El Despertar - Cap2 - La Visión
¿Coincidencias?...
LA VISIÓN
Estoy en un prado muy verde, sobre una montaña y puedo ver claramente un bosque bajo mis pies. El cielo es de un color violeta muy suave y se pueden ver las estrellas del espacio a través de él. Hay 2 lunas y el sol se ve 3 veces más grande, sin embargo, la temperatura es normal.
- ¿Dónde estoy? – pienso - ¿cómo llegué aquí?
Estoy observando con más detenimiento el lugar cuando siento que alguien se acerca. Volteo de inmediato, pero no hay nadie, vuelvo a fijar mi vista al frente cuando delante de mis ojos se materializa un hombre. Su presencia me entrega mucha tranquilidad, es muy alto debe medir al menos 2,5 metros, su cabello llega a los hombros y es de un color platinado, su piel es muy blanca, casi transparente y sus ojos verdes. Lleva una especie de túnica de luz y no tiene zapatos.
- Hola Mia – dice él sin mover su boca – mi nombre es Anier
- Hola – contesto sin temor, su presencia causaba en mi la sensación de tranquilidad – ¿cómo puedo oírte si no has movido tu labios?
- Ahora podemos comunicarnos mentalmente, estamos en otro universo y aquí es posible hacer algunas cosas que las personas en la tierra aun no consiguen desarrollar
- ¿Estoy muerta? – pregunto mirándolo fijamente a los ojos
- No – responde él sonriendo, pero aún sin mover sus labios
- ¿Volveré a la tierra?
- No has dejado de estar en ella, solo te hemos permitido venir hasta aquí porque es el momento de que conozcas tu misión – dice él estirando su mano hacia mi frente y rozando suavemente entre mis cejas – hoy podrás ver más que antes
En ese instante aparecimos mirando de frente la tierra, estamos flotando en el espacio
- ¿Puedes ver esos pequeños destellos de luz? – me pregunta señalando hacia la tierra
- Si, los veo, ¿qué son? – pregunto sin quitar mis ojos de ellos
- Cada uno de esos destellos pertenecen a una persona que ha logrado abrir su conciencia y elevado un poco su vibración – hace una pequeña pausa y comenzamos a rodear el planeta flotando – ellos están entregando nueva energía a la tierra
- Y esos rayos – digo señalando 6 puntos que brillaban con más fuerza que los otros - ¿Por qué son más fuertes que los demás?
- Ellos son personas que han conseguido elevar aún más su vibración y ya están trabajando en su misión, tu comenzarás a hacerlo en este momento – me dice el hombre mirándome con una pequeña sonrisa
- ¿Y si no logro cumplirla? – pregunto sin dejar de mirarlo
- Tranquila, tienes tiempo para hacerlo, debes recordar que los absolutos ya no existen para ti, la vida es más que solo un momento, es la suma de ellos y cada aprendizaje nuevo que ganes te acercará más a donde debes llegar, si no es en esta vida, será la próxima, o la siguiente…estás creciendo y al hacerlo esa luz crecerá
- ¿y cuál es mi misión? – pregunto curiosa
- Se irá revelando en el tiempo próximo, solo debes recordar seguir tu intuición.
Ahora – dice él mientras aparecemos en el pasillo de una clínica – es momento de que vuelvas
- ¿Cuánto tiempo he estado aquí? – pregunto antes de que se vaya
- 2 minutos terrestres – respondió sonriendo ante mi cara de incredulidad – recuerda que ahora eres parte de un plan mayor, confía en ti – y diciendo eso desapareció
En ese instante escucho gritos y el sonido de una camilla acercándose, al voltear veo como corren directamente hacia mí varios doctores y enfermeras, como si se tratara de un sueño me atraviesan y sin darme cuenta como, ya he vuelto a mi.
Lentamente abro los ojos, mi cuerpo está adolorido, no sé cuánto he estado aquí. Recorro la habitación observando y me topo con una chica cuyos ojos demuestran preocupación
- Hey, hola, bienvenida, ¿cómo te sientes? – me dice con mucha naturalidad – Disculpa, debes estar confundida, iré a llamar a tu padre, está afuera con el doctor,
¿está bien? – me dice como esperando una respuesta
- Cierro mis ojos en señal de aprobación y muy despacio modulo un – gracias.
Veo como sale, vuelvo a inspeccionar el lugar, muevo mis dedos, los pies, aunque noto que una de mis piernas está inmovilizada y recuerdo lo que ocurrió.
- Mía, hija, gracias al cielo estás bien – Veo a mi padre entrar y tras él mi madre
- ¿Qué pasó mi niña? – pregunta mi madre con una clara voz de angustiada
- Hola…creo que traté de volar y choqué con alguna rama – Digo sonriendo – tranquilos, no me pasó nada…son solo un par de rasguños
- Señor, creo que lo mejor es que me vaya – Escucho decir a la chica, que ahora se encontraba caminando lentamente a la puerta
- Rocío, discúlpame – Dice mi padre acercándose a ella y abrazándola para acercarla hacía mi – Mía, ella es Rocío. Ella pintó el cuadro por el que me preguntaste y coincidentemente fue quien te encontró luego del accidente – Rocío bajó un poco su mirada y sus mejillas se enrojecieron
- Te debo la vida entonces – digo con una gran sonrisa - ¿me dejarías pagarlo cuando salga de aquí?
- No, no! – se apura a responder ella – usted ya ha hecho mucho por mi familia señorita, eso no es necesario
- Hey – me apuro a interrumpirla – de verdad, si no hago algo para compensarte esto, me sentiré muy mal y podría ser mal karma – Respondo con tono de broma sonriendo – anda, dime que sí…por favor
- Créeme Rocío, es muy insistente – Dice mi madre acariciando mi frente y sonriéndole a la chica
- Está bien – contesta ella con una tímida sonrisa – cuando esté de alta podemos ponernos de acuerdo, le parece
- Perfecto – digo cerrando los ojos y sonriendo, gesto que hizo sonreír a todos
Luego de casi una semana en el hospital me dan el alta y ya que mi padre tendría que viajar por negocios decido quedarme en mi departamento, a pesar de la insistencia de mi madre para que me fuera unos días con ella.
Paula me espera al llegar al edificio, no sé realmente si iba por ayudarme o para ver al nuevo conserje. Se notaba que le simpatizaba mucho, sin embargo no se atrevía a cruzar con él más que un hola, gracias y chao. Luego de subir por el ascensor escuchándola mencionar todas las cualidades físicas del chico, llegamos al departamento y al entrar nos encontramos con Rocío terminando de poner los platos sobre la mesa, también había un exquisito olor a pastel de choclo.
- Vaya, que exquisito olor! – dice paula mirando a Rocío
- Espero que les guste…cociné pastel de choclo y está listo – responde ella con una gran sonrisa esta vez – Espero que esto sirva para pagar todo lo que has hecho por mí – responde mirándome a los ojos con cierta timidez
- No sé qué decir – Respondo sonriendo – Era yo la que debía pagarte y creo que ahora te debo más aún
- Ay no, por favor…- Dice avergonzada Rocío mirándonos
- Tranquila mujer, después pueden ver quien le debe que se yo a quien, pero ahora tengo muchísima hambre, por favor…comida ! – Nos interrumpe alzando la voz para hacerse notar Paula
Luego de sentarnos las 3, estuvimos conversando de todo, Rocío nos comentó la situación por la que su familia estaba pasando con su madre. Le habían detectado un cáncer en fase 4 hace un tiempo y el pronóstico no fue el mejor, para costear el tratamiento ocuparon todos sus recursos y a pesar de todo no les alcanzaba para pagar las cuentas. Mi padre, al saber la situación se contactó con ella, ya que su madre trabajaba hace años en la empresa y le ofreció toda su ayuda, ahí le explicó que habían tenido que vender muchas cosas de su casa, aquí fue donde papá decidió regalarle las cosas que yo había pedido botar antes de irme del país.
Luego de comer fui a mi habitación, las cosas habían llegado y estaban armadas, Rocío me dijo que su hermano la había ayudado a acomodarlas. Al entrar a la casa sentí un extraño y particular aroma que se hacía más fuerte en mi habitación. Era extraño, un olor suavemente dulce, que me hacía recordar el sueño o visión que tuve luego del accidente.
- Rocío, ¿prendiste algún incienso o aromatizante?
- No, ¿por qué?, si quieres puedo ir comprar uno – dijo ella algo nerviosa causando la risa de Paula
- Tranquila Rocío, no eres la esclava de esta mujer… - se adelantó a responder mi amiga sin dejar de reír
- Discúlpala, es un poco loca a veces – dije mirando a Rocío y señalando a Paula – la falta de sexo la pone así
- Hey! Tú no sabes eso – me respondió Paula golpeándome suave en el brazo – ya, acuéstate antes que sigas inventando cosas
Las chicas me dejaron sola unos minutos para poder descansar. Mientras miraba detenidamente mi habitación, sentía algo diferente, más allá de los muebles nuevos y la pintura, sentía que algo faltaba.
- Pau!, Rocío? – grité por si me escuchaban – Chicas?
- ¿estás bien? – Respondió Rocío abriendo un poco la puerta para mirar.
- Sí, estoy bien, ¿podrías traerme el cuadro que me regalaste? – Dije mirando como ella se sonrojaba y sonriendo por su cara de nervios
- Ok…dame un segundo – dijo mientras desaparecía un momento para volver con el cuadro entre sus manos - ¿dónde quieres que lo deje?
- Allí…- le señalé un ganchito justo frente a mi cama – ese es su lugar…donde pueda verlo antes de dormir y al despertar…
- ¿De verdad te gustó? – Me dice ella mirándome con cierta timidez y algo sonrojada
- Si, tiene algo especial que me encanta – respondí sonriendo
- Ok…te dejo para que descanses, pronto vendrá a buscarme mi hermano, si necesitas algo solo llámame ¿sí?, te dejaré mi número anotado
Me dio un beso en la mejilla y salió. Mientras hablábamos las molestias de mi pierna se pasaron. Me dormí viendo ese hermoso regalo que ahora adornaba mi habitación.