El deseo de la desnudez
Hola este es mi estreno es en este portal, donde describiré las diferentes formas de voyeur que me apasionan y profundizare en el deseo de ver la desnudez en todos sus aspectos
Hola Soy Claudia, tengo 18 años y debo decir estimados lectores que es un autentico placer para mi empezar a escribir para todorelatos. Ya que ya llevo varios años leyendo los relatos de este portal y todos me fascinan, algunos más que otros, pero en general me encantan todos. Sobretodo aquellos que cuentan una historia que el autor afirma ser real, ya que precisamente esta es la razón por la cual yo voy a iniciar mis relatos; así que, sin más dilaciones espero que os guste mis experiencias, las cuales debo decir no son de sexo explicito sino más de morbosidad voyerisitica.
Dicho esto he de comunicaros que no todos las historias son de mi propia vida, algunos serán de experiencias de mis amigas y conocidos.
En este primer relato, quería presentarme para poder dar una idea de lo que van a ser mis historias que aunque cada una diferirá de las otras, todas tendrán un cierto denominador común: el de la atracción por la desnudez. Con lo cual nos vamos a sumergir en el aspecto voyeur más profundo.
Pues ahora ya he de confesaros que me encanta imaginar y sobretodo ver como es lo que hay debajo de los atuendos, ya sea mujer o hombre, aunque este último sea más de mi agrado. No quiero que me toméis mal, no soy una bisexual ni una homosexual, aunque no vea nada malo en serlo, y considero que lo que acabo de decir no es ninguna sorpresa para ninguno. Es más la experiencia de mi vida me permite decir que todo el mundo es voyeur, ya sean lectores de este portal o no, solo que la gran mayoría no admita serlo por la imagen de pervertido que difundiría en reconocerlo. Y es más, si bien lo bueno es ver el desnudo, lo más bueno es ver el desnudo sin el consentimiento de la persona, lo que se trata de una exposición de su intimidad. Y si alguien está disconforme con lo que acabo de decir, entonces que me responda a una pregunta: ¿Por qué a los niños les encanta bajar los pantalones de los otros niños? Todos se ríen, dando las gracias al que ha humillado al expuesto. Sin embargo este acto tiene el inconveniente que con los años se pierde. Pues cuando ya llegas a cierta edad esto se acaba, ya no se bajan los pantalones de los demás, ya que la edad te va aceptando y cumpliendo las normas morales.
Otra variante que puede surgir de este arte (porque si has llegado a leer hasta aquí; estoy segura de que consideras que el voyerismo es un arte) es el más clásico: el ver sin ser visto. Muy excitante también pero sin la morbosa humillación que sí incluye el párrafo anterior.
Y una última variante seria el del mirar por la exhibición voluntaria. Es decir que uno decida exhibir su cuerpo. El ejemplo más común es del calvo. Ya que al principio es altamente llamativo y atractivo ya que le ves el culo generalmente a alguien que ha estado toda o parte de la niñez contigo y del que sin duda alguna los chicos son los claros protagonistas, aunque hay que resaltar que también hay algunas que les gusta enseñar.
Así que en resumen los 3 pilares con lo que podemos definir mis relatos, ordenado de menos a más excitante, son: Exhibicionismo voluntario, ver sin ser visto y exhibición forzosa .
Ahora que ya he expuesto mi carta de presentación quiero aclarar que mis relatos, en general, no van a ser largos. Ya que cada uno será una situación o acción que me ha transcurrido en un momento puntual o prolongado de mi vida, pero en definitiva un momento. Y también porque no tengo intención de explayarme mucho. Y por ultimo informaros que no voy a dar nombres verdaderos en mis historias ni tampoco voy a manifestar en que lugar concreto transcurrieron, por si acaso. Solo decir que la mayoría de ellas transcurren en un pueblo de la comunidad de Madrid y algunas otras en Madrid capital.
Empecemos ya pues. Esta historia transcurrió cuando yo tenia 4 años y estaba en el parvulario aun. Es la primera vez que yo recuerdo de mi vida que tope con el placer de ver, mediante exhibición forzosa. Estábamos jugando yo y unos compañeros de clase en el patio al pilla pilla y corríamos y nos movíamos como suele ser normal a esa edad. Creo recordar que éramos unos 6 y nos íbamos pillando entre nosotros, hasta que hubo una acción donde el que pillaba lo hizo levantando la bata de una compañera, ya que en esa edad siempre se lleva bata en el colegio. Ahora bien, ese acto de subir la bata hizo que todos nosotros nos riéramos sin razón alguna porque la niña llevaba pantalones debajo y no se mostraba nada, pero, seguramente por la corta de edad que teníamos en ese momento provoco que nuestro lado morboso despertase por esa simple tontería, ya que eso fue suficiente para expresar unas afirmaciones sobre el culito de esa amiga, pues algunos empezó a decir haz un Shin Chan (el personaje de dibujos animados que exhibe el culo), petición que ofendió e incluso sonrojo a la niña, una reacción de los más normal a esa edad. Pero en ese momento alguno también subió la bata de otro que también se ofendió algo y otro que se subió su propia bata e hizo el gesto de bajarse los pantalones pero sin hacerlo, aunque le animásemos a hacerlo. En fin hubo un momento de frenesí con este tema.
Y entonces uno vio lo que se podía hacer. Vio en el patio que había una compañera e nuestra clase sola por una esquina y propuso que fuéramos todos allí para intentar lograr bajarle los pantalones. Dicho y hecho mientras íbamos corriendo uno dijo que el la distraería y que los demás intentásemos lograr el objetivo. Cuando llegamos a ella el que debía distraerla lo hizo y los demás nos pusimos a levantarle la bata y bajarle el pantalón, pero una vez la bata estuvo levantada, ella se puso las manos detrás; cubriéndose el trasero y agarrando su pantalón para que así no le bajásemos mientras gritaba: parad!, parad!!. Misión fallida no lo habíamos logrado pero justo entonces se presento otra oportunidad.
Un compañero de clase de lo más extraño y callado pasaba por allí y cuando lo vi grite su nombre: Héctor, a por Héctor! para que lo oyeran mis amigos pervertidos y de inmediato todos nos fuimos corriendo hacia él y lo hicimos justo como lo acabábamos de hacer con la compañera. El que tenia que distraer, distrajo, se puso delante de Héctor y le empezó a hablar de ya no me acuerdo que, pero saco un tema con el que consiguió que Héctor le mostrase las manos, las cuales fueron cogidas con fuerza por el distractor que una vez vio que ya las tenía bajo su control empezó a gritar: ahora, ahora!! Y entonces sí. Estábamos a 1 metro de Héctor y cuando nos aproximamos entre todos le levantamos la bata y mientras yo y otro se la sujetábamos para que se mantuviese elevada por encima de la cintura, los otros le cogieron los pantalones y con algo de dificultad ( ya que parecía los tenía muy tensos) se los bajamos y una vez bajados, hubo uno que seguidamente le bajo los calzoncillos. Yo me excite al momento, recuerdo incluso que se me cayo algo de baba, para mí fue como si se parase el tiempo, mientras Héctor se movía de un lado a otro con el fin de entorpecer nuestra visión y de recuperar el control de sus brazos, pero no logro ninguno de esos fines. Me acuerdo que estuvimos durante al menos 30 segundos con esa visión y menos Héctor ya estaba llorando como nunca había visto llorar a nadie, hasta que llego una maestra de guardia a poner orden. -Pero que estáis haciendo- chillo la maestra, que a la vez ya nos estaba separando de Héctor para que así pudiera acceder a él y volver a vestirlo. Tuvimos un poco de bronca, pero muy poca ya que enseguida nos fuimos de ese escenario mientras yo seguía viendo a Héctor llorar por la humillación que acababa de sufrir, lo cual me había y me estaba produciendo una excitación que ningún niño de esa edad había podido experimentar jamás, a no ser que hubiese formado parte de esa acción como mis compañeros pervertidos. Precisamente entre esos compañeros estaba una niña que seria mi amiga más cercana hasta día de hoy y alguna vez hemos comentado este tema y me ha confesado que ella también sintió una excitación grande, es más, considera que la primera vez que se ha excitado en la vida, es esa vez.
Respecto a Héctor me acuerdo que no solo no se lo tomo nada bien sino que le costo bastante tiempo recuperarse de esa situación, ya que me acuerdo los días siguientes estaba como muy callado y ausente. Más adelante, cuando ya era mayor, pensé que lo que habíamos hecho era una violación, ni más ni menos, habíamos violado a una compañero de parvulario y concluí que eso era así porque me entere de una dada estadística de los más llamativa: 1 de cada 3 personas han sufrido o sufrirán algún tipo de abuso sexual en la vida. Con esa frase yo me imagine que a la clase en la que estaba la cual había 33 alumnos, 1 de cada 3, eso eran 11 alumnos en mi clase y cuando lo pensé era algo que podía ser totalmente cierto, aunque en un principio suene de los desorbitado.
Como ya dije antes no quiero expandir y alargar mis relatos con esto y la presentación ya acabo hoy. Espero y deseo que os haya gustado y hasta la próxima.
PD: Intentare publicar mis historias en orden de sucesión de los hechos, es decir de más temprana edad a más avanzada.