El descuento del carpintero

Me apetecía verla en otras manos y lo preparé todo.

EL DESCUENTO DEL CARPINTERO

Últimamente andaba buscando nuevas sensaciones - serán los cuarenta años- no es que mi mujer no me llenara pero... Ella es morena, de ojos marrones, cara muy bonita y con cuerpo de niña, bien formado, su vientre plano, sus pechos pequeños pero plenos con un conejito semirasuradito Laura con sus 37 años me hace vibrar de gozo cada vez que echamos un polvo. Pese a tener todo lo que un hombre pudiera desear me faltaba algo y ese algo era verla en manos de otro hombre. Algunas veces habíamos fantaseado sobre esa circunstancia y he de decir que ella se había excitado mucho con la hipotética posibilidad. Yo solía echar mano de diferentes personas que ambos conocíamos para incluirlas en nuestras fantasías y a veces conseguía unos polvos monumentales.

Una noche de juerga Laura me confesó que todavía no había adivinado quien era el hombre con el que a ella le gustaría fantasear. Finalmente y tras unas copas de ron, pues aunque en la cama es una desinhibida en el día a día es muy tímida, confesó que el carpintero que nos acababa de realizar la reforma de la casa, un chico de unos 32 años alto y cuerpo musculoso, grandes manos y muy poco pelo, había conseguido excitarla sobremanera con su forma de mirar y tratarla, pese a que en ningún momento se le hubiera insinuado abiertamente. Aquella noche tuvimos un espectacular polvo en el que Miguel, el carpintero, fue el principal protagonista.

Visto el panorama y viendo que podía ser mi oportunidad tantas veces deseada, decidí entrar en acción. Llamé al carpintero y le comenté que quería "negociar" con él la factura y se puede decir que, sin apenas esfuerzo, conseguí que me comprendiera. Él me comentó que estaba habituado a arreglos de ese tipo pues la situación económica de algunas de sus clientes le empujaban a cobrarse de tal manera y además eran los polvos que más le excitaban. Pactamos que no haría nada que mi mujer no quisiera y que yo tenía que estar presente. Quedamos para el día siguiente después de la hora de cierre de la carpintería en su propio despacho.

A lo largo del día estuve comentando con mi mujer lo bien que nos vendría conseguir al menos no pagar el IVA de la factura lo que nos posibilitaría un dinerito extra para nuestro próximo viaje a Kenia. Esa tarde nos fuimos de agencias e intenté que se interesara por los mejores hoteles y parques de Kenia y Tanzania.

Al día siguiente llegamos a la carpintería a eso de las cinco, en ese momento estaban saliendo los últimos trabajadores de la carpintería y el jefe nos esperaba junto a su secretaria. Una chica rubia un tanto feúcha de cara pero de buenas tetas y buen culo que casi se le podía ver debido a la minifalda que llevaba. La oficina estaba situada en una esquina de la carpintería y tenía una amplia cristalera, seguramente para vigilar el trabajo de todos los operarios.

Bueno Blanca puedes irte y recuerda que mañana has de venir para las ocho pues tenemos mucho trabajo.

De acuerdo, Miguel. Hasta mañana.

El carpintero se dirigió entonces hacia nosotros:

Bien ya tengo la factura preparada, tal y como quedamos la factura asciende a la cantidad de 12.000€ IVA incluido. Me lo pagáis en efectivo o preferís hacerme un talón.

No podríamos llegar a un acuerdo con respecto al IVA, andamos un poquito pillados y tampoco te vendría mal un posible arreglo- le comenté.

La verdad es que me en otras circunstancias no me importaría y además ve vendría de perlas pero en este momento me viene muy mal. He hablado con mi asesor y este mes necesito cargar gastos sino Hacienda ya se sabe...

Mi mujer, asesora de una empresa acostumbrada por su trabajo a negociar intentó una nueva tentativa.

Miguel no habría ninguna posibilidad aunque fuera una cantidad menor con IVA y la otra en negro.

Miguel al escuchar eso, miro con decidido descaro a mi mujer. Primero sus ojos y luego bajo su mirada lentamente posando su vista en los pechos y cuerpo de Laura:

Podríamos negociarlo.

Pude percibir la turbación de mi mujer en ese momento. Se encontraba entre humillada y deseada. La situación parecía descolocarle.

Pero esto prefiero negociarlo con tu marido.

Y bien- le dije.

Mira ya somos mayorcitos y no me voy a andar con rodeos, tu mujer esta muy, muy buena y me gustaría que tú la desnudaras aquí en mi presencia y poder observarla durante unos 5 minutos. Sólo con eso os hago un descuento del 10%.

Ni que decir que tuve que poner cara de circunstancias y hacerme el digno.

Pero ¿qué? ¿"sólo con eso"? Tú estas loco o que, ¿de qué vas? De ninguna manera. Déjale el cheque y vamos cariño… será cerdo–le dije a mi mujer.

En cuanto cruzaba el umbral de la puerta le oí decir a Miguel:

  • 15%.

Me volví y miré a mi mujer.

.

Oye cariño, me dijo en voz baja, no es más que eso y son 1800€ y con el dinero que ya tenemos ahorrado casi tenemos para un muy buen viaje. No es que me apetezca pero...

¿Estás segura?

Si a ti no te importa no pasa nada. No será la primera vez que alguien me ve desnuda. Piensa cuando vamos a la playa.

Mujer, eso es diferente. – me hice el remolón durante unos segundos- Vale pero mirar y nada más - le dije a Miguel.

Visto que Laura parecía estar bastante interesada decidí "transigir" y plegarme a los deseos de Miguel, que no eran otros que los míos. Dimos marcha atrás y volvimos a la oficina.

Está bien, pero tan solo 5 minutos y sólo mirar nada de tocar.-le dije.

De acuerdo.

Me situé detrás y le quité la chaquetita que llevaba. Estábamos en verano y Laura vestía una camiseta ajustada sin sujetador y una falda corta. Pude vislumbrar ya a través de su camiseta su grado de excitación pues para entonces ya tenía los pezones completamente erectos. Le levante los brazos y le saqué por encima la camiseta. Sus pechos se balancearon hacia arriba y abajo antes de apuntar a Miguel.

Joder, vaya par de tetitas, me gustan. Son tal como me las había imaginado. Te he deseado desde el primer día que te vi.

Le baje, entonces la falda y me fijé en su rostro. Ella estaba excitadísima y disfrutando sobremanera. Yo, por mi parte, tenía ya una terrible erección que apenas podía disimular. Miguel abrió la bragueta de su pantalón y comenzó a masajearse por encima de su calzoncillo. Al llegar la falda al suelo mi mujer quedó en tanga y Miguel no pudo disimular un suspiro.

Bien, bien. Date la vuelta y agáchate.

Laura se dio lentamente la vuelta y se agachó mostrándole su fabuloso trasero.

Bájale el tanga y no te muevas.

Introduje mi mano por la parte interior delantera de su tanga y sentí su coño empapado. Al bajar el tanga su ano y coño quedaron al descubierto.

¡Puff! Levántate y date la vuelta querida.

Ella se dio la vuelta lentamente y e instintivamente tapándose su coñito se incorporó.

Levanta esos brazos y déjame ver lo que escondes ahí abajo.

El espectáculo era maravilloso. Miguel tirado en su silla masajeando su paquete mientras observaba a mi mujer ya completamente desnuda. Casi podíamos oler el olor de coño de Laura, estaba empapado. Señal de que no estaba sufriendo mucho.

En ese momento Miguel se incorporó, se quito la camiseta, los pantalones y calzoncillos dejando al descubierto un cuerpo atlético y un aparato de unos 25 cm. grueso y lleno de venas. Mi mujer no pudo disimular su asombro y satisfacción y sus ojos fueron directos hacia semejante artefacto.

Te gusta eh!

Ella no dijo nada pero no apartó la vista ante tal aparición. Miguel comenzó a pajearse con calma mientras la observaba. Ella no parecía sentirse incómoda.

Faltan 2 minutos-comenté.

¿Qué os parecería otro descuento?

¿De cuánto estaríamos hablando? Respondió mi mujer sin apenas darme tiempo a decir nada.

Otro 5 % si me dejas tocarte durante 5 minutos más.

De acuerdo –contesté yo

Laura me miró con gesto de sorpresa pero pude ver la lujuria en su rostro.

Miguel se situó frente a ella y le agarró de frente por la cintura con sus grandes manos, mientras comenzaba a besar su cuello suavemente. Laura, tenía la piel completamente erizada y parecía incapaz de contener por más tiempo un suspiro. Miguel bajo sus manos que se aferraron a sus morenas nalgas con ansía, apretando su pene contra el abdomen de mi mujer. Laura parecía hechizada y no apartaba la vista de semejante artefacto. Miguel comenzó a masajear con fuerza su culo mientras empezaba a mordisquear y sorber sus pechos. Laura no podía más e intentó moverse lanzando un suspiro.

No te muevas, zorrita. Joder, parece que disfrutas más que yo. ¿Qué va a pensar tu marido?

Laura me miró avergonzada, consiguió calmarse y Miguel prosiguió con su ceremonia. Empezó a lamer los muslos de Laura acercándose cada vez más a su coñito. Laura suspiraba casi sin control. En eso Miguel introdujo un dedo en la boca de Laura y ésta comenzó a chuparlo con verdadera devoción. Sacó el dedo de la boca se lo metió con fuerza por el coño. Ni que decir que el alarido de gozo fue tremendo. Tenía el coño completamente empapado y Miguel pudo meter otros dos dedos sin apenas obstáculo. Comenzó un mete y saca que casi termina con Laura por el suelo.

Qué te he dicho zorrita. Arriba. Ahora flexiona la cintura y toca con las palmas el suelo. ¡Ya! Abre más las piernas.

Que espectáculo más grandioso. El agujero del culo quedaba totalmente al descubierto y Miguel no podía más.

El tiempo había pasado ya, pero decidí esperar a ver que tramaba Miguel, cuando percibí una sombra detrás de un armario situado al otro lado de la oficina. Era Blanca la oficinista de Miguel que tenía la mano metida debajo de sus bragas y se estaba masajeando lentamente.

En la oficina, mi mujer ajena a todo esto esperaba su siguiente "pago". Miguel escupió en el agujero del ano de mi mujer y comenzó a lamerlo y a meter su lengua dentro de él. Pocas veces me había dejado tocárselo y que decir metérsela, pero no parecía hacerle ascos esta vez. Miguel introdujo un dedo dentro del culo mientras con la otra mano la estaba pajeando. Mi mujer tuvo su primer orgasmo que no pudo y ni siquiera intentó disimular.

  • Vaya, vaya a ver quien va a tener que pagar a quien por este servicio, so zorra.

Tiempo…, grite. Ya ha acabado el tiempo. Nos vamos.

Laura parecía exhausta y no podía disimular su cara de viciosa.

Otro 5% si me comes la polla.

¿Qué? - exclame

Estamos hablando de 800€ por una mamada!, no me seas estrecho -me gritó mi mujer presa de la excitación - Mira cariño es una gran oportunidad y no me importa sacrificarme por los dos pero prefiero que salgas fuera por favor. Me da mucha vergüenza que me veas así.

M mujer no podía más estaba deseando meterse esa polla y me veía como el último obstáculo para conseguir tan ansiado regalo. Salí a regañadientes fuera cerrando la puerta y me di cuenta que la megafonía estaba conectada y se oía en todo el local –no sabía nada el amigo Miguel-. Así que la secretaria no sólo había visto todo sino que además lo había escuchado todo.

  • Y ¿Cuánto por correrme en tu coño? escuché

Eso, eso te lo hago gratis - grito ella pero no se te ocurra decírselo a mi marido.

¿Tienes un condón?

Un condón y perderte la sensación de tener semejante polla dentro de ti. ¡Anda! No me seas remilgada

Mi mujer lo miró pareció dudar pero inmediatamente saltó sobre aquella polla. Al principio la lamió suavemente pero posteriormente se la tragó entera con gran ansía. Parecía mentira que se la pudiera tragar entera pero ahí estaba con su boca succionando cual profesional. Miguel sujetando la cabeza de Laura con una de sus manos se la introducía hasta la base. Parecía que a Laura le costaba tomar aire para respirar, pero allí seguía.

Yo, por mi parte, me acerque a donde estaba la secretaría que con los ojos cerrados seguía masajeándose con avidez ajena a mi presencia.

Vaya, vaya no se si a tu jefe le va a gustar esto, va contra lo pactado y voy a tener que entrar dentro parar este numerito y hablar con él.

No, por favor no le diga nada o me despedirá.

Muy bien.

Sin mediar más palabras la senté sobre una silla y le bajé las bragas. Empecé a chupar su empapado coño. Tenía un coño rubio bastante peludo donde se veía claramente su henchido clítoris. Comencé a mordisqueárselo y ella con sus manos me separó los labios para que tuviera el camino libre. Menudo espectáculo. Casí había olvidado lo que estaba ocurriendo en la oficina.

Dios menuda polla le oía a mi mujer.

Miguel comenzó a gemir con fuerza y apartó la boca de mi mujer de su polla.

Basta puta que me corro y lo quiero hacer dentro.

Fóllame cabrón tómame no puedo más.

Yo mientras había incorporado a la secretaria y situandme detrás le aprisione sus dos grandes tetas, casi arrancándole el sujetador, y le metí la polla sin contemplaciones.

Toma a ver si disfrutas tú también. Mirona

Ella comenzó a suspiraba con fuerza.

Házmelo, cornudo, házmelo.

La comencé a follar con todas mis fuerzas mientras veía a Miguel tomando a Laura de frente se la comenzaba a follar de pie. No habían transcurrido ni 30 segundos cuando Laura se volvió a correr.

Pero bueno ¿qué es esto puta? Ponte de pie junto a la mesa.

Laura se abría de piernas apoyando las manos sobre la mesa de la oficina. Miguel se la metió a la primera.

Ah que gusto. Esto si es una polla y no lo que tiene mi marido. Follame cabrón, follame. Sigue

Calla zorra y mueve ese culo vamos. Voy a ir a tu casa con mis chavales y te vamos a hacer un final de obra que te vas a enterar.

Si por favor, si... Y dadme por todos mis agujeros a la vez.

Serás puta.

Miguel con una mano sujetaba su cadera derecha mientras con la otra masajeaba salvajemente su pecho izquierdo. Laura no pudo reprimir su tercer orgasmo. Estaba perdiendo todo el control y eso no era bueno, necesitaba tranquilizarse. En eso, Miguel viendo que la eyaculación estaba cerca decidió bajar el ritmo.

Dame tu culo puta. Me quiero correr en él

¿ De cuánto hablamos esta vez?

Pero no me lo ibas a hacer gratis

Un polvo si pero mi culo, es mi sagrado, una sola vez lo probó mi marido y no le dejé meter ni la mitad de su pija.

Venga que te podría meter 3 dedos y no te enterarías

¿Cuánto?

Otro 5%

Un 15% o nada.

¿Estás loca?

Pues llamó a mi marido y hasta otra.

Yo seguía la conversación con gran interés pese a que estaba ya en el séptimo cielo viendo a mi mujer follando con otro mientras tenía ya a la secretaria haciéndome una fantástica mamada.

De acuerdo. Pero te vas a enterar. Ponte a cuatro patas, perra.

Apenas se había puesto a cuatro patas cuando con increíble dureza se la clavó hasta dentro.

Ahhhh.

El grito de mi mujer fue escandaloso y hasta me hizo perder la concentración pero poco a poco pareció acomodarse semejante tranca en su culo y comenzó a seguir el ritmo de Miguel. Miguel golpeaba las nalgas de Laura en cada entrada y a ella parecía gustarle. Miguel no tardo en correrse lanzando un gran alarido. Su orgasmo llegó con el mío y eyaculé dentro de la boca de la secretaria. Intentó salirse pero no le deje y le obligué a tragarse todo el semen. Me subí el calzoncillo y los pantalones tan rápidamente como pude y me dirigí a la oficina. Antes de entrar pude oír su conversación:

Ha sido un placer hacer negocios contigo y el cornudo de tu marido. Espero repetir muy pronto.

Lo mismo digo Aquí tienes el cheque pero la siguiente el descuento espero que sea más cuantioso.

Ya, ya.

Estoy segura que llegaré a convencerte. Hasta pronto.

Mira ya llega tu marido.

¿Donde estabas que no te he visto? Me pregunto mi mujer.

La verdad es que estaba poniéndome malo y he decidido salir fuera. ¿A ido todo cómo convenimos?

Pues si según lo acordado.

Al salir me dijo que tan solo se la había chupado un poco y el resto se lo había hecho con la mano y que el muy cabrón se había corrido nada más empezar.

  • Lo importante es que finalmente ha tenido que descontarnos los euros acordados.

Obviamente esos no eran mis cálculos pero decidí ver que uso haría del resto del dinero pero eso ya es otra historia.