El despertar sexual de mi prima
Desde pequeños mi prima y yo nos atraimos y al final conseguimos hacer el amor.
Lo que paso entre mi prima y yo se remonta a cuando éramos jovencitos. Actualmente los 2 rondamos los 30, pero nos empezamos a atraer sobre los 13. Sobre esta edad o incluso antes nos cogíamos de la mano a escondidas, nos dábamos piquitos, todo con mucha castidad pero que dejaba entrever lo que luego pasaría. Yo soñaba con verla desnuda y eso que no estaba formada ni apuntaba a que fuera a tener unas medidas espectaculares y de hecho nunca las ha tenido, de hecho ahora es bastante normalita, pero era el despertar sexual de ella y mío. En el pueblo donde veraneábamos, me gustaba ir con marea baja al muelle a recoger cangrejos con ella, o esa era mi excusa, porque al agacharnos, su blusa se abultaba y le veía sus pechitos por supuesto sin sujetador y esos pezones que ya apuntaban que iban a ser bastante grandes. Muchas veces llegaba a casa y tenia que masturbarme, de hecho, mi primera paja fue pensando en mi prima.
Ella se fue a vivir a una ciudad a unos 400 kilómetros y eso nos corto un poco la relación y lo que iba a suceder que supongo que nos hubiera ocurrido antes. Las navidades en las que teníamos 16 años vinieron a cenar a casa en nochebuena ella y su familia. Después de la cena estábamos viendo la tele en mi habitación y me dijo que si podía hacerle un masaje en la espalda. La relación ahora era mucho más fría por lo que no imaginaba lo que iba a pasar. Ella llevaba una camiseta blanca bastante amplia y debajo un sujetador. Empecé a masajearla la espalda solo por fuera pero a los 10 minutos metí las manos por dentro y la masajeé la espalda solamente pero intentaba rozar un poco en sus pechitos. Los roces eran cada vez más insistentes así que al ver que no me decía nada la toque un poco los pechos y alternaba con suave masaje en la espalda pero llego un momento que no resistí más y puse mis dos manos en sus dos pechos, rodeándolos con mis manos y jugando con sus pezones. Así seguimos un rato disfrutando pero como mi hermano también estaba en la habitación ella me cogió de una mano y me llevo a otra sala.
Allí no aguantamos más y nos abalanzamos en una cama, ella debajo de mí y nos empezamos a besar. Las lenguas no paraban de entrar en nuestras bocas. Tenía ella unos labios delgaditos pero una boca bien ancha. Nuestras manos buscaban nuestro sexo. Yo le introduje 2 dedos en su coño, era mi primera vez y lo encontré muy mojado, la sensación era indescriptible. Tenía mucho vello púbico, siempre lo tuvo hasta el final de nuestras relaciones, y ella busco mi miembro, que ya estaba bastante erecto, y me masturbo un buen rato. Llevábamos mucho tiempo queriendo hacerlo y la sensación era tremenda. Abandone su coño y me dirigí a sus pechos, le subí el sostén y pude comprobar que sus pezones eran todavía mas grandes de lo que recordaba, eso si, blanditos, sus pechitos pequeños, nunca uso ni usa gran talla, pero a mi me encantan así, y ha marcado el tipo de chicas que me han gustado a mi en el futuro. Esa noche fue breve, estaríamos así solo 10 o 15 minutos, pero fue muy intensa, ella me hacia una paja, era la primera que me hacían, y me acabe corriendo en mis slip mientras me comía a mi prima a besos y ella también se corrió ya que lo note y días después ella me lo comentó.
Ella volvía a su ciudad y empezó a tener novios pero de vez en cuando volvía por aquí y no le importaba y nos acabábamos enrollando pero no pasaba de eso, Por ahora no habíamos dado el salto a practicar sexo. Pero llego la época de los 18 a los 25. Fue en navidades otra vez a los 21 años cuando ella volvió a pasar aquí las fiestas. Las cosas se habían enfriado todavía más pero siempre queda la cosa de que podría ocurrir, además, después de lo que habíamos vivido solo nos faltaba probar el sexo. Para poneros sobre aviso os describiré como era ella por esa época: morena de pelo largo, medio morena de piel, entre 1.60 y 1.65 m de altura, muy delgadita, con poco pecho aunque firme, poderosos pezones marrones grandes aunque blanditos y una inmensa boca con unos finísimos y rojos labios.
Un día en las navidades en que teníamos 21 años, salimos por ahí y no paso nada en los bares pero la acompañé a la casa donde se alojaba que era nuestra y además estaba sola. La dejé en su habitación y yo me puse a ver una película porno que había grabado. Al poco oigo una puerta y se me acerca mi prima en pijama y se tumba en el sillón apoyada en mi brazo. Esa era la oportunidad. No pasaron ni 10 segundos y ya me había vuelto hacia ella para buscar sus labios que ella me ofrecía. Lentamente nos fuimos poniendo cara a cara y no perdí el tiempo en perder mi mano bajo su pijama buscando esos pechos y sobre todo esos pezones que tanto anhelaba. Los encontré. Dios mío, daba la impresión que cada vez que los sentía me parecían mas grandes. Inmediatamente la quite la chaqueta del pijama y me puse a pasear mi lengua por ellos. Ella se empeño en desabrocharme el pantalón y se puso a jugar con mi pene que ya estaba erecto. Yo seguía inmerso en sus pechos que siempre me han traído loco.
Al poco tiempo aproveché para quitarme mi camiseta mientras ella me daba suaves besos en mi pecho. En ese momento y yo ya desnudo del todo me puse de rodillas y comencé a lamerle el coño que como siempre tenia muchísimo pelo. Ella agarraba mi cabeza como impidiendo que yo me separara y que la siguiera dando gusto. Mi lengua no paraba de moverse frenéticamente por su rajita, de hecho dicen que se me da muy bien ese arte, mi lengua entraba y salía de su cueva bastante mojada mientras ella gemía levemente. Entonces ya no aguante más, cogí mi pene y apunte directamente a su raja. Al principio costó que entrara pero después de varios intentos se deslizó hasta que finalmente entró entera. Madre mía. Que sensación. No era la primera vez que lo hacía pero era mi sueño el poder hacerle a mi prima el amor desde que éramos unos crios y se estaba cumpliendo. Mi boca volvía a estar a la altura de sus joyas llamadas pezones con lo que con mi lengua volví a lamer y morder suavemente esas perlas. En serio que nunca más he visto pezones tan grandes. Decidí sentarme en el sillón y que ella se pusiera encima de mí, es una postura que me encanta, además de que así la polla le daría más gusto ya que entraría más dentro. Seguía teniendo los pezones a mi alcance. Ella en ese instante se corrió y me lo dijo. Solo faltaba yo con lo que apure un poco mi ritmo y cuando faltaba poco para correrme saque mi pene de su cueva y el semen salió escupido hasta sus pechos. Había sido la primera vez y fue una pasada.
Dos años después y también en navidades ella volvió a mi ciudad. Los 2 habíamos tenido pareja pero en esos momentos no. Ese día yo no pensaba salir pero me dijo que porque no dábamos una vuelta por ahí y nos tomábamos unas cervezas en la zona de movida. Íbamos en plan primos solamente pero después de tres horas bebiendo y charlando no aguantamos más y nos empezamos a besar. Ya que era un sitio público decidí coger el coche y marcharnos a un monte cercano en donde hay un aparcamiento en donde van las parejas. El coche de mi padre es bastante amplio así que nada mas llegar ella casi no espero a que apagara el motor porque se lanzó a desabrocharme el cinturón e introdujo mi pene en su boca. Dios era lo que faltaba, como movía la lengua. Había notado esa lengua en mi boca pero nunca en mi pene. Mi pene, que no es excesivamente grande, entraba hasta el fondo de su boca y después recorría con sus labios todo el miembro. No aguanté más. La cogí y desde el mismo asiento del conductor la puse encima de mí. Llevaba falda así que lo único que tenía que hacer era levantársela y ya esta. Antes me recreé paseando mi pene por sus bragas hasta que finalmente me decidí a apartarlas e introducirla. Antes ella había mojado sus dedos y se los había metido en su rajita. Por supuesto volvimos a hacerlo sin condón. Mi pene se volvió a perder en sus entrañas en mi posición favorita. Esta vez la cogía por sus caderas la hacía rebotar contra mi miembro mientras nuestras bocas jugaban a encontrarse al igual que nuestras lenguas. De vez en cuando le levantaba el jersey, la camisa y el sostén y paseaba mi lengua por sus aureolas marrones. Esta vez la mordía más fuerte debido al grado de excitación y ella me decía que no fuera tan agresivo. Otra vez a punto de correrme saque mi pene y manche todo con mi semen.
Pero hoy teníamos ganas de más quizá por que pensábamos que podría ser nuestra ultima noche o a saber porque y nada más acabar este empezamos a juguetear en el asiento de atrás. Esta vez me tumbe cual ancho es el coche. Ella se arrodillo y comenzó a chuparme el miembro hasta que este alcanzó su máxima erección entonces se acomodó encima y poco a poco fue bajando. La introducía un poco y la volvía a sacar. Así un par de veces hasta que por fin la metió entera. Estábamos demasiado excitados y estos polvos fueron para mi gusto demasiado rápidos pero el placer era máximo. Ella botaba como una loca encima de mí mientras mis manos se amarraban a sus pechos que por otra parte, a pesar de ser pequeños, eran tremendamente duros, mientras ella no solo gemía sino que en ocasiones gritaba mientras me decía que me quería. Yo en mi vida había sentido tal excitación. Será el morbo que estuve persiguiendo durante muchos años de acostarme con mi prima pero han tenido que pasar muchos años para que otra mujer me haya hecho sentir en la cama como mi prima me hizo sentir, pero es que como la sensación de hacerlo a pelo no hay ninguna. Esta vez no solo note que se corría por como se apretaba mi polla en su coño y como mojaba mi mimbro si no por los gritos que pegó durante medio minuto o yo que se el tiempo porque yo había perdido la noción de este pero el caso es que mi pene estaba a tope y a punto de expulsar la leche. Me hubiera gustado correrme dentro, ese día si, pero era muy arriesgado con lo que saque mi pene y volví a escupir el semen fuera, quizá esta vez con más potencia. Ella se recostaba sobre mi susurrándome te quiero y disfrutamos del momento.
Nunca mas volvimos a hacerlo, solo nos enrollamos una vez más, pero justo esa noche conoció después al que sería su futuro marido y después de eso si que se enfrió la relación, tanto que ya ni nos hablamos. Una pena porque no me hubiera importado repetir esos polvos que llevábamos esperando tanto tiempo. No se si os gustara pero la historia ocurrió realmente.