El Descenso de Martha Stone 11

Martha y Julia viven de primera mano lo que es ser un robot sexual. Esa experiencia las llevará, además, a tener una nueva y brillante oportunidad para su futuro.

Dos miradas perdidas idénticas… dos coños igualmente húmedos, dos expresiones sin emoción alguna… dos cuerpos sin alma, esperando ser usados. James estaba en el paraíso con aquellos dos robots que le había enviado Victoria. Se detuvo unos momentos a tomar su decisión. Pero a pesar de la figura coqueta de MK1… las enormes tetas de Martha volvieron a triunfar.

_ MK2, ven aquí y cómeme la polla. _ Le pidió, directamente. _ Y tú, MK1, ordena la casa.

Realmente la casa no estaba desordenada, pero ver cómo aquella figura voluptuosa se movía desnuda por la casa era parte de su fetiche. El fantaseaba con robots, mujeres esclavizadas y sin voluntad, que obedecieran todas sus órdenes sin mostrar vacilación, perfecta y obedientes sirvientas sin aspiraciones ni más ideas que las que él pusiera en su cabeza.

MK2 estaba cumpliendo sus órdenes escrupulosamente. Le había bajado el pantalón, había deslizado el calzoncillo y estaba tomando su miembro entre sus manos. No había la más mínima lujuria en sus gestos, sólo una fría y calculada eficiencia. Se la introdujo en los labios y empezó a comérsela a un ritmo preciso y constante, sin fallo.

El sonido de succión era hipnótico, La forma en la que bajaba su cabeza, también. James se dedicó a observarla con tranquilidad. MK2 no le devolvió la mirada, no hacía razón para hacerlo, no se lo había ordenado. La polla entraba y salía de su boca con facilidad. El resto de su cuerpo estaba rígido. Las piernas firmes, el rasurado coño supurando flujos para mantenerla caliente para su amo, ni más ni menos. Era poseía en movimiento.

MK1 no se quedaba atrás en su tarea. Ante la atenta mirada de James, ordenó de forma enfermiza el salón, colocando los libros de la estantería alfabéticamente, clasificando la basura antes de tirarla, repasando hasta la última mota de polvo mientras pasaba el aspirador, todo ello moviendo de forma graciosa sus nalgas y sus tetas, con la misma expresión neutra mientras recogía una trampa para roedores que había cumplido su función y se deshacía de la víctima. Cuando el salón estuvo recogido, James decidió que también quería ver cómo trabajaba.

_ MK2, cubana. MK1, oral. _ Economía de las palabras. ¿Por qué molestarse más de lo necesario?

_ Sí, amo. _ Respondieron al unísono.

MK2 apartó rápidamente la boca de la polla, y él encontró esa expresión divertida.

_ No muevas los labios. _ Le ordenó.

MK2 asintió a la orden al no poder hablar, y permaneció con la boca formando una perfecta “O” propia de una muñeca hinchable, mientras tomaba la polla entre sus tetas y dejaba caer un hilo de baba en ellas para lubricarlas. La mantuvo mientras comenzaba a realizar una cubana, también con movimientos rítmicos y precisos.

MK1 no mamaba tan bien como MK2. Sus movimientos eran igual de rítmicos y precisos, pero había algo que no era igual de eficiente. James no lo sabía, pero la practica que las múltiples personalidades de Martha habían adquirido en el arte de chupar pollas se habían aprovechado para mejorar la técnica de MK2… algo de lo que MK1 carecía. Aún así, compensaba tenerla en el puesto, ya que podía sumar sus pequeños mimos cada vez que su polla surgía de los monstruosos pechos de MK2.

_ MK2, puedes mover los labios. Doble oral.

_ Sí, amo. _ MK1 respondió sin sacarse la polla de la boca, lo que provocó un extraño pero gracioso eco.

MK2 liberó su polla de los titánicos pechos y se acomodó bajo MK1, recorriendo sus huevos con la lengua, chupándolos con maestría. Exactamente un minuto después, las dos mujeres cambiaron su puesto. James se sentía en el paraíso.

_ MK2, me corro, compártelo.

MK2 obedeció, echando la cabeza ligeramente atrás para que el semen no acabara directamente en su garganta. Abrió la boca y MK1 la besó. No hubo pasión en el beso, ni afecto. Los labios se unieron el tiempo justo y necesario para el intercambio de fluidos.

_ ¿Qué se dice, zorras?

_ Muchas gracias por su leche, amo. _ Dijeron ambas, al unísono.

_ Bien, perfecto. Ahora limpiad y recoged. Tardaré un rato en volver a estar listo. Manteneos ocupadas.

_ Sí, amo.

Las chicas se pasaron un buen rato recogiendo y limpiando. Para James era todo un espectáculo verlas pasearse por la casa, en especial a MK2, la forma en la que se movía su cuerpo cuando se ponía de puntillas para alcanzar los estantes más altos era particularmente llamativa. Pero tampoco se le escapó la forma en la que MK1 se agachaba a limpiar las juntas. Fue a la rubia a la que se acercó en primer lugar.

_ MK1, anal.

_ Sí, amo. _ MK1 se llevó las manos a las nalgas y las abrió, mostrando sus agujeros. James acercó el dedo y comprobó que le costaba meterlo.

_ MK2. _ Llamó. _ Lubricación aquí.

_ Sí, amo. _ La morena dejó de repasar la colección de figuras de James y se acercó.

Sin ningún tipo de comunicación previa se inclinó sobre el culo de MK1 y empezó a lamerlo con movimientos mecánicos. Se entretuvo un buen rato antes de detenerse y, en un gesto casi casual, meterse la polla de James en la boca unos segundos sólo para empaparla.

_ Está preparada, amo.

_ Bien, continúa con tu tarea.

_ Sí, amo.

Mientras MK2 se ocupaba de nuevo de las figuras, repasándolas a conciencia con el trapo, MK1 estaba siendo sodomizada por segunda vez. James estaba siendo muy brusco, pero MK1 era totalmente incapaz de expresar el dolor que Julia estaba sintiendo. Permanecía inmóvil e inexpresiva mientras James la penetraba.

_ Continúa con tu trabajo, no te he dicho que pares.

_ Sí, amo.

No sin dificultad, dada la fiereza de las embestidas de James, MK1 volvió a su tarea de limpiar las juntas del suelo. James le daba un azote de vez en cuando. Ella no reaccionaba, pero sus nalgas habían adquirido un delicioso tono rosa cuando hubo terminado.

_ Bien, sigue limpiando.

_ Sí, amo. _ MK1 se detuvo un momento para recoger el semen que se le escurría. Sin mediar palabras se lo tragó y se limpió la mano en el lavabo. Hecho esto continuó con lo que estaba haciendo.

Mientras tanto, MK2 terminó de limpiar las figuritas, recogió los platos sucios y se acercó al lavabo. Estaba recogiendo cuando James se le acercó por la espalda y empezó a magrearle los pechos.

A pesar de la violencia con la que los pellizcaba y de cómo retorcía sus pezones, MK2 se mantuvo estoica en su tarea y continuó fregando los cacharros con la misma expresión neutra.

_ MK2, vaginal.

_ Sí, amo.

MK2 abrió las piernas y él empezó a penetrarla. MK2 se mantuvo ausente, como si ignorase el vaivén de su propia pelvis mientras se esforzaba por limpiar una mancha particularmente difícil de la sartén. James no era precisamente discreto, y el cuerpo de MK2 se bamboleaba un poco.

_ Gime. Que se note cuánto disfrutas… pero no dejes de fregar.

_ Sí amooooo. _ La frase acabó alargada por el primer gemido, sensual, largo, potente. _ Oh… que rico… que bien follas… dame duro.

_ Mmm… eso está bien… pero… probemos otra cosa… quiero que gimas como si fueras latina…

MK2 se quedó un segundo pensativa, como procesando.

_ Ah… cógeme duro, amo… me encanta tu verga gordota… _ Replicó, con un acento que bien podría recordar a una venezolana, o quizá a alguien oriundo de Colombia. James no era un experto, pero le pareció sorprendentemente bueno.

_ ¿Te gusta mi polla? Recuérdamelo, no te escucho bien. _ Le dio un azote en las nalgas. _ ¿Te gustan las pollas grandes?

_ Me encantan las vergas grandes y duras… que me cojan con todas sus fuerzas. Las pijas ricas… sí… _ Gimoteó MK2.

James se corrió con fuerza y la expresión de MK2 se relajó. Ella también tuvo un orgasmo, pero no reaccionó, siguió fregando, dejando el último plato a secar.

_ La losa está lista, amo. _ MK2 le miró sin verle. _ Todas las tareas están listas. ¿Qué más puedo hacer para complacer al amo?

_ Algo se me ocurrirá. Mientras tanto… sesenta y nueve con MK1.

_ Sí, amo. _ Replicaron las chicas al unísono.

Las dejó allí, agotado. Había sido un gran día. Sabía que se le acababa su tiempo. Pero aún quería hacer una cosa más. Cogió una libreta y empezó a escribir.

Las chicas seguían donde las había dejado. MK1 bajo MK2, ambas esforzándose en el sesenta y nuevo más frío que se había visto nunca. Aunque lo más probable es que la cantidad de orgasmos que ambas habían tenido no se pudiera contar con los dedos, los rostros de las dos eran completamente inexpresivos, los cuerpos completamente rígidos.

_ Basta. En pie.

_ Sí, amo.

Como ya era costumbre, obedecieron inmediatamente. Se pusieron en posición de espera. Ambas tenían el rostro manchado de los flujos de la otra… especialmente MK1, por encontrarse debajo.

_ Veréis… he escrito algunas cosas… y me gustaría grabaros un vídeo mientras lo decís… _ James por un momento había pensado en tener tacto, después recordó que aquellas dos mujeres parecían no tener mente. _ Es para tocarme después.

_ Claro, amo, como desee amo.

_ Bien, por qué no empiezas tú. Ponte en el sofá… tócate un poco.

MK1 leyó el texto y automáticamente lo memorizó. Su expresión se mantuvo inerte mientras miraba a la cámara y jugaba un poco con su pecho. Y se tocaba. Envió un beso a cámara.

_ James es mi amo. Yo soy su puta… y me paso el día soñando con su gran, dulce y… jugosa polla. _ Recitó, mientras se tocaba con ganas, rompiendo finalmente la firmeza del rostro. _ Vivo sólo para complacer a esa polla. Existo para esa polla. La polla de James es mi mundo. Necesito que me folle duro y me llene con su leche… Cada segundo que sé que esa polla está dura y no la estoy atendiendo, me siento en el infierno. ¡James, no me hagas esperar más, fóllame duro!

James no perdió un detalle de la grabación.  Aquello era oro. Pero sólo era la mitad del plan. Por supuesto, MK2 había memorizado el texto de su libreta y cuando se sentó, mostró una gran y hambrienta sonrisa, que acompañaron sus ojos.

_ James es mi papito. _ Dijo, con el mismo acento que había empleado antes. _ Veréis, yo soy una esclava de verga grande y la suya es la verga más gordota y que he visto.

MK2 se metió los dedos en el coño con fruición. Su actuación parecía mucho más vivida que la de MK1.

_ Lo intento, pero no puedo dejar de pensar en esa verga… y en lo rica que está su lechecita… lo calentita que está… la necesito en mi boca y en mi conchita. Cuando me coge la cola se siente tan rico… _ Se dio la vuelta y se pasó la mano por las nalgas. Se dio un sonoro azote. _ James, ven acá. Ven acá y cogete a esta puta de una vez. Rompéme el orto con tu vergota.

James se mordió el labio. Sí, aquel vídeo era directamente perfecto, le gustó incluso más que el de MK1. MK2 abandonó el puesto y se colocó en posición de firmes junto a MK1.

_ Amo, lamentamos informarle de que el tiempo estipulado en el contrato de Victoria Industries ha concluido. Esperamos que haya disfrutado de la visita. Recuerde que puede contratar nuestros servicios de nuevo a través de nuestra web o de nuestro teléfono habitual.

_ Oh… lo recordaré. _ Dijo un agotado James, dejándose caer en el sofá. _ Vaya que si lo voy a recordar. Podéis iros chicas… llamaré. Vaya que si voy a llamar.

_ Hasta la próxima, amo.

_ Hasta la próxima, papito. _ Respondió Martha, aún con el acento.

En el mismo instante en que atravesaron el umbral y cerraron la puerta tras de sí, los tatuajes de su piel desaparecieron y la vida retornó a sus ojos.

_ Vaya… ignoraba que pudiera poner ese acento… _ Susurró Martha, riéndose. _ Me encanta este trabajo.

Martha se acercó a una maleta que había escondida tras el seto. Allí se encontraba su ropa. También recogió las tiras de plástico que aún seguían en el suelo. Después de desinfectarlas, podrían reutilizarlas.

_ Martha… ¿Crees que he estado bien? _ Preguntó Julia, dubitativa.

_ Claro que has estado bien, ¿No has visto lo cachondo que estaba el cliente? Se muere por volver a cogernos… _ Se le escapó una risa tonta. _ Perdón, a follarnos. Tú me entendiste.

_ Sí, a ti seguro, pero yo… no he estado tan bien como tú.

_ Julia, no tienes que ser la mejor… has hecho tu trabajo muy bien. Yo llevo en esto ya unas semanas. No te sientas mal si no me sigues el ritmo. Tan sólo relájate, disfruta. Mientras los clientes estén contentos… no importa si eres peor que yo.

_ Sí, supongo que tienes razón… Es que mamá está siendo muy dura y me duele no estar a la altura.

_ No te preocupes por mamá. Escucha, ¿Qué te parece si esta noche duermes conmigo? Así descansas un poco. Debe ser difícil dormir con mamá y papá.

_ La verdad es que con la polla de papá metida en el culo siento que no descanso. _ Confesó Julia. _ Pero si no me ocupo yo, tiene que hacerlo mamá.

_ Escucha, papá es un salido sin remedio, no tenemos que estar siempre ocupándonos de él. No tiene nada de malo que se toque de vez en cuando.

_ No, supongo que no. _ Julia sonrió. _ Gracias, Martha. No sé qué haría sin ti.

Ya se habían vestido cuando Martha recibió un mensaje de Victoria.

_ Parece que es importante, y quiere hablarlo en persona. Podemos parar de camino a casa.

Vanessa había pasado a recogerlas, así que le explicaron la situación antes de encaminarse hacia la oficina.

_ ¿Y si es por mí? _ Preguntó Julia. _ ¿Y si en realidad no lo he hecho bien y quiere echarme?

_ Julia, en serio, no seas tonta. Eres buena. Relájate.

Martha rodeó a su hermana por la cintura y empezó a besarla. Fue un gesto de ternura. Ahora que era ella misma, no le parecía bien que trataran tan mal a su hermana. Era cierto que tenía una pequeña espina clavada por haberse sentido inferior toda la vida… pero la seguía queriendo.

_ Ya me siento mejor… _ Dijo Julia, sonrojada. _ Perdona por ponerme así, no es profesional.

_ No tienes que ser profesional conmigo, Julia. Eres mi hermana.

_ Tienes razón.

Julia estaba más animada cuando llegaron frente a Victoria. La mujer estaba extrañamente seria, y Martha se preocupó.

_ ¿Pasa algo malo, amor?

_ No, nada malo. Pero me gustaría hablar a solas contigo. _ Miró a Julia. _ Julia, ¿Puede salir Lily un rato?

La mirada se Julia se puso en blanco durante unos segundos. Lily se acomodó en el suelo y comenzó a realizar un gesto que Martha conocía bien. Se empezó a comer su propio coño con fruición.

_ Te has inspirado en Eva, por lo que veo.

_ Culpable. _ Dijo Victoria. _ A Victor le encantaría teneros a las dos a la vez… aunque pensaba en eso antes de que me llamaran hace un rato.

_ ¿De qué se trata?

_ Verás, es para un trabajo. Vuestro amigo James ha contactado con un amigo suyo… Es un hombre poderoso. Y os quiere.

_ Bueno, pues podemos quedar mañana. _ Martha no veía un problema.

_ Es que no quiere una sesión de sexo, Martha. Lo que quiere, es otra cosa. _ La miró a los ojos.

_ Bueno, y qué quiere.

_ Quiere herederos, Martha. Su mujer es estéril y no los ha tenido hasta ahora. Y está dispuesto a pagar una generosa suma por ello.

_ Victoria, yo soy una puta, no un vientre de alquiler.

_ Martha, antes de seguir discutiendo esto, me gustaría enseñarte la suma que ha ofrecido. _ Dijo, entregándole un papel.

Martha abrió los ojos como platos.

_ Te has debido dejar una coma.

_ No lo he hecho. _ Martha tragó saliva. _ Como te he dicho, tiene mucho dinero, y quiere asegurarse la descendencia.

Martha miró aquella cantidad de dinero. De repente la universidad le parecía lo de menos, con ese pastón podría cubrir los gastos de toda una vida sobradamente y no tendría que volver a preocuparse.

_ Uno no paga esta cantidad de dinero sólo por un vientre de alquiler. _ Razonó Martha. _ ¿Qué es lo quiere?

_ Control total de vuestros cuerpos y mentes hasta que termine el periodo de lactancia de vuestros hijos.

_ ¿Nuestros? _ Alzó una ceja.

_ Sí, quiere dos herederos como mínimo, así que también exige a tu hermana.

Martha miró a Lily, que en aquel momento estaba en el sofá, chupando golosamente el coño de Natasha. Se imaginó a ambas, a la completa merced de aquel señor, y se le pusieron los pezones duros como rocas.

_ Pero… Tú nos vigilarías, ¿Verdad? _ La miró a los ojos. _ Es mucho tiempo sin verte.

_ Cielo, me ha prometido que tanto yo como tu familia podremos visitarte. Y yo estoy siempre al mando por si algo sucede, ¿Recuerdas?

_ Entonces… me parece bien. Hagámoslo.

_ ¿Estás segura? ¿No quieres pensarlo un poco más?

_ Me estoy resolviendo la vida, Victoria. Además, estoy cachonda sólo de pensarlo.

_ ¿Y qué hay de tus padres? ¿No quieres hablarlo con ellos?

_ Con todo respeto, Victoria. Mi padre no es capaz de pensar en nada que no sea follarme a mí, y mi madre me apoya en absolutamente todo, en especial si le digo que es para mi carrera como fulana. ¿Qué hay que hablar con ellos?

_ Supongo que tienes razón. _ Reconoció Victoria. _ Oh, hay una cosa más.

_ ¿De qué se trata? _ Martha alzó una ceja.

_ James le pasó los vídeos que os grabó. Al cliente le gusta ese acento latino tuyo… así que me temo que vas a mantenerlo durante todo ese tiempo.

_ Entiendo… creo que deberíamos crear una personalidad para este trabajo. Si voy a pasarme al menos un año en ese trabajo, es mejor que goce cada minuto, ¿No crees?

_ Cierto, cierto…

Martha estaba muy cachonda, estaba pensando en cómo sería convertirse en un bombón latino obsesionada con quedarse preñada.