El dia que mi amigo me desvirgó analmente

Esto me ocurrió hace mucho tiempo atrás, mi nombre es Oscar, tenía un amigo de mi misma edad, llamado Antonio, que nos conocíamos desde el jardín de infantes, con el pasar del tiempo habíamos conformado una gran amistad. En esa época concurríamos a una Escuela Técnica, y durante l ese verano, me invitó a pasar unos días en una casa quinta que tenían sus padres, así que acepté contento de pasar parte de las vacaciones en ese lugar.

EL DIA QUE MI AMIGO ME DESVIRGO ANALMENTE

Esto me ocurrió hace mucho tiempo atrás, mi nombre es Oscar, tenía un amigo de mi misma edad, llamado Antonio, que nos conocíamos desde el jardín de infantes,  con el pasar del tiempo habíamos conformado una gran amistad.

En esa época concurríamos a una Escuela Técnica, y durante l ese verano, me invitó a pasar unos días en una casa quinta que tenían sus padres,  así que acepté contento de pasar parte de las vacaciones en ese lugar.

Así que después de Reyes, sus padres nos llevaron, el lugar era muy pintoresco, con poquísimas casas a su alrededor y algo alejado de un pequeño centro comercial.

Lo pasábamos entretenidos durante el día, andando a caballo, o en una pequeña piscina,  y a veces venia un chico algo mayor que nosotros a jugar o charlar. Por lo general sus padres venían cada tanto por las tardes a traernos comida y se iban cerca de las 7 u 8 pm.

Los primeros días lo pasábamos bastante divertidos,  pero con el transcurso del tiempo, ya estábamos algo saturados a pesar de que tratábamos de matizar con otras cosas

Pero les relataré como se fueron desencadenándose las cosas, el 2do dia, estábamos duchándonos,  a lo que  me llamó la atención, el grosor de su miembro, en realidad era la primera vez que estábamos desnudos como  adolecentes, no sé si  fue una atracción, pero nunca me había ocurrido algo similar. Aparentemente, mi amigo se dio cuenta de mi observación, así que se lo tocó, produciéndole una leve erección, aclaro que nunca tuve una atracción homosexual, todo lo contrario.

Trató de acercarse para enjabonarme, pero tuve una reacción de rechazo, aunque me quedó latente esa escena.

Durante la noche, no teníamos demasiado entretenimientos, solo había un televisor que captaba dos o tres canales.

.Esa noche comenzamos de halar de sexo, a pesar que no habíamos tenido demasiada experiencia, pero terminamos excitándosenos, pero a mi amigo se le ocurrió algo, que nos masturbásemos juntos, traté de desviar su propuesta, aunque debo confesar que vino a mi mente lo de la ducha, aunque no sucedió nada.

A la noche siguiente, mientras estábamos en la cama, volvió a reiterar su propuesta, algo temeroso termine desnudándome al igual que Antonio, aprovechando la oscuridad de la habitación, comenzamos a masturbarnos, rompiendo por mi parte esa timidez de hacerlo frente a mi amigo.

Mientras estaba haciéndolo, Antonio se sentó a mi lado, diciéndome:

“Déjame a mi”

Sorprendido, me quedé quieto, mientras acariciaba mi tetilla, a la vez que se apoderaba de mi verga para comenzar a activarla, acariciando mi pecho, me puse tenso, aunque no sentí rechazo, todo lo contrario me agradó.

Traté de tomar su miembro, pero solo dijo:

“Quédate quieto, disfruta, quédate acostado”

Así que me tiré sobre la cama, regocijándome, de esa  inesperada  masturbación, que después de varios minutos descargué mi semen cayendo sobre mi pecho. A  pesar de estar algo avergonzado,  había disfrutado ampliamente. Me fui al baño a lavarme, al regresar le digo a mi amigo:

“Te la hiciste?”

“La dejo para otro momento, no te preocupes, eso sí dormiremos desnudos,          te parece?

“Ok, no tengo problemas”

Nos fuimos cada uno a su cama, y debo aclarar, que me había agradado, pensando sobre lo sucedido, volví a tener una erección, hasta que me dormí.

Pasada la medianoche, algo me despierta, era Antonio que friccionaba mi verga,

“Que haces?”

“No te gusta?”

“Si, claro” le contesto.

Su toqueteo fue más intenso, succionando mis tetillas, entregándome en ese inicio sexual, tocando por primera vez la verga de otra persona, ese juego me iba llevando a un estado de excitación y a pesar de no ser gay, me atraía.

A pesar de estar algo reticente, nos  besarnos levemente, sin soltar nuestros respectivos sexos, me sentía distinto, no parecía ser mi amigo, parecía alguien diferente,  pero comenzó a atraerme ese juego previo.

En ese momento de frenesí, comenzó a lamer mi verga, que volví a sorprenderme pero era la primera vez que me lo practicaban, me encantaba sentir su lengua recorrer mi miembro, alterándome mis hormonas, pero lo más impactante fue cuando comenzó a mamarla, introduciéndola totalmente en su boca, era un paroxismo total. Me acomodé de manera de llevar a mi boca su gruesa verga, deleitándome al succionarla y chuparla con ahincó, a la vez que sentía que hacia lo mismo con la mía.

Así permanecimos un buen rato, sin dejar de practicarnos ese sexo oral, donde vorazmente deglutíamos ese trozo de carne llena de erotismo, chupándola cada vez mas apasionadamente hasta que casi simultáneamente eyaculamos en las respectivas cavidades bucales.

Nos quedamos algo perplejos por lo acontecido, pero igual nos besamos intercambiando parte de nuestros flujos.

Nos dormimos rápidamente, aunque cerca de las 5 o 6 am, me desperté, la poco luz que invadía el dormitorio, me permitió ver a Antonio desparramado en la cama con su miembro flácido descansando entre sus piernas, me tenté de tocárselo,  y hasta se lo bese, por supuesto que se despertó, para iniciar una serie de besos, hasta que se dirigió a mi sexo, para besarlo e introducirlo en su boca.

Mientras mamaba mi miembro fue introduciendo un dedo en mi culo, algo que fue acrecentando mi calentura, comencé a gemir, de esa nueva y atractiva seducción, donde todos mis sentidos se concentraban en mis partes más sensibles. Antonio continuo con su avasallante acoso, cuando un segundo dedo, fue a cobijarse a mi recto.

Pegué un leve grito de molestia, al sentirlo penetrar

Te duele, disculpa”

“No está bien, sigue”

Continúo alterándome, cada vez más mis hormonas, al punto que dije:

“Me enloqueces, continua haz lo que te plazca”

No sé porque lo dije, pero me estaba trastornando, elevó mis piernas hasta llevarlas hasta el hombro, accediendo a esa posición, que por su intensión, sabía que sucedería, y realmente me excitaba, cuando, sentí su glande depositarlo en mi abertura anal, aumentando el ritmo de mis pulsaciones. Pensé en detenerlo, pero un pequeño empujón, hizo introducirse un poco, sabía que era bastante grueso su pene, pero sentí la necesidad de que continuase. La sensación que me producía era imposible de rechazarla, era extraño pero deje que continuase, poco a poco lo fue metiendo hasta pegar su pelvis contra mi ano, mientras me observaba embelesado, como si hubiese obtenido su objetivo.

Al experimentar que mis numerosas terminaciones nerviosas de la esfínter  me producían  una serie de  sensaciones de excitación, tanto cuando la iba insertando, como cuando posteriormente la extraía, presionándome el interior de mi recto. Percibiendo como mi desnudo cuerpo se iba crispando, hasta erizar mis pezones, poniendo mi miembro totalmente erecto. Aceptando ser cogido por mi mejor amigo, algo impredecible, jamás había pensado en una situación similar.

Me abrazó, para iniciar un alocado bombeo en mi recto, percibiendo como su verga friccionaba las paredes de mi entraña, causando un sonido cada vez que se chocaba contra mis glúteos.

Nuestros cuerpos llenos de sudor, se fusionaban en ese encuentro, me daba la sensación que me partía, pero ante tanta agitación, mi recto se fue dilatando, mientras entraba y salía con mayor facilidad, hasta sacarlo abruptamente para introducirlo de igual manera.

Me encantaba sentir esa loca penetración, donde las numerosas terminaciones nerviosas de mi esfínter, me producían  una serie de  sensaciones muy excitantes, cada vez que lo introducía como cuando lo quitaba. En un momento se quedó quieto, con su miembro totalmente inserto en mi conducto, mientras me acariciaba, como exponiendo una cierta dominación, algo que no me disgustó, sino que me entregué a esa postura.

Percibí que Antonio, estaba ejerciendo una supremacía, al estar efectuándome sexo anal, y hasta sus movimientos violentos demostraban ese comportamiento entre “victima y victimario” , por así llamarlo.

Clamaba y vociferaba, hasta que eyaculé copiosamente, mientras mi amigo seguía bombeándome de una manera más que exaltada, casi un par de minutos después,  evacuo su semen en mi recto.

Quedamos bastante exhaustos,   después de ese imprevisto encuentro, fui el baño y regrese para acostarme, Antonio me propuso juntar la camas, no hicimos ningún comentario, y manteniendo en mi mente lo sucedido me quedé dormido.

Cerca de las 11 am, me desperté, cuando vi a Antonio salir del baño, estaba acostado boca abajo, percibiendo detenidamente su verga,  que estaba algo erecta, con ese excesivo grosor.

Se sentó a mi lado acariciando mis glúteos, ese simple contacto me alteró, igual permanecí acostado, mi amigo continuo tocándome, cerré los ojos disfrutando esas carias, mientras separaba mis cachetes descubriendo mi orificio, hasta que me montó, algo que volvió a perturbarme.

Acaricio mi espalda, besando mi cuello, pero esta vez no hubo demasiada introducción, así que su glande nuevamente comenzó a incursionar en mi orificio.

Cuando de una manera bastante súbita, lo tenía nuevamente en mi interior, iniciando esos exaltados movimientos, elevando mi calentura, hasta que comencé a masturbarme, mientras mi amigo arremetía contra mi culo, pero esta vez estuvo más tiempo en mi interior, hasta que termine acabando entre las sabanas.

Desayunamos, pero no se habló del tema, aun me sentía algo avergonzado por lo sucedido, nos entretuvimos durante el resto del día, pero después de cenar, Antonio tocó el tema.

“Era la primera vez que lo hacías, verdad?

“Así es”

“Pero te gustaban los chicos”

“No para nada”

“Pero te gustó realmente?”

“Nunca había pensado en hacerlo, y menos con vos, me calenté y me dejé            llevar, aceptando lo que sucedería”

“Pensaba igual, pero el día que nos duchamos, que mirabas mi verga, me             encantó tu rico culito blanco, y pasó por mi mente, cogerte, así que te             fui tentando pero pensando que no lo aceptarías. Pero se dio y me          encantó          desvirgarte, además estabas supercaliente” me responde

Me agrado su confesión, continuando nuestra charla sobre el tema,, hasta que me dice:

“Desnúdate”

Sin hacer objeción, lo hice, Antonio se saco la ropa también, se arrodillo frente mío, y comenzó a chuparme la verga,  que en escasos segundos estaba totalmente erecta.

Después de un rato me alzó sentándome en la mesa, y mientras me besaba,  elevo mis piernas, buscando mi orificio anal con la punta de su verga, que en pocos segundos la tenia introducida por tercera vez en escasas horas, lo que se estaba convirtiendo en moneda corriente.

Por la tarde llegaron sus padres, cenaron y se fueron bastante tarde, que nos hacia postergar nuestro próximo encuentro, apenas lo hicieron  comenzamos los juegos habituales, pero intenté tomar la iniciativa, mamé su verga hasta incitarlo, aplicando mis dedos en su ano, y todo lo necesario para estimularlo. Aunque a esa edad nuestras hormonas no tardaban demasiado en alterarse.

Poco a poco fui llegando a mi objetivo, sin ningún tipo de negación, cuando termine endosando mi verga en su ano, percibiendo como era oprimida por las paredes de su conducto, lo bombee hasta que terminé eyaculando en su interior, cayendo sobre su espalda chuponeando su cuello.

“Te gustó, amigo”

“Si, pero prefiero cogerte

Su rápida aclaración, me hizo sonreír, sin decirle que disfrutaba mas, cuando él me cogía, sin tener muy claro, a esa edad que me estaba sucediendo..

Días después su padre trajo a Bobby su perro de caza, un Pointer inglés, blanco de manchas negras, un animal bastante grande, que apenas nos vio comenzó a saltarnos.

Nuestra relación se fue incrementando, 3 o 4 veces por día teníamos relaciones, aclaro que la mayoría de las veces Antonio me fornicaba, pero era lo que más me encantaba. Un día después de bañarnos, nos tiramos desnudos en el pasto, un beso, una tocada, cuando Antonio ya estaba avasallando mi pobre culo, felices de ese encuentro nos quedamos tirados en el pasto por supuesto con las respectivas vergas impregnadas de esperma.

Bobby que andaba por el lugar se acercó a  nosotros, oliéndonos e intentando lamernos la primera intención fue reprimirlo, pero cruzamos nuestras miradas y sin ninguna mala intención me dice Antonio,

“Dejémoslo a ver que hace” Y el animal comenzó a lamer nuestro sexo, que por supuesto comenzaron a alterarse, si bien nos hizo gracia quedó una impronta de ese momento.

Al día siguiente, mientras hacíamos nuestros jueguitos previos, el animal se sumo a lo nuestro lamiéndonos ávidamente nuestros miembros, algo que incentivaba bastante nuestro contacto, evidentemente el olor de nuestra esperma, atraía deliberadamente al animal.

Seguimos manteniendo al animal en nuestro encuentro, como adosando una variante, hasta que un momento de estar desnudo y agachado intento penetrarme,  ante la risa de mi amigo, que me decía:

“Te quiere coger, jajajaja”

Me rei también, sin llegar a darle mucha importancia.

Pero esa noche mientras manteníamos un juego de excitación, mi amigo,  me pregunta al oído, con una voz socarrona y sensual:

Te gustaría ser penetrado por Bobby”

“Estas loco ” riéndome de su ocurrencia.

“En serio?” mientras succionaba mi lóbulo y oprimía mi tetilla,

“Si en serio, no quiero” respondo, aunque continuaba insistiendo, mientras la punta de su verga jugaba con mi ano sin llegar a penetrarme, deseaba tanto que me la metiese, que termine diciéndole que si, aunque no estaba para nada seguro.

En esos cuatro o cinco días transcurridos desde nuestra primera relación, nuestros roles se fueron solidificando, Antonio era el activo yo el pasivo, sin llegar a caratular a esta relación, sabía que no estaba enamorado de mi amigo, sino que me encantaba hacerlo con él.

Lo del perro no se hablo más, pero un día…….