El despertar de Karina.

Karina, una jovencita recatada que se ve sorprendida por las sensaciones de su cuerpo inicia un camino insospechado hasta entonces por ella

El despertar de Karina.

La luz matutina que entraba con fuerza a la habitación daba de lleno en los ojos de Karina, lo que la despertó; le dolía la cabeza …, tenía sed y sintió un extraño sabor en la boca, las placenteras sensaciones de cosquilleo y dolor que sentía en su vagina y su culito la desconcertaron al principio y mientras se incorporaba lentamente vio con sorpresa que estaba totalmente desnuda en una habitación desconocida;  con los dedos recorrió los pegoteados pelos de su vulva que seguía húmeda y luego los llevó a su nariz, percibiendo como su olor se mezclaba con el del semen; luego vio pequeños moretones en sus pechos y en la parte interna de sus muslos, tocó sus hinchados pezones y sintió una grata mezcla de placer y dolor.

Apresuradamente se puso de pié buscando su ropa, encontró un vestido tirado al lado de un sillón y rápidamente se lo puso para cubrir su desnudez mientras seguía buscando, pero sólo encontró sus zapatillas y su bolso, estaba sola, el espejo la mostró con un diminuto vestido rojo, el amplio escote apenas podía contener sus pechos, la delgada tela mostraba sus duros pezones como si estuvieran desnudos, por detrás salvo por unas tiritas tenia la espalda descubierta y casi se podía ver el nacimiento de sus nalgas; no supo que la sorprendió mas, si lo corto del vestido o la casi translucidez del mismo, pues ante el espejo veía que con la luz adecuada no era difícil ver que no traía calzones, giró sobre sí misma y notó que le quedaba tan corto que ante el menor descuido el vestido se levantaría dejando ver sus nalgas o su pelambre; desconcertada al principio pronto recordó las sucesos del día anterior.

Había quedado en verse con dos de sus amigas en una plaza comercial para almorzar e ir de compras; sus amigas siempre le bromeaban acerca de su forma tan seria de vestirse y le decían que debía enseñar un poquito más o nunca conseguiría novio, por lo que ese día decidió darles una sorpresa, se compró un diminuto conjunto de lencería muy bonito y aunque por su tamaño le costó trabajo decidirse,  se puso la diminuta tanga sintiendo extrañas y placenteras sensaciones al sentir la delgada tirita entre sus nalgas, el pequeño sostén que resaltaba la redondez y tamaño de sus senos apenas cubría las aureolas;  una blusa ligera de color blanco con un amplio escote que permitía ver algo más que el canalillo entre sus senos y una faldita a juego que le cubría hasta la mitad de sus hermosos muslos completaban su atuendo; también se puso medias claras con un liguero negro pero al verse en el espejo noto que este resaltaba mucho bajo su faldita, recordó que todos sus ligueros eran de color obscuro por lo que después de pensarlo decidió quitarse las medias y el liguero, se vio al espejo y vio como resaltaban sus pechos en el amplio escote y al verse de perfil también admiro la forma en que la falda acentuaba sus caderas y el tamaño y redondez de sus nalgas y lo bien torneado de sus muslos y pantorrillas, sonrojándose casi estuvo a punto de cambiarse y ponerse algo más discreto pues nunca usaba faldas arriba de la rodilla ni salía sin medias y mucho menos usaba blusas escotadas ya que siempre se había sentido avergonzada del tamaño de sus senos y de la voluptuosidad de sus nalgas y muslos.

Salió de su departamento en el que vivía sola y mientras caminaba a la parada del transporte público se sintió extraña al sentir la suave brisa recorrer su piel bajo la falda, en cuanto subió a una pesera que la llevaría hasta el metro sintió que todos la observaban y se sonrojó sin saber qué hacer pues al momento recordó lo corto de su falda y lo escotado de su blusa mientras un delicioso estremecimiento recorría su cuerpo.

Cuando llegó a su destino se puso de pié con el mayor cuidado posible y bajó de la pesera, ya se sentía más tranquila cuando alcanzo a escuchar que un chico le decía a otro, “te fijaste, que ricas piernas tiene esa chava …”, “si pero lo que más me gustó son sus nalguitas, bien paraditas”, una vez más se sintió sonrojar pero siguió su camino.

La falta de costumbre la hacía sentirse observada por todos, lo que no sería raro, pues era difícil no fijarse en una bonita chica alta, morena clara y de pelo largo, con una blusita que hacía destacar unos pechos de buen tamaño, de caderas amplias con una faldita que mostraba sus hermosas piernas y con unas zapatillas que la hacían levantar las nalguitas al caminar cadenciosamente.

Karina sentía que extrañas y placenteras sensaciones recorrían su cuerpo y cuando subía  las escaleras que la llevarían al andén del metro escucho varios silbidos y gritos  chuleándola, lo que la hizo estremecerse; subió al tren y se sentó, la falda se le subió ligeramente dejando ver aún más sus muslos; se dio cuenta que el escote de la blusa dejaba ver una bonita imagen de sus pechos a los hombres que venían de pié y que la veían con deseo en la mirada.

Al principio no sabía que hacer, pero poco a poco empezó a disfrutar de la sensación de sentirse observada y se relajo.

Cuando estaba por llegar a su destino se puso de pie y mientras se abría paso entre la gente sintió breves roces en sus nalgas, al principio pensó que eran accidentales pero pronto sintió una mano áspera acariciando su pierna, se sorprendió al sentir placer y no supo que hacer, la mano pronto llego hasta sus nalgas, aturdida se sorprendió a si misma al levantar las nalgas contra la mano invasora que sin perder el tiempo hizo a un lado el delgado hilo de la tanga y empezó a acariciar los delicados labios de su sexo incrementado las sorprendentes sensaciones de placer, sin darse cuenta cerro los ojos mientras emitía un leve gemido de placer, sin voltear atrás  bajó del tren y con decisión subió la escalera que la sacaría de la estación, no trató de detener el vuelo de la falda y por chiflidos y comentarios que escuchó supo que más de uno había visto algo más que sus muslos bajo la falda, la sensación le gustó e inconscientemente contoneaba mas las caderas.

Llegó al punto de reunión y vio que sus amigas no llegaban aún, su celular sonó, era una de sus amigas para avisarle que habían tenido un contratiempo y que no podrían llegar, Karina se sintió muy molesta pero les dijo que no se preocuparan.

Como ya estaba cerca del centro comercial decidió almorzar y pasear ella sola.

Mientras caminaba sentía que los hombres la miraban con insistencia al pasar, a lo lejos noto a dos hombres que trataban de esconder algo entre sus manos, disimuladamente los siguió observando y vio que tenían pequeñas cámaras de video con la que trataban de atisbar bajo la falda de las chicas que pasaban, al principio se sintió molesta, pero después se empezó a sentir extraña, sonriendo decidió pasar cerca de ellos caminando lentamente, sintió el momento en que empezaron a filmarla, Karina caminaba

cadenciosamente, tratando de darle mayor vuelo a su falda, se detuvo frente a un aparador y disimuladamente dejo caer su monedero, con una sonrisa en su rostro se agachó lentamente sin doblar las rodillas y recogió su monedero, disfrutando de su atrevimiento siguió caminando por el centro comercial seguida por los dos hombres, ocasionalmente se detenía, giraba bruscamente haciendo que se le levantara la falda o se agachaba ya sin disimulo mientras fingía interesarse en algún objeto del aparador, decidió subir por las escaleras eléctricas y después de asegurarse que la seguían se agacho fingiendo revisar la correa de una de sus zapatillas.

Mientras se levantaba volteó a ver a los hombres que se sintieron sorprendidos mientras la filmaban, Karina les sonrió y siguió paseando por el Centro Comercial,  se sentía excitada y para su sorpresa disfrutaba de estarse exhibiendo.

Como ya tenía hambre se metió a un restaurant bar; Karina eligió una mesa que estaba un tanto aislada y lejos de miradas indiscretas; los dos hombres se sentaron enfrente de ella.

Se sabía observada, con disimulo subía levemente la falda y se cruzaba de piernas, sabía que la seguían filmando, para su sorpresa estaba disfrutando de la situación y notaba lo húmeda que ya estaba su diminuta tanga, ya había pedido la cuenta y terminaba la tercera copa cuando vio que los hombres se acercaban a su mesa y la saludaban, se sintió sorprendida y una agradable cosquilleo recorrió su cuerpo y sintiendo como su vagina palpitaba placenteramente.

Pronto platicaban animadamente mientras bebían otras copas, la plática fue derivando hacia lo bien que lucía Karina, la redondez de sus pechos y caderas, de sus bonitas piernas y de que sería una delicia para los hombres que la poseyeran; ya un poco mareada por las copas, Karina, que nunca había platicado en esos términos se sentía abrumada y muy excitada, especialmente ante la idea de ser poseída por varios hombres a la vez.

Pronto le hicieron una proposición sorprendente … deseaban comprarle su sostén y su tanga y filmarla mientras se los quitaba … Karina sintió un placentero estremecimiento y sin saber que decir se quedó callada mientras volteaba a su alrededor, viendo que había bastante gente a su alrededor, pensando que ya había aceptado sacaron unos billetes y los pusieron discretamente sobre la mesa, Karina aún aturdida por la propuesta tomó los billetes y los estrujó levemente en su mano … como vieron que se quedó quieta le dijeron que querían que se quitara las prendas ahí, en el bar en donde se encontraban y enfrente de ellos para filmarla.

Se sentía muy agitada y sobresaltada, mientras una ves mas volteaba a su alrededor los hombres la animaban suavemente pero con insistencia, finalmente asintió con la cabeza.

Aturdida como estaba sólo acertó a guardar el dinero en su bolsa al tiempo que volteaba a su alrededor, aunque  veía bien lo que pasaba a su alrededor, ella quedaba levemente cubierta por unos setos.

Karina recorrió hacia atrás la silla, mientras un hombre filmaba la zona de sus pechos el otro, ya sin disimulo filmaba de cerca sus muslos e incluso colocaba la cámara frente a sus piernas mientras la animaba a separarlas, lentamente acercó sus manos a su espalda y desabrochó el sostén, deteniéndose a mirar a su alrededor jaló uno de los tirantes para sacarlo de su brazo, ya sin mirar se sacó el otro tirante; luego metió su mano por el escote y empezó a jalar levemente el sostén, miró a su alrededor y terminó de sacarlo, rápidamente lo escondió poniendo sus manos bajo la mesa, pero en ese momento le dijeron que querían que lo doblara y lo pusiera sobre la mesa, se mojó levemente los labios, volteando a todos lados, sacó las manos dobló cuidadosamente el pequeño sostén y lo puso sobre la mesa.

Ahora los calzones… ; resintió la rudeza de las palabras … pero le gustó … y mientras veía como ponían las cámaras bajo la mesa adelantó levemente las caderas sobre la silla mientras se preguntaba a sí misma … ¿qué estoy haciendo? …, volteando nuevamente a su alrededor levantó discretamente la falda y tiró de la tanga, primero hasta la mitad de sus muslos y finalmente dejándola caer hasta sus tobillos, para finalmente levantar sus pies para sacarla y agacharse a recogerla, le pidieron que también la doblara y la pusiera sobre la mesa.

En eso llegó el mesero, quien se quedó viendo las prendas sobre la mesa y luego la cara de Karina, quién sólo atinó a sonrojarse, los hombres pidieron más copas para los tres;

En cuanto se fue el mesero le pidieron a Karina que sacara sus pechos de la blusa, aún aturdida por lo que estaba pasando y afectada por el licor bebido, Karina sacó sus pechos a través del escote, los hombres de inmediato empezaron a estrujar sus pechos, a pellizcar los pezones provocándole ondas de placer, todavía tenía los pechos de fuera cuando regresó el mesero, Karina se quiso tapar pero no se lo permitieron; --las perritas como tu enseñan con gusto las chiches—le causó placer escuchar que la hablaran así, con rudeza, a ella que estaba acostumbrada a los buenos modos.

Mientras seguía con los pechos de fuera le ordenaron ponerse de pié y levantarse la falda por arriba de la cintura, lentamente se puso de pié y mirando a todos lados obedeció mientras sentía que aumentaba la humedad de su vagina, -- date la vuelta y agáchate, queremos verte las nalgas --.

Le pareció que varios hombres la estaban viendo lo que aumento su excitación; seguía en esa posición cuando regresó nuevamente el mesero, mientras se deleitaba viéndola uno de los hombres le dijo –verdad que está chula nuestra perrita --, -- si esta chula, tiene buenas nalgas --, -- no se detenga y agárreselas --.

Karina, por segunda vez en su vida, sintió que un hombre manoseaba sus nalgas y metía sus dedos en su vagina, estremeciéndose de placer lanzo un fuerte gemido que llamo la atención de quienes se encontraban alrededor, sabiéndose observada bajo lentamente la falda y cubrió sus pechos mientras sonreía asombrada por las placenteras sensaciones de su cuerpo.

Pagaron la cuenta y mientras salían del restaurante Karina noto con placer que varios hombres la señalaban; le ordenaron a Karina que se subiera un poco la falda mientras paseaba por el Centro Comercial, era tanta su excitación que sin pensarlo acortó la falda y luego empezó a caminar por los pasillos fingiendo ver los aparadores mientras los hombres la filmaban.

Al principio se limitó a caminar lentamente mientras se contoneaba, luego le dijeron que de ves en cuando subiera la falda para enseñar las nalgas, dudó al principio pero poco a poco se empezó a relajar, pronto caminaba con soltura enseñando las nalgas y su pelambre, después de un rato se sentó en una banca, al momento le ordenaron que se acariciara ella misma, aturdida volteo a su alrededor y al ver que no había gente cerca separó las piernas y levantando la falda separo sus labios vaginales y empezó a acariciar su clítoris  hasta alcanzar un orgasmo; sonreía ante la cámara mientras pensaba –no puedo creer lo que estoy haciendo --.

Mientras aún estaba temblorosa por las placenteras sensaciones, los dos hombres se sentaron junto a ella y nuevamente empezaron a chulearla y a decirle cosas que la hacían sonrojar y reír con excitación; cuando la vieron tan relajada y dispuesta le propusieron tener relaciones sexuales a cambio de dinero, la sorprendió el delicioso estremecimiento que la recorrió de pies a cabeza  y asustada se negó y quiso retirarse del lugar, pero no la dejaron, le ofrecieron #### pesos por cada uno, pero ella se negó diciendo que no era una puta y nuevamente trato de alejarse asustada por las sensaciones de su cuerpo,  sentía que su vagina estaba encharcada y que incluso la humedad resbalaba por sus muslos, sentía sus pezones tan duros que le dolían.

Siguieron insistiéndole mientras aumentaban la cantidad ofrecida, ella nunca pensó estar en esa situación, se siguió negando pero ahora sentía que su cuerpo le exigía decir que sí, aumentaron la cantidad a #### al tiempo que uno de ellos le empezó a acariciar las piernas con descaro y el otro la jalaba para besarle el cuello y el lóbulo de la oreja  al tiempo que metía la mano por su escote y apretaba uno de sus pezones, el placer recorrió su cuerpo y la hizo gemir; uno de ellos le dijo al oído mientras metía la mano bajo la falda y acariciaba su encharcado sexo …

CONTINUARA …

Que pasara con Karina?, aunque la historia ya esta escrita se aceptan sugerencias, saludos