El diablo vestido de mujer 2

Me sube la negra falda hasta la cintura y acaricia mi culo. Siento su polla hinchada rozando mi pierna y creciendo cada vez más y su lengua lamiendo el lóbulo de mi oreja.

EL DIABLO VESTIDO DE MUJER 2 (Los ángeles también caen en la tentación)

Este relato es la segunda parte de “El diablo viste de mujer” para seguir la historia  te aconsejo que lo leas aquí: http://www.todorelatos.com/relato/62031/

Tras arreglarme la ropa y el pelo, cojo mi bolso, dispuesta a salir de este pequeño despacho. Sus ojos siguen mirándome con deseo, veo en ellos que lo sucedido no le parece suficiente, que desea más, pero supongo que lucha contra esos impulsos porque su condición de clérigo no le permite sobre pasar la línea. A pesar de eso, y mientras camino hasta la puerta, contoneo mis caderas sugerentemente. A mi no me pesa lo sucedido, sí, sé que no es del  todo correcto, pero le amo y no pienso renunciar a él, sólo porque le haya hecho una promesa a Dios, porqué ¿acaso existe Dios? ¿Puede un Dios misericordioso permitir que un bebé de apenas tres meses muera? ¿Qué un hombre de 40 perezca en un accidente dejando a su mujer y su hijo enfermo solos? Para mí no existe y no pienso dejar pasar esta oportunidad, es la primera vez en los últimos seis meses que me siento viva de nuevo y es gracias a él y a este momento que me acaba de regalar. Llego a la puerta y al tocar la maneta para abrirla siento como se echa sobre mí, como me empuja contra la misma puerta, y como pega su cuerpo al mio. Acaricia mi culo y me susurra al oído:

-          Eres el diablo vestido de mujer y no sé como lo consigues, pero no puedo resistirme.

Me sube la negra falda hasta la cintura y acaricia mi culo. Siento su polla hinchada rozando mi pierna y creciendo cada vez más y su lengua lamiendo el lóbulo de mi oreja. El padre Damián, aparta mis braguitas y acaricia mi humedad, yo gimo al sentir su dedo acariciando mi clítoris, saco el culo hacía afuera, abro mis piernas para que pueda acceder mejor y eso hace que mis nalgas choquen con su paquete hinchado. Eso lo enerva más y oigo como se baja la cremallera del pantalón. Ansío este momento como nunca he ansiado nada antes, por eso, cuando siento su verga chocando con la humedad de mi sexo me estremezco. Siento como la restriega y como apunta hacía mi agujero vaginal. Permanezco quieta, esperando ese momento y de repente siento como entra, como surca mi sexo con su pene, y luego me abraza, aprieta mi cuerpo contra el suyo, mientras yo me apoyo con las manos sobre la puerta. Sus manos buscan ansiosas mis senos, los masajea, los soba, mientras su sexo empieza a moverse, a salir y entrar dentro de mí. Gimo, excitada, dichosa, sintiéndole por fin dentro de mi. Va aumentando el ritmo, empujando cada vez con más fuerza. Siento como su polla se hincha dentro de mí; él también gime, yo me estremezco sintiéndolo, sé que no tardaré en correrme. El padre Damián arremete cada vez con más fuerza, y empiezo a convulsionarme presa del placer, al igual que él que no tarda en descargarse dentro de mí, empujando con fuerza. Y cuando alcanza el orgasmo musita:

-          Eres el diablo…

Ambos nos convulsionamos, suspiramos y finalmente él se separa de mí. Me arreglo la falda, mientras él también se arregla, le doy un último beso de despedida y sin más salgo del despacho. Al cerrar la puerta oigo el puñetazo que da y como lanza un improperio diciendo:

-          ¡Maldita mujer!

Sé que esta noche no podrá con los remordimientos, pero probablemente se masturbe recordando ese momento y cuando mañana vuelva a aquí para hablar con él…

Quizás sea cierto, que el diablo va vestido de mujer.

EROTIKAKARENC

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