El despertar de los sentidos
_Ven Manuel que podemos pasar un buen rato, además si es algo que le apetece a mi padre a mi también.
El despertar de los sentidos.
El día ya se acababa, Manuel, estaba sentado a la orilla del mar mirando como los últimos rayos de sol le daban al Mediterráneo esa luz que sólo Sorolla había podido plasmar en sus cuadros, solo faltaban una par de mujeres vestidas de blanco para hacer mas parecido al cuadro que acudía a su mente.
Estaba completamente a solas en la playa, o eso creía, cuando oyó de lejos las risas y murmullos de al menos dos personas, pensó que a lo mejor eran una parejita de esas que aprovechaban la ocasión y darse el lote en la playa, recordó como el también lo había hecho mas de una vez y mas de dos, con alguna de las mujeres que había conocido en aquellos veranos de su juventud, y no es que Manuel fuese un hombre viejo, a sus cuarenta años se sentía tan joven y con tantas ganas de hacer el amor como cuando tenia veinte pero esa maldita enfermedad le había dejado la terrible secuela de una semi impotencia que le hacia difícil el poder ofrecer a una mujer lo que el tanto hubiese querido, un falo bien duro, para poder penetrar y hacer feliz a su pareja y llenarla de orgasmos, pero si bien no podía meterla bien metida lo compensaba con unas manos y una lengua digna de los dioses.
Oyó de nuevo las risas y pudo mas su curiosidad que su ética, se acercó despacio hacia donde provenían aquellas risas y desde detrás de un turón de arena los vio, eran dos personas, el hombre debería tener mas o menos sus treinta años, pero si esperaba encontrar una mujer echa y derecha se encontró con una chica de unos dieciséis, era una niña preciosa, tenia el pelo largo y negro, tan brillante que parecía seda, un cuerpo pequeño pero bien formado largas piernas y unos buenos senos que se movían al compás de su risa alegre y llena de felicidad.
Desde su observatorio, Manuel vio como el hombre se acercaba a la chica y se besaban en un largo y húmedo beso, casi podía ver como las lenguas de ambos se juntaban dentro de sus bocas, mientras las manos del hombre recorrían con pasión el bien formado cuerpo de la niña, poco a poco vio como la polla del hombre crecía hasta hacer una hermosa "Tienda de campaña" dentro del bañador, aquel aparato estaba loco por salir de paseo y que alguien le hiciese unos mimos.
La chica dirigida por el hombre puso su mano sobre la herramienta que se alzaba en su honor.
- Fíjate como me tienes nena, sólo con acariciar ese cuerpo de diosa que tienes mi polla pide de ti caricias, anda mámala como sólo tu sabes hacerlo.
Ella no se lo hizo repetir dos veces, bajó su cabeza hasta el pene del hombre, primero le dedicó unos dulces besos por encima del bañador, luego al oír los suspiros de su pareja sacó la polla del bañador que apareció esplendorosa en su dureza y abriendo su boca procedió a introducírsela en el fondo de su garganta arrancando suspiros de placer a su compañero.
Mientras tanto Manuel, sentía como su propio sexo latía dentro de su pantalón, se saco su polla y empezó a tocarse mientras pensaba como seria volver a sentir como alguien le hacia una felación.
El hombre le pidió que parase de lamerlo:
- Cariño para por favor, no quiero correrme aun quiero disfrutar de ti como se que te gusta, ven siéntate encima de mi cara para que pueda comerme todo ese conejito.Dios que bueno está.
La chica le pedía más:
-Sigue por favor...no pares me encanta como me lo haces, anda meteme un dedo en el culo, quiero sentir como me entra, así, hummmm que placer, creo que me voy a correr, ahoraaaaaaaaaa.
A Manuel casi se le salían los ojos de las orbitas al ver aquel espectáculo, mientras veía como la joven se corría y dejaba a su compañero la cara llena de jugos, el tenia su primer orgasmo se mordió los labios para que no le oyesen, pero...le habían oído.
El hombre aparto con suavidad a la chica y se dirigió hacia él.
-Hombre mira por donde Isabel, tenemos un espectador.
-Yo...yo lo siento, no he podido evitarlo, perdóneme, lo siento.
-Tranquilo hombre que no pasa nada, si yo estuviese en su lugar seguramente hubiese echo lo mismo, mire para que no haya malos rollos, yo soy Francisco y ella es Isabel, mi hija.
-¿Su que?
-He dicho mi hija.¿Verdad que es hermosa?, hace ya tiempo que tenemos relaciones desde que ella tenia catorce años, ahora tiene diecisiete, la quiero con locura igual que ella a mí, ya ve lo que son las cosas, pero venga a sentarse con nosotros.
-Oiga mire, Francisco, yo mejor me voy, no quiero meterme donde no me llaman, además...ustedes están muy ocupados.
-¿Perdona como te llamas?, permíteme el tuteo.
-Me llamo Manuel, Manolo vaya.
-Pues bien Manolo, hay una cosa que te quiero preguntar, ¿Te gustaría jugar con mi hija y conmigo?, si hombre no pongas esa cara, te digo que si quieres hacer un trío, te ofrezco a mi hija, siempre he deseado verla follar con otro hombre y conmigo.
-No creas que no me gustaría Francisco-dijo Manuel-pero no puedo, no trempo del todo y no me podría follar a la chica.
-Pero hay mas cosas que la polla tío!!!.
-Hombre desde luego que si, tengo una lengua que le haría maravillas.
-Pues venga, vente, Isabel dile tu que venga con nosotros.
_Ven Manuel que podemos pasar un buen rato, además si es algo que le apetece a mi padre a mi también.
Se dirigieron los hombres hacia donde estaba la chica, cuando vio de cerca de la chica, sintió como de nuevo su polla empezaba a enviarle esas vibraciones que el tan bien conocía.
Francisco le miró y miró a su hija, ella entendió lo que quería decir, y levantándose de la arena se dirigió hacia Manuel y comenzó a besarle los labios mientras sus manos acariciaban por encima del pantalón la polla de Manuel, el le devolvía los besos y sintió como le quitaban la ropa, hasta quedarse totalmente desnudo, era Francisco quien lo había desnudado, y quien se puso detrás de él, haciendo de Manuel un bocadillo humano, por un lado sentía los pechos de Isabel en su tórax y por otro lado la virilidad de Francisco rozando sus nalgas, sintió un poco de miedo al pensar que podía pasar pero puso más su calentura y pensó que pasase lo que pasase lo iba a gozar.
Francisco le pidió a su hija:
-Nena chupale la polla a Manuel, a ver si consigues que se vuelva loco de gusto.
-Oh, si chupala Isabel no sabes cuanto tiempo hace que no me hacen una buena mamada, no te preocupes si no se pone dura del todo, el placer es el mismo para mí, así mi cielo, sigue que bien lo haces.
-Échate en la arena Manuel, que mientras mi hija te trabaja tu me trabajaras a mi, ¿Nunca te has comido una polla?, pues vas a probar una, abre la boca!!.Cualquiera diría que te has pasado la vida mamando vergas tío, que bien lo haces, así cómeme el capullo y los huevos, que bueeenoooo, mira Isabel, mira como me come la polla, fíjate como me mama, hasta me llega con la lengua al agujero de mi culo, Manuel meteme la lengua bien adentro que me gusta.
Manuel estaba sorprendido de si mismo jamás había comido un rabo y se descubría comiendo el de Francisco como un maravilloso manjar, disfrutaba de la olor de polla del olor de macho que salía por todos los poros de Francisco y que llegaba a el como un olor de limpio y de hombre, mientras Isabel se dedicaba a su polla, siguiendo con la mamada, sentía que en poco minutos iba a correrse, y cuando lo dijo, Isabel le pido que lo hiciese en su boca:
-Es que me encanta tragarme toda la leche.
Francisco aviso también de que estaba a punto y cogió a Manuel por la nuca para que se llenase su boca de todo el jugo, aunque no hacia falta Manuel no quería apartarse de allí por nada y estaba deseoso de probar el gusto del semen de otro hombre.
Casi se corrieron los dos a la vez, Manuel casi lloraba de felicidad al poder hacerlo dentro de una boca femenina, mientras él recibía el caldo de Francisco.
Después de las corridas de ambos hombres Manuel le pidió a Isabel que se abriera de piernas:
-Quiero comerte el coño a base de bien y devolverte el orgasmo maravilloso que me has dado, y tu Francisco haz lo que quieras conmigo, desde este momento mi cuerpo es todo tuyo.
-Pues prepárate Manuel, porque te meteré toda mi polla en tu culo, ¿Nunca lo has hecho?
-Jamás te lo juro, pero hoy, esta noche estoy dispuesto a todo.
-Primero ponte a cuatro patas Manuel, tu Isabel ponte de manera que el te pueda chupar bien el coño, yo voy a lamerte el culo bien lamido y te lo prepararé para poder follarte.
Así lo hicieron Manuel sentía escalofríos por todo su cuerpo al sentir la lengua de Francisco recorriendo todo su culo, la lengua de su amigo iba de sus cojones hasta su esfínter y eso le volvía loco, mientras el iba lamiendo el clítoris de Isabel arrancándole unos grititos que aun hacían mas fuerte el ambiente.
-Hay papa, no sabes como me como tu amigo, nunca me habían comido así ni tu, que gusto, parece una polla, así Manuel mamame el clítoris ohhhhhhh, que placer, venga papa metele la polla que quiero verlo antes de correrme otra vez.
Manuel pego un salto cuando la polla se Francisco se fue introduciendo en su ano, primero sintió como si le partieran en dos pero luego mientras su amigo le acariciaba su polla, se relajó y pudo disfrutar de todo el pene en su recto, sentía placer, mucho placer, tanto que a los pocos minutos era el quien culeaba para que Francisco se introdujera más y más en él.
Isabel se había apartado de los hombres y contemplaba como su padre poseía a Manuel, ella mientras tanto se estaba masturbando, ya que aquello que veía le producía tanta cachondez que no podía parar.
Después de que Francisco se corriera dentro de Manuel, descansaron, luego mas tarde fue Francisco quien se follo a su hija delante de su nuevo amigo, y mas tarde los dos hombres uno por el coño y otro por la boca de la chica, así pasaron buena parte de la noche, hasta que se durmieron.
El relente de la madrugada despertó a Manuel de su sueño, se había quedado dormido en la playa, miró a su alrededor, estaba solo, pensó que todo había sido un sueño, pero al querer levantarse un dolor intenso en su ano, le devolvió la sonrisa, no lo había soñado, ¿Por qué sino le iba ha hacer tanto daño ahí?