El desconocido 2

Maria sigue introduciendose poco a poco en ese mundo inimaginable para ella hasta ahora.

El despertador me arranco de mis mundo de sueños, tras apagarlo me levante, me di una ducha rápida y con la toalla alrededor de mi cuerpo me dispuse a tomar un café, una vez con el en la mano fui sorbiéndolo a pequeños sorbitos, poco a poco mi mente fue tomando consciencia de mi cuerpo, entonces recordé las palabras del desconocido, como si el asiento me quemara volví al baño y prepare los útiles para depilarme, sentándome en el taburete del baño coloque una pierna sobre la bañera mientras con la mano separaba los labios de mi sexo para dar paso a la cuchilla, normalmente esto me lo hacia una esteticien pero no tenia cita con ella y no quería llegar a casa esa noche con el sexo sin depilar, el me había dicho que me lo quitara, lentamente y con mucho cuidado me fui rasurando, cuando termine me lo enjuague todo en el bidet y decidí ir a vestirme.

Tarde un buen rato en elegir una falda que llegara por donde me había pedido al tiempo que tuviera la suficiente holgura como para permitirme sentarme sobre mi culo sin tener por eso que enseñar toda mi anatomía, al final opte por un vestido de raso en color crudo con cuello barco, no tenia tanto escote como el me pidió pero si el suficiente como para que al inclinarme se me vieran los pechos, termine mi vestuario con unos botines a juego, me mire y me encontré bien aunque la sensación de ir sin ropa interior se me hacia rara, decidí no darle mas importancia y poniéndome el abrigo cogì el bolso y salí en dirección al metro, minutos mas tarde era engullida por la marabunta de personas que a esas horas se dirigían hacia ese transporte publico para ir a sus trabajos.

El tren llego con el típico rechinar de frenos, cuando por fin paro, las puertas se abrieron haciendo que todos nos precipitáramos sin orden al interior, me senté en el primer asiento que encontré libre, el vagón dio el típico tirón poniéndose en marcha, sacando las gafas de sol del bolso me las coloque, mi estación era la ultima así es que siempre echaba una pequeña cabezada hasta que llegaba a destino, aun no había cerrado los ojos cuando sentí vibrar el bolso, apartándome las gafas metí la mano y busque dentro hasta que encontré al pequeño impertinente, sacándolo mire la pantalla, en ella la palabra "numero desconocido" me saludo, descolgué el teléfono colocándomelo en el oído y una voz dura y ronca me saludo, no me hizo falta preguntarle quien era, mi cuerpo lo había reconocido al momento poniéndose mis pezones duros inmediatamente al oírlo.

La voz me pregunto donde estaba, a lo que yo le respondí que en el metro, me dijo si le había mandado el correo a lo que yo le conteste, tras unos segundos de silencio, que me había olvidado, el teléfono enmudeció, ese silencio me hizo darme cuenta que no me había sentado como debía, además llevaba las piernas cruzadas y el abrigo abrochado, como si hubiera leído mi mente me hizo esas preguntas una detrás de la otra, con lo que no me quedo mas remedio que reconocer mi fallo, me sentía como una niña pillada por su madre en una falta, oía respirar fuerte y profundamente al hombre a través de la línea telefónica, lo que acrecentó mi nerviosismo y mi sentido de la culpabilidad, no sabia porque me encontraba de esa forma, en el fondo esto no era mas que un juego, el un desconocido y yo con un simple gesto con el dedo podría hacer que todo acabase, pero en cambio me sentía así, culpable por haberle fallado a un desconocido.

Por fin hablo, me dijo que me había portado mal y debía castigarme, no pude negar la evidencia de lo que me decía y un simple si mi amo salio de mi boca, entonces me ordeno que me levantara me quitara el abrigo y volviera a sentarme, cuando volví a estar sentada me pregunto que tenia alrededor mío, girando la cabeza en ambas direcciones contemple la gente que me rodeada, tenia la sensación que todo el vagón estaba escuchando la conversación y estaban pendientes de mi, cuando termine la observación se lo conté, me dijo que le describiera quien tenia enfrente, levante la cabeza al tiempo que notaba como comenzaban a arderme las mejillas le dije que un hombre en traje de mediana edad, el silencio volvió a separarnos.

No sabia si era peor oírle o no hacerlo, pues al no escucharle mi mente volaba como un pájaro suelto en una gran habitación sin paredes con el único sentido que dar vueltas, cuando volvió a hablar fue tajante, me ordeno que le dijera por donde me llegaba la falda, para lo cual tuve que mirarme para estar segura, por fin le dije que mas arriba de medio muslo, esta se había subido al volverme a sentar tal como el quería, bien dijo, quiero que pongas la mano en el borde de la falda y la subas cuatro dedos, eso me aterrorizo pues si hacia eso estaba claro que mi sexo se podría ver perfectamente, pero ahí no quedo la cosa también me ordeno que como castigo debía ampliar la separación de mis rodillas el doble de lo que hablamos la noche anterior, eso significaban cuatro manos, hasta que llegara a la estación donde debía bajarme, mi cara ardía solo de pensar que mi sexo iba a ser mostrado en publico sin ningún miramiento, pero lo mas curioso era que al mismo tiempo que sentía una tremenda vergüenza notaba como mi sexo se humedecía tremendamente, tras dudarlo mas de lo permitido le dije que así lo haría, como prueba de mi obediencia me ordeno que me hiciera una foto desde arriba para mostrarle como me encontraba sentada y se la enviara por mms, tras esta ultima orden la comunicación se corto.

Mi cabeza daba vueltas a la posibilidad de mandarlo todo a paseo, nunca me había sentido en una situación así y la verdad no sabia como iba a reaccionar, por contrapartida algo dentro de mi me empujaba a obedecerle, así es que sin pensarlo mas comencé a subir disimuladamente la falda hasta la medida indicada, el hombre que tenia enfrente se percato de todo y no pudo evitar abrir los ojos como platos al contemplar lo que le estaba mostrando pero mas se sorprendió al ver como lentamente iba abriendo las piernas hasta el punto en el que pudo ver completamente mi sexo recién depilado.

Me sentía desnuda y expuesta a cualquier mirada y no podía hacer nada para evitar esa sensación que por otra parte era totalmente real, decidí ponerme las gafas de sol como si estas me aislaran de la realidad que estaba viviendo, todo mi cuerpo vibraba y no era por el movimiento del tren sino por las sensaciones contradictorias que estaba sufriendo, mi corazón latía con tanta fuerza que parecía que se me iba a salir del sitio haciendo que mi sangre golpeara mi cabeza con un rítmico sonido.

Al volver a mirar al hombre que tenia de pie en frente mío pude contemplar como este tenia un bulto en su pantalón victima de la erección, también pude ver como su cara empapada en sudor no podía dejar de mirar lo que yo le mostraba lo que hizo que una oleada de calor invadiera mi cuerpo.

Por fin llegue a mi estación y nada mas detenerse el tren me levante y salí rápidamente del vagón sin mirar atrás, me encamine rápidamente hacia las escaleras mecánicas con unas ganas terribles de llorar pero aun no había llegado arriba cuando el teléfono volvió a sonar.

Que tal estas, me pregunto el desconocido, sin poder contenerme le dije que mal, que me sentía muy avergonzada, pero su voz no vario, siguió en el mismo tono duro e impersonal de antes, me dijo que esa era la manera que aprendería a obedecerle pero si no quería seguir ahora era el momento de decirlo, me quede pensativa unos segundos, la verdad es que no esperaba esa respuesta, tarde en contestar lo que tardo la escalera mecánica en subirme hasta arriba, en ese momento le conteste que no, que quería seguir, el no dijo nada, solo silencio, un silencio que me aterraba al tiempo que me hacia desear volver a oírle, ahí de pie al final de la escalera seguía pendiente de un algo que no llegaba.

Quiero que vayas al baño de caballeros, te metas en un water te quites el vestido y te lleves hasta el clímax 5 veces, cada vez que llegues al clímax paras y cuentas a 50 y luego vuelves a comenzar, así cinco veces, no quiero que cierres la puerta, no quiero que dejes de tocarte si entra alguien, solo dejaras de tocarte si alguien intenta tocarte o te molesta, te a quedado claro, me dijo.

Si alguien me hubiera sacado sangre en ese momento no habría encontrado ni gota, aun así le dije que si mi amo, cuando le conteste me dijo que al terminar le llamara haciéndoselo saber y volvió a dejarme sola.

Si lo del metro me había parecido fuerte esto me sobrepasaba, un miedo atroz me recorrió el cuerpo pero no había marcha atrás, el me había abierto una puerta y yo no había querido salir ahora no me quedaba mas que obedecerle, así es que me dirigí hacia el baño de caballeros lentamente, al tiempo que mi excitación poco a poco iba en aumento, cuando llegue a la puerta respire hondo unos segundos y por fin entre, no había nadie, así es que pude elegir el water que mas me gusto, por amplitud elegí el de minusvalidos y entrando en el coloque el bolso en el suelo sobre un montón de papel higiénico y la chaqueta del revés sobre la taza para después quitarme el vestido, doblarlo y ponerlo sobre el bolso.

Sentándome sobre el abrigo estire la mano y abrí la puerta, el water era el ultimo de la fila, el mas alejado de la puerta, aun así me podían contemplar a traves del espejo que había encima de los lavamanos, la imagen de mi cuerpo desnuda me fue devuelta en toda su crudeza, me sentí un puta cualquiera esperando a su cliente y mas cuando abrí mis piernas y comencé a tocarme, poco a poco el placer fue arrancándome de la realidad y ya iba por el tercero cuando me deje llevar por el deseo de correrme, cada vez se me hacia mas difícil el echo de tener que contar hasta cincuenta y parar de acariciarme, pero por contrapartida cuando volvía a tocarme las descargas que atravesaban mi cuerpo me encendían de nuevo como un volcan, iba por el cuarto cuando oí como alguien entraba en el lavabo, eran las voces de dos hombres, pero mis ordenes eran claras, no debía dejar de tocarme y aunque me entro de repente un miedo atroz no lo hice, oía claramente las voces de los hombres hablando de sus cosas mientras yo seguía castigando mi clítoris al tiempo que mordía mis labios para no hacer ningún ruido, la situación me volvió loca y sin poder contenerme me corrí salvajemente entre grandes espasmos musculares provocados por mi placer, cuando las ultimas oleadas del orgasmo arrasaban mi cuerpo oí como los hombres se iban dejándome sola de nuevo

Tenia la respiración entrecortada y todo el cuerpo empapado en sudor, notaba como los músculos de mis piernas seguían contrayéndose lentamente como si les estuvieran dando pequeñas descargas eléctricas, aun así tarde unos minutos en recuperar el control de mi cuerpo y unos minutos mas en poder ponerme de pie, lentamente me vestí y Salí del water apoyándome en el mármol frió de los lavamanos, me mire al espejo pero no reconocí a la mujer que me volvía la mirada, esa no era la misma que hace unas horas había decidido entrar en un Chat para buscar algo de entretenimiento, ni la misma que le gustaba pasar desapercibida en todos los sitios, ahora veía a una mujer que era capaz de enseñar su cuerpo a cualquier extraño y terminar masturbándose en un baño de hombres.

Abriendo el grifo me lave la cara sintiendo con el agua fría como mis sentidos volvía a su sitio, me arregle el vestido me coloque el abrigo y salí de donde me encontraba, caminando hacia la salida busque el teléfono y llame a mi amo.

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