El dia que me enamoré de mi primo
Pero tenía un primo, algo mayor llamado Fahid, algo más robusto y la piel algo oscura, al que a pesar de que sus padres intentaban inculcar su religión, se mantenía distante a esas ideas.
El día que me enamoré de mi primo
Mi nombre es Karin, no demasiado alto, pero a pesar de la raza, soy mu blanquito y delgadito, mis padres son árabes, por lo que se mantienen ciertas costumbres, las que con el tiempo dejé de practicar.
Pero voy a lo importante de este relato, en esa época diría que no estaba muy definido con las chicas.
Pero tenía un primo, algo mayor llamado Fahid, algo más robusto y la piel algo oscura, al que a pesar de que sus padres intentaban inculcar su religión, se mantenía distante a esas ideas.
Manteníamos una buena relación, lo quería, y hasta diría que estaba enamorado de su manera de ser, más que nada me enseñaba cosas, y por supuesto de sexo algo lógico en esa edad que se comienza a conocer cosas, que nos ponía a ambos muy estimulados.
Mis padres tenían una casa en la afueras de la ciudad, que ante mi insistencia, un día permitieron que nos quedásemos con mi primo, en el periodo vacacional.
Mas que contentos fuimos, era todo una aventura, solos, libres de para hacer todo lo que se nos ocurriese, así que cuando llegó el día previsto partimos a ese lugar. Mis padres venían cada tanto a traernos los víveres, o cosas que podíamos necesitar.
Lamentablemente no había internet en ese lugar, que de alguna manera, nos permitió a usar la imaginación, y hacer cosas que prácticamente habíamos abandonado, u olvidado.
Por supuesto que un tema que tocábamos por la noche era sobre el sexo, sumado a que Fahid, había traído una serie de fotos de mujeres desnudas, que dada nuestra edad nos alteró rápidamente.
A oscuras en la habitación desde nuestras camas, seguíamos comentando sobre el sexo, terminando durmiendo con la verga totalmente dura, con ganas de masturbarme, que por la presencia de mi primo me contenía.
La segunda o tercer noche, después de ver las fotos, hubo como una intención e hacer algo mas, a lo que propuse de masturbarnos juntos, así lo hicimos, aunque por vergüenza o timidez, mantuvimos el lugar con poca luz.
A la noche siguiente, una pequeña vuelta de tuerca, propusimos, entrecruzarnos nuestra paja, el me hacía a mi mientras yo a él, siendo algo placentero, pero mucho más lo fue al sentir que la verga de mi primo parecía bastante más grande que la mía, aunque la experiencia fue muy satisfactoria.
Comenzamos a dormir desnudos, juntando las camas para repetirlo nuevamente, posiblemente, en esta época seria todo más rápido, pero en esa época, era como si comenzásemos a descubrir nuevas estimulaciones
Durante el dia jugábamos andábamos a caballo, disfrutábamos de una pequeña piscina, pero por la noche reiterábamos nuestro encuentro sexual, aunque con algo mas de iluminación. Fue en ese instante, donde me subyugo la verga de mi primo, su grosor y su desarrollado.
Si bien reiteramos lo mismo, traté de tenerla más tiempo hasta que los movimientos que me efectuó mi primo me llevaron a una pronta eyaculación, que mientras me dormía no dejaba de pensar en su miembro.
A la mañana siguiente me levanté más tarde que de costumbre, pero Fahid estaba desnudo preparándose un café, cuando pude apreciar su verga que le colgaba de una manera muy atrayente, y sensual, que no podía quitar los ojos de esa atracción sexual.
Automáticamente me bajé los bermudas, cuando mi primo me dice:
“ Que haces?
“Nada, quiero estar desnudo, me siento más libre, te molesta?
“Para nada, me encanta verte así, tienes un lindo culito” No dije nada, así que solo me sonreí, pero sentí una alteración por sus palabras.
No pasó nada mas, aparentemente no le interesaba demasiado a mi primo, pero sin ropa hasta que llegaron mis padres con provisiones.
Deseaban que se fuesen quería ver a mi primo desnudo entregarme a él, no sé realmente estaba más que alterado. Apenas se fueron mis padres, me desnudé, algo que mi primo repitió, observando su verga.
Le propuse quedarnos en el parque, dado que hacia una noche, calurosa y una luna llena que permitía que iluminara bastante, le propuse masturbarnos al aire libre, le gustó la invitación, así que iniciamos lo de las noches anteriores, mientras lo hacíamos, me acerqué a mi primo, y tocando su miembro, algo temeroso le digo:
“Quieres que te la chupe ? Algo perplejo ante mi propuesta, me dice:
“Me encantaría, te animas?
“Si, me animo, ponte como te complazca” le respondo
“Me pondré parado, ok”
Sin hacerme esperar demasiado me arrodillé, estaba bastante alterado pero deseoso de probarla, aunque a pesar que era la primera vez que lo efectuaba, lamí su ingle, pasando de una a otra rozando su aparato con mi boca.
Hasta que después de hacerlo varias veces la llevé a mi boca, me encantó ese contacto, me atraía su sabor, mientras que el resto de su aparato que no podía introducir, lo sustituía con mi mano.
Era placentero, me encantaba sentirla en mi boca, lamiéndola apasionadamente, ese imponente glande con la punta de mi lengua, apreciando las exclamaciones de placer de mi primo.
Así continúe, lamiéndola, llevando sus testículos a mi boca, era como reverenciando su sexo tan atractivo, y prominente, hasta que al intentar llevarlo más adentros de mi cavidad bucal, me produzco unas arcadas, aunque dispuesto a continuar, mientras me acariciaba mi rostro, en una combinación mutua.
Volví a introducirlo en mi boca, succionándolo con total vehemencia, hasta que noté que estaba pronto a eyacular, mientras que me tomaba de la cabeza como intentando acelerar esa felación filial.
Oprimí sus glúteos, mientras no dejaba de saciarme de su opulento miembro, además me sobrecogía esa situación de sirviente de mi primo, una posición algo deshonrosa, pero llena de una sensualidad excitante.
Permanecí, haciendo disfrutar a mi primo, que gemía fanáticamente, hasta que sentí que su cuerpo se estremecía, estuve a punto de retirar mi boca, pero desee apreciar su esperma, hasta que sentí sus flujos depositarlos en mi cavidad bucal, tragando parte de ellos.
Me hizo apoyar contra su cuerpo después de unos minutos, comenzando a masturbarme plácidamente hasta llevarme a un sabroso orgasmo, donde mi esperma cayó sobre mi abdomen y pecho, refregándolo sobre esa zona, llevando sus dedos a mi boca, que chupé sin rechazo. Permanecimos abrazados algo avergonzados por lo sucedido, pero satisfechos por esa experiencia.
No pasó más nada esa noche, aunque mi cuerpo se estremecía ante el recuerdo de ese momento, si bien lo repetiría en ese instante, preferí dejar que continuase durmiendo, ya que no había comentado nada al respecto.
El día siguiente fue como todos, no se tocó el tema aunque debo admitir que estaba dispuesto a repetirlo, pero me daba la impresión que mi primo no estaba de demasiado dispuesto, a pesar de permanecer desnudos gran parte del día
Esa noche, después de salir del baño, y dirigirme al dormitorio, lo vi a Fahid, tirado en la cama, desnudo con sus piernas separadas, una atrayente posición sexual, creo que sentí un enamoramiento hacia él, a la vez de una atracción sexual, me quité lo poco que tenia puesto, mientras me observaba sonriente, acostándome a su lado, como cobijándome con su cuerpo, después de unos minutos, toqué su miembro respondiendo abiertamente, a mis caricias.
Continúe acariciándolo, acurrucándome a su lado, hasta que comencé a rozar mas su pene, y posteriormente besarlo, lamiéndolo en toda su extensión, mientras mi primo disfrutaba de mis mimos, irguiéndose su pene, aprovechando para llevarlo a mi boca, disfrutando del placer que le estaba otorgando, transportándolo a un estado de éxtasis incontenible, dejando de producirle ese goce, para girarme quedando boca abajo.
Como algo sobrentendido, acaricio mi culito, conjuntamente con mi espalda, separando mis nalgas, hasta tocar mi esfínter, mientras mi verga estaba cada vez más candente, pendiente y expectante a lo que de alguna manera estaba incitando.
Fue cuando me montó, percibiendo su falo entre mis glúteos, permaneciendo estático ante su proceder, ese juego previo de su sexo erguido en mí traste me sublevaba, no tardo en apoyar su punta en mi ano, que poco a poco la iba introduciendo, en mi virgen cauce.
Percibiendo ese grosor que me producía temor y por supuesto dolencia, que a pesar de mis gemidos Fahid, continuó con su objetivo, deslizando ese trozo de carne en mi conducto rectal, mientras su corpulencia rodeaba mi cuerpo, sintiendo su amparo.
La dolencia se acrecentaba, tuve intenciones de parar, llegando a efectuar unos sollozos hasta sacar lagrimas de mis ojos, creo que a pesar de percibir mi sufrimiento, mi primo no se detuvo posiblemente el estado en que estaba era difícil de censurar.
Pegando un fuerte empujón, hasta penetrarme totalmente, seguido de un grito que no pude contener, pereciendo que me partía, a pesar de eso traté de relajarme, hasta que su bombeo se hizo más que tenaz, hasta quitar totalmente su aparato reproductor, hasta meterlo con todo, una y otra vez.
Gemía, mientras continuaba fornicando analmente, mientras sus manos oprimían mi cabeza sobre la almohada, me sentí su hembra, era extraño lo que me sucedía, mi verga estaba erecta a pesar de lo que me acontecía.
Sus bombeadas se fueron incrementando hasta que eyaculó, a pesar de todo no había logrado tener un orgasmo, pero apenas la quitó aparte de sentir un alivio, me mamó mi verga hasta hacerme acabar.
Permanecimos juntos dormitando, cuando se despertó para repetir un nuevo encuentro, le pedí de suspenderlo hasta calmar mi dolencia, misma negación le di apenas nos despertamos.
No creo que estuviese enojado por mis negaciones, pero no se me pasaba demasiado el dolor, carecía en casa de algún ungüento o algo similar.
Después de almorzar, volvió a insistir, a pesar de negarme terminé cediendo, me desnudé, mientras mi primo ya lo estaba totalmente preparado, después de unos juegos previos, terminó besándome, creo que eso me estimuló bastante, me alzó acostándome sobre la mesa mientras elevaba mis piernas, su falo lo apoyaba en mi ano.
Estaba ya a punto de introducirle cuando oímos el auto de mi padre, así que corrimos rápidamente para vestirnos, efectuándolo en el momento que entraban a la casa.
“Que raro que estén en la casa con la tarde que hace”
“Si, si estábamos por ponernos la malla” les respondo. Realmente deseaba que se fuesen, pero hasta se quedaron a cenar marchándose, mas de la 10 pm.
Hasta la noche tuvimos que esperar para tener sexo, el dolor se había ido, apenas llegamos a la habitación mi primo me desvistió, nos besamos bastante mientras él, amasaba mi verga, succionaba mis tetillas, para luego mamar mi sexo, estaba muy excitado, transportándome a un estado similar.
Después de desnudarse me tiro sobre la cama, colocándose un gel en su erecto falo, poniéndome boca abajo, en un primer momento fue una estimulación anual progresiva, suave, alterándome cada vez más, relajando mi musculatura anual, para luego introducir el dedo, sintiendo como friccionaba mi sensible mucosa.
A pesar de abrirme de piernas a la espera de ser penetrado, continuo con ese juego previo, llevando a gemir del placer que me estaba proporcionando.
Hasta que sentí la punta de su falo, obturar mi ano, con caricias en mi espalda, hasta que comenzó a introducirlo suavemente, desplazándose con total facilidad, frunciendo mi esfínter, en ese trozo de carne.
Nos pusimos en posición cucharita, sin quitarlo, estaba en la gloria, por la dulzura con la que me estaba follando, leves movimientos friccionaban las paredes de mi conducto, a la vez que oprimía mi falo, testículos, hasta mis tetillas, besando mi cuello, llevándome a un estado de total embeleso.
No sé el tiempo que mantuvimos ese juego previo, fusionado nuestros cuerpos en esa comunión anal, hasta que cambio de posición poniéndome boca abajo, iniciando un rápido bombeo, sacándola y metiéndola fuertemente, hasta que me llevó a acabar, prácticamente en el mismo momento de sentir su descarga en mi interior.
Nos mantuvimos aun unidos, hasta poder recuperarnos, nos dormimos abrazados hasta que después de unas horas lo reiniciamos nuevamente, para antes de levantarnos repetimos este acto.
Continuamos esta relación, sintiendo a mi primo como mi novio, realmente estaba enamorado de él, al punto de dejarme el pelo largo, que con mi cara aniñada, mi cuerpo blanco, parecía una chica, llegando a vestir esa ropa unisex, logrando confundir a cierta gente de mi sexo, algo que le encantaba a Fahid, pero no así a mi familia.
Mantuvimos bastante tiempo esta relación, por supuesto a veces con problema de género, pero todo superable. Solo que a nuestro sexo fuimos incorporando cosas nueva, variantes, por ejemplo formar un trío, o cosas por el estilo.
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