El diario de aprendizaje de Rick Jones 1

Rick es un joven que acaba de descubrir su homosexualidad, así que empieza a buscar pareja para tener sexo. Sin embargo, todos los tipos con los que queda son contrarios a sus gustos. ¿Encontrará el joven a alguien con quien poder tener desfogarse? No se lo pierdan.

Una vez más comienzo relato. Éste en cuestión es mi primer relato compartido entre Todorelatos y Wattpad, así que la longitud del mismo no estará marcada, sino que dependerá del público que tenga en ambas plataformas. Será una historia centrada en tres parejas, y luego puede que aumente a más, si la cosa va bien. Hoy os presento la primera de esas parejas. Pues nada, espero que os guste, ya que afronto esta nueva etapa con mucha ilusión.

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Diario de una adolescencia gay

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Un relato del Enterrador

El diario de aprendizaje de Rick Jones 1: Aprender a buscar ligue

No es como si de repente te levantas una mañana después de soñar con pollas y te encuentras a ti mismo convertido en maricón, sino que es algo con lo que naces y que no puedes evitar tener. Yo me había considerado hetero toda mi vida, supongo que por la cultura que nos rodea, que nos hace ver tetas y besos entre chicos y chicas en la tele, pero no era así, yo nací maricón y moriré maricón. ¿Qué pasa? ¿Os molesta que use la palabra “maricón”? Lo siento, soy nuevo en esto de admirar las pollas y aún no sé cómo comportarme del todo. Mis amigos siempre han dicho “maricón”, nunca les he oído decir “gay” o “homosexual”, así que disculpad mi falta de tacto.

Yo había salido con un par de tías, nada serio, un poco de tonteo y a casa. Nunca me sentía a gusto con ellas, me sentía más a gusto con tíos, de modo que empecé a acercarme a ellos y mi propia sexualidad se fue delatando. Las miraditas en los vestuarios se fueron haciendo frecuentes y las visitas a páginas porno gay también. Poco después, sin darme cuenta, ya hasta me hacía pajas pensando en tíos. Me costó poco aceptarlo, la verdad. No soy de los que se preocupan por gilipolleces, ¿que soy mar… gay? Pues ya está.

Hay quien pasa por diversas fases e incluso cree que es bisexual, pero yo no lo creo así, a mí me van los tíos. Después de haberlo asimilado me envalentoné y me puse a frecuentar algunos chats gays de mi ciudad para ver si podía quedar con algún tío para hacerlo con él. Yo ya sabía que yo era activo, a mí no me va que me metan nada por ahí atrás, así que busqué a alguien para que recibiera mi rabo. Quedaba con algunos tíos, pero al ir a su encuentro me encontraba con cosas que no me gustaban, ¡todos eran unas putas locazas! Vale que seas gay, ¿pero por qué tienes que comportarte como la reina del carnaval de Brasil?

Con cada palabra que decían movían sus brazos a más no poder, su forma de hablar era pausada y femenina y sus pestañas eran más largas de lo normal. ¡A mí me van los tíos! ¡T-Í-O-S! Si quisiera a un tío como una tía buscaría a un transexual o algo, sin ánimo de ofender. A los 5 minutos de cita, que era lo que me bastaba para verificar que se vestían con purpurina y gritaban femeninamente al ver a algún macizorro, siempre me inventaba una excusa y me largaba.

Por dios… ¡Si había uno que hasta hablaba de sí mismo en femenino! Se llamaba John y me dijo: “¡Hola, guapa (me incluía en su femenino, no sé por qué), soy John, pero me llaman la Jessica! ¿Quieres probar mi culo de leona?”. Acto seguido se metió un cigarrillo en la parte trasera de los pantalones y lo sacó por la boca. Ese dia no pude dormir tranquilo.

Yo creía que los putos estereotipos sobre homosexuales eran totalmente exagerados, ¡pero empezaba a pensar que no era así! Me sentía solo, empezaba a pensar que era el único gay en el mundo que se comportaba como una persona y no como una luz fluorescente que brillaba y brillaba. Al cabo de varios meses de búsqueda, vi que no iba a encontrar a nadie normal, así que no me quedó otro remedio que tirarme a una de aquellas lobas.

Quedé con un tipo llamado Tom, que tenía 18 años (dos más que yo) y que me dijo que era serio y responsable por chat. ¿Acaso alguien serio llevaría una camiseta que ponía: “¡Dejen paso, que voy ardiendo!” con un dibujo de una polla soltando una gota de lefa?

-Hola, encanto-me dijo al verme.

-Hola-suspiré-. En fin, ¿follamos en tu casa?

-¡Oh, yes! ¡Me encantan los tipos directos! ¡Quiero que me trates como una perra en celo!

-(Por favor, cállate. No, en serio, cállate)-pensé para mí.

-Venga, vamos, que he dejado a Fluffy y Bárbara solas en casa.

Iba a decir algo, pero tampoco tenía fuerzas. Me llevó en coche a su casa y se puso a chuparme la polla mientras hacía una especie de ruidos raros muy femeninos.

-¿Podrías callarte?-le pedí-Me gusta el sexo en silencio.

-Oh, claro.

Le di la vuelta y me puse a metérsela despacio para no hacerle daño mientras cerraba los ojos y pensaba que era Jessie Montgomery, un actor porno gay que me gusta. Sin embargo, mi polla se deslizó tan rápidamente en su interior que no había necesidad de ir despacio.

-¡Vamos, que apenas noto nada!-me indicó impaciente.

-(¿Es mucho pedir una persona que no esté tan transitada analmente?)

Me lo follé sin contemplaciones, pero apenas me dio placer, había perdido la virginidad que una locaza en cuyo culo podría asentarse un campamento de refugiados armernios. Cuando terminé me saqué el condón y me fui sin más, sin siquiera despedirme. Tom me estuvo mandando mensajes después de eso, pero estaba demasiado deprimido para responder, yo quería encontrar a una persona normal, una persona con la que tener sexo.

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Al día siguiente me desperté para ir al instituto como cada mañana. Me vestí y me puse mi sudadera negra favorita con unos pantalones vaqueros, la verdad es que yo no soy muy de vestirme de forma complicada. Bajé a desayunar a la cocina y allí me encontré a mi madre, que estaba preparando tostadas, y a mi hermana pequeña, que ya estaba en la mesa desayunando.

-¡Ahí va, qué ojeras!-me señaló mi hermana.

-¿Quieres callarte, enana?-me quejé-Anoche me dormí tarde y me duele la cabeza.

-¡Mamá, mira cómo me trata!

-Rick, trata bien a tu hermana-ordenó mi madre sin apartar la vista de lo que estaba haciendo.

Suspiré. Mi hermana pequeña Maggie era una chivata y una pesada, y aunque ya tenía 13 años seguía comportándose como un bebé malcriado. Mi madre me puso sobre la mesa las tostadas mientras me echaba un vaso de leche y entonces me puse a comer.

-¿Qué has hecho hasta tan tarde, cabezón? ¿Has estado tocando la zambomba?

Le eché una mirada asesina, a lo que ella sonrió, y mastiqué la tostada con furia, imaginándome que era su cabeza.

-Mamá, que sepas que el otro día Rick se pasó 10 minutos encerrado en el baño.

-¡Ni cagar tranquilo le dejan a uno!

-Cabezón-me dijo seria-, ¡que estamos comiendo!

Mi madre pasaba de nosotros porque ya estaba harta, así que yo también pasaba de la dichosa enana esa. Me comí rápido las tostadas, cogí mi mochila y salí camino al instituto. Mientras caminaba iba pensando en qué iba a hacer con mi vida. No penséis mal, no pensaba en mi futuro laboral, eso me la sudaba, sino en qué iba a ser de mi vida amorosa. Si todos los tíos pasivos de la tierra eran una locazas, ¿estaba destinado a acabar con un Tom? La otra opción era salir con tías, pero no es lo mío. Puede que no sea cierto lo que dicen los cursis de que todos tenemos una media naranja por ahí, porque mi media naranja no podía ser una locaza.

Quizás lo mejor era dejar las relaciones y centrarme únicamente en salir con la única persona que realmente jamás me iba a fallar, mi mano. Es posible que no me diera todo el cariño que necesitara, pero al menos jamás me haría daño y sería tal y como yo quisiera.

Al llegar a clase me senté en mi sitio y me quedé mirando por la ventana aburrido hasta que llegó David, mi compañero de pupitre. No se puede decir que fuera mi mejor amigo, pero al menos teníamos aficiones en común y no era un suplicio hablar con él.

-Hola, tío-me saludó.

-Hola…-respondí desganado.

-¿Qué te pasa? Tienes ojeras.

-Es que he comprendido que voy a pasar el resto de mis días solo.

-¿Pero no decías que habías encontrado a alguien serio y responsable, a un tal Tom?

Así es, se lo había contado. Me parecía una gilipollez eso de permanecer en el armario. Si no se lo decía a mis padres era para evitarles un ataque al corazón, pero el resto de la sociedad me la sudaba, así que, ¿por qué no contárselo?

-Éste no es que fuera una loca, es que era la reina de las locas-suspiré.

-Lo siento, tío-me sonrió.

-Ya-le miré cansado-. Oye, tú eres muy guapete, ¿no te apetece experimentar conmigo?

-Jajaja. Lo siento, Rick, me van las tías-se rió.

-Qué desperdicio…-me coloqué la mano en la mejilla en señal de desilusión.

-Oye, ¿y no has pensado en buscar por aquí? Igual hay algún gay en el instituto.

-¿Y cómo demonios lo voy a saber? ¿Qué hago, suelto por megafonía: “Atención, estudiantes. Soy Rick Jones y estoy dispuesto a daros polla si sois maricones, así que venid a mí para deleitaros con la ambrosía que tengo entre las piernas”?

Se descojonó y se sentó a mi lado. Después, empezó la clase y desconecté, ya que no me apetecía oír las mierdas de Mandy, la de historia. Me puse a analizar a los tíos de la clase según les iba preguntando.

-A ver, Marcos-se acercó la profesora-. ¿Qué país fue decisivo para la derrota de Hitler en la segunda guerra mundial?

Marcos García… Era un estudiante español que había venido a Estados Unidos porque su padre trabajaba en una importante empresa. Siempre estaba pegado a Alice Inwon, así que seguramente sería su novia. Veredicto: no maricón.

-Ésa es fácil. Fue la URSS, que les metió una paliza a los alemanes en la batalla de Stalingrado-contestó orgulloso.

Toda la clase se quedó en silencio. Se podía ver en la cara de la profesora que eso que había dicho era una de las peores blasfemias que podía haber oído. No estoy muy metido en historia, pero que yo sepa fuimos nosotros los que derrotamos a los alemanes en la batalla de Normandía, nada de Stalingrado.

-Tienes un negativo.

-¿Eh? ¿Pero por qué?-protestó-Ah, ya entiendo, los americanos creéis que fuisteis vosotros. Cómo no, siempre creyéndoos la policía del mundo.

-Cuidado con lo que dices o te echo de clase-le amenazó la profesora.

Marcos se calló y la profesora siguió preguntando. Ahora se puso delante de Axel McArthur, el macarra de la clase. No tenía muchos datos de él, sólo que se solía saltar las clases y que había rumores de que había matado a un tío en su anterior colegio de Texas. Veredicto: no maricón, y aunque lo fuera, mejor no acercarse a él.

-Axel. ¿Quién descubrió América?

-Ahora seguramente dirán que fue George Washington-murmuró Marcos.

-Ni puta idea-respondió Axel encogiéndose de hombros.

¡Dios mío! ¡Le había dicho “ni puta idea” a Mandy, que era conocida como la Tyranosauria Rex por su mala leche! ¡Iba a arder Troya!

-Vale-respondió sonriendo nerviosa.

-(¡No puede ser! ¡Hasta Mandy le tiene miedo!)

Seguidamente se acercó a Penélope Smith, una chica de la clase bastante modosita y con gafas. Recuerdo que su mote tenía un origen gracioso, ella no era la reina de los orcos, sino la reina de la reina de los orcos, así que la llamaban la reina de los orcos al cuadrado. Veredicto: ¡no es un tío!

-Señorita Smith, ¿por qué se lanzaron las bombas de Hiroshima y Nagasaki?-preguntó Mandy.

-Uh, ésta pregunta sí es interesante-sonrió Marcos.

-Porque… eh… cuando Japón… ehm… no sé explicarlo.

-¡¿Que no sabes explicarlo?! ¡¿Eres retrasada mental o qu…?!

-Fue porque Japón no se rendía en la segunda guerra mundial y no teníamos otro remedio que hacerlo para salvar la vida de nuestros soldados-se oyó decir.

-¿Quién ha dicho eso?-preguntó Mandy molesta.

-¡Dicho así no parece la masacre que fue!-se quejó Marcos.

-He sido yo-alzó la mano Peter, el mejor amigo de Penélope.

Mi mirada se clavó en él. Peter Wright, 16 años, estrella principal del club de teatro y el más destacado alumno del club de poesía. ¿Teatro? ¿Poesía? Veredicto: ¡Ding, dong! ¡Tenía que ser maricón!

-Mmm… Tienes un positivo.

-Gracias-sonrió Peter.

Ya tenía un objetivo.

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Después de varias clases en las que me puse a dibujar pollas en la mesa, sonó la campana indicando que ya era era la hora del almuerzo. Todos salimos escopetados de esa infernal prisión con barrotes de oraciones para dirigirnos a la cafetería. Le dije a David que me esperara en la mesa de siempre, ya que tenía planeado acosar a mi nuevo objetivo. Peter estaba delante de la simpatiquísma y enorme ballena que nos echaba de comer todos los días, Fatty, pidiéndole una tarta de manzana, que personalmente creo que de tarta tenía poco y además dudo de que la hicieran con manzanas, de modo que me coloqué detrás de él y cuando Fatty le echó el esperpento de tarta, le eché el brazo por encima del hombro.

-Hey, Peter-le sonreí.

-Perdona, ¿quién eres tú?-frunció el ceño.

-Ups, eso me ha dolido, amigo. Soy Rick Jones, tu compañero de clase-le respondí con naturalidad.

-Lo siento, no suelo fijarme en gente que no me interesa.

La verdad es que yo nunca había hablado con ese tipo, pero según había oído era la típica estrellita arrogante que no quería saber nada de los demás, y al parecer, era cierto lo que se decía. Sin embargo, eso no me iba a detener, es más, prefiero a alguien de personalidad fuerte teniendo en cuenta lo que he tenido que aguantar con las locas.

-Bueno, ¿qué quieres?-me dijo sin muchas ganas de hablar conmigo.

-Eres marica, ¿verdad?

-¿Qué pasa? ¿Eres de esos skins que apalean a los gays? ¿Vas a pegarme?

-Pues claro que no. Sólo pretendía pedirte salir-le miré sonriéndole.

-¿Eh?-alzó una ceja.

Me miró como analizándome de arriba a abajo y suspiró dándome a entender que la idea no le maravillaba precisamente.

-A ver, tío. ¿Cómo que quieres salir conmigo? Si no nos conocemos.

-Verás-me pegué más a él-, el caso es que no encuentro ningún pasivo que no sea una puta locaza, así que he pensado que tal vez tú…

-Ya veo, quieres que sea tu “follamigo”-sentenció.

-¡Exacto! ¿Qué te parece?-exclamé animado.

-Largo.

-Jo…

Se apartó de mí y me dejó atrás, pero la verdad es que no pensaba rendirme tan fácilmente, iba a conseguir que ese tío fuera mío costase lo que costase. Durante el almuerzo no le quité los ojos de encima para descubrir el más mínimo atisbo de pluma en él, pero gracias a Dios no encontré ninguno. David me estuvo contando no sé qué de un ligue suyo, pero la verdad es que no le prestaba la más mínima atención.

Después del almuerzo teníamos las reuniones con los clubes. Yo no estaba en ningún club, así que normalmente me iba a casa con David, pero ese día le dije que se fuera solo porque me iba a apuntar a uno. Y así, fui a apuntarme al club de poesía.

Entré en el aula ante la atenta mirada de todos los miembros, incluido Peter, y le dije a Brent, el profesor de literatura, que quería apuntarme.

-Vaya, eso está muy bien, Jones-me elogió el profesor-. Creía que no tenías interés por nada. Toma asiento.

Rápidamente galipé que había un asiento libre justo al lado de Peter, así que sin más me senté. Éste me echó una mirada asesina, pero me hice el tonto fingiendo no darme cuenta. El profesor nos dijo que escribiéramos un poema de amor. ¡Chupado! Saqué mi infinito talento para las artes y escribí:

“Amor es tontería,

me parece mejor follar,

porque no se acaba como una batería

que no se puede recargar”.

El profesor pasó mesa por mesa observando las poesías y al llegar a la mía se paró unos instantes y sonrió:

-Excelente, Jones. ¿Cómo se titula?

-Follar es un placer-esbocé una sonrisa arrogante.

-Eso está muy bien, vas a sernos muy útil aquí.

Peter me volvió a echar otra mirada asesina, pero esta vez no supe por qué. Me encogí de hombros y el profesor pasó a su lado, leyendo su poesía en voz alta:

“Duele, quema, desgarra, destroza…

Aún así, al hundirme en el abismo,

hay más luz que oscuridad.

Tengo miedo de caer,

pero una vez que caigo,

la media luna aparece en mi semblante

y las cataratas bañan mi piel.

Algo tan oscuro,

tan asqueroso,

tan doloroso,

me trae la felicidad”.

-Muy bien. Más que excelente, Peter-le sonrió el profesor.

Era increíble, había sido genial, esa poesía había hecho que mi mente se quedara en blanco y que mi corazón se paralizase durante un instante, pero no iba a mostrarme débil ante él. Si quería llamar su atención debía hacerme el interesante.

-Bah, eso no rima.

-Las poesías de hoy en día no riman, paleto-me reprendió Peter.

-¿Eh? ¡Mentira! ¿Verdad, profe?

-La verdad es que lo de la rima es más de rap o de hip-hop.

-(¡Perdonad porque sea mi primer día y no esté enterado!)

Durante el resto de la clase Peter estaba muy animado, sonriendo mucho y hablando con el profesor. La verdad es que no se parecía en nada al Peter que yo recuerdo de clase, que siempre está callado y atento a la lección. Viendo que no me hacía caso, decidí escribirle una poesía:

“Si tu culo una cueva fuera,

mi polla,

cual oso,

hibernaría en ella”.

Alcé el papel y llamé su atención, entonces cuando me miró le señalé a él y después a la poesía. Su cara se puso roja, no sé si de ira o de vergüenza. Escribió algo rápidamente y me lo lanzó a la cabeza en una bola de papel. La abrí y leí:

“¡¿Quieres que te mate, puto imbécil?! ¡Lárgate de aquí, no hagas que Brent pierda el tiempo!

PD: ¡Que la poesía de ahora no rima!”

Volví a escribir algo y lo lancé tras hacerlo una bola de papel, pero apuntando a la mesa y no a él, porque aunque le guardaba rencor, no quería que me odiara. Entonces Peter abrió el papel y leyó:

“Lo siento, es que me sale solo”

Transcurrió la hora del club de poesía y el profesor nos dijo a todos que podíamos irnos, pero Peter le dijo que quería quedarse con él un momento para preguntarle una duda, cosa que me extrañó, porque en 5 minutos tenía que ir al club de teatro. Cuando todos se habían ido me quedé espiando por una rendija de la puerta lo que esos dos hacían ahí dentro.

-Peter, ¿no tienes ahora ensayo con los del club de teatro?-le preguntó el profesor.

-Si, será sólo un momento. Verás, Brent… eh… yo…

Se puso tan nervioso que el boli que sostenía se le cayó y cuando fue a agacharse, Brent lo hizo por él. Entonces vi una imagen que atesoraría durante el resto de mi vida. El gran Peter Wright, tan perfecto como era, le estaba mirando el culo a su profesor. Qué interesante… El profesor recogió el boli y se lo ofreció.

-Gracias.

-¿Y bien? ¿Qué querías decirme?

-Pues… que… yo… yo… yo te…

-¡Perdón!-abrí la puerta de un tirón-Resulta que se me había olvidado el estuche, jajaja.

Una vez más, Peter me regaló una de sus miradas asesinas y yo sonreí de foraa burlesca.

-Por cierto-dije haciendo como que sacaba algo de dentro de la mesa y lo guardaba-, hoy voy a ver el ensayo del club de teatro. Te acompaño, ¿vale, Peter?

-¿Eh? P-pero… yo…

-Vete con él, Peter, ya me dirás eso otro día-le sonrió amablemente el profesor.

Miró nervioso al profesor y después a mí, y como no se decidía lo cogí del brazo diciéndole: “Venga, vamos, que llegarás tarde”. Brent nos despidió con la mano y ambos salimos de la clase. Creía que mi vida era pésima y aburrida, pero de repente se había vuelto interesante. Ahora tenía en mi poder una información que me iba a hacer conseguir lo que quería, tener a Peter Wright.

CONTINUARÁ…

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Y hasta aquí el primer episodio de esta nueva serie. La próxima vez creo que continuaremos con esta historia, pero pronto saldrán más parejas, así que no os desesperéis xD En fin, hasta otra.

OS SALUDA

EL ENTERRADOR