El Diario de Paula Día 1 (parte 2)

El diario de Paula nos ayuda a descubrir como se convirtió en la propiedad esclava del hombre que la domina.

  • Continúa dijo el hombre-. Ella volvió a la lectura pero le resultaba casi imposible concentrarse. El dolor le llegaba en oleadas desde los pezones castigados por los fuertes dedos del hombre y el placer la invadía cada vez que sentía los labios de su propietario apoyados sobre su espalda. Todo era ardor, todo era dolor. Todo era calor, todo era placer.

Lo intentó.

“Se encogió de hombros cuando crucé los ojos con los suyos. Simplemente eso. Luego cruzó los brazos e hizo oír su voz por encima del galimatías de susurros y reproches en el que se había convertido la reunión. Me acuerdo de sus palabras. “Antes de seguir mirándonos las polla podríamos intentar hacer algo bien, por una vez”. Todos se callaron. El solamente es redactor del programa. Se supone que no es el más indicado. Yo era guionista, se supone que yo tenía más derecho a hablar en la reunión y no había abierto la boca.

El director se indignó y le miró como si fuera a fulminarle. Él simplemente cruzó los brazos y le aguantó la mirada.

- ¿Nos vas a iluminar, Gabriel?, ¿Qué tenemos que hacer bien?

- Vamos a ver –dijo él tranquilamente. Si no les gusta lo que les damos es porque llevamos ocho años dándoles lo mismo. Están hartos de sucesos e –movió los dedos como dibujando unas comillas- historias humanas- Démosles otra cosa.

- ¿El qué? –Intervino la subdirectora-.

- Retrasemos el programa media hora o mejor una hora, si el canal traga, y entonces entraremos en horario de madrugada y podremos darles reportajes tórridos, oscuros, lo que realmente quieren, se pegarán a aquellos como moscas a la mierda. Solamente con la audiencia de esa media hora compensaremos el dato de todo el programa

- ¿Qué temas? –el director se había olvidado de su indignación y se mostraba interesado.

- Usad la imaginación –dijo y no volvió a hablaren toda la reunión.

Cuando acabó la reunión me acerqué a él y le quise felicitar por su valentía. Él sonrió de nuevo.

- Es desesperación. Si no hacemos algo, dentro de dos semanas quitarán el programa de la parrilla y estaremos todos en la calle. En realidad no he arriesgado mucho. Por cierto, -dijo mirándome de arriba abajo- los retoques te sientan estupendamente. Ya estabas estupenda, pero ahora estas impresionante.

Y me dejó allí, con la boca abierta en una sonrisa tonta, sin saber qué decir mientras se giraba y se marchaba. Fue la primera vez que me pareció atractivo. Era seis o siete años mayor que yo y su físico no era espectacular ni mucho menos pero me pareció muy atractivo de repente”.

Un grito y un gemido interrumpieron la lectura de la esclava cuando su propietario retorció brutalmente uno de sus pezones al tiempo que mordía brutalmente una de sus maravillosas cachas contra las que había estado frotándose desde detrás durante todo el tiempo.

  • Esa fue la primera vez que soñaste con tener esta entre las piernas ¿verdad, pequeña guarra?

  • Desde aquel día esta guarra esclava no puede vivir sin que esa maravillosa verga esté dentro de ella, esta sierva zorra sueña día y noche con que su amo la conceda el honor de introducir su polla en cualquiera de sus agujeros de perra.

Instintivamente la mujer se apoyó directamente en la mejilla y llevó las dos manos hacia atrás para buscar el paquete de su dueño. Sabía que tenía que demostrar las ansias de ser penetrada que había expresado con palabras.

Esta vez no fue rechazada. Las manos acariciaron el bulto por encima del pantalón hasta que encontraron la cremallera y la bajaron luego hurgaron en el interior hasta que sacaron al exterior los huevos y la verga que dominada su vida y la exigía el continuo esfuerzo de servirla y complacerla.

El amo se desabrochó los pantalones y ella escuchó el siseo de los mismos al deslizarse hasta el suelo a lo largo de las piernas del hombre.

  • Espero que ahora te resulte más atractivo –dijo el hombre ahogando una carcajada-.

Ella lo demostró comenzando a masajear la verga con fuerza al tiempo que acariciaba y estrujaba las pelotas. La verga ya estaba dura e inhiesta.

  • Este culo esclavo solo existe para vuestra verga. Este coño siervo vive exclusivamente para que el dueño y señor lo utilice a su antojo –repitió como una letanía.

Cuando las manos del hombre la sujetaron por las caderas y la alzaron supo que iba a recibir la recompensa a su sometimiento, a sus servicios, a su humillación. Soltó la verga que iba a empalarla y siguió masajeando por entre sus propias piernas los huevos de su señor.

La polla del hombre la penetró brutalmente y comenzó a moverse de forma rápida dentro de ella

  • Eres muy buena poniéndome cachondo, mala perra –dijo el hombre al tiempo que sujetaba la negra cabellera de su esclava y tiraba de ella forzándola a echar el cuello hacia atrás –por eso te permito servirme

  • Os lo agradezco amo –dijo ella llevando sus manos a ambos lados de la cintura del hombre y sujetándose a él para soportar sus tempestuosas acometidas. El amo paró y ella temió haber hecho algo mal pero no.

  • Demuéstralo –dijo él, tirando del pelo más-

Ella supo que era ella la que debería moverse. Era ella la que se tenía que hacer empalar una y otra vez por aquel miembro duro que gobernaba toda su existencia. Y comenzó a hacerlo al mismo ritmo rápido y duro que había marcado su propietario en sus primeros movimientos.

El amo tenía a su yegua a cuatro patas y quería que cabalgara para él, que galopara para su placer.

Y la esclava lo hizo. Sin parar. Movió sus caderas en la cadera que le había marcado su señor y que le recordaba con constantes cachetes cada vez que sus magníficas cachas golpeaban contra el estómago del hombre que estaba taladrando su interior con su polla dominadora.

En cada ocasión que la tranca golpeaba contra la pared del interior de su coño ella respondía con una exclamación agradecida

  • Gracias amo por follar a vuestra esclava.

  • Gracias dueño por usar a este culo esclavo

  • Gracias por permitir a este coño de zorra vuestro serviros

Y así hasta que de pronto el hombre que estaba usándola para su placer la sujetó por las caderas y la obligó a frenar su frenético cabalgar para su polla.

Sintió como el miembro que la dominaba palpitaba dentro de ella y luego el calor del semen desparramándose en su interior.

El amo le arrancó la verga del interior y dio la vuelta a la mesa para colocarse frente a ella que seguía a cuatro patas tras la cabalgada.

  • Haz tu trabajo, esclava – Le dijo mientras apartaba el atril y le colocaba la chorreante verga ante el rostro.

  • Esta zorra esclava os pide permiso para limpiar vuestra maravillosa tranca y poder alimentarse de vuestro semen.

“No es suficiente que le limpie la polla y me trague sus semen sino que además debo humillarme pidiendo permiso para ello” –pensó en un repentino ramalazo de rebeldía mientras se introducía la polla en la boca tras un displicente gesto de su propietario-.

  • Espero que la dejes limpia y brillante. Para eso tienes la lengua.

  • Es el mayor honor que la lengua de esta guarra esclava puede recibir –dijo la mujer y para demostrarlo llevó una mano atrás recogió parte del semen que chorreaba de su coño por entre sus piernas y lo lamió para luego tragarlo.

Así siguió un buen rato. Tragando alternativamente el semen del miembro de su amo, que conseguía después de pasar su lengua por el glande y lamer y chupar la verga continuamente, y recogiendo con sus manos el que caía por su entrepierna para llevárselo también a la boca.

El hombre la ignoraba. Su esclava, la mujer a la que había adiestrado para que le complaciera estaba mamándole la polla pero él se limitaba a hojear su diario mientras ella le demostraba su completa sumisión.

Cuando ella tenía aún el pene dentro de su boca y se afanaba en introducirlo, ya algo morcillón, hasta el interior de su garganta, él volvió a la página que estuviera leyendo su coño esclavo mientras el disfrutaba de su cuerpo.

“Luego Gabriel fue llamado a la reunión del equipo directivo ” –leyó en voz alta y luego rio.

  • Te voy a contar lo que ocurrió en esa reunión. Así podrás completar tu diario.