El día que fui desflorada.

A pesar de nunca haberlo practicado, y menos visto algo así, al observar esa felación durante un buen rato, viendo como el perro, permanecía echado disfrutando sin ninguna duda, de lo que mi prima le estaba propinando, devorando con su boca, de una manera, a ese falo rojo, que cada tanto expulsaba su leche, por efecto de su excitación, percibiendo por la comisuras, de los labios de Silvia.

El día que fui desflorada

Continuación de “Como mi prima, pervirtió mi inocencia.”

A pesar de nunca haberlo practicado, y menos  visto algo así, al observar esa felación durante un buen rato, viendo como el perro, permanecía echado disfrutando sin ninguna duda, de lo que mi prima le estaba propinando, devorando con su boca, de una manera, a ese falo rojo, que cada tanto expulsaba su leche, por efecto de su excitación, percibiendolo  por la comisuras,  de los labios de Silvia.

Y que a pesar de considerar un acto obsceno, promiscuo y morboso, no podía dejar de excitarme, además ver el cuerpo desnudo de Silvia, rodear con sus piernas la contextura del animal, manteniendo su boca fusionada la rojiza verga del perro, era algo muy abrumador e incontable. Pero atraída como un imán, permanecía en el sillón, desnuda, como hechizada, sin perder detalle de ese sexo oral, imprevisto, tocándome, sintiendo mi cuerpo revolucionarse, sin dejar de observar, hasta el último pormenor, anonadada por ese espectáculo.

Inicie mi masturbación, donde nuestros gemidos de placer comenzaron a inundar el lugar, sumados a los jadeos del perro, que permanecía estático, gozando plácidamente, tocándome apasionadamente..

Apenas finalizado, eso mi prima se levantó, me besó percibiendo un sabor amargo pero seductor, tomándome de la mano para irnos al dormitorio, mientras me dice:

“Eres una viciosa, te has pajeado mirando lo que hacía, eso no se le hace a  la prima”

Mientras vuelve a besar, percibiendo esta vez su boca pegajosa, por los fluidos del perro, algo que no dejaba de atraerme, relamiendo su cara, mientras nos tirábamos en la cama, apoderándome de su teta, para succionarle esos ricos y atractivos pezones, hasta que me bajé hasta su sexo, para lamerlo, apasionadamente hasta llevarla a un fuerte orgasmo,

Sin darme cuenta estaba entrando en mundo inexplorado, con esas experiencias, que si bien me contenía en un principio, notaba que cada vez me atraía más y más, que hábilmente, me fue llevando a un sexo atípico y desconocido.

Así como estábamos, nos acostamos, a la mañana siguiente al despertar, percibía el olor de la esperma del animal, algo que me atrajo rápidamente, Silvia no estaba, cuando la vi salir del baño, acercándose para besar mis labios, diciendo:

Como amaneció mi pajerita? ”, algo que me produzco algo de vergüenza, al oír decir eso. Cerca de las 10 am, vino la madre del Burrito, para limpiar, hacer las camas y cambiar las sabanas, supongo que se debe haber percatado del estado,  cerca de la 1 pm, vino su hijo a traer la vianda, Que prácticamente la devoramos, pileta por la tarde, y ninguna otra actividad.

Por la noche, tomamos casi dos botellas de vino, así que estábamos bastante  mareadas, riéndonos de cualquier pavada que decíamos.

Entre todas esas cosas, Silvia me propone ser mi ama, y yo su esclava, realmente desconocía, que se trataba, pero mi mente no estaba demasiada clara para entender claramente, aceptando ese juego desconocido. Si bien intento explicármelo, le dije que haría lo que quisiese.

En primer lugar, me hizo quitar la ropa, dándome, unos calzones viejos, y una remera algo rota, no entendía bien, pero obedecí.

Fuimos a su habitación, me hizo acostar, atándome de pies y manos en cada extremo de la cama, posición que me llevó a dormirme, cuando unos leves cachetazos me despabilaron un poco.

Cada tanto me tocaba, hasta que después de un rato apareció con unas tijeras, cortando mi ropa hasta dejarme desnuda, vendó mis ojos y colocó como una pelota en mi boca sujetándola con una banda elástica a través de mi cabeza, estaba totalmente imposibilitada de movimiento, vista y sin poder hablar, donde parecen que el resto de los sentidos se intensifican.

Su mano se desplazaba por mi piel, tocando mis partes más sensibles, solo pudiendo emitir unos gruñidos amorfos, oprimiendo mis pezones, alteran cada vez mas mi excitación, aumentando y espaciando ese contacto, intercalando los silencios, en la que mi mente acentuaba mi estimulación, a la espera sorpresiva de sus ávidos sádicos acercamientos,

A la espera de la que me acontecía, sentí un hielo, en las puntas de mis pezones, irguiéndose con ese contacto helado, cuando Silvia decía:

“Como se han puesto !!!!!!!!!, ideales para morderlos”

Cuando sus dientes oprimían levemente mis puntas, para seguir succionándolos de una manera desbordante, hasta sentir sus dedos en mi raja, rozando mis labios vaginales, para después sentir colocar algo en mi ano, tratando de gritar o moverme de una manera excitante. Ese manoseo constante e impredecible, duró bastante, con leves periodos de silencio, mientras sacaba y volvía a introducir el plug que me daba la sensación que aumentaba su volumen.

Por último fue embardunando mi cuerpo fundamentalmente en mi cara, tetas, abdomen y por supuesto en mi vagina, trayéndome a la memoria lo sucedido con los animales dias atrás.

Efectivamente uno de ellos subió a la cama, pisándome, mientras buscaba desesperado lo sectores impregnados con jalea u otra cosa, lamiendo mi cara, pezones y fundamentalmente mi vagina, revolucionando mi cuerpo, activando mis hormonas, donde una mezcla de cosquilleo, excitación, desesperación, se fusionaban llevándome a un estado de total paroxismo, donde mi prima me dice:

“Te gustaría que esté el Burrito, aplicándote su dispositivo?”

Pensé que de estar  presente, viendo mi comportamiento, me dio algo de retraimiento, aunque no tenías dudas que le permitiría que me desvirgase, por lo menos eso pasaba por mi mente.

Después de esta sesión, tan abrumadora y estimulante, mi prima dando el punto final, se apoderó de mi vagina, incrustando su lengua, a la vez de girar el aparato anal, llevándome a un auge de total éxtasis, gimiendo y moviéndome como podía, babeándome por la mordaza BDSM, hasta que me hizo venirme de una manera más que vertiginosa, arqueándome, tratando de gemir, expulsando mi calentura.

Quedé extenuada, mientras dulcemente mi prima me iba despojando delicadamente de los complementos que poblaban mi cuerpo, al quitar la venda lo vi a Bruto, que parecía mirarme de una manera bastante libidinosa, acaricie su cabeza, lamiendo mi mano como en agradecimiento.

Mi prima me llevó a bañarme, para sacar  todo lo que impregnaba mi cuerpo, comentándome:

“Realmente estabas más que caliente primita, no sabes cómo me has excitado, hice lo mismo que tú, cuando estaba con el perro. Ah, antes que me olvide mañana invitamos al Burrito, ya que hoy lo requerías”

Asenté con la cabeza, aunque aun no sé si estaba decidida a tener relaciones con él, puede ser que si llegó al estado de hoy, lo permita, pero vería, que sucedería el día siguiente.

Eran cerca de las 2 am, así que nos fuimos a dormir, no pasó más nada, nos levantamos tarde, algo de pileta, tomamos sol, cuando cerca del medio día llegó el Burrito, mi prima fue a atenderlo, se puso la bata sobre su cuerpo desnudo, dirigiéndose a la puerta.

Apenas lo vio le dio un beso, en la mejilla, mientras mi prima con la bata bastante abierta hablaba con este chico, que debía de ver parte de su cuerpo desnudo.

Cuando regresa con la vianda, me dice:

“Todo arreglado, viene esta noche a la 9 pm, me costó convencerlo, pero accedió. ”

“Y como lo convenciste?

“Le dije que querías ser desvirgada por él”

“Estas loca, como le dijiste semejante cosa, no tengo cara para mirarlo de frente, cuando venga” Realmente estaba ofuscada, si bien podría interesarme, decirle semejante barbaridad, no me agradaba para nada, cuando me dice:

“No tonta, como crees que le diría eso, le dije que viniese a tocar la guitarra, jajajajaja ” Quise creer que eso era la verdad.

Nos preparamos esa noche para recibirlo, mi prima se había puesto una blusa y un short corto, que por la carencia de ropa interior, se introducía en su cavidad, dejando ver sus labios vaginales, a igual a su blusa que permitía transparentar sus tetas, .algo mas recatada me puse un vestido corto, algo acampanado, pero a pesar de la insistencia de mi prima me puse  sostén y bragas.

Hicimos una picada, con fiambres y varias cosas más, cerveza y vino, y esperamos su llegada, a la hora establecida oímos golpear, ahí estaba con su guitarra, algo que me calmó, sabiendo que mi prima me decía la verdad.

Le fui a dar un beso, oliendo su perfume, muy poco atrayente, pero no era eso el principal ingrediente. Después de comer y tomar algo, comenzó a tocar la guitarra, no lo hacía mal, aunque los temas no eran demasiado de mi agrado.

Silvia sentada frente a él, abrió sus piernas dejando bien palpable, su sexo, notando como este chico se le iban los ojos a ese lugar. Lentamente se fue tomando el vino,  como la cerveza,  comenzando a caldearse el ambiente, por mi parte no sabía bien como actuar, aunque mi prima era la indicada.

Por otra parte este chico, que se llamaba Juanito era algo tímido, aunque mostró su verga oportunamente, así que Silvia después de un rato de guitarreada, puso unos DVD, mas movidos, alentando a bailar un poco.

A partir de ese instante, el ambiente se hizo más caliente, Silvia comenzó a bailar conmigo, de una manera bastante sensual, tocándome y besándonos, creando un clima algo mas especial. Invitando al Burrito a sumarse a esa danza, adosándose a  nuestros cuerpos, en donde quedé en el medio,  mientras me pegaban mas sus cuerpos al mío.

Eso me fue alterando, nos quitamos las sandalias, tocándonos cada vez más,  el Burrito me tomaba de la cintura, mientras mi prima se pegaba a mi espalda, levantando algo mi falda quedando al descubierto mis bragas. Me fui dejando llevar, producto en parte por la bebida, pero por esa danza en donde nuestros cuerpos se iban fusionando al ritmo de esa música tan sensual.

Silvia continuo levantando mi vestido, hasta que lo quitó, creo que me ayudó a romper con esa timidez ante este chico, que ya se había quitado la camisa, acariciando mi prima su dorso desnudo, mientras abría su blusa, dejando expuestas sus bellas tetas.

Todo se iba acrecentando, cuando desprenden mi sostén, quedando igual que mi prima, el chico baja sus pantalones, notándose perfectamente su miembro crecido,  por el frenesí de ese sensual baile.

Silvia, metió la mano a través del bóxer del Burrito, oprimiendo su verga, besándose en la boca, sumándome a ese inicio de desenfreno, permaneciendo entre ambos, acelerando los latidos, ante ese contacto que estaba a punto de desencadenarse, disfrutando las caricias de ambos.

Aun permanecía con mis bragas, como tratando de prolongar mi virginidad, mientras ellos ya estaban totalmente carentes de ropa, apreciando la verga de Juanito, totalmente erguida, pronta a introducirla en alguna de nuestras cavidades, que palpitaba que era la candidata.

En determinado momento nos arrodillamos, adorando a ese trozo de carne, lamiéndola y chupándola, mientras intercambiaba besos con mí prima, flameando Juanito  su emblema masculina, disfrutando de nuestras pecaminosas lenguas. Todo estaba llevando a un final predecible, mi desfloración, cuando siento que entre ambos van quitando mis bragas, algo temeroso dejé que fuesen formalizando mí profanación, cuando oímos una bocina.

Nos miramos los tres de una manera alarmante, cuando Silvia dice:

“Mis padres, Dios mío”

Rápidamente comenzamos a vestirnos, sacando a Juanito por la puerta trasera, acomodando la que se podía, cuando se abre la puerta y la madre de Silvia, dice:

Hola chicas, todo bien, vinimos antes de lo pensado, espero que no les incomode”

”Para nada tía, para nada” Mientras nos mirábamos con mi prima.

Quedando ambas perplejas ante esta sorpresiva e inoportuna  llegada, sumado a que se quedarían un par de noches, para regresar por la mañana. Hablé con Silvia, que me dice:

No te preocupes primita, mañana a la noche hablo con papi, y trato de        convencerlo, para quedarnos, siempre salgo con la mía”

Al día siguiente, por la tarde comenzó a hablar con su padre, si bien no oía todo lo que decía, me daba la impresión que no cedía, hasta que se le sentó en su falda, acariciando su cara, hablándole al oído,  hasta ver su cara como que iba cediendo a el pedido de su hijita, cuando oí un “Gracias papi’

Viniendo mi prima, corriendo a mi lado para decirme que nos quedaríamos una semana más.

Después de un par de días, por suerte se fueron, así que organizamos con Silvia,  un nuevo encuentro, después de hablar con el Burrito, quedamos para el día siguiente juntarnos, algo más temprano.

Cuando desperté para el  día fijado, estaba algo nerviosa, no sabía cómo lo haríamos, pero dejaría que las cosas se fuesen desarrollando de acuerdo a las circunstancias, cuando Silvia me dice:

Te prepararé, para este encuentro, no tengo dudas de que te desea, por lo            que no tendrás que hacer demasiado. Yo manejaré ese ceremonial, por así llamarlo, te parece?”

“Si primita, queda todo en tus manos” le contesté.

Traté de tener algo de sexo con mi prima, pero se negó, argumentando que era tarde y ya tendríamos tiempo más tarde, comprendí su argumento, levantándome para desayunar.

Por la tarde me bañó, preparándome para esa noche, rasuró el sector de mi sexo, apreciándose mi coño  desnudo, me perfumó y hasta maquilló mi rostro, encontró un camisón, bastante transparente de su madre, me puso una tanga, coronando mi cabello con unas flores.

Rato después sonó  el timbre,  yendo  Silvia a abrir la puerta, recibiendo al Burrito, nos saludamos, mirándome de una manera muy peculiar, manteniéndome expectante a las indicaciones de mi prima.

Mientras hablábamos de cualquier cosa, mi prima se acercó tomando la mano del Burrito, para ir efectuando un baile entre los tres, acorde con la música que envolvía el lugar.

Se fueron acercando a mi lado, mientras Silvia me besaba y a continuación este chico, sintiéndome una estimulación  y nerviosismo a la vez. Cuando comenzaron sutilmente a quitarme la ropa, lentamente, previo a besos y caricias que me iban proporcionando, hasta quedar totalmente desnuda, algo inquieta y avergonzada, fui cediendo, dejándome llevar a ese previsto encuentro.

Me acostaron en el sillón, abriéndome de piernas, y mi prima, separando mis labios vaginales, observaban seguramente mi himen intacto, algo incomoda, por la presencia del Burrito me perturbaba un poco, que con suma delicadeza, desplazo su dedo en mi interior, mientras se iba despojando de su ropa, hasta ver su miembro erecto, listo a entrar en acción, sentándose a mi lado.

Algo confusa, me levanté,  como magnetizada me arrodillé a su lado para lamer el instrumento que me haría mujer, introduciéndole en mi boca, hasta producirme unas nauseas secas, que con sus manos en mi cara, intentaba implantarla totalmente.

Después de un breve tiempo, me tomó de la cintura girándome, hasta sentarme sobre él, acomodando mi abertura vaginal sobre su glande, temiendo por lo que se avecinaba, pero, no acabé de pensarlo, cuando sus manos tomando mi cintura,  y con suficiente fuerza, impulsó mi cuerpo hacia abajo, exhalando un grito de padecimiento, cuando su aparato quedó totalmente instalado en el interior de mi dolorida vulva.

Cuando mi prima comenzó a succionar mis pezones, mientras el Burrito, rodeando mi cintura, continuaba manteniendo su verga en mi interior.

Después de haberme desflorado de esa manera, algo mecánica y directa, sentí como que él mandaba, actuando con la sigilosamente de un gato, pero con la ferocidad de un leopardo, sintiéndome su presa.

A continuación, me emplazó en cuatro, para volver a penetrarme, gimiendo ante su ímpetu, al introducirlo nuevamente, iniciando una copulación, violenta y posesiva, hasta percibir después de un rato, su copiosa secreción.

Sacándolo después de unos segundos, quedando tirada, algo extenuada, pero sin haber obtenido algún un orgasmo. Cuando miro al Burrito con su verga roja, por efecto de mi profanación, sintiéndome culpable por lo sucedido, así que tomé un pañuelo, para limpiarle, dándole posteriormente unas mamadas, limpiando algunos vestigios, como requiriendo su tolerancia.

Mi prima sugirió ir a la alcoba de sus padres, ya que la cama era bastante amplia y cómoda, donde ellos tuvieron sexo, dándome la sensación de haber sido distinto que conmigo. Mientras se reponía, permanecimos acostados, tocándonos, besándonos de una manera más leve y tranquila.

Cuando después de un tiempo, y por efecto de ese juego previo, la verga del  Burrito ya estaba activa, arrimándome a su sexo, para iniciar unas locas mamadas, que después de haberla chupado bastante, me giró sobre la cama, quedando boca abajo, percibiendo como acariciaba mis glúteos, separándolos y observado mi abertura, dándome cierto retraimiento, hasta sentir su dedo explorar la zona, hasta introducirlo un poco.

Mi prima observaba, besándome, acariciando mi espalda, como tranquilizando por lo que se avecinaba, cuando lo sentí montarme por atrás, apreciando  su falo entre mis glúteos, para luego contactar su glande con mi ano.

Ese juego previo de su sexo erguido en mí traste, me aterro un poco, no tardando en apoyar su punta en mi ano, que poco a poco la iba introduciendo, en mi virgen cauce.

Apreciando ese grosor, que me producía temor y por supuesto dolencia, y que a pesar de mis gemidos, que hizo caso omiso, prosiguiendo con su objetivo,  deslizando ese trozo de carne en mi conducto rectal, mientras su corpulencia rodeaba mi cuerpo, sintiendo su cobijo.

Fue en el momento que me sentí su presa, no me mataría para comerme, pero si seria follada analmente, demostrando su dominio sobre su trofeo.

Mientras continuaba penetrándome, ante mis gemidos de dolencia, que se iban acrecentando.

Silvia me observaba, como disfrutando de ese contacto, diría violentado, viendo mi cara de desconsuelo,

Tuve intenciones de liberarme de esa abusiva penetración, llegando a efectuar unos sollozos hasta sacar lagrimas de mis ojos, creo que a pesar de percibir mi sufrimiento, no se detuvo, al contrario, aumentó su alocado embate, como un castigo,  disfrutando de su conquista, ante mi impotencia y sumisión a esa penetración anal.

La noche continuo, pero no quise repetir la nueva experiencia.