El día que me abrió

mi sueño de poder darLe el placer que Él merece por donde Él quiera, se ha cumplido.

Estábamos el Amo SCAR y yo, Su perra, mirando la tele. La verdad que no recuerdo qué veíamos, porque con Su permiso me dedicaba a besar los pies que tanto amaba. Los besaba, los lamía, devoraba cada uno de aquellos dedos con el afán de quien lleva días sin comer en una isla desierta.

Estaba con el collar de cuero que previamente Él me había puesto, con una camisa lila que sabía que a Él Le gusta y unas braguitas blancas de algodón.

Mientras más devoraba Sus pies, más me excitaba. Besos, mordisquitos, devoraba cada uno de Sus dedos, jugueteaba con Su dedo gordo dentro de mi humilde boca; hasta que en ese afán, Le dí un lametazo a lo largo de Su planta del pie con las consecuentes cosquillas que provoqué.

Me empujó al suelo con la planta del pie, de tal manera que mis piernas se abrieron y fluyó en el ambiente la excitación que yo sentía hacía rato ya. Si yo olía mi coño, qué decir del Amo SCAR, que siempre lo sentía antes que yo. Una voz resonó desde el sofá:

-uysss, ¿ya estás caliente perra? ¿A mi puta le excita hacerme cosquillas? Abre las piernas que quiero verte las bragas- me soltó con un aire divertido.

Hice lo que Él me ordenó, sabiendo o imaginando lo que iba a vislumbrar. Mi humedad empapaba mis braguitas de algodón, que empezaban a trasparentar; el colo rosado de mi coño se vislumbraba a través de mis bragas. Él sabía que exhibirme así siempre me ha dado pudor, pero Le encanta. Mientras no me dijera otra cosa, allí me encontraba tumbada en el suelo, con las piernas abiertas y flexionadas y mi entrepierna mirando hacia donde Él Se encontraba.

El volvió a ofrecerme Sus pies, a lo que yo respondí volviéndome a sentar en el suelo y comenzando a saborearlos de nuevo. No me atrevía a alzar la mirada para ver la cara del Amo que me posee, estaba avergonzada. Pensé en concentrarme en la labor que se me había encomendado para olvidar mi pudor. No pasaron muchos minutos cuando el Amo SCAR Se incorporó y Se acercó a mí, tomando mi barbilla para que Le mirara a los ojos, y me dijo:

-¿Tú te crees que con el olor a tu coño flotando en el ambiente Me dejas disfrutar de este masaje? Eres tan zorra que has hecho que Me excite.- Y me agarró del pelo para follarme la boca con Su lengua, morder mis labios y devorar mi aliento.

En aquel momento agarró la argolla del collar y lo amarró con un mosquetón y una cuerda que portaba enrrollada en Su mano, para tirar de ella y llevarme a 4 patas hasta la mesa del comedor.

Me hizo el gesto de colocarme en la mesa, en la cual me dispuse boca abajo, ofreciéndole mis nalgas. Él tomo mis manos y las ató juntas dejando dos trozos largos de cuerda, los cuales ató por detrás de las dos patas contrarias de la mesa, obligándome a mantener mis brazos extendidos y mi cuerpo pegado a la mesa.

Se fue a la habitación a coger algo. Yo ya imaginaba que sería alguno de esos juguetes que tanto Le gustan, pero antes de eso me llevé la sorpresa. Algo helado rozo mi nalga por debajo de mis bragas. Lo paso desde uno de los agujeros de la pierna hacia el otro por la zona de mi coño. Atravesó ese objeto helado debajo de mis bragas. Y cuando noté mi clitorix mojado rozado por el aire me di cuenta de que había cortado mis bragas con una tijera. Dejó mi culo y mi coño al descubierto.

El primer palazo se estrelló en mi culo, detrás el segundo, tercero, cuarto, quinto... Yo notaba que el calor que brotaba de mis nalgas comenzaba a subírseme a las mejillas debido a que la excitación iba en aumento. Mi culo se iba calentando, yo mojaba mis muslos y el Amo SCAR se acercó a mí:

-¿Sabes que me encanta tenerte cachonda perrita?- qué más necesitaba yo...

Un gemido asomó de mi garganta.

En aquel momento, me metió Su polla dura de golpe. Sentí un poco de dolor, dado el tamaño de su polla y porque no me lo esperaba tan brutalmente, pero para el tercer empujón se convirtió en placer. Yo gemía y gemía, pero no esperaba lo que Él tenía en mente, lo que iba a hacer a continuación.

Empezó a meterme un dedo en el culo, y sentí que la presión aumentaba. Me estaba metiendo dos, empapados en lubricante. Empecé a escuchar el sonido de una especie de bolsa, que yo no sabía que contenía y la presión en mi culo aumentó. Reconozco que siempre me ha trabajado el culo con mucho cuidado, pero esta vez, tenía un fin en mente. Me había metido un plug.

Siguió follándome con el culo lleno con aquel plug. Sí, lo reconozco, fue uno de los mejores orgasmos que había sentido hasta aquel momento. No podía dejar de gritar, sudar... Empujones, gemidos, mis fluidos me mojaban hasta las rodillas. Recuerdo Su lengua en mi boca, seguía empujando... hasta que con un hilo de voz, murmuré:

-Amo SCAR... esta.... perra.... por favor... ¿me permite... corrermemmmmm?

-Jajajajajajaja... claro que sí, perrita... claro que sí

Mis gritos resonaron en aquella habitación y yo llegué al cielo.

En cuanto me corrí me ayudó a darme la vuelta, no sin antes ordenarme "que el plug no salga de ahí". Con mis manos atadas, me giré con Su ayuda, de manera que mis pies dejaron de tocar el suelo por el ángulo, que con mi culo sobre la mesa, cogió mi cuerpo.

El Amo tomó dos cuerdas más de un cajón y flexionó una de mis piernas para atar desde mi muslo a mi espinilla y obligarme a tenerla flexionada. Hizo lo propio con la otra, y así me quedé con las dos piernas flexionadas y ofreciéndoLe mi culo y mi coño.

Tenía que hacer presión con el ano para que el plug no saliera despedido, y ya me había dejado de doler. El Amo volvió a follarme pero con otra intensidad. Según yo iba excitándome, Él paró para sacar el plug de mi culo y poner la punta de Su polla en aquel agujero que todavía no había sido follado con ella.

Mi culo estaba más dilatado que de costumbre y la punta de Su polla entró con relativa facilidad. Iba metiendo poco a poco el resto de Su polla, hasta que no quedó ningún centímetro de ella a la luz. Reconozco que me resultó un poco molesto, pero el sentirLe llenando mi culo me excitaba. Mientras empujaba con suavidad por allí, con Sus dedos me masturbaba. No me lo podía creer, iba a llegar a otro orgasmo con el Amo que me poseía llenándome el culo. Era un sueño.

Mientras más me excitaba, más rápidos eran Sus movimientos. Y Él me dijo "córrete si quieres zorra... ¿ves como te dije que ibas a disfrutar por ahí?". Y ese fue el detonante, empecé a culear para tragarme con el culo la verga de aquel hombre que adoraba, que me usaba y que era el único que había conseguido que sintiera mi entrega.

Cuando me hube corrido, manteniéndome en aquella posición, Se subió sobre la mesa y colocando las rodillas a los dos lados de mi cabeza, me dejó Su sexo para que lo limpiara, para que con mi boca lamiera todo lo que de él brotaba.

Lo lamí, lo bese, lo absorví. Jugué con mi lengua en Su sexo con toda la pasión y el agradecimiento que la posición en la que me encontraba me permitía, hasta que Se dejó llevar por el orgasmo. Un orgasmo que se desparramaba por mi boca, mi nariz, mis mejillas...

"gracias Amo, es un honor que me permita hacerLe gozar y por el placer que eso me proporciona. LE AMO."

Me desató, y de nuevo con la correa, me llevó a la cama.- Durmamos- dijo- quiero dormir con el olor de tu placer. Me latía el ano, por el ímpetu de Sus últimos empujones, pero me sentía feliz y satisfecha. Por fin había conseguido poder ser follada por cualquier sitio que Él quisiera y eso me hacía feliz.

Me metió en la cama y yo me coloqué en posición fetal. El se colocó tras de mí, echó un brazo sobre mi cuerpo y el sueño se apoderó de ambos poco después de que me diera un beso detrás de la oreja.