El día de Pascua
Una excursión algo especial.
El día de Pascua
Normalmente, el Lunes después de la Pascua es fiesta en Cataluña y si el tiempo lo permite la tradición es salir al campo para comerse la Mona ( pastel típico) con los amigos.
Pues bien este lunes de Pascua fue algo diferente. Como de costumbre cargamos los coches con todos los artilugios que podíamos necesitar para preparar la comida, las monas, vino y cava a discreción y unas cuantas mantas, para dormir la siesta.
Una vez preparados nos dirigimos a un bonito lugar cerca del pueblo. Es una explanada cerca de una ermita y un precioso salto de agua. En verano ideal para pegarse un buen chapuzón, pero no es habitual que eso suceda el día de la Mona puesto que acostumbra a hacer frío.
Esta vez estábamos todos, Ramón , Ricardo, Javier, Nuria, Meritxell , Silvia y yo que me presentaré me llamo Alberto. Entre nosotros no hay ninguna pareja pero si mucha libertad y de hecho alguno de nosotros ha mojado pero nunca nada de importancia. Nuestras edades van entre los 17 y los 19 años, y somos amigos de toda la vida.
En fin una vez hechas las presentaciones vamos al día que nos atañe.
Cuando llegamos todas las chicas se convirtieron en maestros de ceremonias y nos mandaron a por leña para el fuego. Nos dieron la carne para cocerla a las brasas, mientras ellas ponían la mesa y preparaban la ensalada.
Comimos y bebimos, esto último en cantidad y el efecto empezó a notarse.
Ramón, había traído un pequeño equipo de música que puso con el volumen muy alto para desperezarnos y hacernos bailar.
Como la música estaba bien pronto nos animamos y salimos a bailar.
Todos estábamos muy alegres, el vino y el cava mandaron al cuerno las inhibiciones.
Los chicos cada vez nos arrimábamos con mayor descaro, y las chicas no oponían resistencia alguna, al contrario, creo que recibí algún achuchón que otro.
Estábamos muy contentos pero ninguno se atrevía a realizar el primer paso.
Entonces me fui a por otro trago y apoyadas al capó de mi coche me encontré a Silvia ya a Nuria dándose el pico.
La imagen era ideal y sin poder contenerme me acerqué a ellas. Primero no osaba acercarme demasiado, no quería que aquello terminara.
Mi erección se notaba perfectamente a trabes de la fina tela del pantalón.
Entonces Silvia se dio cuenta de que las estaba observando y apartándose un poco de Nuria me invitó a participar.
Podéis suponer que no me hice de rogar.
Las abracé a ambas y empezamos a besarnos, el deseo cada vez era mayor y pronto rodamos por el suelo quitándonos la ropa.
Los demás al darse cuenta de la situación también se apuntaron a la fiesta.
Ramón y Javier se acercaron a nosotros ya sin los pantalones y luciendo tremendas erecciones. Nuria y Silvia se dieron cuenta y enseguida se arrodillaron entre los tres y empezaron a chuparnos las pollas.
Aquello parecía una danza de lenguas.
Primero a Ramón después a mí, un morreo entre ellas y luego Javier.
Se lo estaban pasando en grande.
El morbo era tremendo y ninguno de los tres aguantó mucho.
Primero fue Jorge que se corrió en la boca de Silvia y esta compartió la corrida con Nuria. Después me corrí yo, que ante tal exhibición estaba ya muy salido, en la cara de Nuria y casi sin dejar que terminara acabó también Ramón.
Mientras nosotros dejábamos que nos limpiasen las pollas, y sin que nos hubiésemos dado cuenta de nada Ricardo y Meritxell estaban dándose el lote.
Meritxell estaba en cuatro y Ricardo sujetando bien sus caderas la tenia ensartada por detrás y no le daba tregua.
Meritxell y Ricardo se corrieron a la vez entre gritos y jadeos de placer y cayeron los dos exhaustos al suelo.
Desnudos como estábamos y viendo la exhibición de Ricardo y de Meritxell nos volvieron a entrar ganas de meterla.
Esta vez mas calmados cogimos a las chicas y como agradecimiento por la mamada nos dirigimos a probar sus húmedos conejitos.
Yo le tenia unas ganas locas al de Meritxell así que me fui a por ella. Estaba muy mojada con los jugos de su corrida y de la corrida de Ricardo, pero no me importó y metiendo mi cabeza entre sus piernas limpie ese cochito hasta dejarlo reluciente y a punto de caramelo.
Ramón se fue a por el de Silvia y Javier a por el de Nuria. Solo quedaba Ricardo que sin pensarlo dos veces dirigió su aparato a la boca de Silvia.
Silvia es la mejor chupa pollas del grupo y enseguida se notaron los efectos en la polla de Ricardo.
Los demás seguimos comiéndonos aquellos conejitos con desespero, mientras ellas nos aguantaban la cabeza entre sus piernas, casi como si quisieran que las penetráramos con ella.
No estoy muy seguro pero casi os juraría que las tres se corrieron a la vez.
Ricardo que tenia ya una erección terrible se sentó en el suelo e hizo que Silvia se sentara en él. Pronto la tuvo bien cogida e hizo que se echara sobre su pecho.
Javier no se lo pensó dos veces y llamó a la puerta trasera.
Silvia lo recibió con agrado y entre los dos la cabalgaron sin tregua. Parecía como si lo hicieran todos los días, estaban completamente compenetrados, cuando uno entraba el otro salía. Fueron aumentando el ritmo y también los gemidos de placer hasta que los tres terminaron en un gran orgasmo.
Mientras Ramón cogió a Meritxell y la tumbó al suelo. Estaba ya muy caliente y sin pensarlo siquiera se la metió. Como ella estaba muy húmeda entró sin ningún trabajo y empezó a bombearla muy duro.
En el aire solo se podían escuchar los jadeos de placer.
Yo por mi parte me quedé con Nuria y poniéndola a cuatro patas me la tiré estilo perro, le daba fuerte y sin siquiera darme cuenta se la metí en su culito. Estaba estrecho y el roce de sus nalgas en mi tripa consiguieron que descargara todo lo poco que me quedaba en ese culito.
Terminamos todos muy cansados pero satisfechos.
Como ya anochecía nos despedimos, pero con la promesa de repetirlo.