El Despertar Sexual de Dawn (1)

Dawn, despues de descubrir a Giles masturbándose, comienza a experimentar con el sexo en todas sus variantes.

EL DESPERTAR SEXUAL DE DAWN

Giles estaba a punto de correrse. Como cada día desde que Buffy trabajaba en el instituto de Sunnydale, Giles había preparado la comida para ella (Dawn comía en el comedor del instituto).

Lo que no sabía Buffy es que los deliciosos platos que Giles la preparaba estaban especialmente condimentados ya que este tenía la costumbre de masturbarse encima y correrse en la comida que posteriormente Buffy disfrutaba.

Hoy Giles había preparado unos espaguetis a la Carbonara. Cuando ya estaban listos, se bajo los pantalones, se sacó la polla, que la verdad era de un tamaño bastante considerable (de unos 21 cm de largo y además muy gorda) y comenzó a masturbarse encima de la fuente de espaguetis.

Estaba a punto de correrse abundantemente como de costumbre cuando de repente escuchó una voz a su espalda.

  • Pero… Sr. Giles, ¿Qué está haciendo?

Era Dawn, ese día había ido a casa a la hora de comer porque tenía que entregar un trabajo de Sociales por la tarde y se le había olvidado en casa.

Giles, rápidamente trato de guardarse la polla en los pantalones, pero debido al tamaño de esta solo consiguió ocultarla a medias, notándose de todas formas un tremendo bulto en la entrepierna.

  • Nada Dawn… ehh… estaba terminando de preparar la comida para tu hermana….

  • Pero si tenía la polla en la mano… ¡¡Se estaba haciendo una paja sobre la comida de Buffy!! Cuando se lo cuente le va a matar.

Dawn se dio la vuelta y se disponía a ir a su habitación cuando Giles, que seguía con media polla fuera del pantalón, dijo a su espalda:

  • Esta bien Dawn, te contaré lo que estaba haciendo, pero por favor me tienes que prometer que no le dirás nada a Buffy ¿está bien?.

  • Le escucho, pero por favor guárdese eso dentro del pantalón.

Giles se guardo el pene dentro del pantalón, pero dándose cuenta de que, mientras lo hacía, Dawn no apartaba los ojos de su aparato lo hizo lo más despacio que pudo y tratando de enseñarlo todo lo posible sin que pareciera que lo hacia intencionadamente.

Dawn estaba atontada viendo la polla de Giles y no pudo evitar quedársela mirando mientras este se la guardaba torpemente dentro del pantalón. A sus 16 añitos, era la primera polla que veía al natural (había visto alguna en las revistas que guardaba Sanders en su habitación) y le pareció muy bonita, pero sobre todo muy grande.

  • Mira Dawn, como ya sabes, la estirpe de las caza-vampiros es muy antigua y en cada generación nacen varias una con el gen necesario para convertirse en una. Por otro lado, la estirpe de los Vigilantes es tan antigua como el de las cazadoras… aunque en ciertos libros comentan que podríamos ser anteriores a las caza

  • ¡Por favor Giles, no se enrolle y vaya al grano!!

  • Perdona Dawn, veo que eres tan impaciente como tu hermana. Pues bueno… ¿qué estaba diciendo?..

  • Me hablaba de la antigüedad de las cazadoras y lo vigilantes, pero no veo que tiene esto que ver con lo que estaba haciendo.

  • ¡A si! No seas impaciente Dawn. Pues bien la labor de los Vigilantes es la de encontrar a la chica más apta para convertirse en una verdadera caza-vampiros. Y aquí es donde entenderás que estaba haciendo.

  • Eso espero

  • Verás, los Vigilantes tenemos también un gen que hace que nuestro esperma sea especial. Esto hace que no podamos tener hijos, pero que si una chica con el gen de cazadora se lo bebe, desarrolle todo su potencial. Y en eso estaba cuando has entrado. Buffy prefiere comerse mi semen mezclado con la comida en vez de bebérselo de un vasito como hacíamos al principio.

  • ¿Quiere decir que mi hermana es tan fuerte gracias a que se bebe su semen?

  • Eso es Dawn. Tengo que darle una ración todos los días o sino empezaría a disminuir su poder, no de golpe, pero si gradualmente.

Dawn se quedó pensando en lo que Giles le acababa de contar cuando se dio cuenta que este volvía a sacarse la polla de los pantalones y empezaba a meneársela encima de la fuente de espaguetis.

  • ¡¡Pero Giles!! ¿Qué esta haciendo?

  • Ya te lo he dicho… tu hermana prefiere mi semen en la comida y está a punto de llegar.

  • Vale, vale…, pero ¿le importa si me quedo a ver como lo hace?

  • No se Dawn…, todavía no eres mas que una niña.

  • ¡No soy ninguna cría! ¡Ya casi tengo 17 años! Por favor Sr. Giles, nunca he visto a un chico masturbarse… Por favor déjeme ver como se la menea.

  • Bueno… está bien Dawn, pero estate calladita y deja que me concentre.

Giles continuó masturbándose delante de Dawn, que por increíble que pareciera se había tragado toda la historia que le acababa de contar, tratando de que esta no perdiera detalle de su pollón.

Dawn no podía apartar sus preciosos ojos azules del aparato de Giles y poco a poco se fue acercando para no perderse detalle. Giles al darse cuenta, se le ocurrió una idea.

  • Dawn, no puedo concentrarme. Me da vergüenza que estés ahí delante mirándome. Así no voy a conseguir correrme.

  • Por favor Giles no haga que me vaya. Pídame lo que quiera, pero por favor déjeme ver como se corre en el plato de Buffy.

  • Bueno…Dawn, quizás haya algo que puedas hacer

  • ¿Si?

  • Ya que tanto te gusta mirarme la polla, ¿no te gustaría probar a masturbarme?

  • ¿Masturbarle yo?... Giles, no sabría como hacerlo. ¡No lo he hecho nunca!

  • No te preocupes Dawn que ya verás lo fácil que es. Además has estado mirando como lo hacía yo. Ven anda. Cógeme la polla sin miedo.

Dawn no podía creerse lo que estaba a punto de hacer (quien se lo hubiera dicho esa mañana), pero aunque le daba mucha vergüenza, estaba deseando tocar el pedazo de carne que tenía Giles entre las piernas. Alargó la mano temblorosa y agarró la polla de Giles. Sintió que estaba durísima y muy caliente. Sentía palpitar el pene de Giles en su mano y sin darse cuenta comenzó a mover la mano adelante y atrás a lo largo de la enorme polla como le había visto hacer a él.

Dawn no podía apartar la mirada de la enorme polla que tenía entre las manos, viendo como entraba y salía el enorme capullo.

  • ¡Que grande es Giles! No puedo abarcar toda la polla con una mano. Le está saliendo un líquido por la punta. ¿Es el semen?

  • No Dawn. Eso es el líquido preseminal e indica que no tardaré mucho en correrme. ¿Te gustaría probarlo?

  • Bueno

A continuación, Dawn, acercó un dedito a la punta del capullo, cogió un poco del líquido transparente y se lo llevó a la boca.

  • Está un poco saladito Giles, pero está rico.

Ante la sorpresa de Giles, Dawn se agachó, sacó la lengua y mirándole con sus maravillosos ojos azules, se paso la punta del capullo por la lengua. Giles en ese momento, se dio cuenta de que no iba a aguantar mucho más.

  • Ummmm… Está muy rico Sr. Giles.

  • Dawn, lo siento pero me voy a correr. ¡No aguanto más!

  • Si Sr. Gilles. Vamos quiero ver como llena los espaguetis de Buffy con su semen.

Giles puso rápidamente la fuente de espaguetis sobre la mesa de la cocina y a empezó a meneársela sobre ella. Dawn se había sentado en la mesa en frente de Giles y no perdía detalle de lo que este hacía. Ahí sentada, parecía una chica que esperaba a que le sirvieran su comida preferida.

  • Venga Sr. Giles córrase. Nunca he visto a ningún chico soltar semen… y mucho menos sobre una fuente de comida.

Giles sintió que le llegaba la corrida por lo que aceleró el movimiento de la masturbación. Aún no se creía lo que estaba pasando. ¿Cómo podía haberse imaginado que no solo podría disfrutar de ver a Buffy comerse los platos llenos de lefa que él preparaba (claro que sin conocer el ingrediente especial que llevaban) con lo cachondo que le ponía, sino que su hermanita pequeña le ayudaría a condimentarlos?

  • ¿Quieres ver como cubro los espaguetis de tu hermana con mi semen, Dawn?

  • Si Sr. Giles. ¡Venga llénelos de lefa calentita!

  • ¡¡Me corro Dawn!!

Dawn, para no perderse detalle, se puso de rodillas sobre la silla en la que estaba sentada y apoyándose en las manos se echó hacia delante quedando a menos de un palmo de la fuente de espaguetis.

Giles, ante la atenta mirada de Dawn, comenzó a correrse abundantemente. Los tres primeros chorros de espeso semen cayeron directamente sobre los espaguetis, cubriéndolos de un lado a otro de la fuente. Viendo que Dawn aún se había acercado un poquito más para no perder detalle del espectáculo, Giles no pudo evitar la tentación de con un pequeño giro, soltar los últimos dos chorros de su abundante corrida hacia la carita de Dawn. El primero le dió directamente en la mejilla, dejándosela llena de semen y el segundo cayó sobre la mesa, quedando a escasos centímetros de la mano izquierda de la chica.

  • Pero Giles, ¿qué hace? Me ha llenado la cara de semen – se quejó Dawn llevándose la mano a la cara.

  • Lo siento Dawn, te has puesto tan cerca que sin querer te he manchado un poquito. Déjame que te limpie.

  • No se preocupe Giles… – dijo Dawn que observaba detenidamente el semen que había recogido de su cara – Está calentito y es pegajoso.

A continuación Dawn se acercó el dedo a la nariz, lo olió y ante la atónita mirada de Giles, se lo acercó a la boca, sacó la lengua y la paso por la punta del dedito. Dawn se quedó pensativa un momento, sonrió y a continuación se metió el dedo repleto de semen a la boca sacándolo completamente limpio.

  • Me gusta como sabe su semen Sr. Giles. Es algo más fuerte y salado que el líquido que le ha salido antes, pero está rico.

  • ¿De verdad te gusta Dawn?

  • Si… lástima que no haya más

  • Bueno Dawn… encima de la mesa ha caído un poquito.

  • ¿Puedo tomármelo Sr. Giles? Pensaba que iba a echarlo en la comida de Buffy,

  • No te preocupes Dawn que con lo que ha caído en la fuente tiene más que suficiente. Es mas, con la mitad hubiera bastado.

Dawn no perdió el tiempo y, agarrándose el pelo con las manos para que no se le manchara, lamió el semen de la mesa para finalmente absorber con la boca los restos que quedaban.

  • Bueno Dawn, ahora que sabes el secreto me tienes que prometer que no le dirás nada a nadie. Ni siquiera a tu hermana. Tienes que entender que es un secreto importantísimo que no puede ser desvelado.

  • No se preocupe Sr. Giles que no diré nada.

Unos cinco minutos mas tarde llegó Buffy a casa. Tenía prisa ya que tenía una cita en el instituto a primera hora de la tarde con un alumno muy problemático.

  • Hola Giles. ¿Está lista la comida? Tengo que volver pronto al instituto.

  • Hola Buffy – contestó Giles.

  • Hola hermanita – respondió Dawn – Se te van a enfriar los espaguetis.

  • Pero Dawn, ¿qué haces en casa? ¿hoy no te has quedado en el comedor?

  • Veras, Buffy… tengo que entregar un trabajo de sociales por la tarde y esta mañana se me olvidó meterlo en la mochila.

  • Ay… Dios. Vaya cabeza que tienes… ¿Y has comido ya? Si quieres puedes comer la mitad de los espaguetis. Hay de sobra para las dos.

Al oír esas palabras, a Giles se le calló el alma al suelo.

  • No te preocupes Buffy que ahora mismo le preparo algo a tu hermana.

  • No hace falta Giles, con todos los espaguetis que has hecho tenemos para las dos – dijo Buffy.

  • No es molestia Buffy. Preparo algo en un momento. Creo que hay pechugas de pollo en la nevera. Es que mañana no voy a poder estar al mediodía y no podré prepararte la comida así que había pensado que los espaguetis que sobraran hoy te los podrías comer mañana.

  • Ahh… bueno si es por eso no hay problema.

Giles noto que el corazón le volvía a latir en el pecho. Buffy había estado a punto de enterarse de todo.

  • Ya prepararé yo algo mañana para comer – dijo de repente Dawn – Estos espaguetis tienen una pinta buenísima.

Giles no podía creer lo que estaba escuchando. Dawn que sabía que se había corrido encima de los espaguetis estaba dispuesta a comérselos. Es mas parecía encantada. Alucinado vio como Dawn cogía dos platos y empezaba a servir los espaguetis. Después de repartir el contenido de la fuente en ambos platos, cogió un trozo de pan y unto el borde de la fuente, en el que quedaban restos de la espesa lefa de Giles, y se lo llevó a la boca.

  • Ummhh… que rica está esta salsita – dijo Dawn mirando a Giles y guiñándole un ojo.

  • ¿A que sí Dawn? Por más que le pregunto como la hace todavía no he conseguido sonsacárselo – comento Buffy llevándose con el tenedor unos cuantos espaguetis repletos de semen a la boca.

Dawn, que no era tonta, no se había creído ni una sola palabra de la historia de Giles. Al sorprenderle pajeándose encima de la comida de su hermana y ver el tamaño de su polla, pensó que tal vez pudiera aprovecharse de la situación ya que podía obligar a Giles a que hiciera cualquier cosa ante la amenaza de contarle todo a Buffy. Lo que no pensó es que Giles se lo pondría mas fácil, evitando así tener que chantajearle, teniendo únicamente que hacerse la tonta.

A los 17 años (solo faltaban 20 días para su cumpleaños), Dawn era virgen y nunca había visto una polla al natural. Desde que descubrió las revistas y películas de Sanders, estaba obsesionada con las pollas, pero sobre todo en lo que más pensaba era en el líquido blanco que salía de ellas cuando el chico alcanzaba el orgasmo. Siempre le había maravillado ver como los chicos de las películas se corrían sobre la cara o en la boca de la protagonista, la cual, en algunos casos, no dudaba en tragárselo.

Al sorprender a Giles y ver el pedazo de polla que tenía, noto como se le humedecía el chochito y se dio cuenta de que estaba ante la posibilidad de descubrir lo que tanto la obsesionaba. ¿Qué se sentiría al tener una polla en la mano? ¿Cómo sabría el semen? La verdad es que para ella fue mucho mejor de lo que se había imaginado. La sorprendió mucho lo duro y caliente que estaba el cipote de Giles, pero lo que más la sorprendió fue el sabor y el tacto del semen. Cuando lo toco notó que estaba calentito, era muy pegajoso y además olía muy fuerte. En ese momento pensó que era bastante asqueroso y se llevó una pequeña desilusión, pero se obligo a probarlo y fue entonces cuando se sorprendió de verdad. A pesar de que sabía un poco salado, descubrió que la gustaba el sabor, así que no dudó en degustar los restos que habían caído sobre la mesa. Dawn, pensó que a partir de ahora el semen iba a formar parte de su dieta alimenticia por lo que no dudó en compartir los espaguetis con su hermana.

  • Estaban deliciosos como siempre, Giles – comento Buffy mientras untaba el resto de la salsa que había quedado en el plato, sin saber que acababa de comerse una buena ración de lefa de su vigilante.

  • Si Buffy son los mejores espaguetis que he probado en mi vida – dijo Dawn untando a su vez la salsa que le quedaba en el plato – Lástima que no haya sobrado más salsita. Está riquísima. Sr. Giles, no sabía que cocinaba tan bien. De haberlo sabido no me hubiera apuntado al comedor del instituto y nos hubiéramos ahorrado un buen dinero.

  • Tienes razón Dawn. Yo no te lo había dicho antes porque pensaba que te gustaba comer con tus amigos del instituto, pero si estas de acuerdo, y a Giles no le importa, el próximo trimestre puedes desapuntarte del comedor y venir a casa a comer. ¡La verdad es que nos hace falta el dinero! ¿Qué dices Dawn?

  • Por mi no hay problema Buffy. Además como yo salgo una hora antes que tú, puedo ayudar al Sr. Giles a preparar la comida.

  • Pues entonces está decidido a no ser que Giles tenga alguna objeción. ¿Qué dices Giles? – le preguntó Buffy.

  • Ehhh… bueno pues no creo que… haya ningún problema –alcanzó a decir Giles asombrado de cómo se habían desarrollado los acontecimientos.

  • Pues ya está, a partir del próximo trimestre vienes a casa a comer. Ya veras lo bien que cocina Giles. Tienes que probar el arroz con leche. ¡Está delicioso! Espesito y cremoso como a mi me gusta.

  • Ya me imagino, ya… - dijo Dawn mirando a Giles y sonriendo.

  • Lo malo es que no lo hace muy a menudo. No estaría mal que lo preparas un día de estos ¿vale Giles?

Sintió como la polla se le estaba poniendo dura otra vez, así que para disimular el bulto que se le estaba formando en los pantalones, Giles se sentó a la mesa junto con las dos hermanas Summers. El verlas disfrutar de la comida y sobre todo a Dawn que sabía que había cubierto los espaguetis con su semen, le estaba volviendo loco. Además, escuchar a Buffy alabar su arroz con leche le hizo pensar en que diría si supiera que en la mezcla utilizaba el semen de unas 20 corridas que iba guardando en un frasquito en la nevera de la Tienda de Magia.

  • Tal vez la semana que viene. Todavía tengo que conseguir uno de los ingredientes – le contesto Giles a Buffy.

  • Si crees que puedo ayudarte, no dudes en pedírmelo – dijo Dawn sonriendo pícaramente.

La verdad es que era una suerte que pudiera correrse abundantemente dos veces al día, pensó. Ahora que Dawn parecía disfrutar con su semen iba a necesitar todo su esperma.