El deseo

soy una mujer casada, pero...

Hola: desde ya muchas gracias por todos los email que me enviaron y pido mil disculpa a aquellos que no he contestado, ya que fueron muchos, nunca pensé que les iba a gustar. Acá no les voy a contar otra infidelidad mía, sino de una amiga que se contacto por mi relato, con el fin de conocer a Marcelo, al cual le envió un beso, aunque en realidad siempre se los envió en los email, si bien no nos hemos visto mas personalmente, siempre estamos en contacto. Este es lo que me escribió para que lo publique, dado que le daba cosa, este es un relato verídico, bueno les cuento de mi amiga, se llama Miriam (no es su verdadero nombre, obvio), 58 años, de Zona Norte de Buenos Aires , con un cuerpo de una mujer de 42 muy bien cuidado, gracias a las cirugías y las horas de gym (la verdad que lo comprobé con sus fotos y no les miento es hermosa), 1,75 de altura, rubia, ojos verdes, muy lindas piernas. buena cola y tetas.

"Desde aquella noche que leí tu relato, me dije hace mucho tiempo que estoy sin una aventura y me propuse contactarme con vos para que me cuentes. Así fue como te fui contando cosas mía, casada desde hace 40 años, (me case muy joven, a los 18 años) con un esposo y padre ejemplar, 3 hijos, con un par de infidelidades, creo que de ambos lados, eso creo que es lo que nos mantiene la llama del amor encendida, y como a vos, oportunidades nunca me faltan, pero tu relato hizo que mi cuerpo y ratones se encendieran.

En nuestros intercambios de email, se me ponía en la cabeza volver a tener una nueva aventura, me excitaba con lo que me contabas, hasta que me anime y te pedí su email, pensaba que lo halagabas demasiado, hasta que crucé mis primeras líneas con él, con el correr de los días sentí vibrar mi cuerpo y en verdad se trataba de un hombre en toda la extensión de la palabra, a pesar de sus 33 años. Me mostraba un alma maravillosa, y poco a poco me fui ilusionando con conocer su voz, hasta que me decidí y lo llame, cuando escuche por primera vez su voz mi cuerpo hizo click y una cálida sensación de excitación comenzó a recorrer mi vagina, con el paso del tiempo cuerpo y mente se aunaron y me hicieron sentir y comportarme como una adolescente en plena efervescencia (con sueños eróticos y toda la cosa), ya el había entrado en mi mente y formaba parte activa en mis fantasías.

Mi intención era poder vernos cara a cara, pero el no podía venir por el momento, decidí viajar yo, ya que mi marido trabaja en nuestra empresa y dispongo de mucho tiempo libre, a encontrarme con el y hacer así realidad mis sueños. Llegó el momento y ni yo podía creer lo que estaba a punto de hacer, viajar para cojerme a un pendejo.

Nos encontramos en una estación de servicio, Marcelo llegó a la hora convenida, vestía un jeans y una camisa blanca, que hacia resaltar su cuerpo, yo estaba con una falda blanca hasta mis rodillas, con un pequeño tajo y una blusa azul que se me traslucía el sostén de media copa que sostenía mis abundantes senos. La charla fue muy amena y mientras nos contábamos lo poco que nos quedaba por conocernos, veía como sus ojos se posaban en mis piernas y tetas. Nuestras miradas eran sugestivas y penetrantes, por el deseo de recorrer nuestros cuerpos, así fue como Marcelo me sugirió a ir a un hotel, según el para conversar mas tranquilos, así yo no corría peligro de que algún conocido me vea, yo pensé quien me va a ver a 50 km de donde vivo, pero lo medite un poco y tenia razón, mas vale prevenir que curar, no??, y en realidad deseaba estar con el a solas, así que le dije que si.

Al llegar a la habitación y con el pretexto de ir al baño se levanto rápidamente de la cama, de hecho solo entro y salió de una forma tan inesperada que me sorprendió acomodándome mis lolas, y comprobando mis mulos dado el tajo de mi falda, los dos nos quedamos paralizados viéndonos hasta que yo con la voz entrecortada le pregunte si le gustaban mis pechos, él movió su cabeza asintiendo, si queres podes tocarlos fue mi segunda frase, sus manos temblaron cuando empezó a pasar sus dedos por ellos sintiendo la calidez de mi piel, eso le dio valor y poco a poco fue posando sus manos dándole pequeños apretones a mis lindos pezones que ya se encontraban erectos, le agarre con mis manos su nuca acercando mis pechos a sus labios y pidiéndole que me los chupara, lo que de inmediato empezó a hacer, metiendo por completo su boca abarcando todo mi tamaño y mientras el me encontraba entretenido chupando mis pezones, yo empecé a gemir y contorsionar el cuerpo  eso fue demasiado para mi y fuera de control metí mis manos por su pantalón para tocar por encima de su bóxer su palpitante pene, dejo de besarme me levanto y sin ninguna dificulta logro dejarme desnuda, besé sus labios con el mas tierno de los besos y el me correspondió, me tendí en la cama era un momento mágico cargado de sentimientos y pasión.

Mientras el se quitaba toda la ropa, cuando lo vi desnudo su verga estaba en su máxima erección, tiene un pene normal (he visto y probados mas grandes) mas o menos 17 o 18 cm, tomo su verga con la mano y lo paso entre mis labios vaginales llegando a mi clítoris, a esta altura ya estaba mojada, mi instinto me lo dicto, empuje con fuerza mi cuerpo para que su pene se deslice dentro de mi vagina (depilada) pero el me contuvo, se arrodillo y empezó a pasar su hábil lengua por mi concha, cuando tomo mi clítoris entre sus labios me estremecí, siguió lamiendo hasta que llegue al orgasmo deseado, se levanto y pude ver como mis jugos estaban en su cara, levanto mis piernas hasta sus hombros y su penetración fue acompañada por un largo gemido que emití, la suavidad y calidez con que su pene se vio envuelto en mi concha hizo que moviera su cuerpo aceleradamente metiendo y sacando su pene de mi vagina, luego me tomo por las caderas deteniendo mis alocados movimientos, besando mi lóbulo de la oreja y susurrándome que lo hiciera muy lentamente para que el placer fuera mayor, el marco el ritmo, tenia razón el goce fue mayor podía sentir su pene resbalaba por mis jugos en mi vagina, él al sentir que mis movimientos ya no eran violentos me soltó y dejo que el placer que sentía saliera por su boca expresado con fuertes jadeos y de repente simultáneamente nuestros cuerpos se convulsionaron mientras de su boca salía un prolongado y fuerte gemido, llenado mi concha con su leche espesa y calientita, paro sus movimientos disfrutando la expresión de mi rostro por lo que había pasado y no bien mi cuerpo dejo de convulsionar me lleno de caricias y besos, le pedí que no me saliera, mientras volcaba en el toda mi ternura y mas tarde cuando su pene volvió a tomar fuerza volvimos a empezar. Lo que pase esas 3 horas fue de puro placer y goce, se la chupe hasta que acabo en mi cara, me comió el culo con su lengua y de postre me penetro analmente, ya que sus besos negros habían dejado mi esfínter muy relajado, ya extenuados compartimos unas copas, nos vestimos y nos despedimos con un cálido y hermoso beso". Gracias Maria

Esta historia es verdadera y espero que la disfruten; toda mujer que necesite ser amada y tratada como una dama, contácteme. (No soy bisexual, ni busco nada por el estilo). Gracias

Un beso Maria

mariainfiel@mixmail.com