El descubrimiento I

¿Y si un día tu vecino descubre las fotos de tu mujer en internet?

Es una soleada mañana de primavera. Sábado. Ged baja a por el pan y el periódico. Está contento, porque anoche estuvo morboseando con sus amigos pajilleros en internet, mostrando fotos de sus respectivas mujeres, y al final se hizo un buen pajote.

Piensa en lo morboso que le resulta enseñar a su mujercita desnuda, en como se excitan sus amigos virtuales y en las barbaridades que le dicen sobre ella. Como la llaman puta, zorra, comepollas…eso le pone muy cachondo. Y lo mejor de todo es que son amigos anónimos, de otras  ciudades distintas a la suya, y por lo tanto no corre el riesgo de que puedan conocer a M (su mujer) en la realidad, lo cual si que sería un problema.

Va Ged pensando en todo eso, cuando, al entrar al portal, se encuentra con su vecino Luis. Un tipo de unos 35 años, soltero empedernido, sin novia formal conocida, pero si muchas amiguitas que suele traer los fines de semana. Y debe ser que el chico es buen amante, porque la habitación de Ged da a la habitación de Luis, y los gritos y gemidos que se oyen algunos sábados por la noche, delatan lo bien que se lo pasan las chicas.

Luis: “Muy buenas Ged, ¿Qué tal va todo?”

Ged:”Hola Luis. Pues todo muy bien. Ya ves, comprando el pan.”

Luis: “¿Y que tal está M?”

Ged: “Bien, aunque hoy la ha tocado trabajar”

A Luis se le nota un poco nervioso. Toda a Ged del brazo y le arrima a los buzones, acercándose mucho a él.

Luis: “Verás Ged, hay una cosa que te quería comentar, pero me da un poco de vergüenza”

Ged: “¿Qué pasa vecino? ¿Es por los gritos que dais tú y tus novias los sábados? Ejejeje…no te preocupes, tú disfruta, que no nos importa, golfo”

Luis: “jejeje…no es eso, es otra cosa….a ver como te lo digo”

Ged: “Venga, suéltalo ya, no des rodeos, no te preocupes, que seguro que no es para tanto”

Luis: “El otro día, un compañero del trabajo me pasó una página de maduritas amateurs, ya me entiendes”

Ged: “Claro que si, yo también te diré que de vez en cuando, cuando no está M en casa, también visito alguna pagina guarrilla….jajajaja….es cosa de hombres.”

Luis: “ya, claro, pero el caso es que……bufff, joder, a ver….entre las fotos, vi unas de una madurita, que se parecía mucho a tu mujer, a M.”

A Ged le entra un escalofrío, casi empieza a sudar.

Ged: “Qué dices. Será una que se parece, pero es imposible que sea M. Ella nunca se haría fotos así, y mucho menos ponerlas en internet. No jodas, si no hace ni topless en la playa.”

Luis: “Eso pensé yo, porque además, las fotos que vi no se la veía la cara, solo el cuerpo,  alguna en bikni, y me pareció ella por el pelo, y porque en la foto, la madurita cachonda, salía con un bikini igual que el que baja M a la piscina.”

Ged: “Bah, será eso, una que se parece. De todas formas, a cierta edad, el cuerpo de todas las mujeres se parece. Menudo susto me habías dado”

Luis: “Ya. Eso pensé al ver las primeras fotos. Pero es que luego…….”

Ged: “¿Luego qué?” – Ged está muy nervioso, no sabe como controlarse. Se pregunta si de verdad son las fotos de M, aunque lo duda, él nunca ha mandado esas fotos…..bueno, casi nunca, ha procurado tener cuidado de a quien se las mandaba.

Luis: “A los dos o tres días volví a entrar en la galería de esta madurita y el caso es que…..espera, que te lo enseño”

Luis saca su móvil, busca en la galería y:

Luis: “Mira Ged…”

Le pasa el teléfono a Ged, y este, al ver lo que parece en la pantalla, casi le da un infarto. Es una foto de M, de rodillas en la cama, completamente desnuda, mostrando sus tetas y su coñito, y lo que es peor, mostrando también su rostro.

Luis: “No me digas, si no es ella, es su hermana gemela”

Ged se pone nervioso, empieza a sudar, le tiemblan las manos y no es capaz de decir una palabra……pero a la vez, una erección tremenda recorre su pantalón, tanto, que se hace visible desde fuera.

Ged: “No, no,no….no es ella, se le parece, pero te aseguro que no es ella”

Luis mira a Ged, observa lo incómodo que está, lo nervioso, pero sobre todo, se fija en cómo se le marca la polla dura en el pantalón, y con una sonrisilla pícara le dice:

Luis:”Pues vecino, pareces muy nervioso, y excitado, como para no ser ella…jejejeje”

Ged: “No es ella y punto. Toma el teléfono, tengo prisa”

Luis:”Espera, espera un momento….pasa a la siguiente foto que había en el perfil de la madurita, ya solo para confirmar”

Ged pasa a la siguiente foto, y ahora si que si, tiene ganas de que la tierra se lo trague.

Es un montaje de dos fotos juntas. La de la derecha es otra foto de M, semidesnuda, quitándose el sujetador, con sus dos tetas colgando hacia adelante, se la ve el rostro perfectamente, pero lo peor es que la foto de la izquierda es M en su trabajo, sacada de un reportaje que hicieron en un periódico local sobre mujeres emprendedoras. Y sobre las dos fotos, un cartel que pone: “M, señora de día, puta de noche.”

Luis: “¿Ves? Yo creo que si es ella. Y desde luego, la foto en bolas no parece un fake. Y veo que tu cipote se ha puesto demasiado duro como para haber visto a una desconocida.”

Ged no sabe qué decir. Joder, no puede evitar estar empalmado, sabiendo que su vecino, el golfo, ha descubierto fotos de M desnuda. La de pajas que se habrá hecho el cabrón. No puede dejar de mirar las fotos. ¿Quién las habrá colgado ahi? ¿en cuántas páginas más estará? Y encima a cara descubierta. Cualquiera la puede reconocer.

Luis: “jejejeje….así que os gustan estos jueguecitos. La verdad es que es morboso que otros vean a tu mujer, ¿a qué si? ¿A ella también la gusta?”

Ged agacha la cabeza. Ya no puede seguir negándolo. Le ha pillado.

Ged: “Eh, esto, no, ella no sabe nada de esto. Cree que borro las fotos después de hacérselas. Pero yo nunca las subiría a una página. Por Dios Luis, si se entera me mata, por favor, no la digas nada. Yo tan sólo se las muestro a gente de internet, desconocidos, no sé quién habrá podido ser el cabrón que las haya subido. Bórralas de tu móvil, dime la página donde estaban y quedaremos tan amigos.”

Luis: “Vaya, vaya…..así que resulta que el vecino callado es un poco pervertido…jejeje…y además lo hace a espaldas de su mujercita, que es tan decente….bueno, decente, si se deja hacer esas fotos, un poco guarrilla si que es.”

Ged: “No te pases, no te consiento que hables así de mi esposa. Ella es muy decente, y si se deja hacer fotos es porque sabe que a mi me excita. Vamos, bórralas y olvidemos el tema.”

Luis: “¿Decente? ¿Seguro? ¿Y quieres que lo siga siendo? Sería una putada que una mañana apareciera esta foto pegada en el portal, ¿no crees? Lo que dirían los vecinos…y si además al lado está la url de la página….imagina las cosas que os dirían las vecinas al cruzarse con vosotros……eso sin contar que M te cortaría la pichita. ¿No querrás que todo eso pase, verdad?”

Ged no sabe qué decir. ¿Este cabrón le está amenzando? Seguro que el muy mamón sabía desde el principio que en realidad, la de la foto si era M.

Ged: “¿Qué estas insinuando?”

Luis: “Nada, nada. Tan solo pienso, que si estas son las fotos que circulan por internet, imagino que en tus archivos privados, las tendrás un poco más…….explicitas. Y claro, me encantaría verlas.”

Ged: “Estás loco, déjame en paz.”

Luis: “Vamos Ged, no seas asi. Total, ya se la enseñas a un montón de tíos y otro montón más que la habrán visto en esa página. M ha levantado un montón de pollas. Y un buen montón de lefadas han sido gracias a ella.”

Al imaginar esa situación, con decenas o cientos de pollas duras mirando  su mujer, Ged no puede evitar excitarse aún más, y a punto está de correrse a ahí mismo, sin tocarse.

Ged: “¿Qué es lo que quieres, cabrón?”

Luis: “Nada que no hayas hecho ya. Mira, este es mi email. Mándame una cuantas fotos de M, de las más cachondas, para mi disfrute personal, y ya está. Nadie más se enterará de lo guarrilla que puede ser M en la intimidad. Eso si, si en dos días no tengo las fotos……lo mismo los vecinos conocen la otra faceta de tu mujer.”

Ged: “Está bien, te las mandaré. Pero nunca deben salir de tu ordenador. Esta noche mismo te las mando”

Luis: “De acuerdo vecino, las estaré esperando, con el rabo en la mano. Hasta luego, y corre a tu casa a aliviarte, antes de que te vea así de empalmado alguna vecina.”