El diablo se llamaba Nicky

El morbo y la sensualidad de una mujer con ganas de sexo.

Faltaban escasamente diez minutos para que comenzara la clase. Todo el personal masculino y alguno femenino, se arremolinaba alrededor de las máquinas que daban justo en frente a la cristalera de la clase de aerobic. Había gente que venía de lejos tan sólo para poder verla y entre las mujeres se comentaba que no pagaba mensualidad, que era una “atracción” de los dueños del gimnasio para que acudieran más hombres.

A las 18.50 se abrió la puerta, un zumbido de cuellos girando a la vez, un descuelgue de mandíbulas babeantes, latidos de corazón de los que provocan cardiopatías… y ella.

Su nombre era Nicky, de piel morena por las caricias de sol, ojos de callejón oscuro donde nacen los furtivos pecados de adolescente, pelirroja como las protagonistas femeninas de las novelas negras policiacas, hembra de formas sinuosas y lascivas acrecentadas por andares de provocación, pechos y culo que serían el sueño de todo buen escalador y una boca para llenarla lo mismo de besos que de una gran verga.

No aparentaba la edad que decía tener en su ficha de clienta. Yo, personalmente, pensaba que debía de haber hecho un pacto con el diablo, no sólo por su físico, si no también por la maldad que destilaba. Con una mirada suya, lo mismo conseguía azotarte el alma y hacerte sentir como una mierda que provocarte una erección como si te estuvieras intentando suicidar con una sobre dosis de Viagra.

Ella ya sabía que tenía su lugar reservado en primera fila de la clase, allí donde todos la vieran bien, donde ella era la reina de la lujuria y la invitación oculta al sexo más caliente. La hora de clase viéndola subir y bajar sus pechos con cada movimiento, las bajadas dejando su culo como una invitación de ser penetrada, las mallas cada vez más marcadas por las formas de un coño húmedo y caliente…todo eso hacía que más de uno se perdiera durante algún rato dentro de los servicios a desahogar el quiero y no puedo de sus fantasías sexuales con ella.

Aquella tarde a la salida del gimnasio llovía a mares. Esperé dentro de mi coche a que saliera sabiendo que habitualmente venía andand. Ese sería el momento de echarle los cojones de un torero novato y enfrentarme a la mujer de mis fantasías.

Toque el claxón y bajé la ventilla:

-Oye, está lloviendo a mares, quieres que te lleve a algún sitio? le grité.

Comenzó a caminar hacia mi con la lentitud de alguien que pensara en tener poder para parar las gotas de lluvia que caían y abrir las aguas de los charcos por la mitad para cruzarlos sin mojarse los pies.

-Para donde vas? me preguntó.

-Para donde necesites, le contesté.

Abrío la puerta del coche y con la misma parsimonia con la que había llegado a mi, se montó y cerró la puerta.

-Hola me llamo…

-Si, ya sé como te llamas, vamos arranca.

Mientras la llevaba a la dirección que me había dicho, traté de mantener una conversación agradable con ella, pero sólo obtuve monosílabos, sonrisas forzadas y muecas de asco. Cuanto más me esforzaba por agradarla, peor trato recibía y de más mala ostía me iba poniendo. Cuando llegamos estaba, que si hubiera sido un tío, allí mismo me hubiera partido la cara con él.

-Hemos llegado, le dije aparcando el coche.

Sin decir ni media palabra de agradecimiento se bajó del coche y se dispuso a entrar en el portal de su casa.

-Eh tú, espera, le grité bajándome con cara de asesino.

Vamos a ver, pero que coño te has creido zorra maleducada? No sé con qué clase de tíos te relacionas, pero esperaba un poco más de respeto y amabilidad después de haberte traído a casa con la que está cayendo, pero que mierda es esto?

Me miró con cara de perdonarme la vida, abrió su bolsa del gimnasio, trasteo durante unos segundos dentro y sacando su puño cerrado me dijo:

-Toma y sígueme.

Abrí la mano y sobre mi palma dejo caer su tanga todo mojado después la sesión de aerobic.

Sin decir palabra la acompañé al ascensor y subimos a la tercera planta. El olor a coño de su tanga, dejó impregnado cada rincón de aquel pequeño habitáculo y consiguió que mi verga empezara a tomar consciencia de lo que podría estar a punto de ocurrirnos.

Una vez llegada a su planta, se abrió la puerta del ascensor y sacando las llaves entró diciéndome:

-Vamos pasa, a ver si aquí me echas tantos cojones como en la calle.

Pasé con más miedo que vergüenza, pero nunca se escribió nada de los cobardes y con el calentón que llevaba, francamente, me sudaba totalmente la polla si me partía la cara.

Entre y de un empujón me tiró sobre el sofá.

-A ver cuanto me duras, cabrón.

Yo la miraba totalmente acojonado, comenzó a desnudarse muy lentamente y mirándome como cuando el lobo feroz iba a comerse a los tres cerditos, me dijo:

-Toma, comete este coño como si te fuera la vida en ello!!!

Se subió en el sofá y abriendo sus piernas me plantó todo su coño en mi boca. Aquel olor y aquel sabor eran un manjar de dioses. Con mis dedos, separé sus labios vaginales y comencé a lamerlos como un niño come un helado.

-AGHHHHH, HIJO DE PUTA, AGHHHH, QUE BIEN LO HACES…QUE MANERA DE COMER UN COÑO!!! SE NOTA QUE TIENES HAMBRE DE BUENA HEMBRA…ASIIII, NO PARES, COME NENE, COME MI COÑO DE PUTA!!!

Yo lamía como si me fuera a morir en la siguiente media hora, succionaba su clítoris y le daba pequeños mordiscos.

-AINSSSSS, PERRO, PERO QUE HACES MORDIÉNDOME EL COÑO? QUE GUSTO ME ESTÁS DANDO, LAME, LAME…QUE REPUTA ME ESTÁS PONIENDO!!!

De repente, sentí como sus manos se agarraban fuertemente a mi cabeza y haciendo presión de mi boca sobre su coño, comenzó a temblar y a chorrear sus flujos en mi cara…casi muero asfixiado.

Sin darme tiempo a reaccionar, se bajó y como si estuviera poseída, me arranco el pantalón tirando de mis calzoncillos, hasta ver aparecer mi gorda y lubricada polla.

Abrió su boca, la tragó entera con mucha hambre de rabo…entraba, salía y los chorreones de baba corrían por mis cojones, mientras ella también los lamía.

-UFFFF, QUE MANERA DE COMER POLLA!!! TE GUSTA MI VERGA, VERDAD? ESA CARA DE VICIO SÓLO PUEDE TENERLA ALGUIEN TAN CALIENTE Y MORBOSA COMO TÚ.

Llegados a este punto, con mi verga dura como una piedra y de un tamaño considerable, Nicky decidió cabalgarme como su potro semental.

-UMMMM, HAZME DISFRUTAR NENE, ENTRA TU RABO DENTRO DE MI COÑITO…HABIAS SENTIDO ALGUNA VEZ ALGO TAN CALIENTE? AHHHHGGG, ME HAS LLEGADO HASTA DENTRO, SANTO DIOS!!! LA TIENES HIRVIENDO…SIENTO COMO MI COÑO SE QUEMA Y COMO CHAPOTEAN TUS COJONES EN MIS FLUJOS.

Así lentamente comenzó a cabalgarme, mientras mi polla entraba y salía de aquella caliente y lubricada cueva una y otra vez…una y otra vez.

-SIIIIIIII, MI CIELO, HAZME CORRER NECESITO OTRO ORGAMOS!!! me decía mientras frotaba y palmeteaba su clítoris de forma desesperada con una mano y con la otra llevaba una teta a su boca para morder su pezón.

-NO PARES POR DIOS, LO TENGO AHÍ!!! VAMOS, DAME DURO CON ESE POLLÓN QUE TIENES. PELLIZCA MIS TETAS, MUERDE MIS PEZONES PERRO, MUERDELOS…

Yo, succionaba sus tetas como un niño hambriento, las mordía, pellizcaba, estiraba…ella, entornaba sus ojos hasta ponerlos en blanco y arqueaba su espalda intentando que mi polla le saliera por la boca y sus pechos me ahogaran.

De pronto para sus idas y venidas, comenzando a frotar su clítoris contra la base de mi verga de una forma endiablada.

-SIÉNTEME, SIÉNTEME, VAMOS CABRÓN, HIJO DE PUTA VOY A CORRERME, QUE RICO, QUE RICO, ME MUERO DE PLACER…DONDE ESTABAS METIDO? TE NECESITO, QUIERO QUE SEAS MI FOLLADOR Y YO TU RICA ZORRA QUE TE MATE DE PLACER…AY DIOS, AY DIOS, ME CORRO, ME CORRO, ME CORRROOOOOOOOO!!!!!

Un caño de su flujo impacto sobre mi pecho y grandes chorros de leche caliente salieron de mi rabo con destino al sin fin de su coño, uno, otro, otro…

Nicky temblando me abrazó, se derrumbó sobre mi cuerpo. Cuando se separó de mi, con una mano sacó parte de mi semen de su coño para llevarlo a su boca y ponerse a relamer los labios morbosamente del néctar que saboreaba.

-Joder que polvo me has pegado chico, creo que no voy a poder cerrar las piernas en todo lo que queda de día, tengo el coño que me arde de escozor, es el dolor más rico que me han dado nunca…volveremos a repetirlo?