El Deseo

Fiebre, ansia, alimento, locura...

Fiebre. El deseo me ataca en estos momentos como la fiebre que consume al enfermo. Una fiebre dulce, por eso, que nubla el sentido del pudor y la decencia. Deliro fantasías obscenas que aumentan la temperatura, pozo de lujuria, pero la razón se impone a veces y entonces el pensamiento fluye lógico y fluido hasta caer de nuevo en las aguas calientes. Cómo hierve el deseo, quema con sólo mirarlo.

Ansia. Es el ansia una doncella de caminar ligero. Se acerca tímida y no la notas, te confías, de pronto abre las fauces de loba hambrienta, te hiere, te engulle. Gritas un socorro ahogado en las entrañas. Prisión invisible que estrecha sus paredes hasta asfixiarte. Deseas romperla, desgarrarla, escapar hacia fuera como un alien de dientes de sable y sangre de ácido. ¡Te ahogas! Pero son tus puños de goma, tus uñas de porcelana. ¿Qué haces? Te rindes, te vendes al ansia pues ella es más fuerte, mil veces más fuerte que tu. Ama y señora de mi ser, condúceme por tus senderos de luz y color, dame a probar la fruta prohibida, a cambio te entrego mi alma, mi inspiración.

Alimento. Devorar sensaciones. Mi cuerpo es la esponja que absorbe olores, sabores; absorbe tu miedo, absorbe tu dicha, absorbe tu orgasmo... Receptáculo de explosiones, comedor de Big-Bans. Lléname más pues no consigo hartarme, el empacho es un cuento. Conozco tu risa, conozco tu grito, mío mío, dámelo ya. Es que eres lo más apetitoso que he visto en mi vida, aunque tal vez te veo cada día, aunque tal vez mañana no te vea más. ¡Tú, hambre, aléjate de mi sino traes contigo el alimento!

Locura. Manicomio de pasiones. ¿Dices? No oigo. La voz tambalea en mi cabeza. ¿Quieres? Lo quiero todo. No me hables de espera, maldito el tiempo y su creador. El momento es ahora. Sujétame que me caigo ¿No ves el abismo bajo mis pies? Vértigo. Rueda, rueda el universo, abrázame que me pierdo. Dame la manta de tu piel, tiemblo y no sé si es frío. Cúbreme, mátame...

El placer me libera. El beso es medicina; tus manos cirujanas abren y se llevan mi deseo, me dejan amor y luego cosen. Tal vez el hilo se rompa más tarde.