El Despertar Sexual de Dawn (2)

Continuan las aventuras de las hermanas Summers.

Aquella misma tarde, después del instituto, Dawn estaba en su habitación estudiando para el examen de Naturales que tenía al día siguiente. La materia que entraba en el examen eran los aparatos reproductores tanto masculino como femenino. Había empezado con el masculino, y no le costo mucho reconocer cada una de las partes del mismo recordando la polla de Giles, que había tenido en las manos aquel mismo día. Este recuerdo hizo que se pusiera algo caliente así que paso al aparato reproductor femenino. Después de estar un rato estudiando las distintas partes de la vagina, se le ocurrió que podría compararlas con las de su chochito, así que fue hasta la cómoda y cogió un espejo de mano que guardaba en ella.

Dawn fué hasta la puerta de entrada de su habitación, se asomo al pasillo y se quedó escuchando por si había llegado alguien a casa en el rato que llevaba estudiando. Después de un ratito sin oír nada, creyéndose sola, volvió a cerrar la puerta de la habitación, cogió el espejo y el libro de Naturales y subiéndose la faldita se sentó en el borde de la cama.

Buffy había llegado a casa antes de costumbre y lo que mas le apetecía era darse un baño caliente de espuma y hacerse una soberana paja. No sabía el motivo, pero estaba muy caliente, así que bajo al sótano a buscar el juguetito que guardaba escondido entre un montón de cajas llenas de cosas viejas. El juguetito no era otra cosa que un enorme consolador negro de unos 24 cm de largo y unos 5 cm de diámetro con el que había disfrutado una barbaridad.

Después de coger el consolador, Buffy, subió al piso de arriba, entro en el baño, dejo el consolador dentro de la bañera y mientras esta se llenaba de agua y espuma, fue a la habitación de su hermana para saludarla y decirla que ya había llegado.

Dawn se había bajado las braguitas, que habían quedado tiradas en el suelo, había puesto el libro a un lado sobre la cama y mientras sostenía el espejo con la mano izquierda, con la derecha buscaba en su chochito las diferentes partes que describía el libro. Sin darse mucha cuenta, se encontró pensando otra vez en el pollon de Giles y sitió que el coñito se le empezaba a humedecer así que comenzó a masturbarse suavemente. Primero empezó acariciándose el clítoris, dándole suaves masajes circulares para a continuación empezar a meterse un dedito. Después de estar un rato masturbándose, se sacó el dedito completamente lleno de sus jugos y se lo llevó a la boca para saborearlo. Le agradó el sabor saladito de sus jugos.

Dawn, estaba toda espatarrada en la cama, suspirando suavemente, metiendo y sacando dos deditos de su húmeda rajita cuando, de repente, su hermana Buffy entró en la habitación sin llamar a la puerta.

  • Dawn, ya estoy…. – fue lo único que alcanzó a decir Buffy al encontrarse a su hermanita masturbándose.

Dawn, ante la sorpresa de verse sorprendida, trató de taparse y disimular como pudo, pero llena de vergüenza, se dio cuenta que la escena era bastante reveladora de lo que estaba haciendo.

A Buffy, le hizo gracia darse cuenta de que no era la única Summers que necesitaba desahogarse de vez en cuando, así que dándose cuenta de lo embarazoso de la situación para su hermanita trató de quitarle hierro al asunto.

  • ¡¡¿No sabes llamar a la puerta antes de entrar?!! – le chilló Dawn a Buffy llena de vergüenza.

  • Perdóname Dawn, la próxima vez te prometo llamar a la puerta ¿vale?

  • Por favor, sal y déjame sola – dijo Dawn bajándose la faldita y volviéndose a poner las braguitas incapaz de mirar a su hermana mayor a la cara.

  • Esta bien Dawn, pero antes de irme, quiero que sepas que lo que estabas haciendo es normal y no tienes que sentirte avergonzada por ello.

  • Por favor Buffy no se lo cuentes a nadie ¿vale? Me moriría de vergüenza.

  • No tienes que preocuparte por eso, Dawn. Eres mi hermana y no haría nada que te hiciera sentir mal.

  • Gracias hermanita – contestó Dawn terminando de ponerse las braguitas en su sitio.

  • No tienes porqué dármelas. Además si fuera tú terminaría lo que has empezado.

  • ¿Qué quieres decir?

  • Pues muy sencillo Dawn, que continúes con lo que estabas haciendo y te corras a gusto.

  • No se Buffy, ahora me da algo de corte.

  • No seas tonta Dawn. Si me dejas darte otro consejo, te recomiendo que lo hagas con un buen baño de espuma. Si quieres probarlo te dejo el que me había preparado para mí.

  • ¿No te importa, hermanita?

  • Claro que no, tonta. Ya tendré tiempo de darme yo uno cuando termines de jugar con tu almejita – bromeó Buffy.

  • ¡¡¡Buffy!!!

  • Anda no seas tonta y vete a desahogarte.

Dawn se levantó de la cama de un salto y fue corriendo hasta el cuarto de baño. Ya dentro, se desnudó completamente y se introdujo en el agua. La sensación fue maravillosa y entre el calorcito del agua y el olor de la espuma empezó a ponerse cachonda otra vez.

  • Dawn, ¿puedo entrar un momento? – dijo Buffy llamando a la puerta.

  • Si, entra – contestó Dawn introduciéndose en el agua hasta el cuello.

  • ¿Qué tal está el agua?

  • Esta buenísima, y la espuma me encanta – dijo Dawn jugando con la espuma.

Dawn, estaba jugando con la espuma cuando rozó algo que flotaba en el agua. Al cogerlo y sacarlo del agua para ver lo que era, se quedo con la boca abierta al ver que era una enorme polla de plástico de color negro.

  • ¿Pero que…? – acertó a decir Dawn sin apartar la vista del enorme aparato que tenía en la mano.

  • Vaya… parece que has encontrado mi juguetito. Había olvidado que lo había dejado en la bañera.

  • ¿Cómo que es tu juguetito?

  • Pues eso Dawn… yo también necesito desahogarme de vez en cuando y con la ayuda esa pollita consigo relajarme.

  • ¿Pollita? Mas que pollita es un pollón. Joder Buffy, no me digas que eres capaz de metértelo en el chochito. ¡¡Es casi tan ancho como mi brazo!!

  • Dawn… ¡¡¡esa boquita!!!

  • Perdona hermanita, pero es que estoy alucinando. ¿De verdad te masturbas con esto? – dijo Dawn señalando el consolador que sostenía con las dos manos.

  • Dawn, esto es muy embarazoso para mi… pero… si, al principio me costó un poquito pero ya me entra perfectamente. Hasta he conseguido meterme el capullo por el culito.

  • ¡¡¿Qué?!! ¿También te lo metes por el culo?

  • No se porque te estoy contando todo esto hermanita. Anda dámelo y te dejo con lo que estabas haciendo.

  • ¿Puedo verlo? – dijo Dawn antes de que Buffy saliera del baño.

  • ¿Qué es lo que quieres ver?, hermanita – respondió Buffy dándose la vuelta.

  • Pues… eso… Buffy, quiero ver como te masturbas con tu juguetito. Me parece increíble que consigas meterte algo así.

  • Pero Dawn, ¿qué estas diciendo? ¿Cómo voy a masturbarme delante de ti?

  • Venga Buffy… solo por esta vez. Además tú me has visto a mí haciéndome una paja. Sería justo que yo también te viera.

  • Yo no he visto como te masturbabas, Dawn. Y de haberte visto hubiera sido por accidente y no de forma premeditada como quieres hacerlo tú.

  • Por favor

Desde que Riley se fue, no había tenido relaciones sexuales con ningún chico, por lo que Buffy cuando no se masturbaba, solía estar bastante cachonda. Una de sus fantasías cuando se pajeaba en la bañera, era que hacía el amor con dos chicos a la vez, pero últimamente estaba tan caliente que había llegado a fantasear con follar con todo el equipo de baloncesto del instituto.

En sus fantasías, el equipo perdía el campeonato nacional y ella, como consejera de los alumnos, iba al vestuario para tratar de animar a los chicos. Al ver que sus palabras no conseguían levantar el ánimo del equipo, se desnudaba ante la atenta y sorprendida mirada de los chavales y les invitaba a celebrar con ella el subcampeonato. A continuación, era arrastrada hasta la ducha y rodeada por 12 enormes pollas deseosas de ser lamidas. Buffy no duda en comenzar a chupar las pollas que se le ofrecen y después de estar un buen rato mamando, siente como la penetran el coño y empiezan a follársela. Los chicos van cambiando y todos van pasando por su chochito y por su boca. Después de un rato, nota como algún osado trata de penetrarla el culito y al conseguirlo hacen con ella una doble penetración espectacular. La encanta imaginarse con una polla en el coño, otra en el culito, otra en la boca y una en cada mano.

Los chicos se van turnando en sus tres agujeros, pero Buffy se da cuenta de que ninguno se corre. La razón es que la tienen reservado un final de fiesta espectacular y que en vez de chorros de champán, para celebrar el subcampeonato, van a correr chorros de lefa. La ponen de rodillas en el suelo, y a continuación la rodean con sus pollas dando paso a un bukkake espectacular. Los chicos van corriéndose uno tras otro en el rostro de Buffy, que no duda en abrir bien la boca para degustar el cremoso manjar que los alumnos la regalan. Al finalizar, la imagen es impresionante. Buffy tiene la cara completamente cubierta de semen espeso, parte del cual le resbala por las mejillas, para terminar cayendo sobre sus pechos. Ni corta ni perezosa, Buffy, ayudándose de sus dedos, no duda en degustar el manjar que cubre su cara llevándoselo a la boca, punto en el que siempre alcanzaba un orgasmo espectacular que la deja rendida en la bañera.

Como ese día aún no se había masturbado, Buffy seguía muy caliente, así que finalmente accedió a la petición de su hermanita Dawn.

  • Está bien Dawn…, pero solo por esta vez. – dijo Buffy bajándose las braguitas y sentándose en la taza del baño con el enorme consolador en la mano.

  • Te lo prometo hermanita – respondió Dawn apoyando los brazos en cruz en el borde de la bañera, dispuesta a no perderse ningún detalle.

Buffy, se subió la faldita que llevaba, mostrándole a Dawn su precioso chochito perfectamente depilado. A continuación, se lleva el consolador a la boca y lo chupa para lubricarlo. Es tan grande que solo consigue meterse el capullo en la boca y aún así con grán esfuerzo. El resto del consolador lo lubrica pasando la lengua a lo largo del pene de plástico como si fuera una polla de verdad. Mientras hace esto se da cuenta de que su hermanita no pierde detalle de sus movimientos y a pesar de la vergüenza que siente, está tan caliente que no la importa que la miren. Buffy está tan húmeda que siente como le resbalan jugos por el muslo, así que sin pensárselo dos veces se introduce el pollón en el coñito.

Dawn no pierde detalle de lo que hace su hermana, y se queda muy sorprendida al ver como se introduce la enorme herramienta de plástico sin ningún esfuerzo.

  • ¡¡Ala Buffy!! Te ha entrado en la almejita sin ningún problema.

  • Si… mhhh… Dawn, ya te he… ohhh… dicho que me puedo masturbar con el sin ningún problema… ahhh… – le respondió Buffy a su hermanita sin dejar de pajearse.

  • Ya veo ya.

El ver a su hermana mayor pajeándose, había puesto a Dawn muy cachonda así que sin darse cuenta introdujo la mano derecha en el agua y la llevó hasta su húmeda rajita comenzando una lenta masturbación.

  • Dawn, ¿que estas haciendo?. ¡¡¡Te estás pajeando mirándome!!!

  • Perdona Buffy, pero es que estoy muy cachonda. No se lo que me pasa. Cuando has entrado en la habitación estaba a punto de correrme

  • Te entiendo Dawn… mhhh…, pero se me hace raro que estemos las dos masturbándonos una enfrente de la otra.

  • Buffy… ¿te importa que te haga una pregunta?

  • Ohhh… que gusto ¡¡joder!! ¿Qué es lo que quieres saber, hermanita?

  • ¿Has chupado alguna polla?, Buffy.

  • ¡¡¿Pero que dices Dawn?!!

  • No te enfades Buffy, pero es que al ver como lamías el consolador me ha parecido que tenias bastante práctica.

  • No se como hemos llegado a esta situación Dawn, creo que será mejor que lo dejemos así por hoy. – dijo Buffy sacándose el consolador del chochito.

  • No, Buffy por favor no te vayas… Solo era curiosidad. Si no quieres no me lo cuentes, pero somos hermanas y puedes estar segura que lo que me digas quedará entre nosotras.

  • Bueno vale… vaya manera de enredarme. Si.

  • Si, ¿qué?

  • Pues eso, que si. Que he mamado alguna polla.

  • ¿A quien? ¿A Ángel?

  • Bueno… a Ángel se la chupé una vez y fue la vez que se volvió malo. A quien le encantaba que se la mamara era Riley. Siempre que estábamos a solas le faltaba tiempo para sacarse la polla y pedirme que se la lamiera.

  • Y, ¿qué se siente?

  • Pues al principio me daba algo de reparo metérmelo en la boca, pero después me empezó a gustar cada vez mas hasta el punto de que muchas veces era yo la que sin que me dijera nada, le bajaba la bragueta, le sacaba la polla y se la mamaba con ansia.

  • ¿Y no te daba miedo que se corriera mientras se la chupabas?

  • Bueno…, Riley era muy amable y atento por lo que antes de correrse me avisaba. Y eso que su fantasía era correrse en mi boca y en mi cara. Sabía que a mí me daba asco así que siempre me avisaba.

  • Así que nunca terminó en tu boca ¿no Buffy?

  • A decir verdad, una de las veces, pensé que si eso le hacía feliz, le dejaría correrse en mi boca, así que cuando me avisó, le miré a los ojos y continué con la mamada. Cuando se corrió, me llenó la boca de semen. Siempre se corría abundantemente, pero esta vez soltó más leche que nunca. El semen se me escapaba por la comisura de los labios y me resbalaba por la barbilla. No era tan desagradable como me había imaginado, incluso me gustó, así que ante la atónita mirada de Riley, abrí la boca para mostrarle la lefa que me había regalado y a continuación me lo tragué. Riley me dio un beso y a continuación me hizo la mejor mamada de coño que me han hecho nunca. Estuvo lamiéndome la almejita durante más de media hora y creo que me corrí hasta cuatro veces.

  • ¿Esa fue la única vez que probaste su leche?

  • Que va Dawn, desde entonces siempre terminaba en mi boca o sobre mi cara para que a continuación yo lo recogiera con los dedos y me lo tragara. Llegué a aficionarme tanto a su semen que empezamos a utilizarlo en distintos juegos.

  • ¿Si? ¿Cómo cuales?

  • Pues por ejemplo con la comida. Riley se corría sobre unas fresas y yo me las comía. O se masturbaba sobre un trozo de tarta para que a continuación lo degustara. He probado el semen mezclado con el café, un helado, yogurt… Lo que mas caliente me ponía era cuando íbamos a comer fura. Riley siempre se masturbaba antes de salir y guardaba el semen en un pequeño frasquito de plástico. Luego, cuando estábamos cenando en el restaurante me lo daba para que echara su contenido sobre mi comida. Era increíble estar comiendo con semen mientras alrededor el resto de la gente cenaba tranquilamente.

  • Joder Buffy… no sabía que te gustara hacer esas cosas… ¡¡¡suena tan guarro!!!

  • Ya ves Dawn… Las apariencias engañan. Por lo que veo, viene de familia. No has dejado de masturbarte en todo este tiempo.

  • Es que Buffy me ha puesto muy caliente todo lo que me has contado.

  • Pues sigue masturbándote sin miedo hermanita. Por mi no te cortes. Creo que vas a tener un orgasmo bestial.

  • ¿Qué se siente, Buffy?

  • No entiendo que quieres decir. Que se siente ¿cuándo?

  • Has dicho que Riley te estuvo lamiendo el chochito. ¿Qué se siente cuando te chupan la rajita?

  • ¡¡Ahh!! Te referías a eso. Pues la verdad es que es algo indescriptible. Es maravilloso sentir como una húmeda lengua juega con tu clítoris mientras te introducen un par de dedos por el chochito.

  • Me muero de ganas de probarlo

  • ¿En serio Dawn? ¿Quieres probar el sexo oral?

  • Me encantaría saber que se siente cuando te chupan la almejita.

Dawn, mientras hablaban, había salido de la bañera y sentándose en el borde de esta, continuaba masturbándose lentamente delante de su hermana que había vuelto a sentarse en el inodoro.

Buffy seguía muy caliente ya que aún no se había corrido. Además el contar las historias que había vivido con Riley y ver a su preciosa hermanita pajeándose la hizo humedecerse todavía más.

  • ¿Me prometes que no dirás nada a nadie Dawn?

  • No te preocupes Buffy… mmhhh… todo lo que me has contado quedará entre nosotras. Te lo prometo – respondió Dawn mientras seguía introduciéndose un dedito en el chochito.

  • No me refería a eso Dawn. Como veo que te entusiasma la idea de que te hagan sexo oral y para que no hagas ninguna tontería por ahí, si me prometes no decir nada a nadie, me ofrezco a hacértelo yo.

Dawn no salía de su asombro. ¿Cómo podía haberse imaginado aquella mañana que por la tarde no solo hubiera probado el semen sino que además su preciosa hermana mayor se ofreciera para mostrarle las maravillas del sexo oral?

  • ¿En serio Buffy? ¿Harías eso por mí?

  • Claro que si hermanita. Pero tienes que prometerme que guardaras silencio.

  • ¡¡Te lo prometo!! ¿Qué tengo que hacer?

  • Pues nada Dawn. Siéntate en el borde de la bañera, abre las piernas y disfruta – dijo Buffy mientras se arrodillaba entre las largas piernas de su hermana pequeña.

Cuando notó la lengua de su hermana jugando con su clítoris, Dawn sintió como una descarga eléctrica la atravesaba el cuerpo alcanzando el mejor orgasmo que había tenido hasta entonces. Buffy, que no se lo esperaba, se tragó todos los jugos que salieron del coñito de su hermana. Aunque era la primera vez que lamía un chochito, no le desagradó el sabor de Dawn así que, mas cachonda que nunca, continuó lamiéndole la rajita. Buffy se apoderó del clítoris de Dawn y comenzó a meterle suavemente un dedito en la almejita. Estuvieron así un buen rato en silencio, roto únicamente por los suaves jadeos de Dawn.

Después de un tiempo, Dawn sintió que le entraban ganas de orinar así que se lo comentó a su hermana.

  • Buffy… mmhhh… déjame un momento por favor. Tengo… ¡¡ohh dios!!... que hacer pipi.

  • ¿Te estas meando Dawn? – respondió Buffy dejando por un momento de lamer a su hermana y mirando a Dawn con una sonrisa de lujuria.

  • Si Buffy, déjame un instante, por favor. Si no me lo voy a hacer en tu boca – bromeó Dawn.

  • ¿A si? pues vamos méate en mi boca y en mi cara Dawn – dijo Buffy continuando con la mamada mientras se iba quitando la ropa y la arrojaba a un rincon.

  • ¡¡Pero Buffy!! ¿Te has vuelto loca?

Dawn estaba alucinando por la actitud de su hermana, pero ya no aguantaba más así que se relajo y comenzó a orinar mientras su hermana continuaba lamiéndole el conejito.

  • Buffy… me estoy meando en tu boca – dijo Dawn suspirando de placer.

  • Eso es Dawn… te gusta mearte encima de tu hermana mayor ¿eh guarrilla? – respondió Buffy apartando la boca del coñito de Dawn por un momento.

Al mirar hacia abajo Dawn vio como su hermana colocaba la boca abierta debajo del chorro de orina y como cuando tenía la boca llena, expulsaba el dorado líquido para que este resbalara por su barbilla sobre su cuerpo desnudo. Lo que más la sorprendió fue ver que una de las veces, en vez de dejar que el líquido se derramara por su barbilla, Buffy cerró la boca llena de orina y se lo trago.

  • ¡Pero Buffy! Te has tragado mi meada.

  • Es que está deliciosa hermanita… ¿no quieres probarla?

Dawn terminó de orinar y entonces Buffy se levanto y arrimándose a ella con el cuerpo empapado, la planto un beso en la boca. Dawn que no se esperaba aquello, correspondió al beso de su hermana por lo que ambas empezaron a jugar con sus lenguas. A la pequeña Dawn no le importo lo más mínimo besar a su hermana y probar el sabor de su orina. Después de un rato de estar besándose y metiéndose mano, Buffy le pidió a su hermanita que fuera ahora ella la que jugara con su almejita. Dawn que seguía muy cachonda, no se lo hizo repetir dos veces, y sensualmente fue deslizándose lentamente hacia abajo a lo largo del cuerpo de su hermana que permanecía de pié en mitad del baño.

  • Ven Buffy siéntate en el borde de la bañera como he hecho yo antes.

Buffy obedeció a su hermana pequeña y se dejó hacer. Para su sorpresa, Dawn comenzó a lamerla el coñito sin ninguna clase de reparo y la verdad es que lo hacía bastante bien. Sintió como la ávida lengua de su hermanita jugaba con su clítoris para a continuación pasar a meter la lengua dentro del coñito mientras con un dedo masajeaba suavemente el clítoris.

Después de un rato, Dawn le pidió a su hermana que se diera la vuelta, apoyara las manos en el borde de la bañera y se echara hacia adelante. Buffy divertida hizo lo que su hermana le pedía mostrándole así a Dawn su espléndido trasero que quedó a merced de esta. Para sorpresa de Buffy, Dawn, después de pasar la lengua un par de veces a lo largo del chochito de su hermana, comenzó a lamerle el culo haciéndola un beso negro espectacular. Dawn introducía la lengua en el ano de su hermana y jugaba con ella en el pequeño orificio de Buffy. Mientras tanto comenzó a hacerle una paja introduciéndole un par de dedos en la almejita. Buffy estaba chorreando por lo que a su hermana no le costo introducir otro dedo, para continuar con un cuarto y al final sin darse casi cuenta se encontró con toda la mano dentro del chochito de su hermana mayor la cual gemía sin poder creerse aún que su hermana pequeña la estuviera proporcionando tanto placer.

  • Joder Dawn, me estás matando de gusto. ¿Dónde has aprendido todo esto?.. uhmm.

  • ¿Te gusta hermanita? La verdad que la videoteca secreta de Sanders es muy didáctica. Es increíble Buffy, he conseguido meterte toda la mano dentro del coño.

  • ¡¡Por favor no pares de moverla que estoy a punto de correrme!!

  • Está bien Buffy, pero cuando vayas a correrte avísame que estoy deseando probar el sabor de tus jugos.

Haciendo caso de sus súplicas, Dawn siguió metiendo y sacando la mano del conejito de su hermana mientras seguía lamiéndole el culito. Le pareció increíble que su hermana fuera capaz de recibir toda su mano dentro sin ninguna dificultad.

Después de un rato, Buffy sintió que se iba a correr así que entre gemidos se lo dijo a su hermana.

  • No aguanto mas Dawn… ¡¡¡me corro!!!

  • Espera hermanita que quiero que lo hagas en mi boca – respondió Dawn agachándose entre las piernas de su hermana mayor.

El orgasmo de Buffy fue impresionante y tan brutal que a la temible cazadora le fallaron las piernas, quedando de rodillas en el suelo del cuarto de baño con la cabeza de su hermana, que no dejaba de lamer y sorber todos los jugos que salían de su conejito, entre las piernas.

Había quedado tan desfallecida, que sin poder evitarlo ni avisar a su hermana, comenzó a orinar en la boca de Dawn, que seguía lamiendo su coñito. El primer chorro dorado la cogió tan de improviso, que para no atragantarse, Dawn se lo trago.

  • ¡¡Pero Buffy!! ¡¡Te estas meando!!

  • Perdóname Dawn pero es que no he podido evitarlo. El orgasmo me ha dejado tan desfallecida que ni siquiera te he podido avisar.

  • Bueno… no tiene importancia. Anda sigue orinando. Te gusta mearle encima a tu hermanita pequeña, ¿eh Buffy? Vamos dúchame entera.

Ante las palabras de su hermana, Buffy la hizo meterse dentro de la bañera, que se había vaciado en el tiempo que habían estado jugando las dos hermanas, y tumbarse boca arriba. Después Buffy, que ya había recobrado gran parte de la agilidad (es lo que tiene ser caza-vampiros), puso un pie en cada uno de los bordes de la bañera, quedando en cuclillas encima de Dawn. A continuación, comenzó a mear de nuevo dirigiendo el chorro de orina a la cara de su hermana, que estaba con los ojos cerrados pero con la boca muy abierta. Con un simple movimiento de cadera, Buffy dirigía el chorro por todo el cuerpo de Dawn, dejándola empapada.

Cuando Buffy terminó de orinar, Dawn se incorporó y le dio un lametazo en el coñito a su hermana que no pudo evitar un suspiro.

  • Bueno Buffy, esto tenemos que repetirlo ¿eh?

  • Claro que si hermanita. Pero ahora voy a por la fregona, que mira como hemos dejado el baño y la gente tiene que estar a punto de llegar.

  • Tienes razón. Parece que ha pasado un tsunami, je, je… Venga Buffy te ayudo a limpiar – comentó Dawn mientras las dos hermanas salían del baño.