y me puse a buscarlas y cual no fue mi sorpresa cuando las vi besándose apasionadamente en una bocacalle cercana, me quede de piedra, pero me acerqué y les pregunte.

-¿Qué estáis haciendo?

-Uy, no lo ves.

-Me dijo una y se volvió medio enfadada, mas consigo misma que conmigo, la otra me dijo que ya tenían la relación antes de ir a Madrid, y que provocaron el que me marchara para poder estar las dos solas.

-Mas tarde en mi piso, pues me acompañaron, me dijeron que no estaban enamoradas solo que en el sexo lésbico, encontraban sensaciones que no les daban los hombres, la verdad que en lo poco que estuve con ellas siempre se iban juntas y se ligaban a los tíos juntas, les daba igual tríos que por parejas o como fuese, pero siempre juntas, ahora me lo explicaba, les dije que seguiríamos como estábamos, que seguíamos siendo amigas y ya esta que lo entendía perfectamente y no pasaba nada.

La verdad es que me vino de perlas ya que si alguna vez se enteraban de mi relación con la prostitución, algo que ni ellas ni nadie se entero jamás, tendría algo para acallarlas y así quedamos, yo por supuesto no dije nada, ni antes ni después, y ellas hoy están casadas y con hijos pero se que se siguen viendo, es cosa de ellas.

-Con la madre de Anselmo, que había quedado el día de antes, estuve tomando un café, al día siguiente, no sin antes llevarme una sorpresa, llegue a la casa y me fui para arriba, me encontré la puerta abierta, escuchaba algún jadeo y la llamé.

-María.

-Uf, pasa y espera un momento, ve haciendo el café si quieres, ahhhhh.

Era ella la que jadeaba, me parece esta echando un polvo, me dije, y efectivamente era así, la casa era grande así que fui a buscar la cocina pero seguí escuchando los jadeos, y no pude resistir la tentación, me asomé, estaba follando como una loca con un hombre negro, estaba toda abierta y él entrando y saliendo frenéticamente sobre ella, y me acordé de cuando observaba a Ricardo follar con Doña Lola en el Instituto, uf hacía siglos de eso, y me quede apoyada sobre el hombro en la puerta como lo hacían, en uno de los abrazos me vio, y me dijo, venga que termino enseguida, no se extrañó el verme allí y siguió con su polvo como si nada, yo no me alteré y me fui hacer el café como me había dicho, cuando lo deje en el fuego volví ha acercarme ahora no escuchaba jadeos por lo menos de ella, y ahí me vino la sorpresa, el hombre negro se encontraba de pie y me quede estupefacta cuando vi quien era, el tío de Anselmo, Michael, ella le estaba succionando el nabo como una loca, y él jadeaba aunque mas comedidamente que ella.

-¿La reconoces?.

Me dijo, señalándome la polla de Michael.

-Pues claro, me estas poniendo los cuernos, Michael.

Le dije entre risas, y con los brazos en cruz, haciendo de mujer celosa, María también se reía, mientras pajeaba suavemente la polla de Michael, él no dijo nada solo sonreía de la forma mas feliz que he visto hacerlo a un hombre mientras o después de echar un polvo, ella se enganchó nuevamente a la polla, y un minuto después él se corrió jadeando como lo hacía cuando me follaba a mí, María se encargó de lavársela toda con la boca, la dejo tan reluciente, que Michael ni se aseó, y comenzó a vestirse, ella se puso de pie, iba con un dedo, recogiéndose un poquito de semen que le había quedado fuera y chupándoselo.

-Me encanta tragármelo todo.

Me dijo, mientras iba para el baño, me sorprendió, tenía el chocho mas espeso que yo incluso y con los pelos bien largos, nunca iba a depilarse ni las ingles, y los pechos bien duros todavía con los pezones negros y grandes, cuando escuche el ruido de la cafetera, después de apagar el fuego, me fui para la habitación, Michael ya se iba, tan felizmente sonriente como siempre, ella estaba aseándose en el baño, la vi inclinada con las piernas abiertas sobre el lavabo, se estaba lavando la boca y la cara, le salían los pelos del coño por detrás, y si bien nunca me gustaron las mujeres para el sexo, después de haber visto a mis amigas besándose, si que me dio un leve picorcito en mi entrepierna, y me entraron ganas de ir a probar lo que parece un rico manjar para muchos hombres y lesbianas, en especial para mi amigo el indio de los Andes, si bien años mas tarde si que con algunas amigas nos probamos mutuamente, solo había una bísex entre ellas y nos enseñó como hacerlo, aunque la verdad nunca me gusto mucho, me gustan demasiado los hombres como para dedicarme a comer coños, aunque la experiencia no estuvo mal y de vez en cuando nos lo hacemos, estando solas claro, cuando ella termino se alzó, y me pregunto si ya estaba, conteste que si aunque le dije.

-Estas muy bien María, te cuidas mucho.

-Bueno salgo andar bastante, ahora no por el esguince, y follo también mucho, además me cuido al comer, ya veras como estos kilitos de mas desaparecen a la semana de curarme.

Me dijo pellizcándose en la mano un michelín, con su leve acento portugués.

Mientras preparaba la mesa ella se vistió, toda elegante y de negro, estaba realmente atractiva.

-Vaya cambiazo, ¿quien diría que acabas de echar un polvo?.

-Dos, uno me lo ha metido que casi me sale la leche por la boca, el segundo he decidido tragármelo.

-Entonces el café lo querrás solo ¿verdad?.

Y nos empezamos a reír y así estuvimos un ratito, y así empezó a contarme parte de su vida, me dijo que Michael es cuñado suyo, era hermano de su esposo si bien como fue puta en África, folla con él desde que tenía 18 años, y con el que sería su marido, si bien mientras estuvo con él no lo hizo, ambos luchaban en unas de la muchas guerras civiles que había en África en esa época, al igual que hoy, eran mercenarios, ella era hija de un militar portugués, había nacido en Namibia, pero su padre falleció siendo ella adolescente y a su madre la mataron unos insurrectos nativos, y a ella para vivir le toco prostituirse, después paso a otros lugares, también en guerra y también para follar por dinero, pagaban bien a una mujer blanca, joven y viciosa, hasta que conoció a su marido, un oficial mercenario que se la quedo para él solito, hasta que le mataron, después su cuñado y otros tuvieron que huir, ella también

Y vino a recalar en el Sahara español, en la Legión, allí tuvo que seguir prostituyéndose, hasta que pudo ahorrar un dinero, que fue bastante y venirse a Madrid, de su matrimonio tuvo a Anselmo, y se crió con ella, viéndola siempre hacer su trabajo, inculcándole que no hacía nada malo, que ganarse así la vida no era malo y cuando fue mayor unas amigas suyas, también putas le enseñaron a follar, y como era muy guapo y bien dotado, lo disfrutaban todo lo que podía, el muchacho en el instituto, empezó hacer sus pinitos, con chicas normales, hasta que un día trajo su propio dinero a casa, había prostituido a una de sus novias.....y así comenzó su historia, hasta ese día.

Yo casi no me creía.

-¿Prostituyo a su novia?.

-Le pregunte, si que lo hizo, y aun lo hace. Viene un par de días a la semana, por la mañana, hay clientes para todas las horas.

Y así me estuvo contando cosas, como que solía follarse a todas sus chicas antes de empezar el trabajo, como hace conmigo, aunque dice que.

-"yo soy especial para él"

-Y me lo dejo así a medias, si bien tarde algo en darme cuente de lo que pasaba.

-Y seguí así con ella, me acostumbre a ir a tomar café con ella antes del trabajo, el polvazo con Anselmo y a la faena.

Así paso el tiempo, hasta la semana santa de ese año, María me enseñó como trabajaba su hijo, ha escondidas de él, claro.

Pero eso ya se contara en otra ocasión.

Chao, espero que lo halláis disfrutado como yo cuando lo ley.