El descuido. Mis años Universitarios (II)

Penetrándome a la fuerza, sintiendo como me desgarra mi orificio a pesar de las gotas de saliva que emplea, me embiste con fuerza hasta en minutos correrse… aaahhh!!.

El descuido. Mis años Universitarios (II)

Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea mediamente al mismo portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar, siguiendo a plasmar mis confidencias. No quisiera enrollarme demasiado en esta información, pero, aunque me repito en esta parte, debo de indicar para aquellos iniciados.

Todo comienza a raíz de finalizar mi etapa de haber cumplido con la ‘patria’, etapa que da con el comienzo de mi carrera universitaria, donde aprovechando mi estancia en Madrid, decidid continuarla y finalizarla aquí. Imaginad un chico con veinte años que incluso aparentaba de menor edad, chico que, aunque mis planes iniciales eran el alojarme en un albergue universitario o algo parecido. Mis padres me ‘obligaron’ a alojarme en casa de un amigo suyo, amigo que a la postre que se convirtió en casi un segundo padre, se convirtió en mi progenitor como tanto decía.

El amigo de mi padre para suerte la mía, cuyo nombre es German (no voy a mentir, quizás porque ha dejado de estar entre los vivos), no vivía la verdad muy lejos del Campus Universitario, donde se encontraba mi universidad E.T.S.I. de Telecomunicación, teniendo la suerte que, en el portal del bloque se encontraba con varias opciones de transporte público. De German, el amigo de mi padre que podría contar, os diría que era una persona sería o al menos eso me pareció al principio. Era un hombre de la edad de mi padre (cincuenta y nueve años), cuyos rasgos no eran otros que los generados por su forma de vivir, rasgos de un exmilitar y retirado. Persona que podría decir que se mantenía en bastante en forma, cuerpo corpulento, aunque algo delgado, alto y con abundantes cabellos canosos. Él desde el inicio se comportó como un amigo, deseando ayudarme en todo lo posible, deseando que me integrara a la perfección, pues según el…

  • “Es duro comenzar en un sitio nuevo, quizás más poder tener a algún familiar e incluso amigos”.

Cosa que es verdad, pero uno sabe adaptarse. El cual no dejaba de decirme…

  • “Prometí a tu padre que cuidaría muy bien de su hijo”.

Cosa que hacía a la perfección. Desde que día que me instale, tuvimos nuestros momentos de convivencias, periodos de tiempo que quedábamos para poder hablar y conocernos mejor. Tiempo que le contaba cómo me iba yendo en la facultad, contándole anécdotas, chismorreos e incluso alguna novatada que me habían hecho, pero para nada lo tome a mal. Amistad que me dio responsabilidad, tanto que aproveche por llevarme a algunas de mis amigas con derecho, para practicar sexo, quizás más por aparentar que por disfrutar.

Pero en esto, descubrí una de tantas facetas de German, pues no era otra que la de espiarnos mientras follábamos. Faceta que el mismo me confeso, una de esas tantas tardes noches que quedábamos como norma de convivencia. Charla que dejo entrever no solo mis gustos por las posturas de sexo, sino por elogiar mi esbelta figura entre otras facetas de mi anatomía. Pero con el tiempo, fui descubriendo sus secretillos, ya no solo era el de ser voyeur, sino el fanatismo por algunas cosas, fetichista para otras, tanto que era practicante del BDSM.

Pero esa convivencia se hace más fuerte a raíz de una noche de convivencia, donde nos pasamos tanto con el alcohol, quizás podría decir que fui yo quien me pase. Noche que debido a este estado lamentable de embriaguez, este se aprovechó de mí… mmm!!. Me costaba reaccionar, no pudiendo ni abrir los ojos, sintiendo como me acariciaba, como me magreaban, pellizcando mis pezones, sintiendo como me los chupaban, mordían… uuummm!!. Deseaba reaccionar, pero me era imposible, aquellas sensaciones tan molesta e irritantes al principio fueron pasando a ser satisfactorias, acabando por pasar de querer despertarme a no desearlo… ooohhh!!. Estaba a cien, tanto que cuando deslizo algo duro y cálido por las comisuras de mis labios… uuummm!!, entreabrí mi boca a modo de que esto entrara… aaahhh!!. Continuando por ir alojándolo en el interior de mi boca, sintiendo como eso grueso entraba y salía de mi boca, sintiendo mis labios aferrarse a ese tronco… aaahhh!!. Aprovechando este esos momentos para dilatar mi orificio anal… uuuffff!!, aquel sueño me tenía cardiaco, sueño que deseaba ese final… uuummm!!.

No haciéndose esperar al notar como el colchón se hunde, no tardando cuando notas el roce de esas piernas peludas pegarse a las mías… uuummm!!. Como algo cálido y húmedo se restriega por mis nalgas, escribiendo mediante su precum seguramente lo que me haría, noto su glande deslizarse entre mis glúteos hasta mi orificio anal, presionando al tiempo que muerdo la almohada… uuuhhh!!. No os mentiré que no lo deseaba, no os digo que estaba dormido, menos aun cuando sentía como me introducía cada centímetro de esa dura polla… aaahhh!!. ¡Polla que me entro casi por completo… uummm!!, proporcionándole tal disfrute que os aseguro que me corrí hasta un par de veces, eso sí… sin llegar a tocarme… uuuffff!!.

Donde cuando finalizo, desaparece de la misma manera en la cual vino, quedándome allí en esa cama, esperando a volverme a quedar dormido. Cuando despierta por la mañana con un tremendo resacó, dolor de cabeza y de paso un dolor de ojete, sabes el motivo de los primeros e intuye el tercero. Esa ‘experiencia’ se repitió en dos ocasiones más, siendo la última donde desperté en pleno fregado, quizás sería más justo decir… en plena penetración… ooohhh!!. Donde este ni se inmuto… siguió a lo suyo, siguió embistiéndome… aaahhh!!, follándome como su tremenda tranca… ooohhh!!. Cuya acción no interrumpí y como sumiso que soy, comencé a disfrutar de esa follada, complaciendo a este… aaahhh!!.

Mi cuidador, acabo por confesarme que le ponía hacerlo mientras duermo, pues ese estado de sumisión en mí es total, pues le pone también hacerlo a la fuerza. Confesándome que esta adicción de tomar por la fuerza mientras duermes, adicción que la tomo siendo militar, cuando las maniobras son duras y te llevas mucho tiempo alejado de casa, maniobras que otros del mando le hicieron saber cómo combatirlas, no siendo otras que meterse en garitas donde hubiera uno durmiendo, y tomar a este por la fuerza, sabiendo de sobra que este no denunciaría aquello (pensé… ‘menuda putada’).

Después de esa noche, acabe por darme mi permiso para hacerlo, donde a veces lo hacía a pesar del poco deseo que sentía. Donde fui demostrándole mi conducta sexual, no siendo otra que pasiva, servicial, dócil, sumiso y obediente. German fue convirtiéndose en esa persona que considere algo más que un amigo, no penséis mal… no era mi amante, ni nada parecido, pero si fue ese compañero que estuvo para todo. Él era de esos que no me dejaba de decir…

  • “Sabes que eres de esos chicos que gustan a hombres como yo, hombres que se sienten atraído por una nenita como tú”.

Claro está lo nuestro se quedaba en casa, pues la discreción tenía que ser total, tanto que para algunas prácticas cerrábamos las persianas. Como aquella vez en la cual acabo por pedirme que me vistiera de chica, prendas que trajo de tantas escorts que habían pasado por su casa, prendas que estas dejaban a modo de hacerle ver que volverían. Aunque inicialmente me negué, este acabo por hacerme aceptar, acabando por colocarme en su presencia… las medias de ligas y el liguero, continuas con las braguitas negras de encajes, sigo con el sujetador, me pongo los zapatos y cuando me voy a colocar el vestido, este me detiene y me sugiere que siga con pintarme, luego la bisutería… pendientes y anillos, dándome ese retoque más femenino.

Este estaba sentado en su butacón, no dejando de mirarme mientras me colocaba esas prendas, acabando por sacarse la polla fuera y comenzar a deslizar la mano por su tronco… uuummm!!. Cuando acabe por transformarme en esa nena que tanto decía, nena que más me pareció que era una zorra. Este acabo por pedirme que me acercara, deteniéndome cuando fui a hacerlo, sugiriéndome que fuera a gatas hasta el, no habiendo nada más que decir, pues ya sabía lo que deseaba. Ahí me vi yo, gateando hasta sus rodillas, cogiendo su polla y llevármela a la boca, dándole tal mamada que sujetándome por mi nuca, me obligo a pesar de las arcadas a tragar su corrida… aaahhh!!.

Luego me aparta de mala manera, haciéndome caer de espalda, girándome para levantarme y es cuando este me atrapa, cogiéndome con uno de sus brazos mientras el otro, tira de mi prenda inferior hacia abajo… mmm!!. Prenda que tras apartarla acaba por colocar su miembro, penetrándome a la fuerza, sintiendo como me desgarra mi orificio a pesar de las gotas de saliva que emplea, me embiste con fuerza hasta en minutos correrse… aaahhh!!. Llevado por la excitación, ¡llevado por esos momentos de lujuria… uuuffff!!, luego sacándola, acaba por decirme…

  • “Sabes, voy a dejar de irme con prostitutas, pues tú vas a dejar que gaste mi dinero en otras, ya que te tengo a ti, desde hoy te vas a convertir mi putita”.

Comencé como suelo hacerlo… por curiosidad, había leído mucho e incluso había tenido mis pinitos, pero no mucho más, sentía la necesidad de poderlo comprobar por completo. Cuando German me lo propuso, me dijo…

  • “Mira, te gustaría ser mí putita, serías mi sumiso. Te sometería a mis deseos y debes de acatar toda orden que te dé, sin que pongas pegas ni rechistar, obedeciendo todo y eso incluye compartirte con quien yo desee”.

Pero viéndome dudar, German acabo por decirme…

  • “Mira como no quiero líos con tu padre, te propongo ponerte a pruebas y tú decides”.

Prueba que dejábamos para cuando a este le viniera bien más que a mí, pruebas que no eran otras que prácticas sexuales, unas más normales y a veces otras más extremas. Donde usaba tanto juguetes sexuales, como mordazas, correas, máscaras, cadenas, e incluso dildos enormes, habiendo prácticas que no deseaba hacerlas conmigo, pues no erra de su agrado como el fisting. Aunque en otras ocasiones, cogía y me colocaba una capucha de látex, una jaula para mi miembro, comenzándome a azotar y a darme latigazos… mmm!!.

Pero suele a veces pasar, no se tan minucioso y meticuloso, pues cierto día tuvimos un descuido que ignoraba el motivo, motivo por el cual se produjo. Estábamos en el salón como solíamos comenzar, sentados en el sofá, estábamos más desorbitados que de costumbre, no sabía yo al menos el motivo de mi estado, tanto que le permití que me besara y me comiera la boca, cosa extraña en mi persona. Coge y en un momento dado, me hace levantar, girar y colocarme a cuatro patas, mirando mis nalgas al tiempo que comienza a palmeármelas… uuummm!!. Ese día llevaba para el puesto unas medias de látex con ligueros, tanguita y zapatos de aguja, prendas que me había regalado, bueno eso y una máscara de látex, pero que no iba a usar. En pleno magreo y caricias, coge y me gira, contempla mis nalgas y comienza a darme palmadas, no dejando de decirme…

  • “Uuuffff!!... qué culo tienes putita, menuda suerte tengo contigo… jodia”.

  • “Qué ganas tengo hoy de preñarte… uuummm!!”.

Cayo, no digo nada simplemente deseo que me someta, quizás debería de haberle dicho… ‘que me follara como desea’, pero eso ya lo sabe. Se inclina hasta pegar su boca a mis nalgas, noto su respiración acelerada como de costumbre, echa a un lado el hilo de mi tanga al tiempo que su lengua recorre mis glúteos… uuuffff!!. Siento escalofríos y me gusta, noto como sus dedos separa mis glúteos, como escupe certeramente y como comienza a comerme el culo, ayudándose de sus dedos en mi interior… ooohhh!!. Comienzo a tener espasmos y no es para menos, pues es increíble la habilidad que tiene para comer el culo… uuummm!!, alternando sus dedos con su lengua… aaahhh!!. Soltándome…

  • “Uuuffff!!... como me tienes, hoy te rompo el culo para que tardes en sentarte, voy a metértela de golpe para que chilles de dolor como la nenaza que eres… aaahhh!!”.

Siento como posa una de sus manos en mi cadera al tiempo que con la otra, conduce su miembro hasta que su glande presiona mi orificio… uuummm!!. Soltándome…

  • “Sujétate bien que esta va para dentro”.

Extiendo los brazos hasta que mis manos me apoyan al sofá, esperando que amortigüe sus embestidas… ooohhh!!. ¡Penetración que siento de primera como esa gruesa carne me entra… aaahhh!!, dolor que es mínimo gracias a la comida de culo y dilatación me ha proporcionado este campeón… ooohhh!!. Sus embestidas son bestiales, no dejando de golpear su vientre contra mis nalgas, tanto golpe como el que me está dando su glande contra mi próstata… aaahhh!!. Sin detenerse, me dice…

  • “Sabes putita que te voy a preñar… eeehhh!!”.

Sus manos acarician mi espalda y pecho, pellizca mis pezones y tira de ellos con fuerza… uuummm!!. Me hace incorporarme para besar tanto mi cuello como mi oreja… ooohhh!!, volviéndome a inclinar al tiempo que me coge ya sea de mis cabellos o de mí cuello, como de mis hombros para penetrarme con fuerza… uuuhhh!!. Gime y suspira de gusto, solloza y se estremece, no deja de humillarme con sus palabras…

  • “Joder… que puta eres, ¡menudo maricón de mierda este hecho, como de zorra te vez con esas medias… uuuffff!!”.

Ignoro el tiempo que llevamos, pero coge y en un momento dado, me sujeta de mis caderas y comienza un incesante bombeo que no me lo espero, bombeo que me deja molido… aaahhh!!. Notando su polla entrar una vez tras otra, sintiendo el dolor de como ese hierro candente me achicharra… aaahhh!!. Gime y suspira al compás de sus embestidas… aaahhh!!, no bajando el ritmo, llegando a desear morder algo para llevarlo mejor… ooohhh!!. Chilla… grito que me deja sordo, grita al compás de sus penetraciones, sintiendo como se corre dentro de mí… uuummm!!. Resopla de gusto entre espasmos, ¡aún suspira y entre escalofríos se vacía dentro de mí… uuummm!!, no dejando de sentir espasmos y se estremece.

Apartándose poco a poco, ¡sacando de mi interior… uuummm!!, retirándolo de mi dolorido culo, extrañado por las maneras, como si deseara demostrarme algo o a alguien. Al tiempo que me da una palmada en mis nalgas, me dice…

  • “Vámonos a la cama”.

Me incorporo con claros signos de mareos, pues demasiado tiempo he permanecido con la cabeza inclinada, voy despacio dando tumbos, sintiendo como su corrida va saliendo de mi orificio y se diluye por mis muslos. Camino hacia el dormitorio, donde me doy cuenta que he llegado antes que él, doy por sentado que habría ido a orinar, me tumbo sobre la cama y espero a que venga, apareciendo a los pocos minutos. Quedándose de pie unos minutos mirándome, echado sobre el marco de la puerta sonriente, me suelta…

  • “Vaya bellezón que éstas hecha, ¡nadie diría por esa pose que eres un chico… uuuffff!!”.

Viéndolo hay parado, fijándome en su miembro semí erecto, notando que este desea más… uuummm!!. Recuerdo, como mientras camina hacia la cama, coge y me suelta…

  • “Levántate que vamos a hacer un sesenta y nueve, nos vamos a comer la polla mutuamente… uuummm”.

Me retiro al tiempo que echa su cuerpo corpulento pero delgado sobre el colchón, esperando que me eche sobre su cuerpo, cosa que hago. ¡Sintiendo como este comienza a lamer mi tronco y genitales… ooohhh!!, mientras yo agarro su miembro y comienzo a lamer… glande, tronco, genitales, mientras se retuerce de placer entre espasmos y se estremece… aaahhh!!. No dejándome de decir…

  • “Joder que manera de comer”.

Sigo chupando, mamando y lamiendo todo lo despacio que puedo, introduciéndomela todo lo que puedo a pesar de las náuseas o arcadas que siento… ooohhh!!. Este se estremece y gime, retorciéndose a medida que siente mi boca y mi lengua trabajar… uuuffff!!. Noto sus dedos penetrar mi dolorido orificio, dedos que me introduce hasta tres… aaahhh!!, no esperando como al retirar esos tres dedos me introducen una polla… aaahhh!!. Polla de un desconocido que me embiste con fuerza, desconocido que me tiene sujetado por mis caderas, mientras que mi progenitor me dice…

  • “No te alarmes, simplemente es un amigo, nos habrá visto follando y se ha querido unir”.

Respondo entre gemidos y suspiro tartamudeando…

  • “¿Cómo, si la puerta estaba cerrada?”.

Respondiéndome German…

  • “Quizás no estaba cerrada del todo, pero tú no te preocupes… tú disfruta”.

No quedándome otra que disfrutar, disfrutar de esa polla en mi boca y de esa otra en mi culo… aaahhh!!, polla que para nada muchos de mi edad tienen que envidiar… uuuffff!!. Mi orificio sufre ante esta nueva polla, polla que pertenece a un descomido que ignoro como es, pero que posee tanta vitalidad y aguante como mi progenitor German… aaahhh!!. Penetra una vez tras otra, me embiste con fuerza hasta que se viene, sacándola con violencia y echando su corrida sobre mi espalda… ooohhh!!. Corrida que expande con sus manos por mi espalda, corrida que me hace probar mediante sus dedos… uuummm!!. Empujándome mi progenitor hacia un lado, progenitor que coge mis piernas para colocarlas sobre sus hombros y comenzar a hora este su turno, embistiéndome nuevamente, mientras se la mamo a este… ooohhh!!.

Alternándose hasta altas horas de la madrugada, dejándome destrozado, peor que un oso de peluche en una guardería, ser menos que un trozo de carne a usar… uuuffff!!. Cuando finalizan, me dejan descansar, colocándome empapado de sudor en medio de estos dos machos, sintiendo a pesar de que están rendidos sus miembros semierecto. Llegando a escuchar, como este le dice a mi progenitor…

  • “No sabía que te gustaran los afeminados, no te había tomado por esto”.

Respondiéndole…

  • “Él no es un afeminado, ni maricon, aunque lo parezca y menos un trávelo, simplemente tiene un síndrome cuyos síntomas se manifestaciones de esa forma”.

Ríe mientras me mira, acabando por responderle…

  • “Bueno, pues tendremos que aprovecharlo, podríamos quedar con los chicos y que esta maricona, venga disfrazada como está ahora… de zorra, que ya le daremos su merecido”.

Cosa que hicieron… uuummm!!. Desde ese día y que la verdad, ignoro si tuvimos el descuido de dejar la puerta abierta o no, mi vida se fue poniendo cada día más abierta en referente al sexo. El transcurso de mi carrera universitaria iba bien encaminado, teniendo cada vez más experiencias y llenando mis curiosidades en referencia al sexo, explotando mis virtudes y estos síntomas que pronto verían su final. Bueno, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios. Mi email es… jhosua1974@gmail.com