El deseo prohibido
Amores y desamores en la oficina (una historia narrada por wasap)
Nota del autor: Esto es una serie de relatos enviados por Whatssap y consta de una serie de episodios cortos. El lector me disculpará que los publique tal y cómo fueron concebidos: cómo relatos cortos de rápida lectura.
I
Dejemos volar nuestra imaginación. Y volamos sobre una amplia calle de Madrid con un tráfico intenso de última hora de la tarde. Gente afanosa por llegar a su hogar, a sus distracciones, en definitiva, gente deseosa de huir del trabajo diario. Pero eso hoy a nosotros no nos interesa. Nos interesa más una figura que camina nerviosa por la acera. Una chica rubia preciosa que caminacon paso vacilante.
Y es que se dirige hacia una cita con alguien que, aunque conoce bien, nunca ha visto, que, aunque amantes en innumerables noches de pasión, jamás ha besado. Y la contemplamos entrando en un moderno hotel del centro y dirigirse al ascensor. Sus puertas se abren y ella entra decidida e insegura. Sabe dónde va aunque las dudas corroen su mente. ¿Le gustaré? ¿Me gustará?
Pensativa delante del espejo, se retoca coquetamente delante del espejo el pelo y contempla las puertas abrirse. Se encamina hacia una habitación. Aún recuerda el número en una tarjetita dorada dejada con mimo encima de la mesa de su oficina: 792 . Sorprendentemente se encuantra la puerta de la habitación entreabierta como una sugerencia para entrar. Llama tímidamente y al no responder nadie vacila en entrar. Empuja levemente la puerta y se entreabre dejando salir un perfume de rosas.
Boquiabierta contempla un rastro de pétalos de rosas en el suelo, pero ni rastro de él en la habitación. Decide seguir el rastro de pétalos intrigada en saber si le dirigirán a su amante. Pero el rastro acaba en un gran jacuzzi repleto de espuma con una botella de cava al lado.
Confundida, levanta la vista, y contempla un cartel dorado con la misma letra de la tarjetita de la oficina pegado a la pared: " Relájate y disfruta del baño ".
Y una sonrisa complice adorna su rostro al comprender que él ha preparado el escenario de una de sus primeras fantasías juntos...
Próximo capítulo, próximamente en su imaginación...