El diario de mi tía...
Un día tuve en mis manos el diario que mi tía escribía cada noche.
Antes de empezar, debo aconsejar a mis queridos lectores que repasen mis anteriores relatos para comprender todos los detalles de éste... Un día tuve en mis manos el diario que mi tía escribía cada noche, en él reflejaba sus experiencias, reflexionaba y expresaba sus más íntimos deseos. Al final del diario un párrafo llamó poderosamente mi atención... Ella decía que sentía mucho morbo y curiosidad por experimentar alguna vez sentirse forzada al sexo, en sus palabras: "-desearía alguna vez ser violada y que me trataran como una puta, es una asignatura pendiente que me excita de sólo imaginarlo...". Estuve meditando algunos días sobre ese párrafo e ideando un plan que nos diera placer a los dos... Una de esas noches decidí ejecutar mi plan, le dije que saldría con unos amigos y volvería tarde, ella me contestó que no me preocupara y que me divirtiera...Dijo que tenía ganas de ver alguna película en la tele. Salí y me quedé observando en el salón, se sirvió una copa de vino, encendió un cigarrillo y se sentó en el sofá, llevaba una camiseta rosa corta y apretada que marcaba sus enormes tetas y un tanguita negro de hilo dental que dejaba ver ese culo moreno y redondo...Me decidí a actuar. Entré por la puerta de atrás y sigilosamente desconecté la luz del interruptor general, al cabo de unos segundos ella se acercó lenta y temerosamente a la caja para volver a conectarla, fue en ese momento cuando desde atrás me acerqué y le tapé la boca, estaba muy asustada y apenas opuso resistencia, agarré sus manos y las sujete fuertemente a sus espaldas, así la conduje al salón, la casa permanecía completamente a oscuras, la senté en una silla, vendé sus ojos y até sus manos entre sí con un pañuelo, además la amordacé para que no gritara... Ya estaba a mi merced, la puse de pie y le susurré que caminara un poco por el salón, lo hacía con dificultad pero era gracioso verla y la imagen comenzaba a excitarme. Me desnudé completamente y le quité la mordaza haciéndole prometer que no gritaría. Después de acceder le dije que íbamos a jugar a un juego...le rompí la camiseta y sus tetas aparecieron turgentes entre los girones de tela... El juego consistía en que tendría que encontrar una verga dura en la oscuridad, ayudada sólo de su olfato, que no debía tocar la carne, y que si encontraba la pija yo sería muy bueno con ella. Así empezó a buscar guiada de su olfato y de su instinto de yegua puta, yo me senté cómodamente en el sofá y me dispuse a divertirme, ella dio vueltas unos segundos y poco a poco su nariz acostumbrada a reconocer una buena pija comenzó a darle indicios, tropezó con una silla, luego con la mesa ratona, y al poco su nariz estaba casi pegada a mis huevos, olfateó como una gatita y dijo que ya la había encontrado...Eso me calentó terriblemente. Como se lo había prometido, fui muy bueno con ella y le comí las tetas muy lentamente, una a una, devorando los pezones y llenándoselos de saliva, mientras acaricié su culo y vi que la muy perra estaba empapada, chorreaba como la putita que siempre había deseado ser...comencé a comerle el culo desesperadamente, ella mordía el sofá y ahogaba sus gritos de placer... seguí unos minutos trabajando con mi lengua en su orto hasta que decidí de una sola estocada meterle mi pija hasta el fondo, y que le doliera... Fue un grito inexplicable de desgarro y placer, como una gata en celo, no se lo esperaba y esa sorpresa le empapó aún más su coño. Le dejé unos segundos la verga adentro y luego empecé a bombearla como un loco, fueron 10 minutos ininterrumpidos en que la culeé como nunca nadie lo había hecho antes, a punto estuvo de desmayarse pero yo reaccionaba y le tiraba fuertemente de los pelos del coño y la reanimaba, así y dándole palmadas en las tetas y en la cara. Seguí dándole verga hasta llenarle el culo de leche caliente, abundante y espesa...luego acerqué la verga a su boca y le dije que me la limpiara, con sus labios abrillantó mi cabeza y mi tronco hasta no dejar ni una sola gota...La dejé tirada boca abajo en el sofá y me fui rápidamente... Al cabo de 2 horas volví del encuentro con mis amigos y me recibió recién duchada y muy sonriente, llevaba un camisón corto de color blanco, fumamos un cigarrillo y nos fuimos a dormir. Al otro día leí en su diario:"_ Anoche tuve una experiencia que jamás olvidaré, me sentí una hembra de verdad, poseída por un macho como creo que la mayoría de las mujeres desean..." Esa era mi tía y así la recuerdo en aquellos días de verano...