El Destino
El Destino...
Acaso nunca pensamos que estamos destinados para una persona desde el mismo día en que nacemos, acaso pensamos que esas cosas solo suceden en películas, acaso el amor no es mas que la suma de buenos momentos, o solo en la vida conocemos a alguien y nos casarnos para poder sobrellevarla mejor.
Yo era una de esas personas que realmente pensaba que tenia que conocer un hombre casarme, ser una buena ama de casa, tener hijos y entender todos sus actos inmaduros que él siempre cometía. Pero un día realmente descubrí que estaba muy equivocada y que todos esos años viví ciega, atrás de una realidad que solo me llevaba a ser una persona totalmente fría y sin corazón.
Mi nombre es Andrea, soy una mujer normal, realmente no soy de esas mujeres que llaman la atención por su belleza o vestimenta cuando entrar a un lugar. Estuve casada durante 15 años, me case muy joven, a los 16 años, recuerdo que en el civil mis padres tuvieron que autorizar mi casamiento ya que era menor de edad. Todo fue como un cuento de hadas, la iglesia, el vestido, la fiesta. Mis padres estaban muy contentos ya que me casaba virgen y con un muchacho que tenia una empresa muy importante, era el marido ideal. Pero solo había un pequeño detalle, el detalle era que yo no estaba realmente enamorada. Claro que no me case por obligación, solo que era muy inocente y me deje deslumbrar por mi marido, sus regalos, el futuro lindo que me dibujaba. Además ayudaba la insistencia de mis padres en casarme con él.
Mi vida después del casamiento se limito a quedarme en casa para poder cocinarle, tener todo acomodado para cuando él llegara, y cumplir el papel de esposa en las reuniones del trabajo de él. Yo solo era la sombra de él. Además siempre me dio mucha pena haber dejado la secundaria, ya que él siempre me dijo que no necesitaba estudiar ya que me iba a mantener económicamente toda mi vida. Yo no pensaba lo mismo ya que realmente me gustaba estudiar porque sentía que crecía como persona. Siempre extrañe a mis compañeras de la secundaria y nunca me olvide de Fernando. Él era un gran amigo lo conocía desde jardín, siempre fuimos compañeros, él me defendía y ayudaba en todo lo que podía él siempre estaba ahí cuando yo tenia algún problema o para compartir alguna alegría. Nunca entendí porque no vino a mi casamiento, ya que él era muy compañero y nunca me dejaba sola, pero el destino es así y un día entendí realmente lo que sucedía.
Resulta que hace un año cuando cumplía 15 años de casado con mi esposo, él decidió que lo festejemos pasando un fin de semana en una cabaña que alquilo en Bariloche muy cercana a unas pistas de sky . Era en invierno así que el lugar estaba lleno de nieve, era un lugar hermoso. Solo que él estaba de viaje por asuntos de negocios y yo tenia que viajar sola, nos íbamos a encontrar ahí un viernes. Yo llegue el jueves para estar un día mas, ese día fue un día de sol hermoso no nevó en todo el día yo llegue temprano y deje las cosas en la cabaña y salí a pasear. Era un lugar lleno de pequeñas cabañas donde había muchos esquiadores profesionales de todo el mundo. Por la tarde fui a tomar un café a un bar al pie de la montaña donde terminaba la pista de esquí. Yo estaba muy feliz de estar ahí, sola y en un lugar tan distante de casa. Cuando estaba por marcharme del bar para ya irme a la cabaña, entra un grupito de esquiadores y los observe casualmente porque me llamaba la atención la ropa fluorescente de esquí que tenían puesta. Al mirarlos entre ellos me pareció reconocer una cara familiar, ellos se acercaban para sentarse a una mesa y yo seguía observando al muchacho que me resultaba conocido, hasta que él al darse cuenta que le observaba me miro a los ojos y ahí si, lo reconocí, no lo podía creer después de tantos años. Por la cara que él puso también me reconoció en el momento, dejo a un lado a sus amigos y se sentó frente a mí, se saco los guantes yo le tome las manos y solo le dije " hola Fernando ", él me seguía mirando a los ojos y solo me dijo con un tono muy suave " Hola Andrea". En ese momento mi corazón comenzó a latir con mucha fuerza y mis piernas temblaban sin entender porque. Él estaba igual con la misma carita de jovencito de siempre y con esa sonrisa tan dulce.
Él comenzó a hablarme y yo le seguía observando como si tuviera a un ángel delante de mí, yo recién en ese momento entendí cuanto lo había extañado. Él me comento que se había enamorado de una chica y ella lo dejo. Él para poder olvidarla, después que termino los estudios se vino a vivir a Bariloche, trabajo en varios lugares y se hizo instructor de esquí, Yo le conté todo lo que sucedió con mi vida y que estaba esperando a mi marido que llegaba al otro día para festejar los 15 años de casados, cuando yo le comente eso él cambio la cara y se puso un poco mas serio, yo no entendía porque y sin darle importancia seguimos charlando por un par de horas hasta que comenzó a nevar mas y mas al punto que todos se marcharon a sus cabañas porque se tornaba peligroso. Yo estaba sola y le pedí, como en los viejos tiempos, si no me hacia compañía en la cabaña porque tenia miedo de estar sola. Él sin dudarlo dijo que si, me dio un abrigo y salimos abrasados y corriendo hacía la cabaña.
Cuando entramos él enseguida encendió la chimenea, nos sentamos en el piso cerca de la misma. Comenzamos a hablar de cuando íbamos al colegio juntos, y de cuando nos conocimos en el jardin de infantes. Hablamos de mil anécdotas, reímos y lloramos. Realmente yo era muy feliz de recordar todo eso.
Pasaron un par de horas y no dejaba de nevar, de repente sonó el teléfono atiendo y era mi marido que me llamaba para decirme que le era imposible llegar por problemas laborales, yo como siempre le di la razón y me dijo que me quedara y disfrute por él, me despedí y colgué. Me quede triste y pensativa porque mi marido no venia, Fernando me pregunto que había sucedido y yo le conté todo. Él me dijo que no me preocupara que seguramente él también lo lamentaba mucho. De repente se me vino a la mente una duda que tuve desde que me case y le pregunte a Fernando, porque no había venido a mi casamiento, y él me miro a los ojos, con cara tierna y casi lagrimeando me contesto, " acaso nunca te distes cuenta que yo siempre estuve enamorado de vos". Entonces yo le dije" acaso yo soy la chica de la que me hablaste" y él solo contesto con un triste "sí".
En ese momento todo se dio vuelta para mí, comencé a comprender muchas cosas que nunca había entendido. Y comprendí que todos estos años viví solo de fantasías e ilusiones, pero que nunca había conocido a una persona como Fernando y que todo ese tiempo sin saberlo había estado enamorado de él.
Nos tomamos de las manos, nos miramos a los ojos y sellamos todo con un gran beso de ahí en mas todo parecía un sueño, cuando alguien no puede creer lo que sucede, yo creía que flotaba. Él me acariciaba mis cabellos a la vez que me besaba, yo lo abrazaba con toda mi fuerza como queriendo con mi fuerza detener el tiempo y que toda mi vida sea solo ese momento. Él me susurraba al oído las más dulces palabras de amor y me confesaba cuanto me quería y que nunca mas quería separarse de mi lado. Yo solo escuchaba sus dulces palabras, y lloraba de amor. Todo era un sueño echo realidad, afuera no dejaba de nevar con toda intensidad y nosotros refugiados en la cabaña, recostados en una alfombra al pie de la chimenea. Sin darme cuenta estabamos desnudos, no sé si por el calor de la chimenea o por el calor de nuestro encuentro, el no dejaba de besarme por todo mi cuerpo, yo me recosté y me entregue a él. Por momentos dejaba de besarme y solo me observaba como no pudiendo creer que estuviese conmigo, se termino de desnudar todo y luego me desnudo completamente a mí, se recostó a mi lado y mirándome a los ojos me dijo " Te quiero, te amo con todo mi corazón y este día no lo voy a olvidar en toda mi vida, Andrea estoy locamente enamorado de vos". Esas palabras casi sacan a mi corazón de mi pecho, yo seguía lagrimeando por tanta felicidad y él con sus delicados dedos me iba secando las lagrimas. Luego comenzamos a hacer él amor como nunca lo hice, si porque realmente eso fue hacer él amor ya que yo antes no sabia el significado de esa palabra, tantas veces creí hacerlo y tantas veces estuve equivocada, que tonta fui. Lo hicimos toda la noche y siempre cerca del fuego de la chimenea, él me hizo el amor como nadie antes, me comenzó a penetrar sin que yo me diera cuenta, todo era tan suave tan cariñoso, yo me movía muy suavemente acompañando sus movimientos, él me besaba mis pechos como si fueran pétalos de rosas, yo solo suspiraba y gemía muy despacio por el placer que el me brindaba.
No sé cuantos orgasmos tuve ya que fueron varios, pero si cuando el tuvo el suyo yo recién pude descubrir el rostro de un hombre que realmente siente amor cuando hace el amor, veía como ponía una carita como de euforia pero tierna a la vez, en ese momento lo abrasé con toda mi fuerza y sentí como todo su cariño penetraba por todas mis entrañas. Nos quedamos dormidos toda la noche recostados en la alfombra y claro ese fin de semana fue el que mas nevó en todo el año así que no pudimos salir de la cabaña hasta el lunes. Estuvimos todo el fin de semana haciendo el amor como queriendo recuperar todos esos años perdidos.
Mi vida a partir de ese fin de semana cambio totalmente, nunca mas regrese a mi casa, ni a buscar mis cosas, no quería saber nada con el pasado, solo quería vivir del presente, poder disfrutar el hoy y tratar de entender porque el destino me había jugado de esa forma. Son cosas que uno nunca va a entender, solo son así y así las tome. Supe aprovechar la segunda oportunidad que el destino le dio a mi vida y descubrir el verdadero amor junto a mi único amor, Fernando.
By: Sandy ( alexanderjunior@hotmail.com )