El deseo prohibido III
Una historia morbosa en la oficina
Nota del autor: Esta en una historia en episodios enviados por Whatsap en cortos episodios de rápida lectura por lo que el lector personará que los publique tal y cómo fueron concebidos.
Ya despierta, escucha el alboroto que está montando el dichoso aparato. De repente, se le ilumina la mirada pensando que es su amante y, presurosamente, sale de la bañera y desnuda, goteando agua por toda la habitación, corre a coger el teléfono.
Una voz desconocida le informa de que su mesa está preparada en el salón del hotel y, antes de que pueda ni preguntar, la desconocida voz cuelga. Allí está ella, desconcertada y desnuda, con el auricular en la mano, preguntándose qué significará este nuevo cambio de rumbo.
Y, cae en la cuenta. Su amante la espera en el salón. Y corriendo de nuevo se dirige al baño. Recoge presurosa la ropa diseminada por el suelo. Se coloca las braguitas, el sujetador, el vestido y los tacones.
Ahora es cuando viene elproblema. Retocarse. Su paso por la bañera ha hecho verdaderos estragos en su maquillaje y su peinado. Así que primorosamente se dedica a retocarse delante del espejo, dedicándose con ahínco en dejarse perfecta, dado que con toda seguridad encontrará a su amado en la mesa del comedor.
Cuando sabe que no hay nada más que retocar, se mira en el espejo detenidamente y siente cierto rubor al pensar en lo que la espera. Nota sus braguitas húmedas y aún no le ha visto.
Se dirige tranquilamente hacia la puerta. No tiene prisa. Si él ha jugado un poco, ella también sabe jugar a ese juego. Cierra la puerta, no sin antes guardar un pétalo de rosa en el bolso y meter otro entre sus pechos.
Aprieta el botón del ascensor y espera impaciente. Sus nervios son ahora clamorosos. Baja en el ascensor mirándose al espejo e imaginando el deseo con el que le mirará él. Llega al vestíbulo y sensualmente se dirige hacia el comedor. Todo va a comenzar ahora...
Continuará...