El despertar del padre
Cómo hace un par de años descubrí mi sexualidad de la mejor forma posible y cómo a día de hoy, la sigo manteniendo felizmente con la persona que me ha ayudado, mi hijo.
Vuelvo con una nueva historia, muy especial. Espero que disfrutéis y espero vuestros comentarios de todo tipo. Gracias a todos los que os habéis puesto en contacto conmigo anteriormente y espero seguir haciéndolo con quién quiera. Compartir, hablar... lo que queráis. ¡Viva el amor entre padre e hijo!
Castellón - Mayo 2018.
En este momento de mi vida tenía 54 años, la verdad que bien llevados. Me he dedicado siempre a la hostelería y, junto con el trabajo, siempre me ha gustado cuidarme físicamente.
Durante los últimos 10 años he estado viviendo divorciado en mi propia casa, ya que con mi ex mujer no nos llegamos a entender mucho y lo mejor que nos pudo pasar es vivir cada uno nuestra vida. No sé nada de ella desde entonces y tampoco me importa, para qué mentirnos.
Pero bueno, quitando todo esto, lo único bueno que nos une a mi ex y a mi, es nuestro hijo Daniel. Tiene 20 años en este momento y le echo mucho de menos. Cuando decidimos separarnos, él tuvo que irse con ella por temas económicos y porque al fin y al cabo, era lo mejor que podía hacer. Él vive en Huelva con ella y hace 3 años que no nos vemos en persona, por la distancia y porque nunca encontramos momento de ponernos de acuerdo. Eso sí, a pesar de todo eso, hablamos algunas veces por whatsapp o videollamada.
Estoy muy orgulloso por como se ha criado, buen chaval y encima, guapete y buen cuerpo. Diréis ¿cómo se que tiene buen cuerpo si no le he visto en persona? Pues por lo que veo en Instagram y ahí sube de vez en cuando fotos de estas sin camiseta. Si, tengo esta red social pese a mi edad, aunque mi perfil es privado y únicamente lo tengo para subir algunas fotos que hago con mi cámara profesional de paisajes y alguna que otra vez, algún selfie mío. También me ha servido para ligar con alguna mujer y ya de paso, quedar con ella para alguna cita y por supuesto, follar. Pero a lo que iba, hace poco descubrí el perfil de mi hijo ahí y el chaval es bastante activo subiendo fotos y stories de esos. Él no sabe nada de que yo a veces le echo vistazo, pero me gusta verle y saber como se lo pasa y con quién está.
Con Daniel tengo una confianza rara, ya sabéis, al ser a distancia no se consigue el mismo cariño y a veces cuesta, pero solemos hablar de todo un poco en general, dependiendo del día. Lo más íntimo que nos hemos preguntado es si actualmente tiene (o tengo) novia, para que veáis el nivel de “intimidad”, pero bueno, no está mal. Es verdad que a veces me gustaría saber un poco más o incluso saber si ya no es virgen, que supongo que no, pero oye, todo padre tiene cierta curiosidad a veces por saber cómo le la relación con él transcurría normal… aunque estaba ya deseando ver y abrazar a mi propio hijo, que era el único que tenía. Por ello, un día por videollamada le propuse que este verano, exactamente la primera quincena de julio, se viniese a mi casa, que está por cierto en el Grao de Castellón, y pasásemos 15 días juntos después de tanto tiempo. Él ya no tendría universidad en esas fechas, yo tenía vacaciones esos días y además, no hay tanto barullo de gente como en agosto.
Tenía miedo que esta oferta al final acabase en saco roto como otras veces y se pospusiera, hasta al final otro año más como iba sucediendo. Pero su respuesta en principio fue que sí, que esta vez perfecto pero que cuando llegase el momento lo concretásemos mejor.
Así pasaron el resto de semanas sin la mar de novedades.
Castellón - Finales de junio 2018.
Estaba nervioso. Mucho. Tenía una sensación rara, después de 3 años iba por fin a ver a mi retoño, que ya no lo era tanto. Al final la oferta iba a seguir adelante y ya por fin pudimos concretar todo. El día 1 llegaría a mi casa. Pero para eso aún quedaban 2 semanas.
Castellón - 30 junio 2018.
Había preparado toda la casa, hecho limpieza general y preparado el cuarto de invitados para él. Mi casa estaba al lado de la playa, era una especie de bungalow. Zona tranquila y tenía tanto Castellón como Benicassim al lado y a pocos minutos en coche. No necesitaba más y así he estado a gusto durante tantos años. Pero mañana, esa casa iba a tener a un invitado muy especial que era Daniel. No cabía en la emoción, no sabía cómo recibirle ni que decir de primeras. Necesitaba relajarme, así que aproveché esa tarde después de comer a ir a la playa y torrarme al sol junto con mi música. Dicho y hecho.
La zona donde vivo tiene unas playas bastante anchas y lo bueno es que apenas hay gente, por lo que no te tienes que preocupar de buscar sitio o ir sorteando niños y cubos de playas, entre otras cosas. Se estaba ideal.
Empezó a atardecer y se me fue la tarde volada, tanto incluso que me dormí una siesta ahí mismo. Miré el móvil y vi que me escribió Daniel:
- Oye pa, salgo esta noche y llegaré sobre las 10 de la mañana allí.. qedamos en la estacion de castellón o q?
Le respondí que sí, que iba a buscarle con el coche. La verdad que era un palizón de viaje por la cantidad de horas que iba a echar, pero bueno, al ser de noche podría dormir la mayor parte del viaje.
Yo entre la siesta que me había pegado y lo bien que me sentó, estaba con las pilas cargadas, a pesar de los nervios de hace un par de horas…
sonido whatsapp
Lo ví, era el grupo de mis amigos, que si quería esta noche tomarme algo en un pub del puerto. Puff, me apetecía y no, porque sabía que podía acabar a las tantas, y además no quería beber para mañana estar fresco, pero bueno, accedí.
La noche transcurrió bien, nos tomamos unas cuantas copas y eso empezó a hacerse notar en mí. Eran las 2 de la mañana y quería parar ya e irme a mi casa, así que les expliqué a mis amigos la situación que tenía mañana y que me marchaba ya. Ellos me dieron la enhorabuena y lo entendieron. Fui al baño a echar un meo antes de irme andando (estaba a 20 minutos o así) cuando, en el urinario de al lado mía se pone mi amigo Juanjo.
- [Juanjo]: Tío, me alegro que por fin mañana puedas ver a tu chaval. Ya era hora… - todo esto con cierto tono borracho.
Me empezó a decir que a ver si se lo presentábamos un día a todo el grupo. La verdad que esa idea me echaba un poco para atrás por dos cosas: la primera era que la mayoría de mis amigos eran tíos de 50 para arriba como yo y que Daniel, un tío de 20 años no pegaría ni con cola ahí; la segunda era que me apetecía aprovechar el mayor tiempo posible con él.
Cuando terminé de mear me guardé la polla y cuando me estaba girando para irme, sin quererlo se me fue la vista a la de mi amigo.
¡Joder!, fue mi pensamiento. Fueron unos segundos, pero el cabrón la tenía enorme, no sé si morcillona o qué por el efecto del alcohol, pero me sorprendió. Nos despedimos y me marché.
De camino, se me volvió a venir a la mente esa vista de la polla de Juanjo en el urinario. Tengo que reconocer que pocas pollas he visto en persona, más allá que las que se ven en los vestuarios del gym o pelis porno. No sé si sería porque llevaba 1 mes sin follar, pero me empecé a poner cachondo por eso. Me encendí un cigarro y traté de pensar en otra cosa hasta que llegase a casa.
Una vez dentro de casa, fui al baño directo a echar otra meada y ya de paso lavarme los dientes. Una vez completado eso, me quité toda mi ropa y me quedé en bolas. Solía acostumbrar a dormir sin nada todo el año. Me miré en el espejo y me vi… la verdad que a veces parezco un flipado, pero me follaría a mi mismo. Soy un tío con pelo en general por todo el cuerpo, sin barriga y bien cuidado en general. Barba depilada y de polla, bueno, en la media pero eso sí, con dos huevos bien colganderos.
Me estaba empezando a empalmar y se me vino a la mente otra vez la polla de Juanjo. Entre eso y el verme a mi mientras, me hice una paja que fue breve pero intensa. Al acabar caí rendido en la cama. Me había molado ese pajote, pero ahora era momento de dormir y estar preparado para la montaña rusa de emociones de mañana.
Castellón - 1 julio 2018.
Estaba ya esperando con el coche dentro a mi hijo. Tengo que decir que al levantarme me dolió un poco la cabeza, supongo que por las copas de anoche, pero no hay ibuprofeno que no cure la resaca. Tomé uno y listo.
Pasaron un par de minutos de las 10:00h y por fin pude ver a Daniel. Mis ojos veían a un chaval que casi parecía un jugador de baloncesto en ese momento. No lo recordaba tan alto y además, vestía un short y una camiseta de tirantes que le quedaba estupendo. Es verdad eso que dicen que no es lo mismo ver a una persona por videollamada que luego en persona, porque menos mal que le veía por redes y vídeo frecuentemente, sino hubiese dudado en que fuese él de primeras.
Le pité con el claxon y me vió. Salí del coche y enseguida nos fundimos en un abrazo que duró al menos un minuto. También le di dos besos. Por fin, no me lo creía que aquello hubiese sucedido.
Ya en el coche, empezamos a hablar y la verdad que no paraba de darme bola y preguntar y todo. El pequeño trayecto hasta casa fue fenomenal.
- Ostia pa, bonito bungalow tienes montado.
Tengo que decir que mi hijo es bastante abierto y de estos enrollados con la gente, lo que le hace un tío que siempre está con amigos y haciendo planes. Lo pasaremos bien, pensé.
Mira, esa será tu habitación en estas semanas - le dije después de enseñarle por encima toda la casa y jardín.
Ah, pero qué no vamos a dormir juntos???
Esa pregunta me pilló de imprevisto y me rayó. ¿Pensaría que realmente no quería estar con él? Joder, pensé que quería su propio espac…
Eh pa!! Que era broma coño, que te has quedado con una cara… - me dijo riéndose.
Maldito, pensé que ibas en serio… que vacilón eres.
Si tu supieses… Jajaja - tras decirme aquello me quedé con la curiosidad de como sería con sus colegas día a día. - bueno, voy a dejar las cosas en mi habita.
Nos quedaba una mañana bastante larga por delante, bueno que coño, el día por delante. Una vez que salió de la habita después de instalarse, le dije que si le apetecía conocer un poco la zona y después ir a la playa y estar allí tranquilos, a lo que me contestó…
¿A esta playa? - cuando me dijo eso, pensé que me estaba vacilando de nuevo, pero esta vez me lo dijo seriamente.
Si, ¿por qué?
Ah bueno, estaría bien que fuésemos un día a alguna nudista, que mis colegas me han dicho que por esta costa hay algunas buenas. - aquello me sorprendió bastante, ¿mi hijo siendo nudista? la verdad que nunca había estado en alguna, bueno, no al menos desde que estoy viviendo aquí.
Eh, bueno… si, por qué no? aunque tengo que reconocer que no he ido a ninguna de aquí, vamos… lo poco que voy a la playa vengo a esta de casa.
Venga, pues mañana si quieres con el coche vamos a alguna que esté cerca y pasamos el día.
La idea me molaba aunque me daba reparo estar en una playa nudista con mi propio hijo, no sé, pero quería aprovechar al máximo el tiempo con él.
La mañana y la tarde pasó sin ninguna novedad especial más allá de hablar y ponernos al día de todo mientras estábamos en nuestras toallas torrándonos al solete. Además fuimos a comer una buena paella en un bar que tengo cerca donde nos pusimos las botas. Llegó el momento de volver a casa.
Después de dejar las cosas, Daniel me dijo que se iba a dar una ducha. Tengo que decir que el baño está fuera de las habitaciones, por lo que para ir hay que pasar por el salón. Yo estaba en la cocina sacando las cosas para preparar más tarde la cena cuando escucho...
- Ostia!! Me he quemado todo el puto pecho!!! Buahhh
Nada más escuchar eso decidí acercarme a verlo cuando mi sorpresa es que estaba completamente en bolas mirándose al espejo. Era la primera vez que le veía completamente según le traje al mundo, bueno, exceptuando cuando era pequeño y joder, PEDAZO DE HIJO tenía. Describiéndole a fondo sería así: tío de 1,78m, moreno (ahora rojo por el sol), con un poco de barba cortita, sin pelo, exceptuando la mata que tenía en los cojones y en la polla, una polla larga y gorda de normal aunque con unos huevos más pequeños a diferencia de los míos. Aquella imagen en ese momento me pareció hasta bonita. Y como me pasó con Juanjo, esa polla se me quedó grabada. Reaccioné y ahora si me centré en lo que me estaba diciendo…
- Flipas… menos mal que teníamos bañador, que sino hasta los cojones tenía quemados… eso nos pasa por apenas echarnos crema pa - era verdad que estaba bastante rojo por todos lados - seguro que tú estás igual, a ver!
Me quité la camiseta, entré y me miré al espejo. Al igual que él, estaba un poco rojo pero menos, supongo que porque estos días había ido más a bañarme y él era el primer día que la pisaba.
Mirándome al espejo estaba detrás mía y con un plano perfecto de su cuerpo y polla. Aquello me estaba empezando a poner nervioso, aunque noté como cierto gustillo, pero decidí salir y dejar que se bañase a gusto.
Salí de ese baño y me fui a mi habitación. Juan… ¿te acababa de poner esa situación? ¿O era porque no te esperabas que tu hijo se pusiera en bolas delante tuya después de no verle en 3 años? No sabía, pero mañana nos esperaba un día de nudismo en la playa que habíamos encontrado más cercana, la de Casablanca.