El Despertar de Sarah
Una historia diferente, no esperen tantas rosas... es mi primer relato y espero que les guste...
La vida de Sarah era un vaivén de emociones, pero desde hace unos meses abrir una cuenta en una red social había estabilizado un poco su tormentosa vida, era increíble como conectarse cada día solo para escribir lo que sentía, intentado quitar el tabú de eso tan oscuro que le gustaba, hacia que su mente se centrara, lo que no entendía, era que parte de esa estabilidad tenia nombre, y era una mujer que casi desde el principio la había acompañado, ¿su nombre?.... Nora.
Nora se sentía atada, su vida no era ni cerca lo que imaginaba hace 4 años cuando pensaba estar compartiendo para siempre con la que ella creía era el amor de su vida, Su círculo familiar tampoco ayudaba y sentirse sola era parte de ella ya, solo su amor por los libros la estabilizaba, pero increíblemente, una amista lejana también lo hacía, una amistad que encontró en la misma red social, ¿su nombre?.... Sarah.
-Que interesante! Pensaba Sarah cada día cuando se dio cuenta que lo primero que hacía en las mañanas era revisar su correo personal y su página en la red social para ver los mensajes de su amiga Nora, pero más increíble pera pensar, que en 5 meses Nora se había convertido en una de sus mas intima amiga, le contaba todo lo que le ocurría, y su opinión para ella tenía la misma importancia que la de su mejor amiga, a pesar de la distancia que las separaba.
Por cuestiones de trabajo Sarah tenía que viajar a Valencia, le habían avisado a inicio de semana pero estaba esperando a que fuese seguro para avisarle a su amiga, aunque en realidad, tenía mucho miedo de decirle, no sabía si podría o no reunirse con ella y su vida realmente había tenido muchas decepciones en los últimos meses como para recibir otra.
La mente de Sarah desvariaba, no se podía concentrar, cada dia de la semana fue pasando con una lentitud que la frustraba, para sorpresa de Sarah, Nora que ya había aprendido a conocerla le pregunto le pregunto en uno de sus chat nocturnos – Sarah, ¿qué te pasa? Tienes algún problema que no me has contado, estas como desconectada del mundo linda, de verdad me preocupas… a Sarah la manera que la leyó tan claramente la desarmo, sencillamente se dejo llevar por lo que sentía, -Bella, la verdad es que estoy emocinada, pero a la vez con todo el miedo del mundo, este lunes me hablaron de la posibilidad de ir el fin de semana a Valencia a llevar unas cosas a la facultad de agronomía de la UCV, y pues, la verdad quería conocerte…
La noticia le cayó a Nora de forma sorprendente, ella era una mujer un tanto insegura, y se había acostumbrado a ver a Sarah como su más intima confidente, pero siempre con la distancia segura que las separaba, por un momento no supo que decir, y duro casi media hora pensando una respuesta, claro, ver los 10 mensajes de Sarah en el buzón de entrada y saber que hacerla dejarla hablando sola la molestaba, la hicieron salir de su letargo, -Sarah, claro! Me parece increíble, claro que me gustaría que nos viéramos, no sabes cuánto, solo espero que sea seguro…
La semana siguió pasando con lentitud, a pesar que quedaron en verse para el viernes, Nora dejo un poco el contacto, y eso a Sarah la desesperaba, intento no presionarla, pero la paciencia no era una virtud que la definiera, llegando la noche del jueves casi ni habían cuadrado, así que se animo a escribirle a Nora de forma fuerte aunque nunca lo había hecho… -Nora, buenas noches, quería recordarte que mañana iría a Valencia, realmente me gustaría saber si vamos a vernos o no, voy a quedarme en el Hotel Guarapo Suite, no tengo ni idea que estará cerca, pero si gustas, y de verdad me sorprende que parezca que no, estaré a tus ordenes para vernos…
Nora se sintió fatal, no estaba desacostumbrada a que le hablaran fuerte, pero Sarah siempre la había tratado con mucho cariño, sabía que tenía razón para estar molesta, pero la verdad Nora no quería hacerse ilusiones con respeto a verse, es más, le daba terror no saber que podría pensar de ella o para sorpresa de ella, si seria de su gusto, con mucha pena pero muy decididamente recordando las cientos de veces que Sarah le había hablado con sinceridad, le contesto –Sarah, de verdad perdóname, simplemente no quería hacerme ilusiones sobre tu venida, pero quiero verte, no sabes las ganas que tengo de verte, conozco el hotel, cerca hay un centro comercial, podemos vernos hay cuando te desocupes en la tarde…
Sarah sintió por un momento que el alma le volvió al cuerpo, estaba ya pensando que su viaje para Valencia seria una pérdida de tiempo si no podía conocer a Nora, por primera vez, no le importaba su trabajo, solo quería conocerla…. –Bella, estoy feliz, gracias por contestar, voy a desocuparme a punta de 6pm podemos cenar a esa hora y luego tomarnos algo, estamos en contacto…
Todo el viernes tanto Sarah como Nora estaban desconcentradas, nerviosas y sobre todo expectantes, querían conocerse y se morían por verse, Sarah había mentido, en realidad se desocuparía a las 4pm, pero quería tiempo para ir al hotel y refrescarse, no permitiría que la primera vez que la viera Nora fuera toda desarreglada, eso en el fondo la sorprendió, ella desde hace tiempo sabía que era bisexual, pero prefería mirar que hacer, y las cosas que pasaban por su mente no tenían nada que ver con mirar…
Nora tampoco se quedaba atrás, empezó a sentir lo que varias veces Sarah le explicaba, la expectación, en cada centímetro de su piel sentía nerviosismo, transpiraba, y llego al centro comercial a las 5 de la tarde para no llegar tarde, ella nunca había tenido alguna fantasía siquiera con una mujer, a pesar de tener amigas lesbianas, se consideraba 100% heterosexual...
Hacia tiempo desde que los gustos oscuros de Sarah no salían a flote, su necesidad de ser dominada, habían sido sustituida por la necesidad de que le contestaran un correo y hacer feliz a una persona con sus palabras, ella practicaba algo con mucho tabú en su país, el BDSM, y tenía 7 años practicándolo siendo la sumisa de quien para ella era el amor de su vida pero por giros de su vida esa persona no era para ella y cada día que pasaba se daba más y más cuenta de eso. Una fuerza estremecía a Sarah, sabia en todo su ser que ver la visita a Nora no sería del todo inocente, miles de veces repaso en su mente como seria tocarla, no solo de forma sexual, estar con ella sabía que seria intoxicante.
Si Nora antes tenía miedo de que Sarah no fuera a su cita, a minutos de verla estaba aterrada, su mente repasaba a cada segundo de que forma la iba a saludar, donde iban a comer, incluso que quería hablar con ella, pero no se atrevía a imaginar que sucedería ya entrada la noche, ella no era tan inocente, sabía que la visita de Sarah no sería solo de una amiga, los cientos de correos que se mandaban compartiendo tantas cosas la hacían sentirse ligada a ella, pero de todas las cosas lo que más le daba miedo a Nora era no conocer de propia mano el mundo que a Sarah le gustaba, el BDSM, era algo que a ella le llamaba mucho la atención, había leído sobre él en sus innumerables libros, pero nunca lo había experimentado.
Sarah había llegado a la 4pm al hotel, cada segundo que pasaba sentía que su cuerpo iba teniendo vida propia, le dio tiempo perfecto de darse una buena ducha y batallar con su mayor enemigo, su cabello, odiaba llevarlo suelto, pero sabía que a Nora le gustaba de esa forma así que se tomo su tiempo para intentar dominarlo, llego justo a las 6 a la cafetería del centro comercial donde se habían citado, parecía un lugar popular por que estaba lleno de personas, sobre todo mujeres, así que conseguir a Nora pensó que estaría difícil, pero nada más entro sintió su mirada, se había sentado en la mesa más lejana de la puerta, su rostro la lleno de ternura, su belleza estaba de la mano de la inocencia que reflejaba, tenía un lindo suéter blanco, a juego con una bella blusa negra, no logro ver bien sus pantalones eran unos jean oscuros y unas sandalias cerradas.
Nora ya llevaba dos cafés, la estaba esperando en la cafetería del centro comercial, estaba muy nerviosa como nunca lo había estado, a pesar del aire acondicionado estaba transpirando, ya eran las 6 de la tarde y cada mujer que entraba en la cafetería era un pequeño infarto que sufría su corazón, en un momento la vio llegar, estaba preciosa, llevaba una blusa blanca con un agradable escote, unos jean un poco sueltos y unas zapatillas con tacón, su pelo estaba suelto, como a ella le gustaba, estaba con un maquillaje natural, solo un poco de rubor y brillo en los labios, pero de todo el cuerpo de Sarah lo que hizo que se derrumbara fue ver por primera vez en persona sus ojos verdes.
Muchos hablan de un chispazo, un vinculo que pocas personas son capaces de sentir solo con la primera mirada, ambas lo sintieron casi de forma inmediata, Sarah saludo a Nora con una familiaridad y seguridad que la sorprendió, un gran beso en la mejilla y un abrazo que se sostuvo en el tiempo un poco más tiempo de lo normal hicieron que Nora se le entrecortar la voz, -bienvenida a Valencia linda, espero que te este gustando la visita. Sarah con una sonrisa picara que derritió la barrera que prometió tener en todo momento le respondió –Bella, lo único que hace que me este viaje me este gustando y para ser sincera encantando es verte a ti.
Para Sarah conocer en persona a Nora fue casi como ir a visitar a una persona que había conocido durante toda la vida, casi sin presentaciones ni más comentarios de bienvenidas se pusieron a hablar como si estuvieran haciéndolo por correo, hablaron del trabajo que tenía que hacer en Valencia y de lo cansado del viaje, en un abrir y cerrar de ojos pasaron casi hora y media en la cafetería, Sarah buscaba cada pretexto que podía para tocar la mano de Nora y sentir su piel, rozar su mejilla con sus dedos y acomodar un mechón de su cabello, como se temió en el profundo de su ser, estar con ella era intoxicante. - Bella, cuéntame, ¿dónde podemos tomarnos unos tragos? Hoy es viernes de copas mi niña, no sé como estas de tiempo para mí, pero quiero disfrutar este viernes al máximo.
Nora a pesar de haber sabido que Sarah iba a querer beber no dejo de sorprenderse por sus palabras, no era una mujer muy social en el sentido de salidas a locales nocturnos y no conocía muy bien los gustos de su amiga, pero casualmente estaban cerca de un local tranquilo que a ella le gustaba. –Linda no sé cuáles son tus gustos, pero conozco un sitio cerca de acá, incluso podemos ir caminando, es un lugar tranquilo, y venden la botella de ron que tanto te gusta a buen precio. Nora no estaba preparada para ver la sonrisa de Sarah, la combinación con sus ojos verdes sencillamente la mato el sitio, -Bella, diste con las palabras mágicas, es un sueño una botella de buen ron y tu compañía,
Llegaron al local muy rápido, realmente estaba cerca del hotel de Sarah, conversaron de todo un poco, pero el alto volumen de la música hicieron que tuvieran que estar casi pegadas, a Sarah le gusto el ambiente del local, era muy intimo, cada mesa estaba en su propio mundo y nadie miraba a nadie, Nora, apoyada por los tragos y por la picardía que contagiaba su amiga, apoyo la mano en su muslo, lo hizo de forma casual, pero ese movimiento hizo que Sarah dejara de hablar y le dedicara una mirada llena de deseo, Nora se sorprendió por su mirada, pero la sostuvo, parecía que se estuvieran mirando por horas, hasta que Sarah hablo –Mi bella, si no lo digo yo, sé que no lo harás tu, vámonos…
Ambas llegaron al hotel, casi no hablaron por el camino, a Sarah la comía por dentro las ganas de tocar a Nora, pero sabía que un mal movimiento suyo podía acabar la noche, entraron a la habitación y le pregunto a su amiga- Bella, estaba pensando que era mejor que te quedaras esta noche conmigo, no me sentirá cómoda que te fueras sola tan tarde. Nora le dedico una mirada muy tierna y le contesto. –Linda, lo que tú quieras…
Hablaron un rato más y pidieron un par de cervezas a la habitación, y se sentaron en la cama, Sarah se había quitado los jean y se había puesto unos pantalones cortos de tela suave para dormir y una franelilla, y le había prestado otro juego a Nora, que a pesar de no ser de la misma talla le quedaron perfectos, Nora no pudo dejar de ver las piernas de Sarah, y más específicamente la cicatriz que tenía en el muslo, era en forma de luna, pero tenía la sospecha de lo que era y le daba una pena horrible mirarla, tal vez por el efecto del los tragos o la curiosidad que sentía, le pregunto, -Linda, esa cicatriz que tienes en el muslo, ¿es lo que creo que es?. Sarah se ruborizo, pero con mucha seguridad y una naturalidad sorprendente se subió un poco más la prenda para mostrar mejor la cicatriz. –Si bella, es la marca dejada por el azote de una fusta, mi piel tarda mucho en cicatrizar, casi tiene 2 meses. Nora no dejaba de mirar la cicatriz además de la piel blanca del muslo de Sarah, no entendía porque la excitaba tanto estar a solas con ella, pero lo que si sabía es que era primera vez que una mujer tenia ese efecto en ella.
A pesar de ser sumisa dentro del BDSM, Sarah tenia dentro de ella sus raíces dominantes que la propia Nora había descubierto con ella en sus continuas conversaciones, armándose de valor y provocada por la forma de ser tan dulce de Nora, solo tomo su mano y la llevo junto a si, miro los ojos color miel que tanto le gustaban y le dijo. –No sé que sientes tú, pero yo solo sé que esta noche tú serás mía y yo tuya. Sin más palabras tomo su rostro con sus manos y le planto un beso suave en sus labios, como si quisiera que sus labios se conociesen, se separo un poco de ella y busco sus ojos, cuando se encontraron sabia que ambas querían lo que sucedería, y la volvió a besar mucho más profundamente, se animo a tocar su piel, a sentir el calor de su abrazo, sin darse cuenta ambas estaban acostadas, besándose como si quisieran gastar sus labios.
Nora sentía que iba explotar, las palabras de Sarah la habían hecho desfallecer y su beso fue sencillamente perfecto, su excitación era tal que su sexo estaba ardiendo como nunca lo había estado, no podía pensar en otra cosa que en el toque de Sarah y sus besos, con movimientos que denotaban experiencia Sarah quito su camisa y desabrocho su brasier, por un momento contemplo sus provocadores senos, bajo hacia ellos y la sorprendió el dulce dolor que sintió al ser mordida delicadamente en la punta de su pezón, ese dolor a pesar de sorprenderla llego hasta su vientre con puro placer luego le dedico un tiempo la lamer su aureola como si quisiera resarcirse por haberla mordido, Nora no opuso resistencia, nunca había sentido esa clase de placer, y lo estaba disfrutando al máximo, Sarah sin dejar de lamer sus pezones bajo su mano hasta los muslos de Nora, acariciando los pliegues con sus dedos y bajando delicadamente sus prendas para dejándola a merced de ella, Nora por un momento sintió miedo de estar en las manos de Sarah, pero se dio cuenta que confiaba en ella y que necesitaba de eso.
Sarah uso sus dedos para tocar el sexo de Nora, estaba caliente y húmedo completamente deseoso del encuentro, con un suave movimiento toco su clítoris y comenzó un suave masaje, le fascinaba el sabor de los pechos de Nora y su propio sexo estaba al límite solo escuchándola gemir de placer, podía decir que nunca había estado tan excitada sin que siquiera la hubieran tocado, solo dándole placer y llevando las riendas del encuentro, subió de nuevo al rostro de Nora y la beso profundamente, sin dejar de masajear su clítoris, en un movimiento volteo el cuerpo de Nora para así dejarla boca abajo con el rostro en su almohada, Sarah se incorporo sobre la cama ver el cuerpo de Nora a su merced de esa forma despertó un deseo en ella que nunca había sentido, su cuerpo estaba al borde del clímax, paso su lengua por toda la línea de la espalda de Nora sintiendo su estremecimiento, con sus dedos separo un poco sus glúteos y llego de nuevo hasta el sexo húmedo para esta vez penetrarlo con un dedo mientras besaba con pasión la espalda hasta subir hasta el cuello de Nora y besar de nuevo sus labios al voltear su rostro, no paso mucho tiempo en esta posición hasta que sintió el cuerpo de Nora seguir el ritmo de la penetración de Sarah, casi jadeando su cuerpo pedía mas velocidad en la penetración, su humedad permitió que pudiera penetrarla con un segundo dedo y mucho más rápido hasta que con un grito Nora llego al orgasmo en el nombre de Sarah en el.
Nora estaba agotada, ese orgasmo había sido por mucho el más fuerte en más de 4 años, quería tocar a Sarah, quería probar su cuerpo y darle placer así como ella se lo había ofrecido, pero cuando intento estirar su mano para tocarla Sarah subió ambas muñecas contra su cabeza apretándolas con una fuerza que no pensaba que tenia. –Eres mía bella, tú me tocaras cuando yo quiera que me toques. Nora no estaba preparada para esas palabras, pero el orgasmo que había sentido hace segundos y la nueva excitación por estar sometida por Sarah de esa manera hicieron que dejara cualquier prejuicio a un lado y se entregar al completo, volteada como estaba Sarah estaba masajeando los tersos glúteos de Nora, justo cuando pensaba que la volvería a penetrar con sus dedos levanto la mano de ellos y sonó un fuerte azote con su mano desnuda, la sorpresa y el ardor de Nora no tardaron en llegar, su reacción primaria fue un ligero grito, pero cuando Sarah sonó un segundo azote un poco mas fuerte quiso zafarse del agarre y voltearse, en ese momento el apriete de Sarah era más fuerte y no dejo que se soltara, aplicando un tercer azote. –Mi bella, confían en mí, porque estos glúteos serán solo míos toda la noche. Esas palabras crudas de Sarah hicieron a Nora para su sorpresa excitarse, sentirse dominada de esa forma por una mujer era algo que nunca pensó o imagino hacer, pero era por mucho el momento más excitante de su vida, Sarah siguió con sus azotes, haciendo que Nora mordiera sus almohadas para poder tapar sus gritos, en un momento que parecieron siglos Sarah soltó a Nora que ya tenía lagrimas en sus ojos por la mezcla de dolor y placer primitivo, Sarah volteo el cuerpo de Nora para besarla dulcemente, felicitándola por ser tan fuerte.
Sarah nunca había azotado a nadie pero sentir el ardor de su mano provocado por los azotes a los glúteos de Nora habían sido lo más excitante que había hecho en años, en el fondo estaba aterrorizada, no sabía si Nora se había roto en su ser por la experiencia y no iba a querer estar más con ella, pero cuando acepto su beso con pasión supo que por lo menos por hoy sería completamente suya, Se coloco sobre ella y hizo algo que se moría por hacer desde que sus dedos probaron la húmeda de Nora, lamer y succionar hasta el desmayo su clítoris, bajo muy lentamente, mordiendo ambos pezones para seguir besando poco a poco hasta llegar al monte de Venus, en ese momento subió su mirada para ver el rostro de Nora complemente desorbitado, con los ojos cerrado y apretando con sus manos las sabanas, -Fascinante. Fue lo único que logro decir Sarah antes de besar y lamer el clítoris de Nora.
Ya le habían hecho sexo oral a Nora, pero la pasión con la que se lo estaba haciendo Sarah no se comparaba con nada, cada movimiento de su lengua era una corriente eléctrica que iba desde la punta de sus pies hasta la punta de su cabello, se atrevió a tocar a Sarah y acariciar su cabeza y sus hombres, no supo en qué momento paso, pero estaba completamente desnuda, verla así termino de desatar el que hasta hoy había sido el orgasmo más fuerte de toda su vida, todo su cuerpo se tenso, cada centímetro de cuerpo despertó al unisonó, luego de jadear por unos minutos Nora no pudo evitar volver intentar tocar a Sarah, quería tocarla y estaba desesperada por hacerlo, Sarah, como si supiera las intenciones que por la cabeza de Nora pasaban, se incorporo y con el cuerpo de Nora boca arriba dejo caer su sexo sobre su cara, le sorprendió mucho lo húmedo y caliente que estaba, los gemidos de Sarah estaban siendo mayores a los que ella había hecho y a pesar de su inexperiencia intento imitar al más posible a Sarah, lamer su clítoris fue algo que nunca podría explicar fácilmente, sus jugos tenían un sabor exquisito, nunca había hecho algo así, pero se pregunto como había podido perderse esta experiencia por tanto tiempo, el cuerpo de Sarah temblaba, sus caderas se movían al ritmo de su lengua y por primera vez sintió el poder del dominio, Sarah termino de tumbar sobre Nora para sorprenderla con un 69, ambas se dieron placer mutuamente hasta explotaron en un orgasmo compartido que hizo que Sarah de desfalleciera sobre Nora, duraron así varios minutos hasta que poco a poco Nora busco el hombro de Sarah para quedarse dormida profundamente.
Sarah despertó desorientada con algo de resaca por la noche anterior, sintiendo el respirar en sus pechos de Nora que había dormido sobre ella toda la noche, verla así despertó un sentimiento que no entendió, pero que disfruto, sabía que esta historia podría durar solo este fin de semana, pero nada de eso importaba porque Nora… era suya