El deseo prohibido ix

Una historia morbosa en la oficina

La nota de encima de la mesa la dejó sin fuerzas de los nervios que la entró. Un ligero temblor recorría sus piernas.

Recogió la nota y fue corriendo al servicio a intentar calmarse. Se puso ante el espejo e intentó respirar hondo. Estaba muy nerviosa.

Volvió a releer la nota:

"Te necesito. Jesús"

Se le había secado la lengua y se notaba muy humeda. Vaya día que llevaba. Como siguiera así tendría que llevarse varias braguitas limpias para irse calmando.

Pensó: "vamos a retocar esto". Se arregló el pelo soltándose la coleta que llevaba. Se abrió otro botón de la blusa y se colocó detenidamente los pechos. Notaba los pezones duros bajo el sujetador y el toqueteo de recolocación no servía para calmar su excitación.

Sin prestar mucha atención a lo que hacía y dónde lo hacia fue bajando su mano por su estomago e introduciéndola dentro de su falda y sus braguitas.

Cuando acarició su rajita lanzó un profundo gemido. Empezó a acariciarse despacio intentando gemir quedamente. Tampoco quería montar un escándalo en la oficina.

Se veía reflejada en el espejo. Veía su excitación y eso la hizo animarse a meterse un dedo dentro.

Lanzó un grito más fuerte de lo conveniente y comenzó a moverlo rápidamente dentro de sí.

Gemía rápidamente cuando un orgasmo le cruzó como un rayo, atravesándole la espalda subiendo desde su sexo.

Cuando los espasmos de su sexo cesaron sacó su mano completamente mojada y pensó: "estoy loca, estoy en la oficina".

Se miró al espejo y estaba totalmente colorada. Así que decidió lavarse un poco para refrescarse. No podía presentarse ante Jesús así.

De repente se oyó un ruido y entro Luis. Por poco no la pilla. Qué vergüenza. Luis era un amigo de sus padres y podría pasar por un tío suyo.

-Estás bien?

-Sí. Sólo que he tenido una reunión con don Anselmo.

-Ahhh.

Y se metió al baño.

Se refrescó y decidió ir a ver a su Jesús para ver en qué la necesitaba. Ojalá la arrancase la ropa encima de la mesa.

Salió del baño y se dirigió decidida a la mesa de él.

Continuará...